EL HOMBRE QUE SE CONVIRTIÓ EN MI PAPI - 2
( Relatos Gay )
Cuando me atraganté, le di golpecitos en la pierna para intentar que me deje respirar, pero en vez de eso empieza a cogerme suavemente la garganta, cada vez que me empuja su polla más dentro de mi garganta, luego empiezo a entrar en pánico y débilmente intento luchar contra él para poder al menos respirar.
Finalmente se retira dejando que su polla se deslice fuera de mi boca y me mira con una expresión que dice que puede y hará lo que quiera conmigo.
— Mírate —gruñe—, sólo una puta de mierda para una cara bonita y una gran polla. —Me escupe en la cara y me estremezco ante la violencia que hay detrás de sus acciones, pero me agarra la cabeza para evitar que me aleje más de él—, ¿qué eres? —pregunta con lo que suena como una ira apenas controlada.
— Una puta. —Jadeo la mitad de mí con miedo de lo que me va a hacer, pero la otra mitad está más excitada que nunca.
— ¿Para qué eres una puta?, —continúa gruñendo.
— Soy una puta por una cara bonita y una gran polla. —Lo digo y me siento humillado.
— Bien, es importante que sepas lo que eres y cuál es tu lugar. —Su voz es un gruñido, sus palabras duelen y me siento casi sin valor, pero mi erección palpitante le hace saber que aunque no lo parezca una parte enferma de mí está amando esto.
— Quiero que me cuentes lo puta que eres y cuál es tu lugar. —Me gruñe y cuando lo miro con lágrimas en mis mejillas pero con una mirada inquisitiva en mi cara me explica—, tu lugar es complacerme de cualquier manera que yo quiera sin cuestionar, —me dice—, todo lo que eres es un recipiente para mi liberación, ahora quiero oírte decirlo.
— Soy una puta —digo entre sollozos—, para lo único que sirvo es para dar placer a mi papá.
— Ah, parece que tenemos algunos problemas con papá. —Se ríe cruelmente—, ¿quieres que tu papá te joda la garganta? —Pregunta con maldad.
— Sí, papá, —le digo—, por favor, sí, jódeme la garganta, papá.
Lloro cuando me golpea la polla en la garganta forzando todo lo que puede, haciendo que me ahogue y me atragante con su enorme polla.
Empieza a golpear mi garganta y todo lo que puedo oír es el sonido de su polla castigando mi garganta y mis propias arcadas.
—Toma toda la polla de papá. —Gruñe mientras intenta empujar toda su longitud dentro de mi garganta, yo manejo la mayor parte de ella pero de repente mi reflejo nauseoso se enciende y puedo sentir que el vómito se eleva y cuando saca su polla de mi garganta el vómito sigue cubriendo la mitad de su polla, mi barbilla y el suelo.
— Sucia puta de mierda, —me gruñe cuando termino de vomitar—, límpiame la puta polla, —gruñe tirando de mi cara hacia su polla.
Lentamente trato de envolver mis labios alrededor de su polla, pero él me abofetea en la cara con suficiente fuerza como para mecer mi cabeza a un lado:
— No, no, puta perra.
Y gruñe con más fuerza:
— ¡Con tu lengua!
Me estremezco al pensar en lamer mi vómito de su polla, pero instintivamente dejo mi lengua fuera de mi boca y empiezo a lamer su polla limpiando una mezcla de mi vómito del prepucio de su polla con lágrimas rodando por mis mejillas y sobre su polla.
— Sí, llora sobre mi polla, las lágrimas pueden ayudar como lubricante cuando te folle mejor, —me dice—, quieres que te folle, ¿verdad? —la pregunta suena más bien como una declaración, pero respondo de todos modos.
— Sí, papá, quiero que me folles duro. Le digo que deje que mis lágrimas caigan en su polla.
— Sí, pensé que querrías a esa pequeña puta. —Gruñe mientras me agarra de la garganta y me pone de pie antes de darme la vuelta e impulsarme hacia el sofá con su primer empujón, el segundo empujón me hace caer de cara al sofá.
