MI cuñada en el fin de año.
( Relatos Confesiones )
Esto que le contare sucedió entre la noche de fin de año y el primer día de presente año. Con motivo de la celebración de año nuevo fui a cenar a casa de mi hermano y allí estaban reunidos algunos de mis familiares incluyendo a mi madre y otros amigos de mi cuñada. Todo se desarrolló con normalidad, comida, brindis, platicas y bebidas, ya muy entradas las primeras horas del nuevo año, los invitados comenzaron a retirarse poco a poco, entre ellos mi hermano el cual se fue a descansar porque había sido un día muy pesado y agotado para el, al final solo quedábamos mi cuñada Betty, yo, y aunque no lo crean mi madre una señora de 80 años así como tres de sus amigos; Perla, Luis y otro tipo que no supe su nombre. Fue a eso de las 3:00 de la mañana cuando mi madre decidió retirarse a descansar a su cuarto de la casa, por lo cual me preste a llevarla, solo quedando en la sala mi cuñada y sus tres amigo los cuales por cierto ya se veían un poco cansados y pasados de copa, en fin me apresure a llevar a mi madre a su habitación y mientras lo hacía estuve ausente de los demás más de 30 minutos, cuando por fin regrese de nuevo donde estábamos, me extraño ya no encontrar a nadie de los que estábamos reunidos incluyendo a mi cuñada, pensé que quizás ya sus amigos se habían marchado y que ella por el estado poco ebrio en que se encontraba se había ido a su habitación, en fin antes esta situación decidí irme también a mi casa, pero antes de dirigirme a la puerta de salida, algo me intuyó por el antecedente de zorra que tengo de mi cuñadita en otro desliz narrado en otro relato de este blog, decidí subir a ver a las 2 recamaras de la segunda planta de la casa y asi lo hice, camine de forma silenciosa para no hacer ruido, todo estaba semis oscuro, la primera habitación vacía ya que estaba con la puerta abierta, me dirigí a la segunda recamara y observe que la puerta estaba cerrada pero con una tenue luz a su interior , al acercarme a la puerta pude escuchar murmullos y risas dentro, extrañado y lleno de curiosidad abrí la puerta de un pasillo que da a una ventana de esa habitación, silenciosamente y un poco nervioso me acerque a ella cautelosamente para que no me fueran a ver los que se encontraban ahí dentro, ya que esa ventana queda casi justo de frente. Vaya cual fue mi sorpresa al mirar atreves de la ventana y de los bordes de la cortina que la cubría. Ahí estaba mi cuñada Betty en compañía de su amigo Luis, cerca de la cama abrazados besándose y acariciándose apasionadamente el la estrechaba fuertemente a su cuerpo mientras que con sus dos manos acariciaba su espalda y cuello de ella, ante esto Betty reacciono y se limitó a rodear el cuello de su nuevo macho con sus brazos y besándolo en la boca. Luis comenzó a manosear a través de su ropa las nalgas y las tetas de Betty, poco después lentamente él desabotono la blusa y la dejo caer, luego el sostén también cayó al piso quedando mi preciosa cuñada con sus ricas tetas al aire listas para que aquel macho se las metiera en su boca y comenzara a mamárselas, mientras mi cuñada jadeaba de placer. Luego tomo el botón de su faldita negra y lo desabotono también corrió el cierre y fue bajando lentamente la falda de la mujer de mi hermano hasta el piso levantando los pies para deshacerse de ella y justo ahí quedo expuesto aquel monumento de mujer semidesnudo con un diminuto bikini color blanco casi transparente, por el cual se perfilaban el hermoso triangulo de vello negro y el enorme pubis de mi exquisita cuñada. Ambos se abrazaron y besaron ardientemente sus bocas, yo continúe ahí! cuando se acostaron mi cuñada parecía una serpiente por como movía su cuerpo al sentir a Luis chupándoles las tetas y acariciándoles las nalgas. Él estaba aún vestido, así que desabotono la correa de su cinturón halo su pantalón por los pies luego se hinco sobre la cama y se quitó la camisa. Mientras lo hacía, Betty lo observaba atentamente, cuando el termino de hacerlo Betty llevó una enorme sorpresa sus grandes ojos se abrieron a causa de la grata impresión que le causo el cuerpo totalmente desnudo de Luis con una enorme macana señalando hacia el techo y mi cuñada con los ojos bien redondos como platos y la vista fija en aquel trozo de carne que quizás dentro de pocos momentos la tendría hasta lo más profundo de su caliente vagina. Ella respiraba fuertemente, deseosa de que ya ese macho la clavara. Luego él se aposto en un lado de ella y tomo su bikini por los lados y lo bajo hasta las rodillas ella lo veía y sonreía, el la beso en la boca y termino de despojarla de su prenda íntima y se colocó en medio de sus piernas abiertas, este tomo su vástago con sus manos para dirigirlo a la entrada de la velluda cueva de Betty, pero ella entre jadeos lo detuvo y le dijo espera! En ese instante tomo el enorme miembro viril de Luis y se lo comenzó a besar, ensalivar y a mamar suavemente, se ponía la punta de la verga en la boca y se notaba que lo