Marcela mi vecina 3: Cuarenta y Veinte
( Relatos Confesiones )


Marcela estaba casada con un médico de profesión al igual que ella. Ellos fueron novios desde el bachillerato, cursaron juntos la universidad logrando recibirse y ejercer su profesión, al tiempo ella quedó embarazada de Nico, su primer hijo y años después de Joaquín, el segundo.

Marcela siempre fue recatada, seria, discreta y de perfil bajo. La caracterizaba su piel blanca el pelo rubio y sus hermosas facciones.

Se sentía como la patito feo por algo muy peculiar.... era delgada con una cintura diminuta pero de atrás era una araña galponera.... una cola prominente la caracterizó desde su desarrollo.

El tema es que desde la adolescencia la angustió el complejo de tener tamaño culo y siempre lo tapaba con algún abrigo atado a la cintura y evitaba ropas ajustadas aturdida de que le digan cuántas groserías en la calle al verla de atrás.

En aquel entonces su enamorado futuro marido no ayudaba mucho y en vez de lucirse orgulloso con su novia era hiper celoso y la tenía como una monja, Marcelita no podía hacer nada... Ese novio suyo apenas si la dejaba respirar y las cosas siguieron así hasta después de tener a Nicolás su primer hijo.

Y como les decía, tras su embarazo y el nacimiento de Nicolás, la vida de Marcela iba a dar un giro inesperado, tenía decenas de admiradores pero ella le era fiel a su hombre hasta que un paciente veterano pero bien conservado entre consulta y consulta fué rompiendo esa capa de hielo y con astucia la sedujo tras insistir miles de veces.

A ella le gustaban los modos en que ese señor la trataba, y tras verla en su consultorio y llenarla de halagos y palabras lindas que toda mujer desea oír concretaron una cita y la deslumbró tanto a la rubia de los anteojos que bajó las defensas y se entregó a ese hombre.

Esa misma noche luego de la velada de a dos tuvieron su primera vez. Marcela quedó deslumbrada por ese hombre mayor que le hizo el amor con tanta pasión y deseo. Se despidieron pero después de esa noche las ganas de ambos los volvió a juntar y ya no se pudieron separar.

Y asi continuaron... La pasión los tentaba y la rubia se hacía un tiempo para eso, deseaba ser cogida por ese paciente suyo qué le hacía ver las estrellas cada vez que se quitaban la ropa y éste la llevó tantas veces a la cama y le hizo el amor en todas las posiciones posibles y por todos sus orificios transformándola en una mujer infiel con mucho apetito sexual. Marcela Rodríguez la tímida doctora descubrió un mundo de placeres en el sexo, ese hombre la cambió para siempre.

Marce hizo valer su cuerpo, empezó a vestirse más sexy y segura de sus curvas, con ese culo entendió que podía conseguir lo que quisiera.
Eso sí....ya con su aburrido y amargado esposo las cosas no fueron del todo positivas.... ni se comparaba en plano sexual con lo que le hacía su amante... su compañero de hogar se le subía y la bombeaba hasta dejarle adentro la última gotita de semen. Todo muy rápido, todo muy mecánico, nunca una previa siempre buscando la auto satisfacción y ella decía que él ni le daba tiempo siquiera a que lograse un tanto de lubricación... y ni estaba en sus planes alcanzar el clímax, por lo que su rol era complacer a su compañero de cama y nada mas.

Todo eso la llevó a buscar satisfacción con su amante, ya ella era una bestia habida de sexo y en su cabeza solo existía ese semental que la disfrutaba entera de los pies a la cabeza.

Y nunca entenderé el maldito accionar que a veces tenemos los hombres. Si uno tiene semejante hembra a entera disposición cual es la necesidad de ir en búsqueda de otra mujer?

Y mi indignación es porque cuando más loca por él la tenía de a poco dejó de escribirle, no le contestaba las llamadas y se volvió esquivo para con la pobre rubia.

