Nos fuimos enviando fotos mas y mas eroticas y reveladoras de nostros mismos y eran tantas las ganas que me provocaron ir a conocer a este bello y excitante chico, que me embarqué rumbo a conocenos, habiendo previsto la dirección y la veracidad del contacto después de un buen tiempo hablando. El solo hecho de imaginarme el encuentro me ponía tieso de excitación y me mojaba de líquido preseminal. Asi que resolví visitarlo en un fin de semana largo y me fui en avion a un encuentro con mí desconocido, pero muy excitante chico.
Cuando bajé del avión en el aeropuerto estaba él allí, tan igual o mejor como en las fotos y la video cam, pero más lindo, guapo, color bronceado, con sus ojitos picarones y sensuales que había visto por cámara. Bastó sólo un abrazo para saber que estaba todo bien, fue el abrazo más largo y sentido que tuve en años ya que saqué todos los miedos naturales de estar en otro sitio y con alguien que jamás había ni visto ni tocado, pues en el fondo era toda una locura.
Me mostró lo que pudo de la ciudad en el trayecto hasta el hotel y me dijo que después volvería ya que se tenía que escapar de sus padres, pues estos no sabían nada de cómo él era. Yo ansioso en el hotel me bañé y perpare mi cuerpo muy bien para nuestro encuentro, me tire en el yacuzi y luego descansé del largo y ansioso viaje. Al rato llaman de recepción que había alguien esperándome, les dije que podía subir ya que en el hotel permitían visitas. Abrí la puerta, yo estaba en bata y debajo desnudo y él con unos jeans bien prensados y una camiseta muy bonita, ambos destacando su maravilloso cuerpo, su piel era como oro de su perfecto bronceado y su delgada musculatura me hacia agua la boca.
Lo tomé en un fuerte abrazo y le di un beso, en donde nuestras lenguas lascivas se juntaron como una, mientras nuestras manos tiernamente exploraban mutuamente nuestros ardientes cuerpos deseosos de conocerse. Por fin le acariciaba sus nalgas duritas palpando su forma y rajita y el me tocaba el bulto palpando mi dura herramienta. Sin soltarnos fuimos a la cama directo. Le empecé a tocar por debajo de su jeans, ya desabrochados. Vi y acaricié por fin sus hermosas y apetecibles nalgas, metiéndole un dedo ensalivado suavemente en su hoyo ya previamente preparado por él, a tal punto que se lo sentí caliente, deseoso y apretado. El sabía jugar muy bien con ese culito para incitarme y mientras nos seguiamos besando locamente, se dejaba dedear el hoyito y movia sus nalgas sensualmente como animandome a seguir adelante. Luego bajé sus jeans y le di la vuelta sin esperar más para poder lamer hasta lo más íntimo, su hoyo caliente y delicioso, mientras él gemia de placer y me invitaba con palabras muy graficas a penetrarlo y disfrutarlo.
Ya a esa altura, yo estaba totalmente excitado y más aún cuando siento por debajo de la bata su mano que va en busca de mi pene erecto. Me lo agarró con fuerza como para no soltarlo de tanto desearlo y me comenzó a masturbar. Yo seguía a sus espaldas lamiendo sus nalgas y subiendo desde su hoyo hasta la nuca con la lengua deseosa de aquella piel como si fuera el más rico manjar jamás probado, terminando en un beso eterno y caliente con sabor a culo caliente y ya con olor a sexo. Moría por penetrarlo, por más que sabía por sus calientes relatos que ese culito tan joven ya estaba bien usado, pero para mí era la primera vez y lo sentia virgen, de lo romantico que se portaba.
Le entré a besar de nuevo su cuerpo, le di vuelta y posé mi boca en sus tetillas y se las chupe hasta oirlo gemir de gozo, luego bajé mis labios calientes hasta el ombligo lamiendoselo. Despues levanté sus piernas para volver a disfrutar ese culo hermoso moreno, lampiño y mojado, él era como una perra en celo de esas que no dicen nada, pero que en una cama saben entregarse a su macho. El me abrio su agujero para que viera como y donde me deseaba y se lo volví a dedear. Esta vez hasta el fondo y acariciandoselo suavemente haciendolo gemir de placer una y otra vez, luego lo hinqué frente a mi, y el solito fue hacia mi verga a sostenerla con la boca y lamerla como si fuera el manjar mas delicioso de su vida. Yo ya no daba más y por más que me aguantaba quería llenar esa boca con toda mi leche lo cual hice feliz en un orgasmo fortisimo que me dejo sin aliento. Era tanta mi leche que le chorreaba por los costados de su boca, los cuales yo lamía y luego besaba esos labios cubiertos de mi semen.
