MI TIO
( Relatos Gay )


Mi tío es un hombre muy delicioso, desde que lo volví a encontrar, después de haber estado en prisión por líos de faldas que concluyó con su participación en un homicidio, aunque él no había sido el homicida, sí había ayudado a su amigo a esconderse mientras lo buscaba la policía. Estuvo preso un tiempo no muy largo, pero volvió distinto, más rudo, más arisco, su cuerpo tenía varios tatuajes y se veía que mientras estuvo en prisión se dedicó a hacer ejercicios, pues su cuerpo era una mole llena de músculos.
Apenas lo vi me lo quise comer entero, felizmente para mí, papá accedió que se quedara en casa hasta que encontrara algo. Se instaló en una habitación al final del pasillo y yo desde ese día me propuse que tenía que dormir en su cama, comerme ese pedazo de carne que sin disimulo se notaba a través del pantalón.
No fui disimulado, ni prudente, desde el primer día lo busqué, después de llegar del trabajo, comer junto a la familia, me fui a su habitación a conversar de cualquier cosa, como era verano me puse sólo un pequeño short sin ropa interior y me senté en su cama, mientras conversábamos de tanto en tanto habría mis piernas o dejaba que el short se corriera dejando ver parte de mis nalgas. Mi tío que no tenía un pelo de tonto y seguramente algo había tenido en la cárcel, me miraba. sentado en una silla, mientras fumaba un cigarrillo, me daban ganas de tirármele encima y comerlo a besos y caricias. Papá llegó a la habitación y se puso a conversar con nosotros, sentí rabia, un rato después me fui a dormir enojado por culpa de papá.
La segunda noche me propuse ir más lejos, papá y mamá se fueron al cine, invitaron a mi tío Francisco, pero él dijo que no, luego me dijeron a mí si quería ir, pero les dije que tenía un asunto que revisar del trabajo. Apenas se fueron me di una ducha, me cambié de ropa, el short cortito del día anterior, sin nada más y me metí en la habitación del tío Francisco, estaba mirando tv, pero logré que me pusiera atención a mí y apagara la tv, le preguntaba cosas de la cárcel, de esto y aquello, hasta que llegué a tocar el tema sexual, quería saber cómo lo hacía para satisfacerse, él se río, primero me contó que se satisfacía a pura paja, pero con el tiempo había comprobado que la mayoría de los presos tenían sexo entre ellos, sin ser homosexuales, sólo para descargarse, yo estaba caliente, me restregaba las piernas, luego las separaba mostrando todo lo que podía, él me contó que su primera vez fue en las duchas de la cárcel, con un hombre que le ofreció protección a cambio de sexo, Francisco lo penetró ahí en las duchas. Yo con la respiración entrecortada, le pregunté si lo había disfrutado y él dijo que sí, que cualquier agujero era bueno mientras se tenían ganas. No pude aguantarme las ganas y le dije si podía sentarme en sus piernas como cuando era pequeño, mi tío sabía mis intenciones, así es que me senté y sin más comencé a restregar mi culo sobre su pantalón, sin pensarlo lo besé, él respondió a mi beso a mis caricias, me sacó el short quedando desnudo entre sus piernas, yo le bajé el cierre de su pantalón extraje su verga totalmente dura y escurriendo precum, la llevé a mi boca y no me separé de ella hasta recibir varios chorros de semen dentro, los tragué todos, luego él comenzó a chupar mi culo, me estremecía de placer, me abrió con sus manos y poniéndome en cuatro patas sobre la cama de un empujón me metió su verga que estaba dura nuevamente, a pesar del dolor inicial después fue puro placer, me hundió su pene muy dentro mío hasta descargarse completamente mientras yo me corría también.
Todas las noches, de ahí en más, me comía a mi tío entero para mí toda la noche, hasta que una noche nos pilló papá....




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Gay

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