gozaba, luego empezó a pasarle su lengua por todo el tronco, sus bellos y luego a sus bolas, permaneció así durante varios minutos dándole placer con su experta boca. Yo estaba afirmado en la ventana observando y documentando con la cámara de mi celular ese candente espectáculo que casi me infartaba. Después de un prolongado tiempo mamándole la verga él la detuvo y la recostó nuevamente sobre la cama, bajo su cabeza hacia el bajo vientre de ella y empezó a comerle la vagina de un modo bestial, Betty se retorcía en la cama le veía la cara y ponía sus ojos blancos de placer y éxtasis. El entre sus piernas comenzó a pasar su lengua por los labios vaginales de mi cuñada, luego introdujo la lengua en su raja y estuvo varios minutos chupando y saboreando el néctar de su fruta mientras ella gemía de placer. Después esto tomo la tranca dura entre sus manos mientras Luis se apoyaba y se acercaba al cuerpo de ella y coloco la roja cabeza de su pene en la entrada de su mojada raja no sin antes tallarla varias veces para amoldarla y finalmente pude ver como la vagina de Betty se tragaba centímetro a centímetro aquel palo hasta llegar a las bolas, los jadeos de mi puta cuñada se dejaban escuchar por todo el cuarto. Sepulto toda la extensión de su miembro en las profundas entrañas de mi caliente cuñadita, yo me hacía una paja viendo como la clavaba y disfrutaba, al final estos no tardaron mucho en alcanzar el climax los dos, pude ver como de la cuca de Betty chorreaba la leche que se salía por un lado de sus labios vaginales tal vez debido a la cantidad que le descargo y al tamaño del palo que se gastaba su amigo.
Después hábilmente se dieron vuelta en la cama y ahora era mi cuñada la que estaba arriba de Luis, esta se puso de rodillas y se giró sin sacarse la tranca dándole la espalda a él y comenzó a subir y bajar en aquel tolete mientras ella le decía con voz entrecortada. Mira cariño como me tienes… te gusta? Ves que soy bien puta? Si mamita sigue gozando y disfrutando a tu macho que le encanta como te coge, exclamo él? llénala nuevamente amor! inúndame las entrañas con tu leche, ahora es tuya te pertenece has lo que quieras con ella volvió a susurrar ella. Apenas termino ella de decir esto, ambos se encorvaron y exhalaron un gemido, mi cuñada grito! ahhhhggggggg estoy acabando papi y Luis susurro…. Uffffff me corro aghhhh que rica! Ambos quedaron inertes tendidos sobre la cama rendidos y exhausto de tanto sexo apasionado.
Después que descansaron varios minutos, empezaron de cero nuevamente, ella se volvió incorporar sobre el, busco su verga semi flácida y se lo comenzó a mamar otra vez, se apuró a masajear un poco la verga para endurecerla más, su lengua y boca recorrían su pene ya duro como madera y sus manos jugueteaban con sus bolas, después de un par de minutos y una vez logrado su objetivo Luis le exigió que se recostara boca abajo porque deseaba poseerla por la parte de atrás, ella hizo lo que le pidió y al darse vuelta sus nalguitas estaban erguidas y lista para recibir lo que viniera, él mismo la acomodo, tomo las almohadas y las coloco justo en el vientre de Betty quedando quebradita con su rico trasero levantado y la cara y las teta pegadas a la cama. Luis le tallo la verga por todas las nalgas de mi cuñada, tomo su grueso miembro y coloco la cabeza en el oscuro agujero del culo de ella, la tomo por las caderas y poco a poco fue haciendo presión al cuerpo de mi aun cuñada, la cual tenso sus piernas a medida que Luis hacia más presión en el orificio de su culo. Beatriz quiso moverse pero Luis apretó más sus caderas y presiono más hacia su esfinter y pude apreciar la expresión de dolor en el rostro de ella a la entrada del glande y el espasmo que sorprendió a mi cuñada quien pego un grito ahogado al morder la sabana para poder aguantar la inicial arremetida, él se detuvo por un instante dejando su verga al interior de su apretado orificio, hasta que mi cuñada aflojo un poco su cuerpo, entonces Luis empezó a moverse lentamente de poquito en poquito metía y sacaba; así fue dándole hasta lograr enterrarlo completamente en el apretado culo de Betty pronto su respiración se aceleró y comenzó a gemir y Luis aprovecho ese momento para sujetarla firmemente de su caderas y comenzar a bombear fuerte y profundo, mientras ella mordía las sabanas y aguantaba lo más que podía, poco a poco esa cara de dolor desapareció y ya no mordía la almohada solo gemía más y más. Los bombeos del él se volvieron más fuertes y profundos hasta casi lastimarla pero en vez de detenerlo su cuerpo se acoplo al ritmo de las frenéticas estocadas levantando más sus respingadas nalgas para permitir mejor la penetracion, al cabo de unos minutos Luis se contorsiono levanto la cabeza para mirar al techo y pego un ronquido profundo, señal inequívoca de que estaba llenando el culo de leche a mi ardiente cuñada. Al final de su última estocada el cayó encima de ella tumbados en la cama y se quedaron así fundidos uno al otro quietos sin moverse.
