El caso es que yo andaba ya muy caliente y aquella curvada polla que tenía el viejo, no se me iba de la cabeza, la imagen del viejo pajeándose y exhibiéndose por la ventana cuando fui a ver si aquello que había dicho uno de los amigos era verdad, no se me iba de la cabeza, me ponía muy cachondo y ya en mis pajas era en lo que pensaba. La visión de verlo como se exhibía y luego cuando subí a su casa la tremenda follada que me había dado, como me había dado por el culo con aquella larga y curvada polla. Así que ya no pudiendo aguantarme más, cachondo y salido como andaba aquel día, esperé a que se fuesen todos los amigos y antes de que anocheciese, armándome de valor, volví a hacer lo de la otra vez. Iría a ver si el viejo estaba en la ventana como solía y me dejaría ver como la primera vez.
Iba cachondo y salido a más no poder, ya no dejaba de pensar en la polla del viejo, por supuesto que iba muy pero que muy nervioso. Cuando llegué no vi al viejo en la ventana, así que algo decepcionado me senté en el banco como la primera vez, iba a esperar un poco a ver si el viejo se asomaba por la ventana. Ya habrían pasado unos 10 o 15 minutos, pero del viejo no había trazas, ni siquiera se veía que pudiera haber alguien en la casa, dudaba en si sería mejor llamar al timbre, pero me daba mucha vergüenza, no sabía que decirle, además que me pudieran ver alguno de mis amigos, me aterraba.
Cansado ya de esperar, al no ver al viejo asomarse a la ventana, resignado decidí marcharme para mi casa, al día siguiente volvería a ver si tenía más suerte. Ya había cruzado para la acera donde quedaba el edificio del viejo, iba pensando en si tocar al timbre o no, cuando al ir andando por la acera, veo que, frente a mí, venía el viejo con una bolsa de la compra.
Bufff, al momento ya todo mi cuerpo se estremeció, el estómago al momento se me encogió empezándome a recorrer una corriente por todo el cuerpo, que me hizo estremecer. Vi como el viejo se paraba a abrir la puerta y como se me quedaba mirando algo pensativo. Vi cómo se sonreía, me había reconocido y por supuesto vio como mi cara se enrojecía y el nerviosismo que en aquellos momentos me azoraba. Supo al momento que yo seguramente lo había ido a buscar, supo ver mi desconcierto al verlo y mi inquietante nerviosismo por aquel repentino encuentro. Sin dudar ni un segundo, abrió rápidamente la puerta del portal del edificio donde vivía dejándola completamente abierta, a la vez que me miraba sonriéndome. Claramente me estaba esperando para que yo pasara y fuese con él, me estaba invitando a subir de nuevo a su casa.
Cuando llegué a su altura, mirando nervioso para todas partes por si alguien me veía, entré rápidamente al portal sin que ninguno de los 2 hubiéramos dicho nada, no hacía falta, estaba todo muy pero que muy claro, yo sabía que me estaba invitando a ir con él, y él sabía muy bien que yo no pasaba por allí por pura casualidad. Sabía muy bien que yo andaba cachondo y que lo había ido a buscar para que me volviera a dar por el culo, sabía muy bien que aquel joven mariconcito andaría caliente y con ganas de que le metieran por el culo una dura y larga polla y que lo hicieran gemir de gusto. Estaba completamente seguro de que el mariconcito andaría caliente y desesperado por tener una polla que lo follase bien follado.
Nada más pasar yo, pudo comprobar mi nerviosismo y lo enrojecido que me había puesto, Dios si hasta las orejas las tenía que me echaban humo de lo enrojecidas que se me habían puesto. Tranquilo que no te ha visto nadie, me decía entrando él y cerrando la puerta del portal. La puerta era de madera, así que ahora ya no nos podía ver nadie, cosa que me tranquilizó un poco al verla cerrada y a los 2 dentro del portal.
Apoyando la pequeña bolsa que traía del supermercado, en el suelo, me abrazó a él empezando a meter mano a la vez que me empezaba a susurrar cosas al oído.
