EL GARROTERO DEL FERROCARRIL.
( Relatos Gay )
Por necesidad de trabajo, tuve que viajar, en el viejo tren del sur, cosa que no me gusto mucho, pero ni modo tuve que ir ya que las carreteras por las recientes lluvias están muy deterioradas y bueno la chamba se tiene que hacer, así que tome mi hiela con la vacuna, mi maleta con jeringuillas y me fui a san Pedro a vacunar a toda la población que así lo quisiera, el trayecto seria como de cerca de dos horas, realmente iba poca gente ya casi no funciona el ferrocarril pero iba con comodidad, fue ahí donde lo vi contrario a todo lo que yo buscaba, solo tenia algo que me llamo la atención, ese pecho lleno de bello, que lo hacia verse muy varonil su voz me impresiono, al gritar Vamonoooooooos fue y se acomodo en el asiento justo frente al mío, sus ojos eran muy hermosos, de grandes pestañas, y con un color miel, tremendamente cachondo, pero era muy panzón, y eso no lo hacia atractivo a mi vista a mas su forma de vestir, no me llamaba para nada la atención, su ropa no era de marca, sus pies anchos y grandes me impresionaron, calzaba como del 9 y 10 sus manos grandes y fuertes parecían hechas a propósito para ese pesado trabajo cuando pretendía hacerle conversación se levanto para tomar un cubeta llena de refrescos que saco de una hielera y se fue a vender yo me acomode para ver el paisaje, así paso el tiempo y llego mi viaje al final, pregunte la hora en que volvía el tren para apurarme en el trabajo, se me dijo que regresaría en 5 horas a lo máximo, así que bajándome me apure a visitar el caserío, cosa que fue bastante rápido ya que solo son como 30 o cuarenta, y aplique la vacuna, una vez terminada mi labor me regrese a la estación donde tuve que esperar cerca hora y media, bueno al fin vi a lo lejos tomar la curva la maquina del tren, tome mis cosas y una vez que se detuvo le aborde como fui la única persona que subió el tren partió en seguida, me extraño que solo veníamos en el vagón a parte del garrotero, dos hombres y yo el enfermero, paso a paso el tren recorrió las vías y pasmos por diferentes pueblos donde unos subían y otros casi la mayoría bajaban así que ya casi al final solo quedamos el garrotero y yo, al tomar una curva el ferrocarril se detuvo en seco, todo chirrió y se azoto, en el vagón solo quedábamos el garrotero y yo, el se bajo para ver que sucedía yo me senté al cabo de un buen rato volvió, y me atrevía preguntarle que pasaba, me respondió
< Pues por lo menos esta noche y parte de la mañana, prepárate para dormir en algún asiento, > me alarme y le interrogue si la carretera estaba lejos, por respuesta me dijo
< ¡Qué, bajando el cerro, pues donde estamos!>
< En plena sierra niño, esto es la sierra, > tomo su chamarra y se marcho, quedando yo solo en todo el vagón, eso me dio un poco de temor, así que decidí bajar y buscar una forma de salir,> abandone según yo valientemente la seguridad del vagón y decidí caminar en el rumbo que me señalaron, nunca pensé que seria algo tan tremendo y sobre todo para alguien que siempre ha estado en la ciudad, así que después de un breve recorrido como de dos kilómetros decidí volver, lo que me molesto fue la sonrisa burlona del garrotero, me subí al vagón y busque un asiento el que según yo seria el mas cómodo, las horas se marcharon una tras de otra, parecían largas mas largas que lo normal ya casi cerca de las diez el garrotero o Manuel como el se llama me ofrecí una taza de café, yo se la acepte y el me sonrió se sentó cerca mío y me pidió no tener miedo que el estaría cerca solo que cerraría el vagón por algún coyote de los que abundan en la sierra nos fuera a espantar, cerro una a una todas las ventanas lo cual hacia mas obscuro el recinto, así en medio de la oscuridad me dormite, de repente sentí que alguien me ponía encima un cobertor, abrí los ojos y vi a Manuel que me cubría con una manta, le agradecí, el se sentó junto a mi y no se porque pero me recargue en el como quien busca abrigo, el me abrazo, y fue entonces cuando sentí, sus recias manos tocar mi espalda y me dio esa seguridad que tanto ansiaba en ese momento, no se que paso pero mi labios se le