La magia del sexo por teléfono es un hábito entre ambos.
El futuro Regalo, se convertirá en gasolina para nuestra ya hoguera sexual.
Es tan grande mi necesidad de ser suya, que requiero de sus órdenes, de su imposición y de sus decisiones. Para eso soy su esclava, para acatar y obedecer cualquier petición de mi amo. Así es el sexo con él.
Dado que en una sola ocasión he estado con una mujer en toda mi vida y fue hace muchos años, escena que una y otra vez le he relatado mientras nos masturbamos por teléfono, que ha dado pie a cualquier cantidad de fantasías por llevar a cabo, dicha situación hizo que en su cabeza de enfermo sexual retorcido y caliente que tanto me gusta surgiera la idea de: le voy a regalar una mujer para que le de placer. Que le haga todas esas cosas de las que hemos ya platicado. Siendo él, dueño de mi cuerpo y de mi sexo, accedo. Condiciones de su parte: Quiero fotos y videos. Petición mía: tú la contactas, buscas el lugar, tú la escoges y tú decides mi vestuario.
En nuestro siguiente encuentro telefónico, él en la privacidad de su casa, yo en la privacidad que me puede brindar el estar en el carro en un estacionamiento público y los cristales semi-polarizados, damos inicio al juego del regalo...
Llama, al escuchar el tono de su voz, ya se que tiene la verga de fuera y comienza a jalársela, no lo resisto, es como una orden, sin importar donde esté, tengo que acudir a su llamado de sexo ya! No tuve opción, subí las ventanas, recargué mi cabeza en el volante y metí mi mano por dentro de mi short y obvio, por debajo de mi ropa interior. Ya estaba mojada, el efecto que causa es inmediato, es como encender la luz, así mismo, me enciende y me moja. Él está hablando, sobre mi regalo, yo preguntando, le pido que sea él quien le de instrucciones de como tocarme, de que hacer conmigo, nadie mejor que él sabe mis puntos más erógenos, nadie sabe como hacerme gritar su nombre a voz en cuello: Una vez que entres en la habitación, entrarás con la consigna de disfrutar, de dejarte dar placer, hasta que grites y pidas clemencia, que el mismo placer rebase todo límite. Quiero que rompa el récord de orgasmos que tienes conmigo.
Entonces pregunto, será, que cuando ella me esté comiendo, me tenga abierta de piernas, desnuda sobre la cama, su boca en mi clítoris, te podría marcar y comenzar a relatar que es lo que me está haciendo y que voy sintiendo? Para que vayas escuchando y enterándote que me hacen... Es necesario que aclare la situación de mi culo, que solo es tuyo, que ni siquiera mi juguetito ha llegado a tocar, a ese solo tú lo penetras y solo tú le das orgasmos, ahí no quiero ninguna intervención. Ese sólo lo quiero para ti... Lo siento, pero sí te escucho gritar y siento que necesitas más placer, lo voy a pedir, voy a pedir que te cojan también por el culo, pero que te coja como estás en la foto de tu perfil, de perrito...
Al llegar a mi casa, tuve que masturbarme, tuve que cogerme como loca desenfrenada, hacer uso de todas y cada una de las cosas que he aprendido hacerme, pero el hecho de que alguien más, aunque fuese una mujer me cogiera por el culo, me causaba conflicto, porque no iba a ser él... Fue cuando se me ocurrió, en el momento en que más rápido y fuerte movía el jueguetito dentro de mi, ya me había venido un par de veces, pero no podía parar, tenía demasiado sexo en mi cabeza, en mi piel, en mi cuerpo, necesitaba romperme por él y para él, para liberar un poco toda la información, ya no me acariciaba los pezones, ahora los pellizcaba, los estrujaba, me jalaba el cabello, gritaba y me retorcía, pero no me detenía, aún cuando así lo hubiese deseado, no podía, algo se había posesionado de mis manos y era eso, lo que hacía que se movieran con furia desesperada... Justo en ese momento se me ocurrió, tocarme un poco, mucho mi clítoris, para excitarme más, sí es que eso era posible, me mojé los dedos, lo empapé y jugué con él. De pronto una clase de espasmos aparecieron, todo sin dejar de mover de arriba abajo el vibrador, cada segundo me mojaba, más y más. Era tanto que embarré totalmente uno de mis dedos y di inicio a la excitación de mi culo, dejé encendido el vibrador dentro de mí, con una mano me masturbaba el clítoris y con la otra dilataba mi culo. Estaba perdida en el placer, era explosión tras explosión, una especie de pequeñísimos orgasmos, que no lo eran, pero así se sentían. De pronto sentí como me iba acercado a uno, mi clítoris ya dilatado y caliente, bastante sensible lo dejé para tomar el vibrador, lo muevo de adentro hacia afuera, tratando que al entrar y salir, este no deje de tocarme y meto todo mi dedo al culo: Sí esto me van hacer, vamos practicando como manejar el placer a grados superlativos! Un torrente de placer comenzó a expandirse del centro de mi cuerpo a cualquier punto de este. Temblaba, pero no podía parar, ya ni siquiera podía mover el dedo de mi culo, no podía dejar de imaginar que todo eso que yo me estaba haciendo, en unos días una mujer me lo estaría haciendo, ella sería la que comenzaría a tocarme, la que me comería, la que me masturbaría, la que haría venir una y otra vez... Ese último orgasmo, en dónde hice partícipe a esos tres puntos, fue el que sirvió para borrar o eliminar cualquier duda que pudiese tener acerca de estar con una mujer. Realmente lo comencé a desear y lo estoy deseando. Quiero sentir ese placer, quiero tenerlo en mi haber, para así poderlo compartir con él, cuando se llegue el momento de llevar acabo nuestra siguiente fantasía... Él y yo, más una mujer... Primero mi Regalo, después una noche para 2 entre 3...
Todavía no llega mi regalo y ya me he masturbado 2 veces por teléfono con él y 3 más yo sola, más vale que llegue pronto, porque me voy hacer inmune al placer!