¡Ay maricón que ganas tenía de volver a verte! Bufff, como me gusta este lindo culito que tienes, no sabes bien las ganas que tenía de volvértelo a follar. Quiero follártelo y preñarlo con mi lechita, voy a embarazarte y hacerte mi hembrita, me susurraba en la oreja, magreándome todo el cuerpo con sus manos. Te voy a llenar esta barriguita con mi semen y te voy a embarazar, me decía frotándome con sus manos el abdomen, haciendo que me retorciera de gusto.
¿Estás nervioso eh? Me decía buscando mi boca con la suya empezando a morrearme a la vez que mordía mi labio y metía su larga lengua en mi boca.
Dios, aquel morreo que acababa de darme, me había dejado sin respiración, me había dejado medio aturdido cuando le escucho decir que estuviera tranquilo, que ahora ya nadie me podía ver. Anda subamos a casa que te voy a follar este rico culito que tienes, me decía, mientras yo trataba de recuperarme de aquel intenso morreo que acababa de darme.
Haciéndome girar, hizo que yo empezase a subir delante de él, el muy cabrón además de disfrutar viendo mi estrechito culito, me lo iba magreando mientras subíamos hasta su casa.
Como me gusta este estrechito culito que tienes, te lo voy a abrir y follar bien follado, te voy a hacer chillar de gusto como la otra vez, ya verás como vas a disfrutar con mi polla dentro tuya, mariconazo. Te voy a convertir en mi hembrita, me decía según íbamos subiendo las escaleras.
Cuando llegamos a la puerta del segundo que era donde vivía, abrió rápidamente la puerta haciéndome pasar. Anda pasa que me tienes que me revienta la polla, Dios que follada te voy a dar, me decía llevándome a la sala donde me había follado la otra vez y desde donde se exhibía por la ventana.
Nada más llegar, dejó la bolsa que traía sobre la mesa y sin esperar más, se abalanzó sobre mí, empezando a meter mano como acababa de hacer en el portal, sus manos eran como tentáculos, me abrazaban a él, manoseando todo mi cuerpo sin que yo pudiera hacer nada, solo me dejaba hacer tratando de llevar mis manos a su entrepierna, moría por tocar aquella polla que me tenía obsesionado.
Cuando por fin pude palpar su entrepierna, pude comprobar lo dura y empalmado que ya estaba el cabrón del viejo, yo andaba salido y caliente como una perra en celo, pero el cabrón del viejo estaba que reventaba de lo dura y empalmada que tenía la polla.
Te gusta, ¿verdad?
Mi hembrita tiene ganas de que le den polla, ¿verdad que sí?
¿Tienes ganas de que te de por el culo, eh maricón? Me decía mientras me empezaba a aflojar la correa del pantalón.
Vamos a quitarte la ropa, te quiero desnudito por completo, quiero ver esas lindas cachitas. Así que me tuvo con el culito al aire, empezó a pasar sus manos por los cachetes a la vez que me iba diciendo:
Ay maricón que culito más rico tienes, mira que caliente me estás, mira como tienes la pollita de empalmada, mira que salido me andas, me decía magreándome con su mano.
¿Me echabas de menos verdad?
¿Tenías ganas de volver a estar conmigo eh?
Pues no te preocupes que yo te daré lo que venías a buscar, yo te daré verga y te preñaré este lindo culito todas las veces que quieras, puedes venir cuando tu quieras. No tienes que esperar sentado en el banco, si tienes miedo de que te vean tus compañeros, solo tienes que tocar al timbre y yo te abriré rápidamente la puerta para que nadie te vea entrar. Bufff, como me gustaría que pudieras pasar toda la noche conmigo, tenerte en mi cama y hacerte mi hembrita, te iba a estar follando toda la noche, te iba a embarazar, te iba a hacer un bombo en esta linda barriguita que tienes, me decía sin dejar de manosearme el culito y abdomen.
Mientras él me iba manoseando y metiendo mano, yo trataba de sacarle la polla que tanto deseaba, ya se la había palpado y manoseado a gusto, pero quería sacársela, deseaba verla y tenerla en mis manos, cuando de repente me dice el viejo que espere, que terminé de quitarme la ropa mientras él se iba a desnudar.
Así caliente como ya me tenía, me dejó allí en la sala donde empecé a quitarme la ropa como me había dicho, mientras él iba, supongo que, a su dormitorio, de donde al poco apareció completamente desnudo al igual que estaba yo.
