Al día siguiente me levanté feliz por la experiencia, y salí a la playa con mi short nuevo, tomé un taxi para que me llevara a la playa, le pedí que fuera una bonita y me llevó a una que se llama “La entrega”, es una de las playas más tranquilas a las que he ido, el oleaje es muy tranquilo y hay un paseo para ver los corales y peces de muchas especies.
Pasé el día admirando la hermosa vista y a los muchachos, fantaseando eróticamente con algunos de ellos, comí un delicioso platillo de filete relleno de marisco y pasé el día tomando sol y entrando al nadas el mar.
Ya entrada la tarde, sonó mi celular, era Karen, contesté apuradamente y escuché su voz que me decía:
- Hola Rikka, ya le dije a mi novio que si quiere ir con nosotras a tu hotel y ¿qué crees? – finalizó preguntando.
- No se amor, dime ya – respondí ansiosa.
- Pues que sí quiere ir – mi corazón saltó lleno de alegría al escucharla – así que nos vemos a la misma hora, te voy a llevar algo de ropa para que te veas muy linda.
- Muchas gracias bebita, espero que le guste a tu novio y la pasemos muy bien.
- Entonces te vemos a la misma hora, hasta pronto.
Estaba asombrada porque no podía creer que iba a tener otro encuentro con Karen y, además, con su novio, eso rebasaba mis expectativas de pasar mis vacaciones recibiendo unas deliciosas cogidas.
Pagué la cuenta al mesero y le pedí un taxi para irme a mi hotel, mi mente estaba pensando en lo que pasaría esa noche
Al llegar a mi habitación, busqué una tanga, la más pequeña que llevaba, me desvestí y me la puse para verme en el espejo, era de color lila y pensé que era perfecta para el encuentro, así vestida solamente con la minúscula prenda, me senté en la orilla de la cama, viendo a cada momento la hora, faltaban pocos minutos para que llegaran, ¡qué nervios y mucho más excitación!
Tocaron la puerta y mi corazón dio un vuelco, ya estaban ahí, abrí la puerta y los invité a pasar, su novio era moreno, alto (1.80 aproximadamente), fornido y algo guapo, Karen no presentó diciendo:
- Rikka, él es mi novio Gonzalo, amor – dijo señalando hacia mí – ella es Rikka.
- Mucho gusto Gonzalo – dije alargando mi mano hacia él – espero que no te hayamos molestado con esta invitación tan apresurada.
- No es problema Rikka, al contrario, siempre estoy abierto a nuevas experiencias – dijo mientras me daba un apretón de manos fuerte pero con amabilidad.
- Te ves muy sabrosa y parece que tienes ganas de gozar mucho – añadió Karen – te aseguro que vamos a pasar unos momentos muy placenteros – finalizó mientras su novio asentía afirmativamente mirándome todo el cuerpo.
Al entrar, Karen me dio una bolsa en donde llevaba la ropa que me había prometido, me vestí apresuradamente con una minúscula falda rosa y una ajustada blusa color blanco, giré lentamente para que ellos me dieran su aprobación, la cual, por supuesto me dieron.
Ella me tomó por la cintura y me besó tiernamente, luego invitó a Gonzalo a que hiciera lo mismo, me dejé llevar por la pareja y disfruté enormemente sus caricias y besos, las manos de él se apoderaron de mi trasero para apretar mis nalgas con pasión, me pegó su miembro, que ya empezaba a crecer, sentí también cómo ella me acariciaba la espalda muy suavemente, mis sentidos estaban totalmente concentrados en disfrutar de sus avances y me dejé llevar…
Me estaban excitando de una forma increíble, sentí que alguien hacía a un lado mi tanga para darle unas caricias y tocarme el culo desnudo, levanté las nalgas para facilitar que lo hiciera, mi temperatura interna subió hasta que mis gemidos fueron de mayor volumen, bajé mi mano para apoderarme de la verga de Gonzalo y la sentí en toda su extensión, debe medir como 16 o 17 cms. Era algo gruesa, pensé que me iba a lastimar si me la clavaba sin lubricante, en un segundo eso ya no me importó, solamente deseaba tenerla dentro de mí, me deshice de ellos para hincarme frente a él, ansiaba chupársela, Karen se alineó con él y me ofrecieron las 2 vergas, ¡qué deliciosa vista estaba ante mí, 2 penes erectos y listos para recibir mis mamadas.
Inicié las felaciones tomando la de Karen y la fui metiendo lentamente en mi boca mientras masturbaba la de Gonzalo, besé y lamí el tronco de ella antes de chuparla con ansia, la cabecita quedó cubierta con mis labios al mismo tiempo que sus suspiros por la caricia subían de tono, la metí hasta el fondo de mi garganta moviendo mi lengua para que lo gozara al máximo, se la mamé por unos minutos y luego cambié para comerme la de él, al abrir la boca, me la metió toda de golpe, eso hizo que casi me ahogara pero me gustó, mamé su ardiente verga como si quisiera tenerla siempre en mi cavidad bucal, pasé mi lengua por toda su virilidad para lograr que se pusiera completamente parada y lista para que me hiciera suya, alterné varias ocasiones aquellas deliciosas trancas de carne dentro de mi boca logrando tenerlas al máximo de excitación.
