NOTA: Soy Homosexual y me gusta la palabra que define mis preferencias.
Trataré de evitar en este y todos mis relatos usar la palabra gay.
Espero que a nadie moleste!
Hace un par de meses viajé a Guadalajara para hacer un trabajo fotográfico, al terminar antes de lo previsto, aprovechando el tiempo libre, decidí tomarme unos días y visitar Puerto Vallarta que como saben tiene una gran comunidad homosexual.
Siendo un destino turístico, permite a personas como yo la libertad de actuar y tener un comportamiento..."despreocupado". En pocas palabras como ahí nadie me conoce, puedo ser autentico, dar rienda suelta a mis tendencias sin cortapisas, reventarme donde quiera y con quien quiera e inclusive, realizar fantasías que quizá no haría en el DF...
Independientemente de los jóvenes, Vallarta es un destino cotizado también por hombres maduros que casualmente son los que me atraen, siendo mi debilidad los que se encuentran entre 35 y 45 años...
Yo tengo 23 años y parezco no llegar a 20, atractivo, pequeño mido 1:63, cuerpo firme -nadador sin ser musculoso- resaltando mis duras y redondas nalgas, soy moreno, ojos café verdoso, nariz grande, cabello poco largo con rayos blancos, boca grande y labios gruesos... Soy indudablemente obvio, algo femenino y abierto a nuevas prácticas y experiencias...atraigo a hombres maduros, soy según el primer maduro con quien tuve sexo "lindo, deseable, sensual y muy, pero muy puto". Me di cuenta que este tipo de hombres -los maduros- además de la experiencia y saber lo que quieren sexualmente, son mucho más cachondos, refinados, esplendidos y hasta cariñosos.
En fin, desde Guadalajara hice la reserva en un pequeño hotel boutique que había encontrado en el Internet. Era lindo, elegante y sobre todo leí que la clientela es en su mayoría, el perfil ya descrito, con la ventaja de ser -la gran mayoría- extranjeros. O sea para una aventura es...perfecto!!!
Al día siguiente de llegar me levanté temprano para nadar un rato y luego pedí fruta a mi cuarto...Ya bañado, decidí ponerme una pequeña tanga azul eléctrico (muy atrevida) y bajar a la alberca para checar el hotel y obvio a los huespedes....sabía que la tanga era provocadora ya que dejaba casi completamente al la vista mis duras nalgas. Y así fue, al quitarme la blusa calada de algodón, pude sentir las miradas de varios y eso me excitaba.
Poniendo la toalla sobre el camastro saqué mi libro y me dispuse a leer, al levantar la vista, vi acercarse un hombre atractivo que según él desde que me vio, (así lo confesó) tenía en mente acostarse conmigo. Era un Checo de 43 años, 1.85 de estatura, cuerpo y cabeza enteramente rasurados -que lo hacía para mi, suculentamente varonil- con perfecto bronceado que hacía resaltar sus ojos verdes y profundos.
Su cuerpo era delicioso, masculino, fuerte, atlético...y al cruzar nuestras miradas me impactó, era -a mis ojos- casi perfecto.
Sin poder quitar la mirada de él, o más bien de su pequeño traje de baño, me dí cuenta que este contrastaba con su profundo bronceado...el pequeño traje era verde metálico casi fluorecente y dejaba poco a la imaginación al definir clara, provocativa y tentadoramente la silueta de su perfecta masculinidad...Suculento!!!
Como si lo hubiera llamado con el pensamiento vi incrédulo como se acercaba a mi camastro y en perfecto inglés preguntó si podía sentarse, nervioso apenas y pude balbucear un sí tímido. Sonrió y sentándose a mi lado tomó uno de mis muslos familiarmente para moverlo, era como si me conociera de siempre.
Que nervios!!!
Marko era su nombre y además de ser definitivamente homosexual, era muy guapo -para mi-, con clase, sensual... era culto, fino y divertido, así que después de un par de horas de escucharlo parecía que el tiempo volaba...era un perfecto seductor.
El hotel estaba frente al mar en la conocida Playa de los Muertos es una playa "de ambiente" donde caminamos y juegamos luciendo -quienes podemos hacerlo- nuestros diminutos bikinis...era un extraño espectáculo invitante al libertinaje.
Marko propuso ir a caminar a la playa y recrearnos la vista...obviamente no se refería al paisaje lo cual me hizo mucha gracia.
