De acuerdo, pero primero voy a casa, hago lo que tengo que hacer y en menos de una hora estoy de vuelta, le dije.
Terminé de beber la cerveza, le pasé el bote vacío para que lo tirara, y me puse de pie para bajar del monovolumen.
Espera me pidió, Andrei. Puedes hacerme un favor y de paso que te vas, tiras en el contenedor de la basura esta bolsa, me pasó una pequeña bolsa donde había tirado el bote de cerveza que le había dado, y donde terminó tirando el suyo que acababa de beber en esos momentos. Cogí la bolsa y salí rumbo a mi casa. Cuando salía, Andrei, me dijo que, si estaba cerrada la puerta del monovolumen, tocara en la puerta dando unos golpecitos.
Llegué a casa en menos de 10 minutos. Nada más llegar, guardé el dinero en la mesilla, me desvestí y me metí al baño.
Después de 45 minutos aproximadamente, ya estaba vestido y listo para salir. Iba recién duchado, y con el culo listo para una noche de sexo.
Antes de ir en busca de Andrei, paré en un bar, donde compré varias cervezas, tabaco, y un par de bocadillos.
En menos de 10 minutos, volví a estar junto al monovolumen de Andrei. Cómo estaba la puerta cerrada, di unos golpecitos con la mano en la puerta, cómo me había pedido Andrei, antes de marchar.
Se movió un poco el cartón que tapaba el cristal de la puerta, viendo a Andrei cómo miraba quien era, y al momento ya se abría la puerta.
Hola, le saludé, ya estoy aquí dije, dándole la bolsa que llevaba.
Que es esto, me preguntó Andrei.
Son unas cervezas que he comprado, y un par de bocadillos para cenar si tenemos hambre.
No hacía falta que te molestaras, Dani, me dijo mientras cogía la bolsa. Aún tengo alguna cerveza más, y también hay algo de comida.
Bueno así tendremos más, le contesté.
Volvió a coger 2 botes de cerveza, y nos dispusimos a beberlas. Me pasó una a mí, mientras me decía que me pusiera cómodo.
Saqué del bolsillo de la cazadora el tabaco y mechero, sacándome luego la cazadora y dejándola sobre el asiento del monovolumen.
Nada más sentarme, Andrei, cogió mi mano llevándola a su entrepierna, mira cómo sigue, me decía.
¡Dios! Seguía con la polla tiesa a más no poder, y dura cómo una roca.
Empezó a desabrocharse el cinturón y antes de seguir con el pantalón, ya se le veía asomar la cabeza de la verga. Estaba hinchada y se veía roja la punta del glande.
Terminó de bajarse los pantalones y slip, mostrándose ahora en plenitud aquella majestuosa verga que poseía Andrei.
Llevé mi mano a ella, y mientras le iba descapullando el glande, con la otra mano le acariciaba los huevos.
Andrei, terminó por desvestirse por completo, y haciéndome levantar del asiento, empezó a desvestirme a mí, mientras yo seguía acariciando su hermosa foronga.
Me sacó primero la camiseta que llevaba, para nada más sacarla llevar su boca a mis pezones, y mientras me los iba mordisqueando, me aflojó el cinturón, luego desabotonó el pantalón, tirando de ellos para abajo junto al slip.
Cuando mi polla quedó liberada, la agarró con su mano, la acarició, bajó el prepucio dejando mi glande descubierto, para luego acariciarme los huevos, mientras me iba haciendo una suave paja, a la vez que con su boca iba mordiendo mis pezones, y poco a poco ir subiendo hasta llegar al cuello, donde me hizo estremecer de placer al notar sus dientes morderme en ese lugar tan sensible que tengo.
Después de martirizarme mordiéndome el cuello, siguió hasta mi boca, donde mordió mi labio inferior, pasó su lengua por mis labios, hasta meterme su lengua en la boca. Saboreó y mordió todo lo que quiso y más, hasta dejarme los labios al rojo vivo.
Después de tenerme temblando de placer y deseoso de ser follado por aquella verga que no había parado de acariciar, me puso la mano en la nuca, haciendo que llevara mi boca hacia su foronga.