Y pasó lo que era sabido, la reemplazó por otra mujer y Marcela quedó hecha trizas.

Hizo una pausa por un tiempo, vistió de luto su alma y soportó el dolor ella sola y decidió recomenzar con el marido... estuvo serena y fue toda una dama de su hogar dejando atrás lo inolvidable que le hizo sentir ese sujeto. Con el marido volvieron a hacer el amor más asiduamente tanto que dejó de cuidarse y logró quedar embarazada por segunda vez.... y dió a luz a su segundo hijo varón, Joaquín.

La pareja no duró mucho, tras el parto y la convivencia las ganas de tener sexo se desvanecieron, la milf entró en una crisis post parto y se divorciaron. Después de la separación cada uno hizo su vida.

Marce cambió mucho, fue madre y padre de sus dos pequeños y con los años adquirió un perfil de señora sería y respetada.

Se volvió fría y a ningún hombre le dió siquiera una oportunidad, y eso que tenía miles de admiradores y sujetos que la invitaban a salir. Ya no confiaba en ningún hombre.

Pero un día el amor golpeó su puerta nuevamente, llegaría a su vida un jovencito que comenzó su capacitación en el centro de salud donde trabajaba ella, el chico la vió y quedó hipnotizado por su belleza y a pesar de los prácticamente 20 años de diferencia etaria el futuro médico anestesista se propuso conquistarla.
Era un muchacho alto, carilindo con una incipiente barbita muy simpático y con un carisma increíble...un buen chico responsable y con todas las de ganar.

Se cruzaron por los pasillos del hospital y quedó turbado por la doctora. A esa rubia con tremendas curvas era imposible no mirarla. Se animó a hablarla y la saludó... y palabra va palabra viene la invitó a salir.... así de una y sin descaro...y obviamente Marce le dijo que NO dejándolo sin reacción alguna.

Ignacio no se dió por vencido, insistió e insistió una y mil veces y ella era reacia y esquiva a todos los intentos y buenas intenciones del muchacho. Hasta que tiempo después colegas de la doctora admiradas por la insistencia del chico la convencieron de que le dé una cita al joven. Un tanto envidiaban la perseverancia de Ignacio y veían con buenos ojos esa sinceridad de su parte.

Y un día hablando cara a cara demasiado cerca el uno del otro por fin logró aceptar un sí a regañadientes de Marcela.

Y esa noche noche salieron, la rubia algo nerviosa no sabía que ponerse y optó por un jean que resaltaba su parte posterior. Fueron a un pub de buen ambiente, tomaron unos tragos y el la sacó a bailar, luego abandonaron el lugar y caminaron juntos y entre anécdotas de ambos y la buena onda reinante fueron pasando las horas.

Marcela se sintió cómoda con ese hombre mucho menor que ella porque Nacho no paraba de hacerla reír y ella ya se sentía atraída por ese chico.

Llegaron con su caminata a una plaza y en el silencio de la noche uno y otro quedaron sin nada que contar, buscaron un banco para sentarse y quedaron cara a cara.

Nacho el anestesista veinte años menor se le declaró a la antigua así como a ella le hubiese gustado y por su carita de enamorada eso era lo que ella estaba esperando.

El muchacho tenía el dominio de la situación, Marcela algo tonta se sonrojó y tras callar un instante le preguntó que podría gustarle de ella, puesto que era una señora mayor y él prácticamente un nene y que a su entender se vería mejor estando con una chica de su edad....a lo que Ignacio le respondió que desde más joven (aún) se sintió atraído por mujeres mayores, mujeres que saben lo que quieren en la vida y por sobre todas las cosas por mujeres con experiencia.

_Usted tiene todo y no dejo de pensarla, me gusta su seriedad, su carita, me gusta verla con sus anteojos puestos y la imagino así junto a mí y créame que tengo miles de sentimientos hermosos que usted me los despierta_.

