La cogida que tanto esperaba (parte 2)
( Relatos Transexuales )


Pasado ese primer momento que culminamos cuando el vecino derramó su rica leche en mi boca, quedamos desfallecidos por varios minutos. Me abracé a mi “novia” y le dije al oído sin que escuchara el vecino: “mi amor, que rica sorpresa me preparaste”. No, no… no fue sorpresa, replicó; digamos que fue un encuentro casual y no esperé que el vecino respondiera de esta manera. ¿Te gustó la cogida, cielo? Mmmmmmm, vaya que si me gustó! Siento que me tiemblan todavía las piernas y me dejó más excitada que al principio.
¡Vaya que te hacía falta una cogida así! ¿crees que el vecino quiera continuar? Me preguntó mi “novia”.
No sé, pero… siento que nos fuimos muy de prisa y me gustaría aprovecharlo más tiempo. El vecino que simulaba que no escuchaba riendo contestó: ¿Así que te quedaste con ganas putita?
Asentí con la cabeza y le devolví la sonrisa. Mi “novia” también asintió con complicidad.

Bueno, pero me gustaría verlas primero en acción, es decir, saber cómo es que ustedes hacen el “amor”.
Sin decir palabras mi “novia” y yo nos levantamos del sillón donde estábamos los tres, nos acercamos y nos dimos un profundo beso en la boca, giré a mi “novia” y la tomé de los senos quedando de frente al vecino; mientras hacía esto ella me tomaba de las nalgas y hacía como que me las levantaba, nos tiramos al suelo sin dejar de acariciarnos y la coloqué de espaldas en la alfombra, me fui deslizando hacia su vagina con mi boca y empecé a chuparla con avidez. Traté de parar las nalgas lo más provocativamente para que el vecino observara lo excitada que estaba. Durante varios minutos estuvimos cambiando posturas y gimiendo de gusto de todo lo que nos hacíamos. Mientras seguía mamando la vagina de mi “novia” me percaté que el vecino empezó a erectarse nuevamente y comenzó a masturbarse. Espera, le dije… no tienes que hacer eso, deja que entre las dos te demos el tratamiento que mereces. “Es que se ven tan putas mamando de esa manera que mi verga quiere sentir la lengua y los labios de las dos”. Ah, pues no tienes más que pedirlo, ¿verdad mi amor? Y sin decir más nos acercamos donde se encontraba él, nos arrodillamos y nos colocamos una al lado de otra. Tomé la iniciativa y le dí una rica lamida desde sus testículos hasta la punta de su verga, lanzó una exclamación de placer que hizo que mi “novia” le hiciera lo mismo. Ella de un lado y yo del otro nos dedicamos a deslizar nuestras lenguas a lo largo de su miembro viril, había momentos que nuestros labios se encontraban y nos volvíamos a besar, en esos instantes tomaba la verga del vecino y se la masturbaba suavemente. Como no queríamos terminar rápidamente hacíamos pausas y dejábamos al vecino que “jugara” con nuestros culitos. Nos colocábamos enfrente de él parando las nalgas y él se acercaba y nos acariciaba los traseros al mismo tiempo, con la punta de sus índices nos tocaba suavemente la entrada de nuestro ano y nos daba pequeñas nalgadas que nos hacía parar más las nalgas.

“A ver, ¿quién de las dos es la más puta?”, preguntó. ¿Tú quién crees que sea? Le contestó mi “novia”. Es que las dos mueven las nalgas tan rico que no sé cual de las dos cogerme primero.
Ah, pues eso lo decides tú, le dije. ¿A cuál te quieres coger primero? Las dos estamos ansiosas por recibir tu verga, pero si decides cogerte primero a mi “novia” esperaré mi turno. Siento mucho placer y me excita demasiado ver cómo haces gozar a la puta de mi “novia”. “Pues tú no te quedas atrás,” respondió mi “novia”, esa cogida que te dio el vecino hace rato, no dejabas de gemir y todo el tiempo estuviste moviéndote como la puta que eres.

“Sí, sí.. la dos son bien putas, cualquiera de las dos lograrían complacer a cualquier hombre.”