Me enteré ya que él hizo mucho incapié que el motivo de sus éxitos económicos eran inversiones en viñedos de Norte América por consejo de su abuelo italiano...porque lo hizo ??? Bueno, mi teoría es que un hombre mayor "presuma" a un jovencito como yo que tiene dinero ya que por gusto o por dinero, el joven quiere ser atraído por él.
Por mi físico y comportamiento podía perfectamente pasar por acompañante y lo sabía aunque no era él caso.
Marko no necesitaba eso conmigo pero él no lo sabía, yo estaba absolutamente impresionado porque me encantaba con o sin dinero, me sentía fuertemente atraído sexualmente por este hombre y nunca me había pasado a ese grado.
Él se dio cuenta de mis nervios y para tranquilizarme me invitó a ir de pesca en el yate de unos amigos, así que accedí. El yate estaba a punto de salir.
Al llegar me di cuenta que eramos varios los invitados, por un lado conté 5 jóvenes, tres de ellos definitivamente Vallartenses, costeños delgados femeninos y atractivos cuyas edades oscilaban entre 18 y 23 años y los otros dos, eran definitivamente "prepagos".
Los "amigos" de Marko extranjeros todos unos muy guapos y otros la verdad no. Sus edades calculé estarían entre los 40 y 50 años...
Al bajar buscando el baño me encontré con la sala del yate, había un lindo cantinero rubio sirviendo de la pequeña barra todo tipo de bebidas. Sobre una mesita perfectamente arregladas había marihuana, coca, poppers, extasis etc...Tomando un cuartito de éxtasis fui al baño.
Después de un par de horas ya más relajados, podía sentir en el ambiente mayor familiaridad que para mi era el primer paso hacia la intimidad.
Marko y yo bebimos champaña, bailamos y entre baile y conversaciones se abría la puerta a la lógica interacción física entre ambos.
Ya sin recato alguno y como resultado del éxtasis, la ayuda de la champaña y algo de coca, me le insinuaba abiertamente tocando -sin recato alguno- bajo la suave tela de su bañera, la rigidez de su pene húmedo y dispuesto, así que tomándolo de la mano, bajamos a un camarote donde felizmente me hinqué mordisqueando su sexo hasta sentirlo perfectamente duro...su gruesa y mojada cabeza asomó por encima de la bañera, decidí ya tomarla entre mis gruesos labios y disfrutarla como niño chupando un rico caramelo...No hay privilegio más grande -para mi- que el sexo oral entre dos hombres porque sabemos exactamente lo que nos gusta recibir y por lo tanto, sabemos que y como darlo.
No pasaron ni 15 minutos cuando pude escuchar su respiración agitándose y tomando por detrás mi cabeza firmemente, me obligaba a tragar más y más su rica verga...de pronto pude sentir en mis labios como resaltaban sus venas y segundos más tarde llenaba mi boca de tibio semen...ahhhhh que delicia!!!
Regresando del viaje me invitó a cenar con él a su suite, yo sabía que al aceptar estaba implícito dar el siguiente paso...mi cuerpo estaba totalmente dispuesto y él lo sabía. Un hombre europeo de 43 años con la oportunidad de tener a un jovencito de 23, sabía no perdería.
Vivir esta experiencia era -para ambos- un placer inaplazable...
Esa noche fui seducido en un ambiente que me recordaba las películas de Passolini...
Él, vestido en un fino kaftán blanco donde se adivinaba su perfecta desnudez, yo llevaba unos suaves pantalones en gasa blanca discretamente transparentes, que dejaban ver mi diminuta tanga en rico algodón blanco y complementándolo, una camiseta negra sin mangas en delgado algodón spendex. El conjunto resaltaba mis estrechas, casi femeninas caderas con mi dura y masculina espalda.
Había preparado para empezar, un delicioso martini de mandarina con el cual brindamos por la suerte de habernos conocido y tomándome familiarmente de la cintura, me llevó a ver la maravillosa mesa puesta en la terraza donde una increíble variedad de mariscos arreglados en forma de buffete nos esperaba.
Yo estaba impresionado, sentía una extraña sensación nunca antes experimentada al saberme el centro de esta seducción que no imaginaba posible entre dos hombres; realmente me estaba cortejando como un hombre lo hace con una mujer, o por lo menos yo eso pensaba y me excitaba. Así que rodeandole con mis brazos el cuello lo besé tierna pero apasionadamente. Habiendo abierto -yo- esa puerta, tomó de la mesa un frasquito de inconfundibles poppers y poniéndolo bajo mi nariz me ordenó inhalar. Esa sensación que recorre todo el cuerpo al inhalar poppers me recorrió prendiendo esa necesidad incontrolable de tener sexo, de besarlo, morderlo suavemente y llevarlo al mullido sillón donde nos tiramos. Levantando el suave kaftán encontré los finos boxers en seda blanca -que hice a un lado- y sin pensarlo me entregué al placer de mordisquear, primero atravéz de la suave tela, y después ya sin nada que se interpusiera, su dura verga, húmeda, arqueada...orgullosa.