Yo todavia queria más, ya que estaba acostumbrado a aguantar mucho y tener más de una eyaculación, pues en las practicas de fútbol siempre algo pasa y tiene que ser sin eyacular para no perder energías en el partido, y yo en este partido no quería perderme nada y estaba deseoso de meter un gol o más de uno en ese hoyo hermoso, el cual puse para arriba sobre una mesa y sin dejarlo terminar de tomar mi leche, ya estaba de nuevo erecto mis 21 cm. de orgullo para darle todo el placer que se merecía.
Se la metí de una vez en ese culito ya bien ensalivado, estaba tan dilatado que entró con pocos quejidos. Me gustó sentir lo apretado de su mojado culo al cual le di hasta sentir mis huevos chocar con sus nalgas, como a él le gustaba pues me lo pedia a gritos. Yo separé fuertemente sus nalgas bronceadas para ver más su dilatado culo y escupirlo para humedecerlo mientras le daba más placer con mi verga, all punto de volver a eyacular divinamente en su hoyo, hasta sacar mi verga goteando y darle de lamer de nuevo mi esperma espesa con sabor a culo, mientras el eyaculaba también ansiosamente y volcaba su leche es su vientre el cual yo esparcí por su pecho con mi lengua y dedos hasta llegar a su cara y besarnos ardientemente. Luego de esa hermosa y emocionante primera vez, nos bañamos juntos y él se fue del hotel por un rato hasta la noche que vendría de nuevo para salir y hacerlo nuevamente. No podíamos perder ni un tiempo más, ya que yo solo estaría tres días allí.
Descansé nuevamente y a la noche me vino a buscar vestido aum mas provocadoramente que antes y yo tambien lo igualé. Salimos directo a la noche calurosa ideal para hacerlo en cualquier parte. Fuimos al parque que él conocía personalmente y yo por sus relatos, pues ese era el escenario de muchos de sus encuentros que me relataba. Era de veras un hermoso lugar para hacerlo, por lo cual llegados a un sitio escondido y oscuro, yo bajé sus jeans y él se quitó la camiseta. Empecé a besarlo por todo el cuerpo y ademas le mojába el hoyo por debajo del short, com mis dedos reflejando mi deseo de volver a estar alli dentro. El se colocó sobre un banco poniendo su culo a mi total disposición el cual yo penetré hasta abrirlo nuevamente. Sobre nosotros se veian las estrellas titilando, nuestro placer era infinito, se sentían algunos ruidos propios del bosque encantado en que estabamos, pero no demasiados. Yo lo montaba desaforadamente y en eso veo a dos muchachos entre los arbustos mirandonos intensamente, acariciandose, besandose y masturbándose mutuamente.
Como yo conocía los deseos de mi chico, en ese momento lo sentía mío y quería darle todo lo que el queria, invité a los chicos a pasar por ese hoyo, lo que hicieron de a uno y él se movíó con tanta gracia que al primero lo hizo acabarse en su espalda llenándola de semen, y al otro ya más caliente y con una verga aún más grande que la mía o más ancha la colocó sin pensarlo en ese culo húmedo de leche mientras yo le tocaba el culo poniendo un dedo dentro para que sintiera más placer al penetrarlo y mi chico tomaba mi verga con su mano como posesión solo de él, mientras que seguía mamando la otra verga que le había mojado toda la espalda.
En un solo espasmo acaba brutalmente sobre sus nalgas el otro, es cuando después de satisfechos se retiran y mi chico se sienta en el banco ya todo mojado, yo empiezo a masturbarme frente a su cara y él a lamer mis huevos y mi cabeza del pene, cuando un chorro de leche salta sobre sus mejillas y caen en mis pies desnudos, le tomo la cabeza lo hago agachar y beber de mis pies la leche derramada. Nos incorporamos y volvimos al hotel para ducharnos y seguir la marcha esa primera noche inolvidable.
Me gustó mucho tu historia, ojalá nos brindes pronto otra.