Bufff, así que lo ví aparecer completamente desnudo, era tal y como lo recordaba, veía aquella larga y curvada polla y mis ojos no se apartaban de ella, me estremecí de gusto nada más verlo. Pensar en que aquella larga y curvada polla que estaba contemplando me la iba a meter por el culo, me hacía estremecer, Dios si hasta las piernas me temblaban, la adrenalina se me había disparado. Tenía el estómago encogido y las piernas me temblaban de gusto, por todo el estómago me recorría un hormigueo que me hacía estremecer, era como si tuviera un nido de abejas u hormigas que no paraban.
Nada más llegar a mi lado, ya mis manos fueron a hacia aquella polla que me tenía hipnotizado. Nada más agarrarla con mis manos, poniéndome de rodillas, empecé a acariciarla a la vez que llevaba mi boca a ella.
Dios, que gusto y estremecimiento pegué nada más empezar a chuparle el hinchado y enrojecido glande. Chupaba y saboreaba aquella larga polla como si me fuera la vida en ello, Dios como la deseaba.
Me aferré a ella como si fuese un becerrito, mamaba y tragaba todo lo que mi boca me dejaba, escuchando como el viejo acariciaba mi pelo y soltaba suspiros viéndome chuparle la polla.
¡¡Ay maricón que boquita tienes! Joder que salido y desesperado me andas, ¡ooohhh maricón que gusto! Gritaba el viejo acariciándome el pelo con su mano viendo como yo le comía y succionaba su larga y enrojecida polla.
Ya llevaba un buen rato allí de rodillas chupándole la polla cuando el viejo sacándomela de la boca, me dijo que todavía no quería correrse, que antes quería darme por el culo, que quería probar mi culito y preñármelo bien preñado, que quería verme retorcer de gusto y escuchar como gemía y lloraba de gusto.
Anda levántate que quiero darte por el culo, me decía llevándome hacia la mesa donde me hizo recostar el pecho y cabeza, luego me abrió de piernas igual que me había hecho la primera vez, y así como me tenía, empezó a pasar sus dedos por medio de mis cachetes, palpó la entrada de mi agujerito con 2 de sus dedos, comprobando que todo estuviera limpio. Escupió en su mano pasándola luego por medio de mis cachetes, presionó con un dedo la entrada de mi ano, viendo que mi esfínter cedía y se abría dejando paso a su dedo. Lo metió a fondo y hurgó dentro haciendo que mi agujerito se fuese dilatando. Era como si me fuera inspeccionando, cosa que así era en realidad. Al ver que su dedo salía limpio y no había nada que temer, se agachó como la otra vez, pudiendo notar yo como el muy cabrón empezaba a pasar su lengua por mi caliente agujerito.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Grité a la vez que me retorcía de gusto al notar su larga lengua pasar y hurgar en la entrada de mi ano. Sentí como mordía mis cachetes y como pasaba una y otra vez su lengua. Dios hasta notaba como sus labios me chupaban la entrada de mi agujerito y como succionaba como si quisiera comerlo.
Así que me tuvo bien preparado, tal y como me tenía medio recostado sobre la mesa, me volvió a abrir de piernas, arrimó con su mano su larga y curvada polla a la entrada de mi agujerito, apoyó la enrojecida e hinchada cabeza y sin que me diese tiempo ni a pensar, me la metió por el culo de una embestida.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Grité a la vez que trataba de erguirme, notando como aquella larga y curvada polla me entraba por el culo, Dios, me la había clavado hasta los mismísimos huevos, me la había empotrado de una vez, dejándome completamente empalado.
Podía notar su pubis pegado a mi culito, sus huevos pegados a la entrada de mi ano y como el cabrón seguía impulsando su pelvis para que su polla me entrase por completo, quería metérmela bien a fondo, quería que la notara en lo más profundo de mi ser, que notara que me la había metido en lo más profundo de mis entrañas.
Ya maricón ya, calla que ya la tienes toda dentro, ya tu culito se la ha tragado toda. Es lo que querías, ¿no? ¿A eso has venido no maricón?
Querías que te diera por el culo y eso es lo que voy a hacer, te voy a follar y dejar el culito que cuando te sientes te acuerdes de mí, me decía sujetándome por las caderas a la vez que impulsaba su pelvis clavándome lo más profundo que podía aquella larga y curvada polla que tanto me gustaba.