En pocos segundos, él manejando a su antojo mi pequeño cuerpo me encontré casi desnudo sobre el respaldo del sofá una pierna en el piso y otra arriba de tal forma que el acceso a mi centro era perfecto, sentí su lengua juguetear entre mis nalgas. Escupiendo me lubricaba y los músculos de mi esfínter abrían y cerraban invitando a sus dedos a que continuaran explorando y jugueteando...sus labios besaban y mordisqueaban mis duras y redondas nalgas. De pronto le sentí erguirse y tomar algo de la mesita, el inconfundible sonido al abrir el frasco de lubricante era la señal de relajarme. Así lo hice, sin embargo al voltear vi como llenaba una jeringa -sin aguja- con lubricante y metiendo primero uno, dos y finalmente tres dedos en mi culo, me relajaba con suaves palabras al oído.
Una vez más tomó el frasco de poppers ordenando firmemente de nuevo inhalar...lo hice, me gustaba su modo de ordenar. Al hacerlo, sentí como movía sus dedos abriendo mi centro y de pronto y casi sin sentirlo, me di cuenta que la jeringa estaba dentro irrigando de lubricante mis entrañas. Wow era una sensación diferente, llenadora...placentera. Entonces en perfecto inglés me dijo suave y seductor inclinándose sobre mi espalda, que esa sensación sería más placentera al sentir su semen inundándo mis entrañas...y así, tirando de mis cabellos me "obligó" a besarle al tiempo que sacaba hábilmente la jeringa. Sentí como parte del lubricante salía de mi culo, sus dedos jugueteaban fácilmente esparciendo el pesado liquido dentro y fuera. Sentí su mano abierta golpear firme mis nalgas y la verdad, me encanta sentir -con límites- esa combinación de placer y dolor.
Su boca ahora besaba mi cuello y su mano volviendo a tirar de mis cabellos me forzaba a enderezar la espalda, al tiempo que la otra mano, mantenía mis duras nalgas abiertas y expuestas...como se imaginarán, adivino lo que viene y reculando, espero ansioso como perra en celo el momento cumbre de sentirlo dentro.
En ese momento ya no pensaba, sólo deseaba...
El calor de su cuerpo, el éxtasis, los martinis y los poppers distorcionában mi pensar pero agudizaban mi sentir. Lo quiero dentro y lo quiero yaaaa, esa era mi actitúd.
Siento entonces la inconfundible cabeza de su sexo probar la entrada, relajo mis músculos e invito. Poco a poco siento como penetra, algo de molestia pero no es dolor, gracias al lubricante en la jeringa todo se hace más fácil.
Ahora me toma por la cintura y siento esas 7 y media pulgadas (casi 20 centímetros) totalmente dentro; no hay mete y saca, sólo la fuerza de sus caderas empujando lo que mantiene su dura verga hasta adentro, permitiendo así que mi culo se acostumbre a él. Y así fue...
Poco a poco inició con pequeños pero firmes movimientos hacer más placentero algo que como todos sabemos al inicio es doloroso. No con él.
En menos de diez minutos su rígido miembro entraba y salía a sus anchas de mi culo convertido ya en proveedor de placer...desde que experimenté esa "primera" vez con un hombre, comprendí que mi culo era receptor y proveedor de placer, por ello e tenido el cuidado de mantenerlo limpio y "atractivo"; obvio para nosotros los homosexuales conservar el culo atractivo es posible, como lo es también ejercitar los músculos del esfinter para abrirlo y cerrarlo -a mi antojo- pudiendo gracias a ello "apretar" la verga de mi amante y ofrecerle placer...no sólo recibirlo !!!
Era mi deséo mostrarle con mi actitúd que aún a mi corta edad, gozaba infinitamente el sexo haciedole saber que era la persona indicada...para mi él era perfecto. Decidí sentarme en su rica verga de frente a él para poder besarnos y hablarle sucio, quería que este jovencito aparentemente tan dulce e inocente le mostrara ser una perra en celo que gozaba tremendamente a un hombre como él.
