y la conversación, pícara y coqueta
nos había excitado aún más
solo cerrar la puerta
nos volvimos a besar
las caricias más traviesas
nos hacían explorar
la erección de tus pezones
entre mis manos notaba
y contra tu vientre sentías
un frenesí sin igual
apretandote las nalgas
para que me sintieras aun más
entre besos nos arrancamos la ropa
no podíamos, ni queríamos parar
los cuerpos se fueron mostrando
poco a poco en su totalidad
con un empujón me tumbaste
sobre la cama matrimonial
y tu cuerpo frotaste entero
por mis piernas, mi virilidad
enhiesto y palpitante, notaba
como tus pechos rozaban
y me estremecía aun más
sobre mi te sentaste, despacio
y comprobe tu humedad
de tu sexo, volcan ardiente
que quería atravesar
entré en ti lentamente
robando gemidos al avanzar
y palpitando lujuriosamente
hasta no poder llenarte más
me apretabas y me mirabas
sentíamos tanto deseo
que cimbreadamente empujabamos
alternativamente sin pensar
mojado en ti, tome tus pechos
empujaba sin parar
te movias en circulos
y nos negabamos a parar
los besos volvieron intensos
y cada vez mas excitados
seguiamos en nuestro mundo
lengua con lengua, sin descanso
sexo con sexo, entrelazados
hasta que llegó el instante
en que cruzando las manos
el gemido paso a grito
y el deseo a tensión total
derramamos nuestros jugos
al unísono y en pleno orgasmo
los jadeos y gemidos
se apagaron despacito
caiste sobre mi pecho
besando y acariciandome
mientras mis manos recorrian
tu espalda, caderas y demás
asi nos quedamos dormidos
y en la mañana temprano
al abrir mis ojos y despertar
supe que había soñado
y no habia sido una realidad
pero como te había gozado
eso no lo puedo olvidar
y la sonrisa en tu boca
siempre me acompañará