DULCE SUEÑO: PRÓLOGO
( Relatos Gay )
DULCE SUEÑO es el título de este libro porque así se lo he puesto yo. Referente a este título para esta historia hay que decir poco. Está escogido porque les gustó a cuatro de mis alumnos. Ellos me propusieron que el relato de este título encabezara el libro para que todos los demás relatos estuvieran sometidos al primero, no les hice caso en esto, solo era una posibilidad; antes va el prólogo y el prólogo son ellos. Los cuatro alumnos fueron premiados, por su denodada aplicación a la escritura de relatos. Conforme iban obteniendo lectores de sus relatos, iban presidiendo el grupo. Destacaban por encima de los demás alumnos y decidí premiarlos con un viaje a la casa de campo que mi novio heredó de sus padres.
Antes de proseguir, he de avisar el lector que los cuatro alumnos que vinieron a este viaje y yo teníamos una buena relación consentida por mi novio dado el tiempo que él, Jaime Beltrán, ausente lejos de mí por necesidad laboral, me sugirió que me liara con algún alumno guapo, homosexual o bisexual, para que yo tuviera la ayuda adecuada durante su ausencia. Jaime, tuvo que trabajar ocho meses en Japón. Estuve decidido a presentarme allí, pero en cuanto se lo comuniqué me instruyó a captar la atención de algunos de mis alumnos, yo capté cuatro, los que me parecieron adecuados para este fin. Jaime, mientras tanto, se buscaría algún chico japonés para aliviar su soledad y desesperación sexual. En verdad es que Jaime lo necesita un poco más que yo, y lo entiendo.
A todo eso, he de decir que soy profesor de lengua y literatura. Mi costumbre siempre fue pedir a mis alumnos redacciones libres de distinto género. Estos cuatro alumnos escribían relatos de chicos gays paranoicos. Todos los relatos de este tipo los fui coleccionando para descubrir la posibilidad de publicarlos en libro, mientras tanto los publicaban en distintas páginas web de relatos eróticos.
Como premio los invité a la finca familiar de mi novio, en cuanto regresara de Japón. Ya habíamos tenido nuestras relaciones sexuales de cada uno de ellos conmigo, excepto de uno por ser menor por días, ya hablaremos del asunto. De ninguna manera les forcé u obligué, solo les propuse publicar sus relatos y tener relaciones conmigo, de este modo, de vez en cuando venía o llamaba a uno de ellos y se acostaba conmigo, si les era posible, les pedí, que lo comunicaran a sus padres del modo que les pareciera mejor. Como yo soy versátil, los machitos me follaban y los pasivos recibían mi polla en sus preciosos y encantadores culos.
El motivo de llevarlos como premio a la finca de mi novio fue porque ya estábamos cerca del verano, era el corazón de la calurosa primavera. Se celebraban las fiestas de la ciudad y los colegios cerraban sus puertas en esa semana. Les propuse tres cosas: una, que tendrían tiempo para estudiar y preparar sus exámenes que serían quince días después; dos, que se conocerían mejor entre ellos al obtener la posibilidad de relacionarse sin peligro de ser descubiertos; y tres, porque venía mi novio de Japón y yo estaría en la misma condición de ellos, con mucho deseo sexual de abrazarme a mi chico, después de una ausencia tan prolongada. A los cuatro les pareció una excelente idea y allí fuimos a ahogarnos de semen, saturarnos de estudio agotador y todo ello pagado por mi novio, que por cada trabajo que hacía en el extranjero venía con una suculenta fortuna.
Lo primero que determinamos es que desayunaríamos a las 9 de la mañana, luego todos en la casa nos pondríamos a estudiar en la Biblioteca que mi novio instaló en la casa para placer mío. Mientras tanto, las dos mujeres del servicio limpiarían la casa, y cocinarían para nosotros, dejándola preparada para que nos la sirviéramos después de bañarnos en la piscina del sector deportivo de la casa, al que las dos mujeres no tenían ningún acceso. Ellas desaparecían de la casa hacia las 2:00 de la tarde, nunca después de esa hora. Para la cena nos encargaríamos nosotros mismos, ya que nadie más vendría a la casa porque se imponía tiempo de zona libre de ropa.
