El Adiós de un legendario swinger
( Relatos Cuerno )


El Adios de un legendario swinger.

A su entierro fue una multitud de gente jovenes y viejos, su hijos y familia desconocían los hobbies del venerable anciano cuando vivía.Vimos con tristeza como lo bajaban a su última morada, junto a Mary su esposa, fallecida hace ya diez años.

Jack, así le decían, su nombre era James Jackson, hijo de ingleses llegados a principios del siglo 20, habían hecho fortuna, creando pequeñas posadas para viajeros, que terminaron por ser una cadena de hoteles a mediados de los 50.

Jack y Mary, fueron pioneros en los intercambios de parejas, al principio lo hacían fuera del país en sus viajes, pero poco a poco la costumbre se fue adoptando aquí y ya no era necesario viajar a Europa por un buen polvo.

Jack, se había permitido el lujo de comprar un discreto y pequeño hotelito para estos usos, lo había acondicionado de tal forma que era tan privado como un motel, estacionamiento oculto, mucha vegetación tapaba la fachada, ventanales oscuros o con vitreaux, paredes isonorizadas y el cartel -“Fiesta privada, solo con invitación”-.

Según me contó Andrés un amigo que participaba en sus fiestas desde hacía años, Jack no participaba, pero conocía a cada uno de sus invitados/as.

Gracias a mi amigo pude asistir a un par de eventos de la leyenda del swinger, como es evidente fuí con mi mujer, ella lo disfrutó mucho y quedamos en repetir.
Pude yo mismo conocer al hombre, se veía que superaba los 80 años, pero nadie sabía a ciencia cierta cuanto hacía que los había dejado atrás.
Ví como se paseaba entre las parejas, apoyado en su bastón de ciervo, saludaba amablemente, el ya no intervenía desde la muerte de Mary, hacía diez años.
Se conformaba con filmar o sacar fotos, sí, estaba permitido pero con un férreo control por el cual obligaban a difuminar los rostros, -“Lo que se cocina en casa se come en casa”-, decía el anciano.La discreción había permitido su actividad por más de 40 años.
Pude ver como le agradaba mi mujer, -“Me recuerda a Mary cuando tenía 30 años y era enfermera en el Hospital Británico”-, me decía el anciano.
En un día lluvioso y gris de otoño, dejamos atrás el cementerio y a Jack.
Una semana antes…
Andrés me había avisado y unas horas más tarde me llegaba la invitación, el mes anterior no habíamos podido concurrir, por una sencilla razón, mi mujer estaba con la regla.
Pero ese fin de semana, sí, íbamos a ir, era una noche especial, de hecho la invitación decía, -“Estricta etiqueta”-, traje en el hombre y vestido en ellas.
Mi mujer se bañó, depilo y vistió sencilla, se fuè a un Spa, para volver horas mas tarde a vestirse, le gustaba estar impecable.
Yo busqué un traje gris piedra, corbata bodeaux y camisa blanca, afeitado, peinado y perfumado.
Tomamos la invitación, el coche y partimos a las 23 horas.Llegamos a la dirección correcta, para poder abrir el portón electrónico debimos pasar el código de barras de la invitación por un lector a la altura de la ventanilla del conductor.Solo una cámara de vigilancia custodiaba la entrada.

Bajamos del auto y llegamos a la entrada, tocamos a la puerta y nos abre Jack y su impresionante asistente una joven, muy bella, rubia, elegante, su mano derecha para estos eventos.De cada asistente crean una ficha no quieren sorpresas, ni infiltrados ni paparazzi ni enfermos, para entrar al club se debe gozar de buena salud, aspecto y ser recomendado por otro miembro.La chica chequea los datos y nos dá la bienvenida.
Según dicen esta joven tiene un sueldo generoso, como para mantenerla con la boca cerrrada y para hacer lo que su patrón “necesite”, esto parece ser confirmado por el minúsculo y apretadísimo vestido que casi no le tapa la linea del trasero.
Jack es un hombre muy flaco y alto, son de la gente que mantiene el cabello, totalmente blanco, sus manos manchadas y temblorosas dicen que su edad es avanzada.Es pausado al hablar y se fatiga con facilidad.

El comedor del antiguo hotel a sido decorado y adaptado con esquisita elegancia.Hay una pista de baile, música, sillones formando círculos con pequeñas mesas centrales donde no faltan los tragos. Somos treinta invitados, quince parejas de diversas edades.

Jack da una bienvenida desde su lugar favorito, el descanso de una escalera de madera que conduce a los pisos superiores sel antiguo hotel, desde ahí nos vé a todos a modo de balcón, ahí tiene un sillón y sus binoculares de ópera para ver a gusto la acción de sus invitados, su fiel secretaria filma el evento junto a él.

Nos acomodamos en uno de los círculos de sillones, nos servimos unas margaritas y charlamos con las parejas que se acercan, es un ambiente magnífico.

