Al poco de empezar a caminar, ya pude ver a 2 tipos, uno de ellos era moreno, al que apodé con el nombre de Anubis, estaba mamando un rabo a otro que se me hizo familiar al ver aquella gran polla, además era inconfundible, su gorrito de tela era el que la semana anterior me había desvirgado, haciéndome perder la poca inocencia virginal que me quedaba.
¡Hola! ¿Qué tal, quieres unirte? Me dijo al que había apodado con el nombre de Anubis.
Mirando para el tío de la gran polla, mientras le sonreía, le contesté que sí.
¿Parece que os conocéis! Dijo Anubis.
Sí, contesto el tío del gorrito de tela, es un chico muy prometedor.
Anubis quedándose, mirándome un rato, volvió a lo que estaba haciendo, que era meterse la gran verga de José, que era como se llamaba el tío del gorrito que hacía una semana me había desvirgado, poniéndose a mamarle la gran verga de José.
Sin preguntar nada, lo que hice fue agacharme y llevar el rabo de Anubis a mi cara, empezando a mamárselo yo a él, mientras el hacía lo mismo con la gran polla de José.
¡Ohhh que gusto! Dijo Anubis al notar como metía su verga en mi boca empezando a mamársela.
Joder, que putitas más complacientes, decía José. Anda, comerme la polla los 2 a la vez, nos decía.
Y eso empezamos a hacer, sacándome la polla de la boca, me coloqué al lado de Anubis, y luego de morrearnos entre nosotros, empezamos a chupar aquella gran polla que se gastaba José. La verga tiesa y curvada hacía arriba, ya rezumaba por el capullo precumen, brillando a causa de la saliva que nuestras bocas iban dejando en ella.
De pronto Anubis se escurrió, dejándome a mí solo chupándole la polla a José, notando al momento, como Anubis me abría de piernas y empezaba a comerme el culo.
El muy cabrón me estaba dando una delirante comida de culo, a la vez que iba introduciéndome un dedo en él.
¡Ohhh! ¡ooohhh! Gemí a la vez que me estremecía notando la lengua de Anubis recorrer mi agujerito y su dedo abriendo mi culo, no pudiendo hacer nada más que atragantarme con la verga que tenía en la boca, cosa que aprovecho José, para empezar a darme una tremenda follada.
Puso sus manos sobre mi cabeza, empezando a empujar esta, haciendo que tragara toda su polla, dándome una tremenda follada de boca y garganta.
José empujaba mi cabeza, follando suavemente mi boca y garganta, no tenía prisa, quería que fuese comiendo suavemente su verga por lo que me la iba introduciendo despacio para que no me atragantara, y pudiese así disfrutar con la follada que le estaba dando a mi boca.
Al poco rato, noté como Anubis, introducía un segundo dedo en mi culito, haciéndome que me abriera más de piernas. Dios, que cerdo y deseado me sentí en esos momentos, aún es hoy el día que lo recuerdo cada vez que hecho un polvo cuando en ocasiones hago cruising. Después de abrirme bien el culo con sus 2 dedos, introdujo su polla en mi culo, empezándome a follar, mientras José me follaba por la boca.
Al poco de estar ambos follándome, uno por delante y Anubis por detrás, este último saco su polla sin correrse, cosa que aprovecho José para sacarme la verga de la boca, y dándome la vuelta, me clavó su estaca por el culo, haciéndome chillar de placer, al notar como aquella gran polla que me había desvirgado la semana pasada, volvía a estar ensartada en lo más profundo de mis entrañas.
Anubis, viendo como José, me estaba follando y como yo chillaba de placer mientras estaba siendo empalado en aquella gran polla que se gastaba José, me preguntó, si alguna vez me habían hecho una doble.
¿Te han hecho alguna vez una doble? Me preguntaba Anubis, mientras acariciaba mi cara.
Viendo José que yo no contestaba, dejó de follarme, dejando su verga enterrada en mi culo, esperando a ver que era lo que yo contestaba.
No, pude por fin contestar. Pero… Ufff, eso debe doler ¿no? La verdad es que nunca lo he probado, le dije,
Viendo como José empezaba de nuevo a culearme lentamente, esperando a ver que era lo que iba a proponer Anubis.
Si quieres probamos, ya verás como te va a gustar, decía Anubis, esperando a que José también aceptase su propuesta. Solo hay que dilatarte bien el culo y ya verás que gusto da ser que te metan 2 pollas por el culo.