Yo estaba que moría de gusto, no dejaba de lloriquear sintiendo como aquel viejo exhibicionista me estaba dando por el culo.
¡Ay que gusto! ¡Ay que gusto! ¡Ay que gusto maricón! ¡Ay que culito más apretadito y caliente tienes! ¡Dios como me gusta follártelo! Me decía el viejo una y otra vez metiendo y sacando su polla una y otra vez por mi abierto y caliente culito.
Yo no dejaba de lloriquear con aquellas embestidas que el viejo exhibicionista me estaba dando, ya tenía mi polla que no dejaba de gotear, la notaba toda pringada, cada vez que la larga y curvada polla del viejo me llegaba a lo más profundo de mis entrañas, me estremecía haciendo que mi polla soltase una gota más de semen, aquel tremendo gusto que me estaba dando, me estaba volviendo loco, cuando de pronto el viejo para de embestirme y así ensartado en su larga polla, me hace ir con él hacia atrás. El cabronazo arrastraba una silla hacia la ventana, quería sentarse en ella y darme por el culo allí sentado pudiendo ser vistos desde la calle.
Yo la verdad es que, a aquellas alturas, ya todo me daba igual, quería que me siguiera dando por el culo y lo demás no me importaba mucho, malo sería que alguien pudiera vernos y sobre todo reconocerme.
Primero se sentó llevándome ensartado en su polla, nada más sentarse el viejo, su polla salió de mi culito, dándome un tremendo gustazo, cosa que me hizo gemir y que yo me agachase queriendo que aquella polla me volviera a entrar por el culo. Pero al viejo no le convencía mucho aquella postura, quería verme la cara y darme por el culo viéndome a los ojos, quería ver como gozaba mientras me daba por el culo allí sentados frente a la ventana pudiendo ser vistos desde la calle por cualquiera que se fijase.
No, así no, date la vuelta y ponte de frente mirándome a mí, así así, abre bien las piernas y ahora apoya tus manos sobre mis hombros mientras te vas sentando sobre mi regazo, me decía mientras aquella larga y curvada polla me volvía a entrar por el culo.
Así, así maricón, mira cómo tu culito se traga toda mi polla, ves como te va entrando toda, ¿te gusta verdad putita? Me decía viendo como yo apoyándome en sus hombros, me iba sentando sobre su regazo mientras su polla me iba entrando por el culo. Veía como yo suspiraba de gusto y abría la boca lloriqueando, hasta que quedé completamente ensartado de nuevo en aquella polla que me tenía hipnotizado y que tanto me gustaba, ¡ooohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gimoteaba yo en un lloriqueo constante, viendo como volvía a estar completamente ensartado por la polla del viejo, todo el cuerpo me temblaba de gusto cuando el viejo me empieza a comer la boca a la vez que impulsaba su pelvis para que notara como me tenía ensartado.
Así mi putita, así, mueve el culito para que sientas más gusto, me decía mientras me metía la lengua en lo más profundo de mi garganta.
Dios, aquello me estaba volviendo loco, el viejo exhibicionista me tenía completamente entregado a él, nada me importaba en aquellos momentos, en aquellos momentos solo quería que el viejo me hiciese suyo y me follase bien follado. Me daba igual que alguien nos pudiera ver desde la calle, en aquellos momentos yo estaba completamente encendido y entregado al viejo exhibicionista.
Sentía su polla como entraba y salía una y otra vez como yo suspiraba y lloriqueaba de gusto subiendo y bajando, abrazándome cada vez más al viejo.
Los 2 podíamos ver como pasaba la gente por la acera que iba pegada al parque jardín, pero nada nos importaba en aquellos momentos, estábamos en plena copula y no había nada que nos parara en aquellos momentos.
¡Ohhh! ¡ooohhh! Me corro, me corro, empecé a gritar yo sintiendo como mi polla empezaba a soltar trallazos de semen que iban parar a el pecho y abdomen del viejo.