_No se que decirte Nacho, me dejas anonadada_ respondió Marce, calló un rato agachando la mirada y el corazón le latía a mil. Respiró hondo y soltó unas palabras.
_Solo te voy a pedir tres cosas:

1 Dejá de tratarme de "usted" me haces sentir más vieja de lo que soy. 2 Basta de tratarme de Doctora, doctora soy en lo profesional, y aquí estamos fuera de nuestro ambiente, nos estamos conociendo....y me llamo Marcela.... a ver repetí conmigo MAR-CE-LA. Quiero que me llames por mi nombre.
3 Llevame a casa que ya es muy tarde..

Y así se levantaron de aquel banco de esa plaza de la cual a esas horas solo habían parejitas de enamorados y caminando muy juntos la acompañó hasta su casa. En un tramo intentó tomarla de la mano y ella lo ubicó con un enérgico Qué haces !!!!

Se dió cuenta de su hostil reacción y le pidió disculpas, y caminando unos metros más al cruzar una esquina fué ella quien lo tomó de la mano y el quedó gratamente sorprendido.

Llegaron al edificio así agarrados de las manos a donde residía ella y otra vez después de las risas de la rubia el momento de decirse "Gracias por todo la pasé muy bien" era inevitable. Los invadió el silencio, se miraron el uno al otro y las palabras sobraban.

Como tiene que ser el muchacho dió el primer paso y le dió un beso en la boca a la cuarentona rubia. Marcela se entusiasmó y correspondió ese beso y Nacho no perdió oportunidad, definitivamente tenía el Sí de Marce y los tímidos besos se fueron más pasionales a medida que tomaban confianza. Y de acariciar su rostro y su pelo suelto, fue deslizando sus manos por la espalda y Nacho pudo tocar ese cuerpo que tanto deseó y ella se dejaba.

Los dos estaban entregados, Marcela volvió a sentir deseo....un deseo inmenso de acostarse con ese chico que supo seducirla y no le importó nada... bajó su mano a la entrepierna del residente y notó tamaña erección, se liberó de las ataduras del pasado y se dijo a sí misma: "Y porqué no?", subieron al departamento de ella y mientras Nico y Joaquín dormían Marcela y Nacho hicieron el amor por primera vez llenos de calentura y apasionadamente.

La doctora estaba necesitada y el chico al ser más joven tenía mucho aguante, al fin tenia en la cama y a su entera disposición a la mujer que lo volvió loco desde el primer día que la vió.

Las ganas de ambos eran inmensas y sus cuerpos desnudos al chocarse emitían un sonido por demás excitante sumados a los gemidos incesantes de Marcelita, la rubia de los 40 años estaba siendo muy bien cogida por Ignacio ese chico de apenas 20.

Nacho la puso en cuatro patas y tal como ella se lo pidió en el parque la cogía y la llamaba por su nombre. No dejó de pronunciarlo mientras se la metía con unas ganas únicas.

Marcela... Marcela... Marcela!!!. Era lo único que el chico decía encendiéndola aún más y esa mujer estalló en un orgasmo contenido desde hace años. Sus gemidos quedaron grabados para siempre en la historia del edificio porque todo el vecindario fue testigo de semejante enculada que recibió la seria doctora de los anteojos con aumento.

Quedó enloquecida con Nachito, ese joven le dió la cogida de su vida y volvieron a hacerlo una vez más así de apasionados.

Los sorprendió la mañana desnudos en la cama y ella tomó la iniciativa y lo despertó practicándole sexo oral, Ignacio tenía un poder de recuperación increíble y estaba siempre listo, Marcela lo montó y estando arriba fue ella la dueña de la escena y entre gemidos alcanzó otro orgasmo intenso, sus hijos abran escuchado todo pero ella estaba como poseída, encontró un macho que le gustaba y por sobre todas las cosas le sabía llevar el ritmo, Marcela en la cama era más que demandante y el chico cumplió las expectativas. Nacho se sacó un diez felicitado...claro está.