Reconozco a Nahir, una impresionante morocha, con la que he estado en otros eventos, siento atracción hacia ella y ella lo sabe y le gusta coger conmigo…me busca.

Mi mujer hace una mueca de digusto al verla, ella fué motivo de una discusión por celos, pero eso es otra historia.Nahir no tiene pareja estable o no le duran.

Esta vez viene acompañada de un fornido muchachote, Alfonso, diez años menor que ella.
Alfonso ve el tenso momento entre las mujeres, decide invitar a bailar a mi mujer para “ablandarla”.
Vemos con Nahir como bailan pegados.

-“Te he extrañado papi, no veo el momento de tenerte dentro de mí”-, me susurra Nahir mordíendome el lóbulo de la oreja.
-“¿Porqué no dejas a esa bruja y te vienes a vivir conmigo?”-, añade Nahir mordiéndose el labio inferior.
-“! Ja,Ja¡, no funcionaría eres insaciable”-, le digo mientras acaricio sus nalgas por debajo del vestido.
Alfonso y mi mujer vuelven, no quiero incidentes por celos, así que se me ocurre algo, consulto con el chico y está de acuerdo.

Es temprano aún así que espero que la temperatura aumente, una hora más tarde ya veo como mi mujer y el chico hacen arrumacos, él le acaricia las tetas y ella la entrepierna, entonces propongo la idea.

-“Que tal chicas si se vendan los ojos para no saber con quien están, de esa manera gozarán lo mismo con cualquiera, nadie hablará, será sorpresa y podremos intercambiarnos la veces que quiéramos o darle dos a la vez”-, le digo.

Ellas, ríen con perversa sonrisa, están de acuerdo y con pañuelos negros se dejan cubrir la vista.
Alfonso y yo nos desnudamos, tomo un forro y me lo coloco, luego me dirijo a Nahir, la beso y la desnudo lentamente, ella me acaricia y llega a mi pija.

-“Sé que eres tú, conozco el sabor de tus labios y el perfume que usas, no eres Alfonso”-, dice.
Tira del condón y me lo saca, para añadir, -“Te quiero sentir todo sin nada”-.

Ella se agacha y me come la verga aún a medio desvestir, me clava las uñas en las nalgas.

Veo por el rabillo del ojo a mi mujer medio desnuda, el chico tira de los costados de su tanga para dejar a la vista el pubis rasurado y la rosada conchita de mi mujer.

De repente veo que dos personas se acercan, es Jack y su asistente, no es común que abandone su sitio el hombre, pero esta vez lo ha hecho y está muy cerca.

Veo como mi mujer está enteramente desnuda, nunca me he acostumbrado a verla mostrando su blanco cuerpo desnudo a una multitud, sentada en el sofá, mama la verga del chico siempre con el pañuelo negro sobre su vista.

Alfonso sin decir palabra la ayuda a pararse, le da la vuelta acomodandola para que se ponga apoyada sobre sus rodillas y manos sobre el sofá.

El muchacho separa las nalgas de mi mujer, observa y se relame, todos los presentes pueden ver a mi mujer con su culo en pompa, sus muslos separados enseñando su larga y roja, rajita rasurada, todo su joven sexo al descubierto.

El anciano pasa por delante de mí, seguido de su inseparable asistente, algo balbucea casi imperceptible, -“Mary”-, creo que dice y se acerca a Alfonso que yace con la boca sumergida el la concha de mi esposa.

Alfonso nota la presencia del anciano, lo mira y ríe, le separa las nalgas y abre la vulva para que el anciano aprecie, lo invita a tocar, el añoso hombre estira una mano y la retrae como arrepentido.

El muchacho toma la mano del anciano y la apoya sobre el culo firme de mi cónyugue, las manos temblorosas del viejo, recorren las nalgas de ella, dos dedos manchados por los años, penetran la vulva y entran en la vagina de una caliente mujer y salen empapados.

Yo como tantos nunca hemos visto al Gran Jack en acción y son varias parejas que se acercan para ver el inédito suceso, hace 10 años que el hombre mantenía una actitud pasiva.

Destapo la vista de Nahir, ella me mira y sonríe triunfante, -“! Sabía que eras tú ¡”-, me dice, le indico que mire hacia atrás y vea a mi mujer.

-“! Ah¡, ella no sab…¡”-, exclama Nahir.
-“! Shhhhh, no, calla¡”-, le ordeno.

Vemos como Alfonso va por el otro lado de ella y le ofrece su pija, mientras el anciano a sumergido su desdentada boca el la mojada concha de mi mujer y lame su sexo.

Ella piensa que está con Alfonso y conmigo, ríe excitada y gime, -“! Eso, chupa,chupa…siiiii¡”-, mientras toma con sus manos el falo erecto de Alfonso.