Así maricón así, mira como te corres de gusto, mira que pedazo de orgasmo que te he hecho tener, así maricón así disfruta, me decía mordiendo el labio y a la vez que apretaba y pellizcaba mis hinchados pezoncitos. Mira para la calle, mira como pasa la gente mientras te estoy dando por el culo, que vean cómo te hago correr de gusto, que vean como te hago gozar, anda que no te de vergüenza, me decía el cabrón del viejo.
La verdad es que aquello cada vez me gustaba más, me excitaba y ponía muy caliente, por supuesto que le hice caso al viejo y miraba para la calle viendo como pasaba la gente, no era mucha por la hora que era, pero estar así siendo follado por el viejo sentado al lado de la ventana pudiendo ser vistos por cualquiera que se fijara, me tenía muy cachondo, cuando de pronto un hombre que pasaba por la calle en aquellos momentos, se quedó mirando para la ventana donde estábamos los 2 follando, desde allí solo podía vernos la cabeza y parte de los hombros, pero supongo que al vernos y ver que éramos 2 personas, supongo que se debió dar cuenta de lo que estábamos haciendo, o al menos intuyó que era lo que estábamos haciendo. Al ver como se nos quedaba mirando, aunque no conocía de nada a aquel hombre, sentí un poco de vergüenza y para disimular y no pudiera sospechar lo que estábamos haciendo, agaché un poco la cabeza a la vez que me acurrucaba sobre el hombro del viejo exhibicionista.
Por supuesto que el viejo se dio cuenta de cómo nos miraba aquel hombre, cosa que, por supuesto le encantó, que viera, no le importaba nada, que viera como se follaba a aquel jovencito, que viera como le daba por el culo y como lo estaba haciendo vibrar de gusto.
No tengas vergüenza, me decía, no pasa nada, seguro que se está muriendo de envidia, seguro que le gustaría ser él, el que estuviera en mi lugar. Ya lo conozco, va siempre a los aseos de la estación, va buscando jovencitos a los que dar por el culo, ¿no lo viste nunca? Me preguntaba, separándome la cabeza a la vez que me besaba en la boca para que aquel hombre pudiera ver como me comía la boca y que efectivamente me estaba dando por el culo como seguramente había supuesto aquel hombre.
Yo algo aturdido y sobre todo sorprendido porque el viejo supiera que yo solía ir a veces a los aseos de la estación, moví la cabeza a la vez que le decía que no, que no lo conocía de nada.
No te preocupes, yo sí lo conozco, sé muy bien quien es, él también me conoce a mí, por eso miró para la ventana y se quedó mirando al ver que no estaba solo, seguro que se está muriendo de envidia, seguro que dentro de poco lo tendré tocando al timbre, pero no te preocupes, que, si tú no quieres, no lo dejaré subir.
Aquello me dejó algo preocupado, pero era tanto el gusto que el cabrón del viejo exhibicionista me estaba dando, que seguí dejándome dar por el culo, quería que se corriera el viejo y me dejase la corrida dentro, seguro que aquel hombre era otro viejo como él, además no lo conocía y eso era lo que más me importaba.
Mira, mira como no nos quita la vista de encima, ahora ya sabe que te estoy dando por el culo, ya sabe que te estoy follando y se está recreando en lo poco que ve. Seguro que muere de ganas por tenerte cómo te tengo yo.
¿Quieres que lo llame y lo deje subir? Si tu quieres lo dejamos subir y que vea como te doy por el culo, que vea como te hago gozar y cómo te hago lloriquear de gusto, ¿quieres?
Yo no decía nada, no sabía que hacer, me daba algo de vergüenza, que otro viera como me daban por el culo me daba vergüenza.
Si quieres también le puedes dejar que te dé por el culo, o si quieres chuparle la polla mientras yo te follo, le dejas, si no, pues nada, que vea y si quiere que se pajee, que te parece. Me preguntaba el viejo exhibicionista teniéndome ensartado en su larga y curvada polla.
Bueno, le contesté a la vez que subía los hombros como diciéndole que no me importaba. La verdad es que no se porque le había dicho aquello, en el fondo me excitaba mucho el que hubiera otro hombre allí con nosotros viendo como me daba por el culo el viejo exhibicionista, pero la verdad es que me daba mucha vergüenza.
Cuando me di cuenta de la decisión que había tomado, fue cuando vi como el viejo exhibicionista le hacía una seña a aquel hombre que no dejaba de mirarnos desde la calle, viendo como cruzaba la calle y al poco sonaba el timbre del piso del viejo.