Dediqué también especial atención a lamer los testículos de ambos pasa que aquellas vergas se pararan totalmente y estuvieran lista para entrar en mi ansioso culo, Karen me dijo:
- ¿Recuerdas que te dije que se antojaba hacer el amor viendo el atardecer?
- Sí mi vida, lo recuerdo perfectamente.
- Estaría magnífico – apuntó Gonzalo – tienes una vista muy bonita, además sería mejor que se la metas tú primero para que su culo aguante mi verga gruesa.
En ese momento, Karen me tomó de las manos y me llevó hacia el balcón poniéndose detrás de mí y me acercó su pene frotándolo contra mis nalgas, abrí un poco las piernas para facilitarle el acercamiento mientras Gonzalo me besaba los pezones y me acariciaba por todas partes, tomé la verga de él y la empecé a masturbar lentamente, no quería que terminara antes de haberme cogido, ella se puso un condón y suficiente lubricante para hacerme suya, me recargué en el barandal del balcón y me incliné levantando el trasero, deseando que me penetrara ya, me separó los cachetes posteriores y puso la cabecita en medio de ellos, su miembro ardiente se fue deslizando por mi ano muy lentamente, ¡que deliciosa sensación!, inició sus movimientos hacia adelante y atrás haciéndome vibrar por el placer, su pubis me golpeaba las nalgas mientras me hacía el amor muy rico, alcé mi vista hacia el horizonte para ver un atardecer hermoso, las sombras iban cubriendo todo, al igual que el gozo me invadía,
Su ardiente trozo de carne entraba y salía de mi culo dándome un placer inmenso, en la posición en la que me tenía, casi no me podía mover, porque estaba atrapada entre el borde del pasamanos y sus embestidas, estaba a su merced…
Después de unos minutos de estarme cogiendo, se acercó Gonzalo y le ordenó que se hiciera a un lado para clavarme su pene gordo, Karen obedeció y le cedió el lugar, él me tomó por las caderas y puso su miembro cubierto por la funda de látex en la entrada de mi ano, empujando suavemente hasta lograr que entrara la palpitante cabecita, mi esfínter se abrió para dejar pasar al tieso invasor haciendo que el dolor por tan gruesa verga me hiciera gemir, siguió metiéndola a pesar de mis ruegos para que esperara a que me acostumbrara a su pene, la siguió clavando hasta que entró toda, el dolor era intenso pero pudo más el placer que sentía, así que inició el mete-saca con fuerza hasta que me hizo decir:
- ¡No te detengas papacito, me estás haciendo gozar mucho!
- Siéntela toda puta, tienes un culo delicioso – respondió jadeando de gozo.
Pensé que me iba a partir en 2 pero no quería que me la sacara, cambiamos de posición y me llevó a la cama para dármela como perrita, estando así me la metió toda de golpe, mis gemidos subieron de tono inundando la recámara, Karen, se puso frente a mí y me ofreció su verga que seguía totalmente parada, me la comí toda hasta el fondo de mi garganta, sintiendo que me ahogaba, mi ano se contrajo haciendo que Gonzalo sintiera más rico mientras me daba duro por detrás, alguna gotas de sudor cayeron sobre mi espalda a pesar de que el aire acondicionado estaba funcionando, haciéndome saber que estaba disfrutando mucho de mi cuerpo.
Así me tuvieron hasta que les llegó el orgasmo, primero fue ella vaciándome toda su leche en la boca, tragué la mayor parte de aquel líquido blanquecino y espero saboreándolo con avidez mientras las arremetidas de Gonzalo aumentaban de intensidad, cuando me la metió hasta adentro y me sostuvo, supe que estaba a punto de terminar, así que empecé a apretarle su virilidad con mi ano, su venida fue tremenda, me dejó un par de minutos su verga dentro y luego la sacó suavemente dándome unas suaves nalgadas, el condón tenía rastros de sangre pero el placer que me dio fue inmenso.
Nos metimos los 3 a bañar para quitarnos el sudor y relajarnos por unos minutos, Gonzalo nos bañó a ambas poniendo especial atención en nuestros traseros, mientras Karen y yo nos turnábamos para limpiarle la verga.
- Que rico te dejas coger – me dijo Gonzalo mientras me agarraba las nalgas.
- Eres tú quién lo hace divino papacito – respondí mientras acariciaba su pene.
- Pues ahora quiero que Karen te la meta mientras yo se la clavo a ella – contestó sonriendo.
- Por mí, encantada – confesó ella.
- Pues tenemos que secarnos y vamos a la cama – dije yo tomándolos de la mano.
Lo que siguió es tema para un nuevo relato, ¿no los creen así estimados lectores?, mientras tanto reciban un fuerte abrazo y muchas mamadas ricas, hasta pronto.
Hola Rikka.. Que rico te dejas coger.. Se ve q te la pasas súper en Huatulco mi adorada PUTITa... No había leído este relato y me encantó.. Leeré los demás.. Que ricas vergas te dejaste meter Amir.. Y te ves divina en tus fotos.. Que buen ligue.. Te seguiré leyendo..