Alguna vez llegó ella a mi oficina y era ya tarde. Yo estaba cuidando el seguimiento de un curso de capacitación que se daba en un piso de abajo. Mi chica venía tan atractiva, traía una blusa medio cortita, lo que hacía que sus senos se vieran tan atractivos, que era difícil que no los viera. Además, traía una minifalda, que hacía ver sus piernas, que son muy bonitas, algo bastante antojable. Aquí el problema era que tenía que bajar constantemente a ver que todo estuviera en orden. En una de esas veces que bajé a ver alguna petición, de regreso subí y mi novia estaba parada junto a la puerta, de espaldas. Al yo pasar, sentí sus nalguitas y me excité mucho. Le empecé a besar su cuello, mientras que con las manos le frotaba los senos. Ella se excitó bastante y empezó a moverse y yo sentía su movimiento bastante candente. Claro, ella seguía de espaldas. Ese movimiento me provocó una erección terrible, tanto que el pantalón me molestaba. En eso, me llamaron nuevamente del curso..... oh oh, y yo estaba en una situación bastante incómoda, pero no me quedó de otra. Así que de ladito, bajé y atendí al evento. No sé si se dieron cuenta, pero casi creo que no. Regresé rápido ya que había un asunto pendiente.
Cuando llegé, mi chica estaba sentada en el sillón de la oficina. Yo me acerqué a besarla y entonces ella ya no se aguantó. Me desabrochó el pantalón y empezó adarme una chupada increíblemente buena. Casi sentía que se comía mi pene. Realmente disfrutaba ese momento. Y es que oía gente allá abajo, estaba la posibilidad de que alguien subiera!!. Entonces levanté a mi chica y le subí su faldita y le bajé su ropa interior, y... Pues que más, se la metí!!!. Y ella vaya que estaba mojada!! No tardé nada en introducirme. Le tomé una pierna, y la empecé a follar. Lo hacíamos increíblemente rápido, ya que se sentía la adrenalina del lugar. Pero era bastante fascinante todo esto. En eso, se oye que me buscaban. Yo no iba a quitarme de ese momento, por lo que seguimos moviéndonos rápido y fuerte. Afortunadamente, sentí que me venía, por lo que no tardamos mucho. Al momento de explotar me separé y le bañé su pierna. Todo el chorro le cayó ahí, y ella se frotaba la pierna como si se estuviera poniendo crema. Yo me apresuré a abrocharme el pantalón y bajé a atender. Creo que se me notaba que andaba medio jadeante y con sudor, pero bueno, pues ni modo. Cuando el evento acabó, mi novia y yo nos fuimos a mi casa, donde volvimos a tener relaciones, ya con más calma y mucha paz. Ese día, nos reímos mucho. Bueno, ojalá que esta anécdota les haya gustado...
me gusto tu relato es emocionante y exitante.