Es él, me decía el viejo exhibicionista, voy a abrirle, tu quédate aquí que ahora vengo. Se levantó yendo a abrirle a aquel hombre, dejando luego la puerta del piso abierta para no tener que volver, viniendo luego hacia donde me estaba dando por el culo, se volvió a sentar en la silla haciendo que yo me sentara otra vez sobre su regazo a la vez que me volvía a introducir la polla por el culo.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Me estremecí a la vez que chillaba gimiendo por el gusto que me daba al sentir como aquella polla que tanto me gustaba me volvía a entrar por el culo, ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Volví a gemir cuando el viejo impulsaba su pelvis a la vez que apretaba mis tetillas pellizcándome los hinchados y erectos pezones.
Justo en ese momento era cuando entraba en la casa del viejo aquel hombre que nos había estado mirando desde la calle y luego de cerrar la puerta, venía hacia la sala donde me estaba dando por el culo el viejo exhibicionista, viendo como me tenía completamente desnudo sentado sobre su regazo, con la polla metida hasta las entrañas, haciéndome chillar y lloriquear del gusto que me estaba dando.
¡Joooder! Menuda follada que le estas dando a este lindo jovencito, menudo mariconcito que te has conseguido, joder que suerte tienes, creí que era coña lo que me contaste el otro día, pero… joder veo que sí era cierto, decía aquel hombre que acababa de llegar a la casa del viejo exhibicionista.
Siéntate y mira como me follo a este mariconcito, si quieres puedes ir a por una cerveza a la nevera, pero de momento solo puedes ver como le doy por el culo, luego si él quiere y te deja, pues ya podrás follarlo si él quiere.
Puedes despelotarte, así a lo mejor se anima y te deja que lo folles, así que tu verás.
Yo la verdad es que era incapaz de decir nada, estaba que moría de vergüenza, allí delante de mis narices, había otro hombre, se veía algo más joven que el viejo exhibicionista, unos 6 o 7 años menos, pero bueno los 50 años ya los tenía, de eso estaba seguro, era algo más alto que el viejo, alrededor del 1,75 centímetros, delgado al igual que el viejo exhibicionista, y bufff, menudo semental, así que lo vi completamente desnudo, lo que más me llamó la atención, es el pedazo de pollón que tenía, era de larga como la del viejo exhibicionista que me estaba dando por el culo, pero se veía mucho más gorda, era completamente recta y desde la punta a la base, era de igual grosor, pero bastante más gorda que la del viejo exhibicionista. Verlo allí como estaba viendo como el viejo me daba por el culo, como me entraba una y otra vez por mi caliente agujerito la polla del viejo y ver como me miraba aquel tremendo semental, me excitaba y daba mucha vergüenza.
Estuvo unos minutos viendo como la polla del viejo me entraba una y otra vez por el culo, como yo abrazado al viejo subía y bajaba una y otra vez, como gemía y lloriqueaba de gusto mientras estaba siendo follado por el viejo exhibicionista, cuando de repente lo noto justo detrás mía, noto como pasaba su mano acariciándome la espalda y como decía:
¡Ay maricón, como te gusta que te den por el culo! No me esperaba que fuera cierto que este cabronazo se estuviese follando un jovencito tan lindo, caliente y vicioso como tú. ¿Te gustan las pollas eh? ¿Te gusta que te den por el culo eh maricón? Mira, mira cómo me habéis puesto, mira que pedazo de polla tengo para darte, me decía acariciándome con su mano por la espalda a la vez que arrimaba su gorda verga a mi hombro para que se la viera y viera lo caliente y empalmado que lo teníamos allí viéndonos copular.
Al sentir su mano acariciándome la espalda, giré la cabeza pudiendo ver pegado a mi cara aquella tremenda verga, Dios, ver lo gorda y grande que era me había excitado aún más, la piel aún le recubría parte del gordo glande, pero ver lo dura y como le brillaba la cabeza, me daban ganas de abrir la boca y empezar a chupársela, pero tal y como me tenía el viejo exhibicionista, me era un poco difícil, solo pude echar la lengua y pasársela por aquella gorda cabeza, haciéndolo suspirar a la vez que pasaba su mano por mi cabeza y decía:
No te preocupes, putita, que hoy no te vas a quedar sin probarla, se que la estás deseando, yo también deseo metértela por este culito tan vicioso que tienes, ya verás como vas a disfrutar con ella dentro de tus entrañas. Hoy vas a ir para casa bien follado y preñado de leche, me decía mientras yo pasaba mi lengua por el enrojecido glande.