Si te excita tener a dos putas, dejanos complacerte. Dicho esto, me acerqué al trasero de mi “novia” y empecé a lamer su culo, abrí su ano tomando sus nalgas y le indicaba con la mirada al vecino que ya era su turno. Él comprendió mi mirada y se levantó, se acercó y, llevando su verga a mi boca, me la introdujo lo más que pudo. Dejé que moviera su verga dentro de mi boca ya que quería lubricar su verga con mi saliba para penetrar el culo de mi “novia”. Mientras ella permanecía totalmente agachada con las nalgas paradas, seguía introduciendo mi dedo para poder agrandarlo un poco, cuando creí que era el momento justo tomé la verga del vecino y lo conduje a la entrada del orificio que tenía enfrente, al sentir la punta de la verga en la entrada de su culo, mi “novia” arqueó la espalda esperando la estocada. Esta llegó cuando el vecino, con la verga totalmente lubricada por mi, se la introdujó lentamente pero con firmeza hasta el fondo. Mi “novia” empezó a jadear de gusto al sentir como la verga entraba y salía con facilidad de su culo. Ahhhh, ahhhhhh… si, si.. así… mmmmmm…. Jadeaba. “sigue, amor, sigue” le dije al vecino. Cuando termines de cogerte a las dos sabrás quién es la más puta. Observa quien es la más complaciente de las dos y decidirás quien es la más puta. Sigue cogiendote así a mi “novia”, me excita verla con la verga de otro en su culo y me enloquece escucharla como jadea como puta. ¿Amor, me dejas ver cómo entra tu verga en su culo? Le dije al vecino. Pero antes de que respondiera, me acerqué lo más que pude y me acomodé de tal manera que podía observar a detalle cómo ese pedazo de carne en forma cilíndrica entraba y salía del culo de mi “novia”, estaba tan excitada que no me contuve en querer lamer su verga al mismo tiempo que entraba y salía del ano dilatado de mi “novia”. Ella y el vecino jadeaban fuertemente al sentir doble placer y, pasado un tiempo, el vecino dijo: “Ahora te toca a ti, vamos a ver que tan puta eres”. Dime qué quieres que haga, le respondí.

“Deseo que tu “novia” te penetre al mismo tiempo que me mamas la verga”, ¿quieres? ¿Qué si quiero? Claro que sí…! Casi grité de gusto. Mi “novia” se levantó y fue por el arnés que ocupaba cuando me hacía el amor. En esos momentos estaba dispuesta a hacer cualquier cosa. Me sentía realmente una puta y ya estaba a punto de recibir la cogida que eperaba. En lo que llegaba mi “novia” con el instrumento, el vecino aprovechó para decirme que le gustaba mi culito porque lo sentía más estrecho que el de mi “novia” y que al meter su verga dentro de mi sentía cómo se la oprimía. Le agradecí el “cumplido” dejando que me introdujera su verga como el quisiera. Me acomodó en el sillón de manera que quedara arrodillada, me levantó las nalgas, me dio dos pequeñas nalgaditas que agradecí mucho y separé las piernas, sentí cómo tomó mi cadera con sus manos y de un empellón me introdujo su miembro viril totalmente erecto. Ahhhhh..!! exclamé.
Anda, papi… me siento tu puta, mmmmmmm, así, así… meteme la verga.. así..! “Qué rico culo tienes, aprietas riquísimo”, inquirió el vecino… mmmmm… ahhhh…. Sí, amor.. sí… me encanta tu verga, me estás volviendo loca de placer… ahhhhh… le contesté.

En ese momento llegó mi “novia” con el instrumento ya puesto y viendo la escena dijo: “parece que ya no hago falta, ¿verdad? Y se río.

El vecino exclamó: “waoooo, vaya que la estoy pasando súper con dos putitas como ustedes”. ¿Te gusta vernos de putitas, verdad? Y ya que me tienes a tu disposición ¿me dejas acomodarme como yo quiera? Claro que sí..! respondió. ¿Y cómo es que quieres? Le pedí que sacara su verga de mi culo y me acosté boca arriba. Quiero que me cojas así, levanté las piernas al aire, le ofrecí nuevamente mi culo y dejó caer su cuerpo encima del mío. Abracé su cuerpo con fuerza y sentí el deseo de clavarle las uñas postizas que tenia puestas en su espalda. Solo me limité a rasguñarlo suavemente lo que el agradeció porque sentía que me estaba comportando como una hembra de verdad. Mi “novia” completó el comentario diciéndole al vecino que lo que más le gustaba de mi era la manera en que me transformaba en una “nenita”.

Y sí, ¿eh? Contestó. Me hace imaginar que estoy con una rica hembrita muy complaciente.
¿De verdad, amor? Eso me hace sentir plenamente satisfecha. Ahora sí ya estoy lista para recibir a los dos.

Me volví a sacar la verga del vecino y me dispuse a acomodarme de tal manera que pudiera ser penetrada por el arnés que tenía mi “novia” puesto y meterme la rica verga del vecino que ya estaba a punto de estallar.

No sé cuánto tiempo pasé en esa posición, pero se me hizo eterno el placer de recibir la cogida que estaba esperando, el instrumento rígido dentro de mi culo y la verga tierna pero firme del vecino en mi boca. Todo terminó cuando el vecino totalmente en extasis dejó caer su cuerpo hacia atrás al mismo tiempo que un torrente de semen tibio y dulce invadía mi boca. No pude tragarme toda la leche que me estaba inundando mi boca y sentía cómo parte de este rico líquido se derramaba por la comisura de mis labios… tragué lo más que pude y la que se derramaba por su verga la recogía con mi lengua y la llevaba a la punta de su verga y la seguía chupando…

Quedamos ahora sí, totalmente desfallecidos con la promesa de que el siguiente encuentro sería mucho mejor…




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Codigo do Relato
5399

Categoria
Transexuales

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