La sujeté con ambas manos, y sacando la lengua, la empecé a pasar desde los huevos hasta llegar a la punta del glande, donde abrí la boca empezando a chupar aquel manjar que tenía delante de mí.
¡Ohhh! Dani, ¡ooohhh! Así así, chupa mi amor, ¡ooohhh! Que gusto Dani. Cómela toda, así así, cómela que es toda para ti, ¡ooohhh! Te gusta la polla mi amor, ¡ay que bien la chupas Dani! Anda chupa, que hoy te voy a dejar bien preñado este culito.
Después de un buen rato mamando la foronga del rumano, me sacó la polla de la boca, me hizo levantar, terminó de sacarme los pantalones y slip, luego me hizo subir al asiento, y abriéndome las piernas y haciendo que las colocara sobre el respaldo del asiento delantero y en el del que estaba tumbado, llevó su boca a mi polla, para engullirla de una vez, ¡ohhh! ¡ooohhh! Gemí al notar su húmeda boca tragar toda mi polla. Chupaba toda ella, haciendo más fuerte la chupada sobre mi glande, ¡ohhh! ¡ooohhh! Gemía mientras con mis manos sobre su cabeza enredaba mis dedos sobre su pelo.
Luego sacó su lengua para irme lamiendo toda la polla, siguió por los huevos, hasta llegar al perineo, donde empezó a chuparme la parte de atrás de los huevos, y mordisquearme el perineo, haciéndome dar gritos de tanto placer que estaba sintiendo. Ese era otro de mis puntos débiles y más sensuales y donde más gusto sentía junto al cuello. ¡Ohhh! ¡Ohhh! ¡Ohhh! Gemía mientras me retorcía de tanto placer cómo sentía. Andrei, ¡ooohhh! Me vas a hacer correr, Andrei, por favor, ¡ohhh! ¡ooohhh! Gritaba mientras clavaba mis dedos en su cabeza y tiraba de sus pelos.
Aquello me estaba haciendo retorcer de gusto. Fue tanto lo que estaba gozando, que en un momento pasé de tener las piernas abiertas y apoyadas en los respaldos de los asientos, a que estas fuesen a parar sobre la espalda y hombros de Andrei.
¡Ohhh! ¡ohhh! Andrei, por favor, para, le gritaba yo entre sollozos y jadeos, sin poder parar de retorcerme mientras le tiraba de los pelos con mis manos. Pero Andrei, seguía con la cabeza entre mis piernas, con una mano me sujetaba la polla y huevos, y seguía lamiendo y mordisqueándome aquella zona tan sensible.
Mientras Andrei me seguía martirizando con su boca, empezó a meterme un dedo en el culo, así, así, mira cómo se abre tu culito, está deseando que le meta mi verga, mira cómo se abre tu culito para mí. Así mi amor, ábrete así que ahora te voy a dar verga y lechita para que calmes tus deseos.
Me sujetó por las caderas tirando de ellas hacia él, y haciendo que mis piernas fueran aún más hacia atrás, se colocó en medio de mí, y llevando su glande a la entrada a mi ano, dio un movimiento a sus caderas, enterrándome toda su foronga en mi culo, ¡Ahhh! ¡Ahhh! Grité al notar cómo me clavaba la polla en lo más hondo de mi culo.
Ya, ya está mi amor, ya te la he metido toda. Ya estás abierto para mí, mira cómo te gusta que mi polla te dé por el culo.
¡Ay Dani que gusto! Mira cómo te entra mi pija en este culito tan rico que tienes, ¡ohhh! Que gusto Dani.
Andrei, de rodillas sobre el asiento, sujetaba mis caderas, y mientras me mantenía las piernas abiertas y apoyadas a los respaldos de los asientos, iba metiendo y sacando lentamente aquella foronga que se gastaba. La metía lentamente, la volvía a sacar, y vuelta a meterla lentamente, mientras me iba diciendo que mirara cómo me entraba su pija en mí culo.