Se ducharon juntos y mientras el agua caía mojando sus cuerpos Nacho la enjabono y la tomó de atrás, se las ingeniaron para hacerlo de parados en el reducido espacio y otra vez los gemidos de la blonda una vez más despertaron a los vecinos.

Salieron de ahí, se vistieron, Marce preparó café y tostadas y el no se le desprendía, se la pegaba de atrás y mientras le daba tiernos besos en el cuello y mordía el lóbulo de su oreja, ella tenía puesta una bata blanca con la que salió de ducharse y el pelo mojado tras amarse bajo la ducha y empañar los vidrios con el vapor y el calor de ambos cuerpos... por suerte era domingo y no había ni clases ni horarios laborales y sus hijos dormían en sus habitaciones.

Ella insaciable quería hacerlo una vez más... el se agachó hasta la altura de sus redondas nalgas y le levantó la bata, Marce se inclinó sobre la mesada de la cocina dejando su culo en pompa y Nacho perdió su cara adentro de esas nalgas redondas y carnosas. Le chupó el culo con tanta devoción que a ella se le ponían los ojitos blancos y él estuvo ahí hasta cansarse y se lo hizo mil veces mejor que aquel hombre por el que tanto sufrió al ser reemplazada...

Pero ya ese joven amante estaba ocupando su lugar, era su presente y no se arrepintió de haberlo elegido.

La rubia del culo prominente lo disfrutó un montón desinhibida por completo....ya borró definitivamente todo su pasado y lo único que quería era pasarla bien.

Lo hicieron Una Vez Más... ahí en la cocina esta vez de un modo más suave casi tántrico contra la mesada de mármol pero sin dejar de ser placentero para los dos.

Después del café (y el sexo en la cocina) llegó el momento de despedirse, estaban tan enamorados que sus bocas no podían soltarse, claro está que iban a volver a verse y tener más momentos íntimos, se dió una química sexual increíble entre los dos.


Pasaron unos días y llegó el Miércoles de juntada, ese día era de culto para las amigas del Mami Hockey, era la noche en que tres amigas se reunían a cenar en un restaurant, Marcela, Gabriela y Analía.

Marcela tenía un brillo especial en la mirada, algo les había adelantado en conversaciones previas y sus amigas estaban hiper curiosas y querían saber detalle por detalle.
_Dale Marce contá_ le dijo Analía quien era la más extrovertida de las tres.
Marcela atinó a decir: _Chicas es un nene!!!! No sé que hacer!!! Ayúdenme please!!
_No me quiero ilusionar como la última vez_ a lo que interrumpió Gaby dándole ánimos y preguntándole si el chico le gustaba.
_Siii... un poco..._ respondió con timidez...(mentira, Marce estaba más que enamorada, la traía loca ese chico).
A lo que Analía más lanzada le preguntó sin descaro:
Vos no le habrás entregado el culo en la primera cita no?
La invadió un silencio y Marcela toda sonrojada agachó la cabeza y sonrió.
Obviamente eso era un sí..... las tres rieron como locas y levantaron sus copas por ese reciente romance de la rubia.

Marcela fue la pionera en tener un amante mucho más joven en aquel círculo íntimo de tres amigas, Analía algo excitada le pedía más y más detalles, estaba un poco hot por la bebida espumante y por no creer el gran paso que dió Marcela Rodríguez, quien iba a pensar que se comió a un jovencito residente de anestesiología del hospital?!!

Y como es tu nene, es lindo? Alto? como viene de pija? Analía incisiva queriendo saberlo todo.
_Es demasiado lindo y de abajo viene dotadísimo, no sabés cómo me mata en la cama!!_ sentenció Marcela orgullosa de Nacho.

Nos lo prestas? Le dijo Gabriela con tono pícaro, a lo que ella respondió _Ni loca!!!!

_ Dale Marce no seas egoísta, quiero que me coja tu anestesista me dejaste muy cachonda_ le dijo Analía algo excitada. Tenía un hambre de pija impresionante , la flaca, ya que la vida en un barrio privado y teniendo un marido empleado bancario con quién no era habitual el sexo más una vida aburrida a pesar de su envidiable posición económica.