Me agarra de las caderas y me levanta el culo y me extiende las nalgas tirando de los cachetes antes de escupirme el culo.
— Mira ese pequeño agujero apretado". Hernán gruñe: "Te voy a destrozar". Se ríe antes de volver a escupir en mi agujero.
— Sí, papá castiga a mi apretado culo, —le ruego.
— Sabía que eras una maldita puta sucia desde el momento en que te vi —se mofa de mí— quiero que me digas quién es la puta que eres.
— Soy tuya, soy tu puta, papi.
Lloro mientras me da una palmada en el culo con su enorme polla.
— Quiero que me supliques que te arruine el culo, —me dice con su voz muy llena de violencia apenas contenida.
— Por favor, arruina mi apretado culo con tu enorme polla, papá, te lo ruego, por favor, papi, fóllate a tu maldita puta de mierda.
Se ríe de mí y dice:
— Ya que lo pides tan amablemente, qué remedio.
Entonces siento que la cabeza de su polla me roza el culo ligeramente antes de retirarse y escupir en mi agujero de nuevo, en ese momento, antes de que pueda prepararme, me mete la polla en el culo.
— ¡Oh, mierda!, —grito en una mezcla de dolor y placer mientras me entierra todos los 22 cm y pico de su polla en el culo con un salvaje empujón, saca lentamente su polla hasta que sólo queda la cabeza dentro de mí mientras se sostiene ahí, llueve golpe tras golpe en las nalgas de mi culo haciéndome gritar con cada impacto.
— Tu culo se ve mucho mejor todo rojo y dolorido con mi polla dentro, —me lo dice mientras me empuja dentro de mí otra vez haciéndome gemir en voz alta mientras siento esa mezcla de dolor y placer otra vez mientras su enorme polla toca fondo dentro de mí.
Con sus empujones se estira mi culo hasta el punto de que parece que me va a destrozar. Lentamente comienza a mover su polla hacia dentro y hacia fuera a un ritmo que comienza a volverme loco con la necesidad de que me golpee implacablemente como sé que quiere hacerlo.
— Por favor, fóllame más fuerte, papá.
Lloro cuando pierdo todo el sentido común por mi lujuria.
— Haré lo que quiera contigo, mi pequeña puta, —gruñe en mi oído mientras se inclina sobre mí con su polla en mi interior clavada.
Me pone la mano debajo y me agarra firmemente la polla:
— Mira que la puta está dura —se ríe— me pregunto qué debo hacer con él. —Gruñe.
Empieza a correr lentamente sus manos a lo largo de mi erección palpitante mientras continúa golpeando mi trasero. La degradación a la que ha llegado mi trasero hace que lo sienta completamente lleno, y su mano masturbando suavemente mi polla dura me vuelve loco y empiezo a gritar en voz alta mientras aumenta su brutal asalto a mis sentidos al poner su mano libre bruscamente en mi trasero.
— Sí, grita por mí, mi pequeña puta de mierda. —Gruñe mientras se acelera con sus golpes en el culo con su polla.
— Sí, papá, cógeme más fuerte, papá.
Grito mientras sus implacables golpes empiezan a ser menos rítmicos y se acerca a su orgasmo, al mismo tiempo que su mano acariciando mi polla empieza a acelerarse rápidamente llevándome también hacia mi cenit y en poco tiempo siento mis bolas tensas con el signo revelador de mi propio orgasmo.
— Oh, me estoy corriendo, papá, me estoy corriendo. —Grito mientras mi orgasmo golpea causando que dispare carga tras carga de semen en mi estómago y sobre el sofá.
— ¡¡Joder!! —Gruñe mientras me golpea con toda su polla y me dispara una enorme carga de semen en el culo.
Se queda enterrado dentro de mí mientras dispara más semen en mis entrañas, luego se queda dentro mientras su polla empieza a ablandarse antes de salir de repente dejando mi culo abierto y deseando más.
—Limpia mi maldita verga.
Me lo ordena y yo me muevo rápidamente y paso mi lengua por toda su polla recogiendo su semen y saboreando el sabor de la misma mezclado con el sabor de mi culo, hago esto hasta que creo que he limpiado la mayor parte de ella antes de llevarme a la boca toda la polla que pueda y observo con cierta satisfacción que ahora puedo meterme casi otra pulgada en la garganta sin vomitar.