Viendo que yo no decía nada, José se animó, y sacándome la verga del culo, dejó que Anubis me empezara a dilatar con sus dedos. Metió 2 dedos de golpe, mientras yo abrazado a José, dejaba que este me fuese comiendo la boca. Luego de haberme metido 2 de sus dedos, mientras José me comía la boca, él mordiendo mi nuca, empezó a meterme un tercer dedo. Así que me tuvo bien abierto y dilatado el esfínter, empezó a meter un cuarto dedo. Dios que gusto me estaba dando, José no paraba de morder los labios y comerme la boca, mientras Anubis, mordía mi nuca y cuello e iba metiéndome en el culo sus 4 dedos, poco faltaba para meterme su mano por completo. Me sentía totalmente abierto y deseado, en esos momentos podían meterme por el culo lo que les diese la gana, me tenían totalmente entregado a ellos, en esos momentos solo deseaba ser poseído por aquellas vergas de aquellos tíos.
De la polla me chorreaba un hilo de precum y Anubis no dejaba de meter sus dedos por el culo, preparándolo para lo que iba a ser mi primera doble penetración. Mientras Anubis me preparaba, José no dejaba de magrearme con su boca. Me tenían tan pero que tan caliente y excitado, que ya estaba deseando que ambos me penetraran con sus rabos.
El primero en hacerlo fue Anubis, una vez sacó sus dedos de mi superdilatado ojete, colocándose detrás mía, metió su rabo por mi culo, haciendo que me estremeciera de gusto, al notar como me entraba su polla hasta que sus huevos chocaron con mi esfínter.
Luego fue la gran polla de José, que estando, así como estaba, delante mía, levantó una de mis piernas, llevó la punta de su polla a mi ojete, empezando a presionar. Al principio no entraba la polla de José, pero en una de las ocasiones en que Anubis sacaba su polla, sin sacarla de todo, José presiono a la vez que impulsaba su pelvis y levantaba más mi pierna, ¡ohhh! ¡ooohhh ohhh! Grité notando como entraban ambas pollas por mi culo, abriéndome en canal. Me abracé fuertemente a José, notando como mi culito se abría dejando paso a aquellas 2 vergas que iban entrando por mi culo.
Una vez ambos me tenían ensartado en sus pollas, esperaron unos segundos, mientras Anubis me decía, ya está, ves como te entraron y no duele. Joder que salido estás, cuando tengas mis años, ya habrás follado con más hombres que pelos tiene mi cuerpo.
Ufff, yo sudaba abrazado a José, hasta que caliente como estaba, con el culo abierto pringado de precum, lubricante y saliva, con aquellas 2 pollas dentro mía, empezaba a desear que ambos me empezaran a follar.
Empecé a morder los labios de José y pedirles que me follaran, cuando Anubis me grita, ¡joder maricón, que vicio tienes en el cuerpo!
Yo no paraba de gritar, ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Mientras notaba como ambas pollas follaban mi culo a la vez. Se escuchaba como entraban ambas pollas, chof, chof chof chof, cuando pudimos escuchar los ruidos que venían de unas ramitas que había en las dunas, y el susurro de alguien pajeándose. Seguro que teníamos espectadores que estaban disfrutando de la follada que José y Anubis me estaban dando.
Al poco de escuchar aquellos susurros, Anubis, empezó a gritar que se corría.
¡Ohhh me corro! Me corro, me corro, ¡ooohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba Anubis derramando su semilla dentro mía.
Una vez Anubis termino de correrse, sacó su polla, dejando que José siguiera taladrando mi redondito culito.
Viendo que la holgura que le había quedado a mi culito, no le apretaba suficientemente la verga a José, este me pidió que apretase el culo y poder así desfrutar más. Hice lo que me pidió, y mientras seguía dándome por el culo, Anubis agarrando mi polla, no dejaba de pajearme, hasta que terminé explotando en una tremenda eyaculación. Empecé a soltar trallazos de leche, a la vez que gritaba, ¡ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto!
Una vez terminé de soltar toda la leche, José sacándome la polla del culo, me hizo agachar, llevando su verga a mi boca, empezando a soltar varios trallazos de semen en ella. Varios trallazos cayeron en mi boca, y un par de ellos fueron a parar a mi cara. Luego sin poder contenerme, sujeté la verga de José con mi mano, llevando esta a mi boca, donde terminó de soltar toda la leche que le quedaba, pudiendo yo saborear aquella deliciosa polla que tanto me había hecho gozar.
Luego de esta fabulosa follada que me dieron Anubis y José, me vestí y marché para casa. Iba totalmente reventado, pero iba bien satisfecho y preñado de leche.