Y con la inesperada aventura de Marcela, su amiga del alma, se propuso buscarse un amante que la sacara de su rutinaria vida y que se la coja sin descanso para saciar todos esos meses de soledad e insatisfacción.

Acordaron en que se las iba a presentar, ya que si algo las caracterizaba era la curiosidad, por lo que en la noche del viernes cuando tuvieron hockey en el club él la fue a buscar y la esperó sentado en la tribuna.

Terminaron de jugar y se despidieron del resto del equipo, quedaron Gaby y Analía haciéndose las distraídas cuando Marcelita lo trajo y se las presentó a su amor.

_La verdad es un bomboncito ese chico_ palabras textuales de Gabriela que le dijo a Analía.

_Chicas les presento a Nacho...mi novio_

Ella nerviosa pero orgullosa de tener esa cosita hermosa a su lado y de quién ya Gaby y Analía conocían hasta el íntimo detalle.

Para los ojos envidiosos podrían ser madre e hijo al verlos juntos. 40 y 20 era la brecha etaria de esa tierna parejita recién forjada que irradiaban amor y pasión por los poros.

El la agarraba de la mano y ella loquita por él no lo soltó un minuto.

Charlaron los cuatro un buen rato, Nacho les cayó de diez a esas dos criticonas. Después todos se dirigieron a la salida y se despidieron yendo la blonda y el flaco tomados de la mano y parando de a ratos para besarse. Estaban tirando migajas delante de los pobres, como dice aquel dicho, pues Gaby no tenía pareja y Analía digamos que no estaba bien atendida, y Marcela se los refregó en la cara orgullosa.

Al parecer los flamantes novios se estaban muriendo de ganas de irse a la cama juntos, ya lo tenían todo planeado.
Ella se lo llevó a pasar el fin de semana a su departamento, puesto que sus hijos iban sábado y domingo a la casa del padre por lo que tenían dos días para ellos solitos con las hormonas a mil encerrados sin ver la luz del sol.

La rubia le iba a exprimir hasta la última gota a su "novio", y así fué. Fue un fin de semana a puro sexo, Marce y Nacho se la pasaron cogiendo.

Gaby llegó a su casa, cargó la tina y se sumergió . Estaba tan caliente que se masturbó. Tenía unas ganas locas de tocarse... Ya que se excitó imaginando a su amiga y ese chico haciéndolo una y otra vez.

Analía fue más lanzada, fue a su casa y luego de vestirse súper perra salió a disfrutar de la noche y cumplió con el objetivo de encontrarse un macho joven y viril dispuesto a satisfacerla y terminó muy cogida en un cuarto de hotel.

Después de ese primer fin de semana muy juntos más que novio ya lo quiso de marido y lo trajo a vivir con ella. En esa semana Nacho se mudó al departamento de la rubia cuarentona y no pararon de hacer el amor una sola noche, eran fuego y pasión y tenían una química envidiable en la cama.
Pasaron los meses y de tanto amor la rubia del culo perfecto quedó embarazada y fruto de esa pasión nació una niña a la que llamaron Francesca.

Ella logró rehacer su vida, se consiguió un buen hombre y está más que enamorada. El por su parte no puede creer que tiene a ese monumento de mujer a su lado y la presume como el mejor.
Su hija Francesca los unió aún más y a nosotros sus vecinos nos despiertan a medianoche los gemidos de la rubia, pero los dos son así...dos seres pasionales que se gustan demasiado y no se cansan de hacer el amor y masturbarme al escucharlos ya se hizo un vicio para mí. Es algo inevitable jaja.


Foto 1 del Relato erotico: Marcela mi vecina 3: Cuarenta y Veinte

Foto 2 del Relato erotico: Marcela mi vecina 3: Cuarenta y Veinte




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8442

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