Estando allí, supieron aprovechar el tiempo de la mañana para sus estudios, los cuatro consiguieron dos semanas más tarde concluir sus estudios en el Colegio con excelentes notas. He de reconocer que sus padres estaban satisfechos en extremo ya que vinieron a felicitarme y todos me obsequiaron alguna cosa para mostrar su agradecimiento y satisfacción. Repetimos lo mismo más tarde para preparar el examen de selectividad con resultados inmejorables. Esas mañanas de estudio en la Biblioteca, estábamos los seis y el silencio parecía sepulcral y santo. Mi novio respondía a título personal las cuestiones de ciencias exactas y físicas y yo las literarias. Eran preguntas concretas con respuesta breve. Para centrarnos en el estudio todos íbamos vestidos de modo ligero, pantalón corto o deportivo y camiseta de manga corta o de tirantes.
Acabado el tiempo del estudio, venía el deporte para relajarnos la tensión acumulada en el estudio. Teníamos una pista de tenis, una canasta para encestar y la piscina con un pequeño gimnasio en el que había algunas máquinas muy del gusto de mi novio tales como maquina de musculacion, una multiestacion, diversas mancuernas, pesas y otros elementos de estiramiento. Es el pequeño gimnasio de mi novio, porque gusta de hacer gimnasia desnudo o casi desnudo.
Los cuatro me habían visto desnudo hartas veces durante la ausencia de mi novio por su viaje a Japón, siempre individualmente. Cuando llegue a la piscina el primer día, ya se habían metido tres chicos en la piscina, me despojé de mi ropa y me metí en la piscina desnudo, como hago siempre. No tardó en llegar mi novio Jaime con uno de ellos con quien había tenido un partido de tenis, este se llama Indalecio Fernández, ellos le llamaban Índale, yo siempre Indalecio hasta que me dijo
— Don Ernesto, puede llamarme como todos los compañeros de mi aula, ellos me llaman Índale, como en mi casa.
— A partir de ahora, descuida Índale, que así te llamaré; a ti te digo que mientras estemos solos en cualquier lugar donde nos encontremos fuera del Colegio, olvídate del Don y me llamas Ernesto simple y llanamente.
— Gracias, Ernesto, por ofrecerme esta confianza.
Llegaron, pues, a la piscina, se despojaron de toda su ropa; como venían sudados, se ducharon ambos desnudos y se echaron a la piscina. No tardaron los otros tres en salir de la piscina, quitarse su bañador y volver a entrar. Cuando salimos todos un rato a tomar el sol les pregunté:
— Qué preferís que comamos aquí afuera aligerados de nuestra ropa o ir al comedor vestidos para no ensuciar las sillas tapizadas.
Eligieron comer junto a la piscina. Dispusimos, pues, la mesa plegable y las sillas de tijera y lo que teníamos que hacer para traer la comida preparada desde la cocina y luego dejarlo todo allí. Nos organizamos los seis. El marco para pasarlo bien estaba preparado.
Juan Trenzano, al que todos llamaban Trenzano, me preguntó:
— En la noche, como disponemos cada uno de una habitación, ¿significa eso que está prohibido el sexo entre nosotros?
— Buena pregunta, en primer lugar os digo que nada hay prohibido, hacemos las cosas con orden porque tenéis que estudiar para los exámenes, pero nada está prohibido. Disponer de una habitación cada uno es una cortesía de Jaime para que tengamos nuestras cosas cada uno en un lugar. Si dos quieren dormir juntos, es cosa vuestra. Jaime y yo dormiremos en la misma habitación todas las noches, porque ya podéis imaginar que nos tenemos ganas. Eso no quiere decir que os despreciamos, porque disponemos de la tarde para juegos, paseos, piscina y para hacer el amor con quien deseáis. Ahí estamos los seis en juego, todos con los mismos derechos y deberes.