En ese instante me dí cuenta que no traía protección y antes de tratar de levantarme, me abrazó fuertemente y forzandome a quedar totalmente ensartado en su sexo, me dijo que no había nada que temer, que confiase en él y que gozara esta experiencia, que me sintiera su zorra, su puta, que me trataría de preñar y que lo gozara...y así fué!!!
Esa noche nos revolcamos hasta el amanecer...Wow a sus 43 años la estámina de este hombre era increíble, y él amablemente la atribuía a lo mucho que yo lo provocaba...
Lo que yo había planeado como un largo fin de tres días, se convirtió en una maravillosa semána.
No faltaron cenas en lugares exclusivos, lujosos y “diferentes” donde hombres mayores “romanceaban” a bellos y dispuestos jóvenes. Sitios privados donde eran servidos platillos exóticos y vinos selectos, lugares cálidos y sensuales donde me sorprendía con regalos.
Uno en especial llamó mi atención por ser sensualmente distinto, era un conjunto casual para "estar en casa", en fina seda…Era hermoso pero “diferente”...era asexual.
Emocionado y sin importar donde estábamos me ordenó probármelo y modelar.
Lo hice al llegar a la suite... ya puesto sentí la suavidad de la tela en mi cuerpo -algo que me fascina- me vi al espejo, mi duro cuerpo se translucía sin dejar nada a la imaginación, quizá mi diminuta tanga negra que apenas cubría mi sexo y se volvía pieza central e invitante.
Ambos lo sabíamos y sentía de su parte ese deseo -compartido- de él poseerme y yo ser poseído, deseo que se vuelve intimo y urgente…
La figura de este hermoso europeo me excitaba y decidí aceptar su callada propuesta de quedarme unos días más y aceptarlo como amante -exclusivo- este tiempo.
Tomando mi cara en ambas manos me besó. Su boca mordisqueó mis gruesos labios y su lengua jugueteaba incesante. Una vez más, estaba listo…
Podía sentir la firmeza de su verga en mi mano que ya sin prudencia tomaba familiarmente... empecé una vez más como sabía le gustaba, mordisqueando su sexo sobre el delgado pantalón hasta dejar al descubierto el tan ansiado miembro...sin pensar, puse como ya tantas veces en sólo unos días, mis gruesos y húmedos labios sobre su bella verga. Mi boca dispuesta bajando y subiendo rítmicamente le brindaba una vez más, el placer que solo entre hombres es posible sentir…
Todas las fantasías estaban presentes y se hacían reales con él...
Depositándome sobre su cama fácilmente arrancó de mi cuerpo la delgada seda y colocándome boca abajo, su boca buscó entre mis nalgas el tan ansiado centro.
Sus fuertes manos separaban mis duras nalgas jugueteando con su lengua, probando y lubricando de nuevo con saliva.
El placer era indescriptible…
Entonces volteándome boca arriba y subiendo sus caderas a mi pecho, volví a tener de frente su sexo enrojecido e invitante que de inmediato puse en mi boca, esta vez, tragándolo integro, poco a poco se hacía más duro y yo lo tragaba mas y más una y otra vez.
Así permanecimos la eternidad que dura el placer.
El centro de atención soy yo y poniendo su largo cuerpo boca arriba me invita de nuevo su dura verga.
Trato de sentarme. La cabeza grande y roja se ve imposible de entrar en mi ajustado culo empapado de saliva y saturado de deseo.
Tomando el lubricante, Marko cubre su verga del espeso liquido... morbosamente, procede a hacer lo mismo en mi apretado culo. Una vez más somos uno y no parte.
Con pequeños movimientos pero firme, me monto sobre su cuerpo mientras su pene busca refugio entre mis nalgas…lo siento palpitar y poco a poco abriendo mi esfínter, bajo hasta sentir su masculinidad totalmente dentro.
No fue difícil pienso yo.
Lentamente subo y bajo. No hay dolor, la puerta del placer está abierta y disfruto a este hombre hoy mío y lo cabalgo, lo beso… entonces sin salirse y en perfecto movimiento cambia posiciones ahora él esta sobre mi…
El acceso se torna aún más fácil, me penetra con libertad y firmeza. Mis piernas lo abrazan, lo quiero así, dentro, fuerte…Hombre!!!
Besos, caricias, lengua, mi axila, placer, saliva.
Sonidos distintos pero en si, familiares.
Está a punto de explotar y quiero su semen dentro, muy dentro. Lo pido.
Accede y espero. Tibia la leche de mi macho inunda mis entrañas…
Comunión de texturas aromas y sabores.
No hay amor...sólo es placer y así quedará hasta vernos de nuevo.