— Eres una buena putita, ¿verdad? —Dice en voz baja—. Disfruté destruyendo ese lindo culito tuyo. —Me lo dice y la emoción más extraña me recorre, era el orgullo de saber hacer.
— Gracias, papá. —Digo con una sonrisa temblorosa que se extiende por mi cara.
Hernán se aleja de mí y recoge su ropa y empieza a ponérsela lentamente empezando por sus calzoncillos.
— Puede que tenga que venir y hacer esto de nuevo. —Me dice mientras se abrocha la camisa—, dame tu número de teléfono para que pueda decirte cuándo voy a venir para castigar ese culito otra vez.
— Me gustaría mucho eso, papá. —Se lo digo antes de encontrar mi teléfono y leerle mi número.
Camina hacia la puerta y yo lo sigo como un cachorrito perdido, abre la puerta y se detiene, se da la vuelta para mirarme y me besa con la misma dureza que tenía antes y aún así, poco después de correrme, siento que mi polla empieza a levantarse de nuevo.
Hernán, mira mi polla que está ahora a media asta y sonríe con esa sonrisa viciosa tan característica suya, se agarra a mi polla y le da un par de suaves y lentas caricias antes de soltarla provocando un gemido de pura necesidad en mis labios.
— Por favor, papá. —Se lo ruego, pero me mira con crueldad.
— Tendrás que lidiar con eso tú misma, mi pequeña puta. —Me lo dice con un cruel brillo en sus ojos antes de patear con sus tacones para salir por la puerta dando unos pasos a zancadas por el pasillo antes de darse la vuelta para decir:
— Cuida de mi pequeña puta.
— Adiós, papá. —Lo digo suave, pero con voz suficiente para que él pueda escuchar mis palabras.
Cerré la puerta de mi apartamento, eché una mirada al salón, mi semen estaba en hebras gruesas en mi sofá y había vómito en el suelo cerca del sofá que se solidificaba rápidamente en un desagradable desorden. Caminé lentamente hacia mi sofá y mientras lo hacía me di cuenta de que el esperma de Hernán se filtraba por mi enorme trasero y se escurría por mis piernas. Eso me encantaba, me sonreí mientras me sentaba en el sofá y tomé en mi mano mi polla, ya totalmente erguida, y empecé a correr mi mano arriba y abajo mientras dejaba que los recuerdos aún frescos corrieran por mi mente.
Recuerdo la sensación de su polla golpeando en la parte posterior de mi garganta haciéndome sentir náuseas y asfixia pero también haciéndome querer más. Rememoraba cómo su polla había estirado mi culo hasta el punto de un dolor agonizante y un placer orgásmico superlativo. También hacía venir a mi memoria cómo había llenado mi culo con su semen, cómo me había hecho rogarle que me follara con esa enorme polla que todavía podía ver cuando cerraba los ojos y cómo me había llamado puta... De repente me di cuenta de que no me había llamado puta sino que me había llamado su puta y esa comprensión me empujó al límite y el orgasmo me golpeó fuerte.
— Oh, joder, soy la putita de papá.
Lloré mientras tiraba una enorme carga de esperma al suelo delante del sofá, añadiendo más al desorden que había en mi sala de estar. Me di cuenta de que iba a tener que limpiar todo este esperma y vomitar, pero eso podía esperar hasta más tarde, después de haber dormido un poco, porque estaba absolutamente agotado por lo duro que papá me había follado, por estar despierto durante tanto tiempo y por el alcohol que todavía corría por mis venas.
Me acurruqué en el sofá sintiendo mi esperma debajo de mí y el esperma de papá todavía goteando lentamente por mi culo, sonreí mientras cerraba los ojos pensando, «la pequeña puta de papá y esperaré que papá vuelva a visitar de nuevo a su puta muy pronto».
(Final)
Comentarios
Wow Que fuerte Janpaul! Creo que tendría que vivir una experiencia cómo está antes de poder relatarla!
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