Me hice muy amigo suyo tanto así que me cuenta de sus experiencias sexuales, sus fantasías, sus corridas a solas,etc.. Luego pasó a mayores, en la clase ella siempre iba vestida con camisas olgadas y se notaban sus tetitas, con pantalones ajustados o faldas. Siempre le decía lo bien que se veía, lo lindo de sus tetas lo que la excitaba mucho. Casi siempre me sentaba a su lado en su escritorio en horas de clase, y ella metia la mano en mis pantalones y empezaba a pajearme hasta eyacular en su mano. Yo tambien le metía la mano en su pantalón hasta que se corriera. Algo que no les he contado es que su parte más sensible eran... sus pies!!!!!!
A ella le encantaba cuando metia mis manos en su blusa o en su pantalón para tocarle el culo o las tetas, pero lo que más le gustaba era que me quedara luego de clases o en los recreos y masajear, sobajear, chupar sus pies, pajearme con ellos y en ellos, en fin todo lo que se les ocurra. Eso sí, si bien nuestra relacion era increíble con mucho sexo y todo siempre me dijo que no dejaría que yo la penetrara pues era muy joven, algo podría salir mal, en fin muchas cosas...
Una vez mis padres decidieron salir de viaje así que la miss Cecilia me dejó quedarme en su casa. Ella vivia con sus padres sus y su hermana. Cuando llegué fui al cuarto de la miss donde yo iba a dormir..
Al llegar la hora de la cena los dos habiamos estado viendo unas porno en TV y estabamos calientes. Al sentarnos todos a comer me percaté que la miss Cecilia se sentó frente a mí y con su pie empezó a cariciar mi verga. Eso me excitó muchísimo y me corrí en sus pies, luego ella con disimulo se metio debajo de la mesa y empezó a chupar de sus pies todo el semen que tenía.
Despues de la cena me dirigí a su cuarto muy caliente y al verla allí recostada con una blusa que apenas y cubría su estómago y un short que parecia iba a ceder ante tremendo culazo me le abalancé encima y me la empecé a mamar. Ella besaba muy bien y su lengua era maravillosa, le saqué la blusa y empecé a besar sus tetitas y esos pezones café oscuro que tanto me excitaban; chupar sus pezones la hacían gemir muchísimo. Empecé a bajar hasta tu ombligo donde metí mi lengua para excitarla más, besé sus entrepiernas y me pidió que chupara sus pies, así lo hice y ella empezó a gemir y a pedir mas y más, con sus pies sobó mi cuerpo y empezó a pajearme con ellos hasta que se los lecheé todos, estó la calentó más y empezó a lamer sus pies y masturbarse.
Subí hasta su coño y empecé a chuparselo, le mordí sus labios y se los estiraba mientras me pedía más y más... su clítoris estaba rojísimo y se lo chupé hasta que se corrió por primera vez; intenté penetrarla pero no se dejó. Comencé a frotar mi pene contra su vagina para que se aflojara, luego hice lo mismo con su culo hasta que cedió. Sus piernas las coloqué en mis hombros y la penetré, su vagina era chiquita y estrecha pero se sentía muy rica; me moví lenta y profundamente como a ella le gustaba, empezó a pegar gritos y gemidos realmente excitantes y sentí como su cuerpo tembló cuando se corrió. Yo aún no me había corrido así que lamí su culo, se lo mordí y metía mi lengua en su ano causandole placer, me encantaba meterle mis dedos por su orto, cuando se dilató lo suficiente la penetré, no fue difícil pues ella era experta en el sexo anal le gustaba más que por adelante, me moví muy rapido y me corrí dentro de ella al mismo tiempo que ella tenía un orgasmo producto del sexo! anal. Después para finalizar hicimos un 69 y me calentó el lamer y mojarme con los fluidos que salían de su coño , y ella me chupó toda mi leche. Terminé chupando sus pies toda la noche.
Mis relaciones con ella ahora son muy frecuentes y sobre todo placenteras.