Jack ha dejado de chupar concha, nervioso intenta desnudarse, su asistente deja de lado la videocámara y le ayuda.
Flaco,desgarbado y varicoso es la involución de lo que fue años atrás un fornido hombre, su piel manchada se le pega al hueso, pero aún tiene una enorme verga que tarda el ponerse erecta, mientras su asistente sostiene sus ropas, el anciano acerca su verga a la vulva caliente de mi mujer y la penetra, su miembro desaparece dentro del cuerpo de una joven mujer que podría ser su nieta, mi esposa.

Ella da un repingo de sorpresa por la inserción sin preámbulos, empieza a gemir con la pija de Alfonso en su boca, mientras el anciano mueve lentamente sus caderas.

Veo flashes de cámaras y celulares , un grupo presencián todo.

Excitados Nahir y yo, queremos hecharnos un polvo, ella se pone en cuatro mirando al trío particular, mientras yo la penetro por detrás.

Nahir, tiene varios ruidosos orgasmos, sus grandes tetas parecen volar mientras la embisto repetidas veces.

La acción en el sofá contiguo continuá, el anciano a logrado sacarle varios orgasmos a ella, que con la pija en la boca del chico solo se le escuchan ruidos guturales.
El Adiós de un legendario swinger.

-“¡Ghhhhmmmmm,huuuuummmmmm…ahhmmm¡”-, gime ella.


Alfonso ruge, le hace tragar toda la leche de sus huevos, ella tose saca la verga, flácida y no puede dejar de gemir.sexo

-“! Vamos nene llename la concha de leche ¡”-, sin saber que no es precisamente un nene quien le dá por detrás.

El viejo se pone tenso, se detiene, pero su pija y sus huevos tienen contracciones se puede ver como vacían, inyectando su contenido dentro de matriz joven de ella, un añejo y tal vez ya infertíl semen la llenan a rebosar.

-“ ¡ Aaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh,ssssssiiiiiiiiii,toda adennnntrrrrooooo, bien calentita, yo acabe también, hummmmmmm que delicia de polvo¡”, abriendo más las piernas e inclinando su cuerpo para favorecer un completo llenado, gritó ella al llegar a un nuevo orgasmo, a la vez que le llenaban la cotorrita.


semen

Exclamaciones y vitores por lo bajo, ¡Jack ha acabado¡, el viejo retira su miembro, de la concha de mi mujer sale un fluido viscoso, espeso, amarillo limón que se niega a abandonar el hueco femenino, el anciano ha consumado el coito tras una década de alejamiento de las camas.

La vista el morbo, el engaño perverso, me excita a mi y mi pareja eventual, derramando todo mi esperma dentro de la caliente y receptiva Nahir.

Ahora Alfonso penetra a mi esposa, sin hacerle asco los jugos de Jack, mientras el viejo trata con un esfuerzo sobrehumano para su edad, de masturbarse frente a la cara de ella, al cabo de varios minutos la cara de mi mujer y su pañuelo son alcanzados por un chorro amarillo viscoso que salta de la boca del glande del anciano.
cornudo
El viejo, fatigado y agotado se retira caminando desnudo entre admiradores, apoyado en su bastón mientras su fiel asistente le lleva su ropa, aún Alfonso la coge entre jadeos ritmicos de ella.

La multitud se dispersa entre murmullos y rumores, mientras el novio de Nahir, jadeante, mezcla su semen con el de Jack dentro de las profundidades de la concha de mi mujer.

Alfonso le descubre los ojos, riendo todos nos reunimos en un sofá, nos servimos unos fríos tragos, ellas ríen pues de sus entrepiernas chorrean a diferencia de Nahir, mi mujer chorrea más amarillento.

-“¿Qué tal la experiencia, única verdad?”-, pregunta Nahir a mi mujer con doble intención.

-“! Barbara lo disfruté mucho ¡ , Alfonso y mi esposo son increibles ¿verdad? “-, responde con inocencia.

Al irnos todo el mundo saludó a mi mujer como una gran afortunada, ella agredeció con cortesía sin saber el motivo de tanta amabilidad espontánea.
Antes de irnos Nahir me da un abrazo y deja una nota en mi bolsillo.

-“Tel:...................., llámame-“, decía la nota.

48 hs más tarde Jack era ingresado con una insufiencia cardíaca en un sanatorio y 72 hs más tarde fallecía.

Jack nos había dejado y se había ido por la puerta grande.


En varios portales swinger había esquelas y dedicatorias al Gran Jack, no faltando las fotos de su último polvo con mi mujer si bien su rostro estaba difuminado como el quería, por los lunares sabía que si mi mujer lo veía se reconocería a si misma llena por la leche amarilla y espesa del octagenario, todos los presentes en aquella fiesta la reconocerían en forna instantánea, eso me generó tanto morbo que tuve que ir al baño a hacerme un gran paja y reí murmurando.

-“Gracias, jack donde te encuentres, por haberte cogido a mi jermu, a sido un honor”-.




Escriba aquí su comentario sobre el relato:

Opps! Debes iniciar sesión para hacer comentarios.

Detalles



Nombre do Relato


Codigo do Relato
4609

Categoria
Cuerno

Fecha Envio


Votos
1