ESPERMIA: 5ª Eyaculación. El esperma de Manu
( Relatos Gay )
Pensé que mi tío Manu desistiría y ya no volvería más. La verdad es que me dobla la edad y un poco más. Yo solo le veía con ganas de tener un polvo con un culo fresco y me sentía poca cosa a su lado. No voy a mentir, me lo pasé bien con mi padre y su hermano, es cierto; pero más cierto es que me gusta tener una polla en mi culo. Pero eso no es suficiente si mi tío no se deja educar y me propuse no rechazarlo definitivamente, pero tenía un buen listado para que corrigiera: tenía que afeitarse la cara a diario o que se dejara la barba definitivamente y arreglada; debía lavarse la boca a diario para no soltar hedor; hacerse los enemas de agua para lavarse el culo y el intestino; y lavarse bien los quesos de su polla. Que no es lo mismo lamer y penetrar la lengua para dar placer a tu pareja, que estar comiendo mierda de un culo que solo se limpia con papel. Yo nunca me limpio con papel por dos razones, porque por suave que sea el papel no limpia bien, el agua y el jabón íntimo son más eficientes, luego, que mientras te sientas en el bidé para lavarte el culo, la oportunidad de meterte uno o más dedos en el culo y gozarla es un placer añadido, o, si tengo tiempo, meterme bajo la lluvia de la ducha y lavarme, siempre es un motivo de acariciarse, mimarse, echarse agua a presión a los genitales y acabar con una masturbación de caballo. Es a esto a lo que yo llama la "mejor cagada".
No tengo más remedio que, por la paz familiar, decirle a mi tío Manu que venga a casa, pero le he advertido mis normas o lo mandaré a la calle. Como lo veo que está colado por mí, ahora sé que vendrá aseado, limpio, sin malos olores..., Es por eso por lo que me puse a esperarlo después de haberme acicalado adecuadamente. Llevaba short de vestir blanco y una camisa color de rosa suave por encima y abierta, mi reloj, mi pulsera en la derecha y collar de piedra natural, zapas blancas sin medias. Me serví un whisky para calentar motores y me repantigué en el sofá frente al televisor. Muy puntual llamó al timbre y salí a abrirle la puerta. Me sorprendió. Perfectamente afeitado, ropa limpia, pantalón chino gris claro y camisa moteada en marengo. Me besó y el sabor de su boca era de chicle de menta. No parecía mi tío Manu. Le hice pasar con ganas, cerró la puerta, me volví a mirarlo y se me acercó mirándome el pecho, pasó sus manos por mis costados para acariciarme la cara y me dijo:
— Te quiero; te quiero, Jaime, te deseo, quiero ser tuyo y que seas mío.
— Pero Manu, por favor, que yo también te quiero, eres mi tío, el hermano de mi padre. Una cosa es divertirnos un rato y otra que te me declares.
— Pero si nos queremos los dos ¿qué problema hay?
— El problema es que eso no es lo normal.
— ¿Me vas a decir que ahora andas con convencionalismos?
— Pues sí; a mi madre no le gustará nada.
— Bueno, estamos empate, porque a mí tú madre tampoco me gusta nada.
— ¡Joder, Manu! ¿Me vas a sacar ahora cosas de familia?
— Yo no, pero cada cual hemos de actuar según nuestros deseos y derechos, somos libres, mientras no dañemos a nadie.
— Pero, a ella le dañaría. Aguanta mi homosexualidad, ya es mucho, pero que tú fueras mi novio..., no puedo obligarle a masticar eso.
— Entiendo, pero con el paso del tiempo...
— No te hagas ilusiones. Seamos amigos, seamos amigos muy íntimos, que mientras tú te asees, yo te recibiré gustoso, pero no metamos en esto a mi madre. Ni quiero pensar lo que ocurriría con mi padre si hiciéramos de lo nuestro algo formal y un día nos cansáramos o nos peleamos. No, atiende, Manu, con pretensiones no, vamos a pasar la noche bien. No te olvides de que estás casado.
— Pero yo no quiero a mi mujer...
— Eso es problema tuyo, a mí no me metas en tu berenjenal. Aunque... ¿tú te has visto que guapo estás? Si ella te ve así, igual te desea.
— En lo que es mi problema, tienes toda la razón, pero que yo me dejara enamorar por ella, ni lo pienses; me arreglo por ti, porque tú eres un maricón fino.
— Sírvete una copa, Manu.
