Mis primeras veces 7
( Relatos Gay )
7- La primera vez (y hasta ahora también la última) que me follaron en un lavabo fue en el de un cine de la ciudad donde vivía antes de mudarme. Es un cine que anuncian como “gay” y, ciertamente, la clientela que pulula por allí por las tardes y noches lo es, aunque las películas que proyectan son convencionales. Hay una sala más pequeña donde sobre una pantalla también más pequeña proyectan películas porno heterosexuales, supongo que para animar a los espectadores a que pillen lo que sea una vez calientes. Detrás de la pantalla hay un cuarto oscuro con un aparato de tv donde pasan películas porno gay y donde los ojos no se acostumbran a la tenue luz hasta al cabo de unos minutos y donde habitualmente se concentran los más atrevidos. En alguna ocasión he visto grupos de mirones en corro contemplando como alguien se folla a alguien. Ese día me senté en la sala grande en una butaca del centro de la vacía fila mientras veía pasar personas arriba y debajo de los pasillos laterales buscando algún posible rollo. Yo, para incitar a que alguien se sentara junto a mi, me había bajado la cremallera del pantalón y me acariciaba la erección que ya era muy visible. Estos lugares me producen una reacción inmediata. No pasó mucho tiempo hasta que alguien se acercó y tomó asiento a mi lado. Como vio que yo tenía mi polla al aire libre y no disimulaba, me la cogió inmediatamente comenzándola a sobar, se giró un poco en el asiento, agachó la cabeza, se metió mi polla entera en su boca y empezó a chupármela. Era bastante mayor que yo y, evidentemente, con mucha experiencia en lo que estaba haciendo. Casi ya estaba eyaculando, pero le aparté la cabeza y le dije que no quería correrme todavía. Él intentó insistir, pero yo quería un lugar donde estar más cómodo que en una butaca y le sugerí ir al lavabo, cosa que rechazó diciendo que a él le gustaba hacerlo en la butaca. Entonces me metí en los pantalones mi muy estimulada polla que ya estaba babeando de pre-semen y me dirigí al cuarto oscuro. Percibí varias sombras y me apoyé en una pared esperando que mis ojos se acostumbraran a la oscuridad. Al poco ví que había más personas apoyadas en la pared y que seguramente esperaban que alguien se les insinuara. Yo me quedé como ellos, sin tomar ninguna iniciativa y pronto, una de las sombras se acercó a mi lado deslizándose por la pared poco a poco intentando disimular que se estaba acercando a mi. Cuando me tocó el hombro me pidió disculpas tímidamente, como si no lo hubiese hecho a propósito, pero era evidente que me rozó para hacerme saber que estaba disponible. Todo aquello pasó de una manera muy discreta y vacilante pero yo, como ya me estaba cansando de aquel juego, me saqué la polla que estaba muy tiesa y cogiéndomela con una mano, le puse la palma de la otra encima de la entrepierna. Dio un respingo como si no se lo esperase, pero automáticamente su mano sustituyó a la mía que masajeaba mi polla. Así estuvimos un poco hasta que fue él quien se adelantó y me invitó a ir a los lavabos, de los cuales frecuentemente se veía salir y entrar personas, cuyas necesidades fisiológicas no eran precisamente vaciar el contenido de sus vientres y vejigas sino el de sus testículos. Acepté y nos dirigimos allí. A pesar de haber tenido tantas experiencias en los lugares mas diversos, todavía no he llegado a saber (antes de pasar a la acción) qué tipo de sexo le gusta al hombre con el que tengo intención de ”hacer algo”. Y ese era el caso pero, como ya he comentado en un relato anterior, me gusta todo, aunque no esperaba que sucediera lo que sucedió. Yo pensaba que sería una mamada como siempre y que quizás me correría en su boca, o no, nunca se sabe. Entramos en un lavabo y después de cerrar la puerta y bajarnos los pantalones los dos, sin preguntar que era lo que me apetecía, me puso las manos sobre los hombros haciendo algo de presión hacia abajo, claramente indicándome que quería que se la chupara yo. Y eso es lo que hice, me arrodillé, me salivé la mano con mi saliva y se la pasé por su regordeta pero no muy larga polla, de arriba abajo varias veces. Él estaba impaciente por que se la chupara pues me puso la mano en la nuca y apretó contra sí. No me resistí y se la estuve mamando y lamiendo unos minutos hasta que él me sorprendió al preguntarme si yo quería que me follara el culo. Por condones no había problema, ya que los dos íbamos preparados y le dije que sí quitándome una pernera de los pantalones para poder abrir más las piernas. Le di la espalda, puse un pié sobre el inodoro y me incliné un poco hacia delante. Al principio me había parecido más tímido e inexperto de lo que en realidad era porque sacó lubricante de un bolso que llevaba, impregnó su polla ya enfundada en un condón y lo que le quedaba en la mano me lo pasó por la raja del culo. No le costó mucho entrar y cuando lo hizo y empezó a bombear mi culo con su polla, se acercó a mi oreja y me estuvo diciendo que le encantaba mi culo, que si me gustaba notar su polla dentro de mi, que quería correrse dentro de mi culo….parecía otra persona y se me ocurrió que desde fuera se oía lo que decía. Mientras metía y sacaba su verga tenía cogidos mis huevos con una mano y mi polla con la otra. No la masturbaba, solamente la apretaba, pero yo estaba más concentrado en notar ese picorcillo que tanto me gusta en mi esfínter y no pensaba en eyacular. Finalmente, con un grito apagado se corrió dándome varios empujones secos con sus ingles por detrás, como deseando descargar la última gota de su leche dentro de mi. Se apartó y tirando el condón en la papelera y limpiándose un poco con un pañuelo de papel me dijo que había sido un polvo genial, que hacía mucho tiempo que no se corría tan a gusto y que si algún otro día nos podíamos volver a ver. Le dije un día concreto porque a mi también me había gustado bastante, pero el día de esa cita no fui por no sé qué motivo y no nos volvimos a encontrar. Me dio las gracias acariciándome una nalga y se fue. Me quedé allí muy satisfecho del rato pasado, pero yo necesitaba más porque no había llegado a correrme, aunque había tenido ya dos encuentros esa tarde. Finalmente lo conseguí, pero esa es otra “primera vez”
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No leí tu relato pues quede fascinado con tu polla
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