Pasaron casi10 minutos y pensé que sería el final de esa fogosa entrega pero no fue así aún faltaba más por disfrutar, nuevamente mi insaciable cuñada, se dispuso a darle una última mamada en ese mismo instante para lo que se colocó entre las piernas de él, caliente y estremecida de deseo. Lo primero que hizo fue sujetarle la verga con las dos manos empujándola levemente hacia delante, del vientre de Luis que se encontraba acostado hacia arriba, acerco su cara hacia su miembro y deslizo su lengua por sobre la piel rugosa y caliente de sus testículos, dándole vueltas y vueltas alrededor de ambos huevos, saboreándolos, atragantándose con ellos, para luego si, chupárselos de a una buena vez primero las dos juntos, después masticándolos, sorbiéndolos, percibiendo la lenta e inexorable inflamación que comenzaba a gestarse dentro del viril miembro. Luego ascendía con la lengua por el tronco, lamiendo, degustando cada centímetro, refregando sus labios, dientes, encías sobre ese macizo y caliente volumen de carne. Al llegar a la punta se comió un buen pedazo y empezo a mamársela con denotada fruición. Se veía que tenía bastante tiempo que no chupaba una buena tranca, por los exaltados suspiros que profería a su bien dotado amante. Sus voraces labios se deslizaban ávidamente de arriba hacia abajo, mamándosela con desesperado ahínco, en una forma por demás entusiasta, con inusitada pasión y fervor, succionando cada trozo, cada porción de su verga. Con una de sus mano se la agarraba firmemente de la base, frotándosela sostenidamente, mientras que con la otra le amasaba las pelotas, sin dejar de mamársela ni por un solo instante, comiéndosela entera, sintiéndosela palpitar en su garganta. Dejo que su saliva se resbalara por la barbilla para que el miembro quedara bien lubricado, alternando con movimientos de bombeo de su mano y succiones fuertes en el glande que provocaban un chasquido en su boca. Los gemidos y jadeos de Luis la estaban poniendo al límite. La punta de su verga que tenía forma de corazón estaba de un rojo brillante por la saliva. Seguía chupando y succionando la piel de su escroto, tragando sus primeros jugos, percibí inmediatamente que ella deseaba tragar sus cremosos líquidos, sentir como golpearían contra su boca y se esparcirían por toda su garganta. Pasaron unos 5 minutos succionándole el grueso musculo y mientras seguía haciéndolo furiosamente, el cuerpo de Luis comenzó a temblar y de su boca escaparse unos gruñidos que anunciaron que estaba a punto de eyacular. Al notarlo ella, Separo un poco sus labios para verlo, pero mantuvo su boca hambrienta lo bastante cerca del glande para que no se me escapara ni una gota de su eyaculación. Seguío bombeando con ambas manos su tranca y esta empezando a palpitar suavemente. El lanzo un grito y levanto parte de su cuerpo al mismo tiempo que llegaba, no disparó el semen con tanto brío como ella esperaba y se limitó a hacerle unas leves contracciones rítmicas. Se la volvió a mamar con fruición, Entonces su verga comenzó a agitarse más rápido y se echó hacía atrás para ver como surgiría de su extremo el potente chorro de leche esperado. Luis dio un chillido y entonces se corrió nuevamente de verdad. Ágilmente ella coloco sus labios en la verga justo en el instante en que el primer chorro de leche surgía de la punta. Luis gritaba mientras la cogía de los cabellos y le decía! ¡Trágate toda la leche, amor, trágatela!” Mamo su magnífica herramienta con verdadera ansia, pero le resultó imposible tragarse todo su néctar. Pronto toda su cara y su pecho estaban recubiertos de semen. Siguío chupándosela y meneándosela hasta dejarla lo más limpia que pudo. La piel corría perfectamente bajo su mano sobre aquella superficie dura y fibrosa. Para su grata sorpresa, esa enorme verga apenas si había perdido un ápice de su formidable dureza, finalmente la relamió gustosa, le dio un último beso en la punta y la soltó.
Ella se levantó, Luis hizo lo propio y se besaron muy apasionadamente para luego ambos vestirse rápidamente y marcharse de la habitación, no sin antes percatarse mi cuñada de que no hubiera alguien cerca para evitar ser agarrado en el desliz, sin imaginar y sospechar que yo había sido testigo nuevamente de su candente encuentro. Al final separada mente ambos salieron de la habitación y se dirigieron a la salida de la casa, mientras yo continúe escondido fuera de esa habitación llena de olor y sabor a sexo. Tuve que esperar 10 minutos más para poder marcharme a mi casa, espero que le guste este segundo relato de las infidelidades de mi ardiente e insaciable cuñada Beatriz.
Les dejos unas fotos de las pocas que pude tomar, no son tan nítidas ya que las tome con la cámara de un celular, con zoom para verlas mejor y el lugar contaba con poca luz.
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