Mientras se servía, yo ya me senté. Luego él vino a mi lado y comenzó a pellizcar mis pezones. Solo fue el comienzo. Pasamos la noche juntos. Primero hicimos el amor en el salón. A mí ya me picaba el culo y le dije:
— No me toques tanto mis pezones que no son tetas, comienza a desvestirme mientras me vas besando. Enamórame.
Manu iba a ser quien me penetrara porque a mí me daba la puta gana, pero el que iba a mandar era yo. Lo tenía a mis pies, literalmente hablando, me había sacado la camisa y se arrodilló para bajarme el short, lo hizo de rodillas y besándome el ombligo y todo el abdomen; yo agachaba mi cabeza junto a la suya porque Manu olía divino, como nunca. Y le besaba el cogote, el cuello y los hombros. Me bajó el pantalón y con mis pies lo aventé al sofá. Luego le quité su camisa mientras se levantaba. Nos besamos mientras le sacaba su pantalón. Estaba limpio su bóxer y me prometí que por su cumpleaños le regalaría una docena de suspensorios. Nos manoseamos todo el cuerpo uno al otro y le susurré al oído:
— Te sobra el bóxer y quiero sacártelo con mis dientes y hacer hambre para comerme tu polla.
— Soy tu esclavo, hazme lo que quieras, que ardo por ti.
Me arrodillé delante de él y me agarré a sus muslos, con la boca lamí su polla por encima de la tela. Olía a una mezcla de perfume y macho, me pareció genial y le di dentelladas al bóxer tirándolo abajo, me ayudé con las manos por detrás y bajaron a los muslos, metí la boca bien abierta por debajo de la polla para que cupieran los huevos en mi boca. Bajé todo el bóxer con mi boca que se llenó de saliva y Manu gimiendo porque su polla iba poniéndose dura. Dejé su bóxer y chupé su polla. La descapullé con mis labios y lamí a gusto su glande chupando la perla líquida del agujero de mear y me llevé a la lengua la perla transparente y su hilo. Le encontré sabor agradable. Entonces le chupé la polla en serio a lo largo del eje y con mis manos en su trasero empujaba hacia mí para que la polla llegara profundo. Me ayudó Manu son sus manos en mi cogote y atravesó mi garganta. De inmediato soltó un chorro de su mierda y lo saqué de mi garganta a la boca cerrando para que no escapara nada. Con todo esto Manu berreaba como una bestia en celo y se quedó quieto y tieso, como agarrotado, mientras soltaba todo su esperma que yo iba degustando y tragando. Cuando acabó, dejé su polla fuera de mi boca para ver su cara de felicidad y me levanté para convidarle con un beso a probar su esperma. ¡Qué beso, que agradecimiento y alegría manifestaba.
— Manu, ¿quieres comer o ducharte?
— Si te duchas tú yo también.
— No esperaba otra respuesta.
Entramos los dos a mi baño y nos metimos bajo la ducha, nos besamos bajo la lluvia y le pedí que me masturbara. Pensó que yo quería que me la chupara y le dije que la quería manual. Manu es un maestro masturbando y la lluvia iba llevándose mi esperma por el desagüe. Manu exclamó:
— ¡Qué desperdicio!
— Entiendes que tenemos toda la noche y ahora nos vamos a cenar.
Salimos de la ducha, nos secamos y vio que yo me ponía un tanga cuerda rosado mientras se estaba poniendo el bóxer. Se lo saqué y le puse uno de mis tangas, de color amarillo.
— ¿Nos vestimos para cenar?
— Ya estamos suficientemente vestidos. Me cogió de los hombros y salimos hacia la cocina. Todo estaba preparado ya en el mantenedor de calor.
— Hemos de comer bien y mucho, Manu, porque la noche es larga y me la vas a meter varias veces. Has de hacer que tus huevos se recuperen pronto y abundante. No me defraudes.
Sonrió con mucha picardía.
Esa noche conseguí que descargara su leche en lo más profundo de mi culo tres veces. Me pidió que alternáramos y descargue abundante esperma dos veces en su culo. El cansancio y el vino de la cena con el whisky detrás de cada follada nos llevó a abandonarnos en los brazos de Morfeo.
Comentarios
Q riquísimo relato con Manú. Claro q hay q llegar bien limpio y aseado si se sabe q habrá besos y cogederas. Boca, cuerpo si se puede depilado. Pero lo principal son las lavatinas profundas. Es sumamente importante no traer ni rastro de mierda. Es grosero ensuciar esas vergas. Q rico se amaron.. Q rica ducha. Q bueno q le cambiaste su bóxer por una tanga tuya amarilla. Q sensual es ponerle a tu macho ropitas.
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