VIRGINIDAD PERDIDA: 3. Iniciación en el vestuario
( Relatos Gay )
Durante mi último año, tomé la opción de los deportes para poder acumular tantos puntos como fuera posible en el bachillerato. Por lo tanto, mi nuevo horario se incrementó en cuatro horas de natación por semana. Un día, al final de la clase, me quedaba unos minutos para charlar con uno de mis profesores de natación junto a la piscina y cuando la conversación terminaba, me dirigía a las duchas: ¡lo sabía, estaban todas ocupadas!
Sabía que los profesores tenían a su disposición todo un vestuario con dos duchas. Decidí ir a llamar a su puerta y rogarles que me dejaran usar su vestuario. Mis profesores debían tener 25 años, uno era rubio con piel blanca y el otro moreno con piel muy oscura. Cuando el profesor rubio abrió la puerta y le expliqué la situación, sonrió y dijo:
— Pasa.
Tan pronto como la puerta se cerró, se desnudó y se metió en la ducha, tenía un cuerpo súper musculoso y considerando su condición, una polla enorme. Lo miré aturdido y preferí esperar hasta que terminara de lavarse. Cuando salió de la ducha, se acercó a mí y me dijo:
— Está gorda, ¿verdad? ¡Siente lo bueno que es!
Le dije que no, que estaba avergonzado y él respondió:
— No, estoy seguro de que tú tampoco estás mal, ¡¡déjame ver!!
Me levanté y le mostré mi erección, mi polla debe tener 17 cm de largo y muy gruesa, lo puso en tal estado que la cogió en bruto y comenzó a ir y venir en mi herramienta. Después de unos minutos me dio la vuelta y sin previo aviso, me rompió el ano con su gran polla, el dolor era tan terrible que tuvo que apoyarme para que no me doblara! Pero después de 5 ó 6 idas y venidas me dio un placer de otro mundo. ¡Me jodió durante mucho tiempo hasta que se me subió a la espalda! Me dejó sin vida en medio del vestuario y antes de que pudiera entrar en razón, el segundo profesor entró en la sala! Sentí que iba a ser otra historia porque apenas se desnudó, se sentó a horcajadas y me metió un artilugio de 25 cm en el culo. Me folló al menos una hora antes de que me disparara un potente jet en el trasero. Desde entonces, la natación ha sido un verdadero momento de alegría para mí y especialmente para ellos, porque siempre voy a ducharme donde los profesores, ahora ya sin excusa.
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