Mis primeras veces 6
( Relatos Gay )
6- La primera vez que le metí la lengua en el culo a un hombre fue a un muchacho muy pasivo al que conocí a través de un chat gay de la zona donde viví durante un tiempo. Era un lugar donde no había saunas ni cines porno y los únicos lugares de cruising no eran demasiado discretos y yo no quería arriesgarme a ser visto por algún conocido, ya que era un lugar pequeño. Le conocí un sábado por la mañana en el que yo, ya cansado de hacerme pajas sin saber de que otro modo contactar con alguien, entré en un chat gay y tuve suerte. Yo ya había entrado en ese chat alguna vez, pero sin éxito. En esta ocasión el muchacho que me contestó vivía a unos 30 kms de donde yo y tenía sitio. Yo no, ya que vivía acompañado por una mujer quien, afortunadamente, los fines de semana dormía hasta muy tarde. La negociación fue rápida (supongo que iba tan caliente como yo y tampoco había tenido suerte) y me dio su dirección, donde me presenté una media hora más tarde como habíamos acordado. No hubo preliminares ni nada parecido, en cuanto cerró la puerta detrás de nuestro le cogí la cabeza con ambas manos y le llené la boca de saliva con mi lengua. Era evidente que eso le gustaba porque así estuvimos de pie un buen rato estirando las dos lenguas hasta dónde podíamos. Me invitó a ir a la cama y se desnudó completamente estirándose boca arriba. Yo tampoco me lo pensé y quitándome la ropa yo también me arrodillé al lado de su cabeza e inclinándome encima de él le metí la polla en la boca follándosela lentamente. Sus gemidos mientras mi polla entraba y salía de su boca me indicaban que iba por el buen camino. Cuando se cansó de chupar, apartó su boca y se incorporó poniéndose a cuatro patas ofreciéndome su culo que acepté inmediatamente después de ponerme un condón. Su pene era pequeño y estaba flácido; era inservible y además parecía que ese miembro que da tanto placer no le interesaba en absoluto. Me frustré un poco porque me apetecía comer polla a mi también, pero había que aprovechar el momento y como me gusta todo…. Le estuve follando el culo un buen rato. Cada vez mi pubis chocaba contra sus nalgas con más fuerza y cuanto más fuerte le daba más gemía de gusto. En mi bolsa de estas ocasiones llevaba un guante de látex y lubricante y pensé que él no le haría ascos a nada por lo caliente que al parecer estaba. Salí de su culo y arrodillado detrás de él empecé a lamerle las nalgas acercándome cada vez más a su dilatado ano sin llegar a tocar su esfínter y oliendo la zona, que no olía nada mal. Por la agitación que notaba en él entendí que aquello le estaba gustando mucho y fui retrasando lo más posible la llegada de mi lengua a ese punto del que tanto parecía disfrutar. Llegado el momento separé mi cara un poco de sus nalgas, endurecí la lengua y directamente se la metí en el culo de golpe todo lo que dio de si. Lanzó un pequeño grito de placer y luego ya le lamí todo el círculo metiendo y sacando la lengua varias veces. Al parecer él no tenía intención ni capacidad de correrse con lo que estuvimos así un buen rato hasta que me puse el guante, lo lubriqué y le fui metiendo primero un dedo, luego dos, luego tres hasta que no le cupo más. Mi mano no le entraba entera y empecé dar empujones con ella con toda mi fuerza. La mano entera no entró pero por los sonidos que salían de su boca estaba claro que se lo estaba pasando en grande. Cuando me cansé le hice que se pusiera boca arriba, le saqué la cabeza por el borde de la cama bajándola un poco y con mis pies en el suelo le folle la boca hasta que me corrí sobre su cara. Nos lavamos un poco casi sin decir nada, ya que él no era muy hablador y nos despedimos. Días más tarde, como él ya tenía mi dirección de corro electrónico, contactamos de nuevo, pero esa es otra historia.
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