¡Ufff! Dani, cómo me gusta tu culito, ¡ooohhh! Que gusto me das, Dani, ¡ooohhh! Que gusto.
Andrei ya me tenía bien ensartado con su pija, y no paraba de meter y sacar su polla en mi culo, ¡ohhh! ¡ooohhh! ¡ohhh! No paraba de gemir yo, mientras clavaba mis dedos en sus hombros y nuca.
Notaba cómo entraba y salía la polla de Andrei, y cómo rozaba mi próstata la punta de su verga al entrar y salir de mi culito, ¡ohhh! Dios mío, aquello me volvía loco, me mordía los labios y clavaba mis dedos en sus hombros, ¡ohhh! ¡ohhh! ¡ooohhh! Empecé a gritar mientras mi polla empezaba a escupir semen sobre mi pecho, ¡ohhh! Me corro, me corro, ¡ooohhh! Andrei, Andrei, gritaba mientras mi polla estallaba soltando todo el semen que tenía en los huevos.
Mientras yo terminaba de eyacular sobre mí, Andrei seguía dándome por el culo. Ahora metía y sacaba su polla de mi culo a mayor velocidad, mientras Andrei no paraba de gritar mi nombre y decir ¡Ay que gusto! ¡ay que gusto!
¡Ohhh! Dani, que gusto, ya ya me corro, ¡ooohhh! Dani que gusto, ¡ooohhh! Gritaba Andrei, mientras soltaba 5 largos trallazos de leche dentro de mi culo.
¡Ohhh! Cómo me succiona la verga tu culito, Dani, ¡ohhh! ¡ooohhh! Que gusto, ¡ooohhh!
Poco a poco, Andrei fue parando de culearme, hasta que terminó de expulsar todo su semen dentro de mí. Sin sacar la polla de mi culo y así cómo estábamos, llevó su boca hacia la mía, y volvió a morderme el labio inferior, luego saborear mis labios, y terminar metiendo su lengua en mi boca, hasta que poco a poco fue saliendo su polla de mi culo.
Una vez salió de mí culo la polla de Andrei, pude luego bajar las piernas para estar más cómodo, y una vez repuestos, dejamos de besarnos.
Oh Dani, que maravilloso eres, tienes un culito divino, me decía mientras seguíamos tumbados sobre el asiento.
Nos sentamos en el asiento, Andrei cogió los botes de cerveza que aún no habíamos terminado de beber, y encendiendo un cigarrillo cada uno, terminamos de beber la cerveza mientras fumábamos.
Después de tirar los cigarrillos, Andrei miró el reloj, y me dijo que antes de las 12 de la noche tenía que ir hasta la iglesia que tenía que ir a hablar con el cura, que había quedado con él, y si yo quería lo podía acompañar. Que sería solo un momento, y que luego podríamos continuar.
Bueno espero que sea solo un momento, le dije, pensando que iría él, y que luego podríamos seguir follando.
El caso es que antes de que vinieras, fui a verlo yo, ya que había quedado con él, y le comenté lo nuestro. Me pidió que fuera a verlo antes de las 12, y si tu querías, podrías venir. Creo que quiere conocerte.
¿Pero para que quiere conocerme? Le pregunté a Andrei.
¿Es que sabe lo que hacemos?
Sí, me contestó Andrei.
A él también le gusta, y ya lo he hecho varias veces con él. Siempre que voy a ducharme a la iglesia lo hacemos, y un día me llevó a dormir con él. Hoy había quedado en ir a ducharme, y le dije lo nuestro, ya que si no no habría podido ir. Fue entonces cuando me pidió que te llevara a conocerte, si es que tu querías.
Bueno, si tu quieres, por mi parte no hay ningún problema. La verdad es que me da cierto morbo ya que nunca he estado con un cura.
Nos vestimos y una vez listos, salimos del monovolumen, y nos dirigimos hacia la iglesia; Solo teníamos que cruzar la calle, y ya estábamos frente a la iglesia.
Fin de esta parte.
Cómo se hace un poquito largo, aquí lo dejamos hasta el próximo relato.