Las dos cenaron en un restaurante y en los postres mi esposa le dijo a su amiga que se encontraba algo indispuesta y le pidio que fuera al coche a por una medicina.
El coche estaba aparcado en un callejon solitario, cuando Sabina abrio la puerta trasera para buscar el medicamento, un encapuchado se le acerco por detras, mostrandole una navaja el encapuchado le hizo una señal de que si gritaba le cortaria el cuello, acto seguido le arranco la camisa y con la navaja le rompio el sujetador, empezo a tocarle las tetas, le quito la falda y de nuevo la navaja hizo desaparecer las bragas, el desconocido le toco el coño y noto que estaba mojado, la cerda de Sabina estaba tan excitada que no se daba cuenta que la navaja ya no era una amenaza. El atacante saco de su bolsillo un consolador que copiaba una gran polla de unos 30 centimetros, la metio en el coño y entro con facilidad, entonces le dio la vuelta poniendola a cuatro patas y mientras el consolador seguia entrando y saliendo en el chocho de Sabina una pija entro en su culo, ella se corrio, el encapuchado se desenmascaro y besandola en el cuello: LE DESEE FELIZ CUMPLEAÑOS.
Consegui cumplir su fantasia, ser violada por un buen nabo que le diera por delante y por detras.
Pili que escondida habia presenciado todo, mientras se masturbaba alucinada por las dimensiones del coño de su amiga, me pidio que condujera yo de vuelta mientras a Sabina le pidio que pasara al asiento trasero junto a ella. Durante el trayecto mi mujer le dio a su amiga una comida de coño como solo sabe hacer una mujer, mas que gemir Sabina berreaba como un becerro.
Al llegar a casa Sabina insistio en comerme la polla, lo hizo habia mejorado bastante, despues supe que la zorra de mi mujer le habia dado clases.
Me vacie soltando mi leche sobre sus tetas, Pili aprovecho para limpiar el semen con su lengua y despues besarala, uniendo los pezones las dos se tocaron el chocho la una a la otra, se tumbaron en el suelo haciendo el 69, despues unieron sus coños y cruzando las piernas de forma que las rajas se tocaran, se movieron hasta el orgasmo.
Yo contemple el espectaculo, sentado sobre la cama, vinieron hacia mi me tumbaron, mi esposa se clavo mi polla, y Sabina me puso el chocho en la cara mirandose y mientras me trabajaban, volvieron a comerse mutuamente.
Volvi a correrme, ellas siguieron a lo suyo. Yo reventado me fui a dormir a otro dormitorio.