Así estuvimos aún un buen rato, cuando de repente el viejo exhibicionista que me estaba dando por el culo, anuncia que se va a correr.
Ya putita, ya me viene, ya me viene, ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba el viejo soltando trallazos de semen dentro de mi caliente y abierto culito.
Dios que tremenda corrida me acababa de soltar el viejo, parecía que se estaba meando dentro en lugar de correrse. Cuando terminó de eyacular, sudando como estábamos, teniéndome abrazado a él, me empezó a comer la boca hasta que siento como la larga y curvada polla del viejo exhibicionista, empieza a salir de mi abierto y caliente agujerito. Estando así siendo morreado por el viejo, noto como unos fuertes brazos me abrazan por detrás a la vez que tiran de mí, levantándome del regazo del viejo que me acababa de dar por el culo. Noto como me pega a su pecho, como empieza a morderme el cuello a la vez que me susurra:
Ven putita, ven que ahora vas a probar mi polla, me susurraba al oído a la vez que me mordisqueaba el cuello y oreja. Noto como me lleva pegado a él, como se pone pegado de espaldas a la ventana, y estando así apoyado, me hace inclinar un poco, me hace abrir de piernas y así teniéndome agarrado, noto su polla en la entrada de mi abierto y chorreado agujerito y como de una embestida me mete toda la polla por el culo.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Empecé a gritar notando como aquella gorda polla se introducía por mi abierto culito y como me abría aún más. Dios, parecía que me iba a partir en 2, menos mal que ya estaba bien abierto y dilatado, porque aquella polla sí que me acababa de abrir bien el culo, era como si me acabaran de ensanchar las caderas cuando sentí toda la polla dentro de mí. Noté los huevos pegados a la entrada de mi ano, como me separaba con sus manos y como de repente volvía a introducirse en mí, haciéndome chillar y retorcer del gusto que me había dado.
Así maricón así, dame el culito y deja que te lo folle, ya verás como hoy vas a ir bien follado y preñado, así maricón así, saca un poquito más el culito y deja que te folle, ya verás como vas a chillar de alegría, me decía mientras me daba por el culo, viendo el viejo exhibicionista como ahora aquel hombre al que había llamado, me daba por el culo delante de sus narices.
Yo no dejaba de chillar y lloriquear del gusto que me estaba dando, veía como el viejo exhibicionista me miraba. Veía todavía allí sentado sobre la silla donde me acababa de dar por el culo, como me estaban dando por el culo, como sudaba y temblaba gimiendo y lloriqueando mientras estaba siendo follado.
Viéndome así siendo follado, fue cuando vi como se levantaba de la silla donde me acababa de follar, como se sujetaba aquella larga polla con su mano, como se acercaba y luego de pasar su mano por toda la corrida que le había dejado en el pecho y abdomen, la llevaba a mi cara para que se la lamiera con mi lengua, cosa que entendí a la primera y sin que tuviera que decir nada más, empecé a lamer aquella pringada mano. Estaba tan caliente y salido, que nada me importaba ya, yo solo quería que me siguieran follando, quería verga y más verga.
El viejo al ver lo excitado y salido que yo estaba, no dudó en mientras yo me apoyaba con mis manos sobre él, en llevar mi cabeza hacia su flácida verga y dejar que yo me la metiera en la boca y así pudiera saborear los restos de la corrida que me acababa de dejar en lo más profundo de mis entrañas.
Al ver como yo le chupaba la polla al viejo exhibicionista, el que me estaba dando por el culo, empezó un mete y saca más rápido y profundo, a la vez que me insultaba y llamaba de todo.
Así maricón así, que pedazo de puta que eres, mira como le gusta la polla al cabrón, mira como disfruta que le den por el culo, a este cabrón le gusta más el rabo que un caramelo a un niño, pedazo de puta que has encontrado y que culito más rico y apretadito que tiene el mariconazo.