— Eso me parece justo —dijo León Sanjurjo, a quien llaman el León—, vosotros dos sois novios y tenéis derecho a vuestra intimidad, al menos en algún momento, nosotros cuatro, quedamos libre para emparejarnos y en condiciones iguales, pues nos entran las ganas y nos ponemos de acuerdo con quien sea.
— Eso es, de eso se trata precisamente.
— Yo también tengo una pregunta, —dijo Pepe Mestre — se trata de cuando nos entran ganas, ¿tenemos que escapar a la cama o a un baño escondidos?, —y se silenció.
— La naturalidad es la mejor manera del comportamiento, si estamos aquí y dos se animan y lo quieren hacer ahí mismo, los demás seguiremos con lo nuestro o los miraremos, si alguien gusta de mirarlos; si quieren irse, que hagan como les guste, si uno solo quiere masturbarse, se aparta un poco para desviar los tiros y no nos complicará a los demás. Espontaneidad, amigos, —dijo Jaime, lo cual me gustó porque lo iban a escuchar muy poco, ya que había decidido no ser más que uno de tantos, como solemos decir.
Cuando íbamos a entrar de nuevo a la piscina, les dije:
— El viernes tendremos fiesta porque es el cumpleaños de Índale. Todos habéis cumplido los 18 y él los cumple el viernes, celebraremos los cumpleaños de los cuatro, eso quiere decir que León, Pepe y Trenzano organizarán una buena fiesta para esa tarde. Veremos vuestro ingenio, pero en la mañana tendremos estudio como todos los días. Aquí hemos venido a estudiar con tranquilidad y a vivir con libertad.
Los días habían transcurrido de modo previsto, estudiar, hacer deporte, tiempo para jugar con total libertad y noches de emparejamiento. Locas eran las tardes, muy locas. Hubo algún día que me los tuve que follar a todos y otros en los que todos me follaron. Dejar libre a la gente hizo que por las mañanas estudiáramos todos intensamente y no se oía de 9:30 a 13:30 ni un solo bostezo ni suspiro. Como el almuerzo era a las tres de la tarde, aprovechábamos para hacer deporte como animales, pues la furia y la fuerza quedaba de manifiesto, aunque nadie llegó a sangrar.
El viernes las mujeres nos prepararon una comida especial en base a aperitivos. Ese día rendimos honores a Índale en el desayuno, lo felicitamos y se dio aviso que después del deporte dispondríamos de 20 minutos antes de la comida para vestirnos completamente. Cada uno encontraría ropa adecuada a sus tallas en sus habitaciones, proporcionada por Jaime en agradecimiento a los servicios prestados a su novio durante su ausencia.
Tras estudiar intensamente esa mañana, hicimos todos un concurso de natación a fin de pasar el tiempo junto con Índale. Cuando llegué a mi habitación me encontré con 2 smoking, en uno estaba mi nombre en un papel junto a las prendas correctamente planchadas. Me vestí e inmediatamente entró Jaime, se vistió muy rápido y nos arreglamos mutuamente la corbata michi. Salimos de la habitación para dirigirnos al salón y allí estaban los cuatro chicos engalanados con sus pingüinos negros y la michi en la mano. Jaime se puso a enlazarles la corbata en el cuello. Todos comentaban lo bien que les quedaba el smoking. Nos hicimos unas fotos. Jaime sacó su trípode para colocar el iPhone y nos hicimos la del grupo, todos guapos y elegantes. Comimos y tras una tertulia en la que hicimos muchas preguntas a Índale, nos intercambiamos las fotos para que todos las tuviéramos todas, dio comienzo la fiesta.
Dicho esto, acabamos este Prólogo deseando una buena lectura a los que tengan alcance a este libro.
Comentarios
Que buen prólogo Janpaul! Me tienes absorto con el relato! Me encanta cómo escribes!
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Detalles
Janpaul
Nombre do Relato
DULCE SUEÑO: PRÓLOGO
Codigo do Relato
8071
Categoria
Gay
Fecha Envio
05/dic/2021
Votos
1