El carnicero y mi esposa
( Relatos Voyerismo )
Para una mujer hermosa de buen cuerpo y que le guste mostrar sus atributos no es difícil alborotar los miembros de cualquier tipo de hombre, tipo de hombre me refiero a todos esos que hemos podido contactar para realizar nuestras fantasías y satisfacer a mi esposa ANA.
En el barrio donde vivimos está una carnicería dónde don Alfredo es el carnicero y propietario de local, él es un hombre ya mayor pero debido a su trabajo él andar cargando pesadas piezas de carne como piernas de res no fue imposible levantar las piernas de mi esposa Ana, Raquel es tía de mi esposa nos recomendaba dicha carnicería por su calidad de carne y cortes finos una vez realizada las visitas ha dicho establecimiento nos percatamos de la mirada con lujurias de don Alfredo hacia mi mujer por lo que mi esposa le comento a su tierra que el de las miradas de aquel hombre que con tan solo la mirada penetraba el cuerpo de mi esposa fue entonces que en la cocina de la casa se encontraba Raquel y mi esposa platicando sobre dicho carnicero lo que me llamó la atención fue que doña Raquel era una de las amantes de don Alfredo al que halagaba por su manera de hacerle el amor al igual de alagar su buen tamaño de miembro lo que en la cara de mi esposa detonaba un deseo y lujuria el imaginarse a ese hombre entre sus piernas.
En nuestras relaciones empezó a ser parte de las fantasías que teníamos entre pláticas acordamos ser realidad para los tres, fui yo quien platicara con don Alfredo sobre el hecho de mantener sexo con mi esposa lo que sin pensarla demasiado aceptara la única condición fue que yo estuviera presente, qué portal de estar con esa mujer no le importaba quién estuviera presente, la cita llegó las ganas de ambos se les notaba hasta por los poros, aquel cuarto de hotel donde don Alfredo si miramientos y sin pensarla empezó a acariciar Y besar a mi esposa por cada parte de su cuerpo besándole los pezones mamándole la panocha para luego empezar a penetrarla así miramientos lo que la hizo pujar gemir y gritar por esa tremenda cogida que le estaba poniendo don Alfredo, don Alfredo no paro depende traerla cómo quiso Y por dónde quiso hasta llenarla de semen aquí les dejo unas fotos que terminarán de hablar de este relato por sí mismo...
Escriba aquí su comentario sobre el relato:
Opps! Debes iniciar sesión para hacer comentarios.