¡Ay que gusto! ¡Ay que gusto! ¡Ay que gusto! Gritaba una y otra vez metiéndome la polla por el culo, hasta que noto como las embestidas eran más rápidas, como empezaba a gruñir y como clavaba sus dedos en mis caderas y de repente empieza a gritar que se corre.
Ya maricón ya, ya me corro, ya me corro, te voy a preñar y llenar el culo de leche, cabrón, ¡ooohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba llenándome el culo con su caliente semen. Me había dejado clavada su polla en lo más profundo de mis entrañas, como me mantenía pegado a él, mientras de su polla iban saliendo chorros y chorros de semen, dejándome preñado por segunda vez.
Así que terminó de correrse dentro de mi abierto culito, mientras su polla me iba saliendo del abierto culo que me había dejado, notaba como por mis piernas me iba escurriendo el semen con el que me acababan de preñar aquellos 2 sementales, las piernas me temblaban y la polla la tenía toda pringada, de ella seguía saliendo un hilillo de semen que quedaba colgando y por el que iban cayendo gotitas de semen.
Nada más soltarme el que acababa de darme por el culo, mis piernas que me temblaban como si fueran de trapo, no pudieron aguantarme por lo que caí de rodillas y menos mal que me estaba sujetando al viejo exhibicionista que si no, hubiera caído de bruces al suelo.
Al ver como temblaba de gusto por la tremenda cogida que me acababan de dar, el viejo exhibicionista me ayudo a levantar y abrazándome a él, me llevó hacia el baño donde nos lavamos un poco.
Una vez lavados y algo aseados, el semental al que había invitado el viejo exhibicionista se fue, al parecer tenía prisa, así que quedamos el viejo exhibicionista y yo. Seguía desnudo por completo, estaba sentado en la silla donde me había follado el viejo exhibicionista, bebiendo una cerveza a la que me había invitado el viejo. Me estaba dejando recuperar.
Mientras estuvimos bebiendo la cerveza a la vez que yo me iba recuperando de la tremenda follada que me acababan de dar 2 tremendos sementales, el viejo trataba de convencerme para que me quedara un poco más, realmente quería que me quedara a dormir con él. Primero me preguntó si tenía que estar en casa a alguna hora y así que le dije que no, que no tenía que estar a una hora determinada, que solo tenía que avisar por si no iba a cenar, pues era viernes y el sábado no tenía que ir a ninguna parte, no tenía clase. Eso sí, cuando salía de fiesta con los amigos, tenía que avisar para que no estuvieran preocupados.
Aún no eran las 10 de la noche y no tenía prisa de momento, pues a esa hora era cuando solíamos cenar en casa. El viejo exhibicionista al ver la tremenda ocasión que se le presentaba fue cuando me animó a que llamara por teléfono a casa y que les dijera que iba de fiesta con los amigos y que me quedara allí a dormir con él, que cuando quisiera podría marchar, que le gustaría tenerme en la cama con él, que luego me volvería a follar. Quería que me quedase, que fuese su hembrita y tener mi culito a su entera disposición.
Quédate, ya verás que bien lo vamos a pasar, si quieres cenamos algo y luego nos vamos para la cama, ya verás cómo vas a disfrutar, te voy a hacer gozar como jamás has gozado, me decía tratando de convencer.
Pero la verdad es que yo estaba agotado, dudaba y realmente no sabía que hacer, me gustaba la polla del viejo exhibicionista, pero ahora solo pensaba en marchar para casa, así que le dije que no, que, si fuera el sábado, podría decir en casa que iba a la discoteca y venir para pasar la noche con él.
Al ver que la ocasión se le escapaba, fue cuando me dijo que entonces podríamos quedar para mañana que era sábado.
Luego de pensarlo unos segundos, le dije que sí, y así quedamos en vernos al día siguiente que era sábado, iría a las 9 de la noche, no quería ir más temprano, no quería que mis amigos sospechasen nada. Así que luego de ponernos de acuerdo, me vestí, no sin poder dejar que me metiera mano mientras me vestía y una vez vestido y de darme un largo morreo que me dejó los labios enrojecidos e hinchados, salí de la casa del viejo exhibicionista, quedando de volver al día siguiente para pasar la noche con él.