ofrecieron y el los tomo con los suyos y nos dimos muchos besos, después su mano llevo la mía a su erecto pene, el cual libere de su prisión y acaricie, con gran deleite y cuando me iba a bajar ha besarlo el me tomo la cara y me ordeno no hacerlo ya que estaba sucio, de todo el día y me dijo se conformaba con las caricias que le hacia, yo seguí masturbándolo el bajo su mano y empezó ha acariciar mis nalgas yo desbroche mi pantalón permitiéndole que entrara esa gran mano y tocara todos mis asentaderas en medio de caricias nos dejamos llevar, no se cuanto tiempo recorrió mi cuerpo con sus grandes manos y con sus labios y ese olor que me excitaba mas, mas si ese olor a hombre y animal, a macho en celo me prendió al mil, tanto que no como pero deje que me colocara boca abajo y pusiera su gruesa cabeza en la entrada de mi ojete, mi cuerpo tembló al sentir en la entrada de mi cueva de amor la gran cabeza de mi amigo, pero yo y mi ano queríamos recibirlo, así que no tuve empacho en permitir que entrara de un empeñan, juro que sentí que me partía en dos pero ahogue el grito que deseaba pegar en la garganta, mordí su mano que me tapaba la boca, mientras me la sumía, besaba mi espalda y mi nuca, diciéndome palabras que pretendían ser cariñosas.
>sácamela papito, sácamela me esta doliendo mucho, por favor sácamela,> y me quería zafar de esos brazos y sacarme tremendo garroton que entraba rompiéndome el culo, en mil pedazos. El se mantuvo en posición no se movía, yo comencé a llorar, y a pedirle de mi formas que me la sacara, pero el por respuesta me besaba la nuca y el cuello y así entre beso y beso el tremendo dolor me paso y después de un gran rato vino el placer, el mas grande de todos los placeres, y me sentí bien, comencé a moverme y el comenzó un suave mete y saca mi ano estaba muy dilatado y yo sentía como su enorme verga había abierto como nunca a mi culito pero sentí la mas cabrona de todas las viejas con pene, así me entregue a el no supe en que momento ni como me saque la ropa, y el se saco la suya, solo recuerdo que al volver, a tomar conciencia de la realidad estábamos completamente desnudos. Si desnudos en la soledad de un vagón del tren. Y los dos nos entregábamos con una desconocida e inusitada fuerza que solo se da entre personas del mismo sexo, si a veces hay momentos en los que nos damos al placer, en los que nos entregamos olvidando todo, lo que se los enseño, dentro de lo que la gente piensa que es lo correcto, el en ese momento, encontró el placer en un homosexual, que lo recibía y lo gozaba, dentro de su cuerpo,
No se que tiempo duro, no recuerdo con exactitud que se hizo ni que no se hizo, pero lo que si se que nos entregamos de una manara en la cual, amar se volvió mas que una obligación un deber, una necesidad, algo que no solo fue sexo, fue entrega, si la entrega de un hombre macho, a una mujer con pene, así estuvimos ya con mi ano totalmente dilatado, haciendo diferentes poses en las cuales a pesar de sufrir, gozaba al máximo, y mas que yo el se vacio en mi una y otra vez, si me expuse no tuve precaución en este momento ya nada es seguro, pero yo no tuve miedo, quise exponerme tenia la necesidad de ser poseído por ese macho, de grandes manos, y enormes pies, con un olor a macho que me prendía los sentidos, al máximo, así, una y otra vez le permití hacerme de el, ya casi al amanecer el tren se movió como si se estremeciera eso nos hizo reaccionar, rápidamente nos apresuramos a vestirnos yo tome un trapo que apareció y con ella nos limpiamos, los rastros de una noche de pasión entre dos varones, después nos vestimos, el se marcho no sin antes darme un beso que me pareció mas que un beso de despedida un beso de gracias amor me has hecho muy feliz, el abrió el vagón y se apeo, escuche que cambio una breve platica con otro garrotero, después vino el silencio, y afuera se escuchaba, mucho ajetreo, si barullo de voces el tren se meneaba, lento como si quisiera avanzar, pero a la vez se detenía, al cavo, de un rato, el regreso, con una cubeta llena de agua y una toalla, se me acerco y me indico donde estaba el baño del vagón y me dijo< amor, ponte preciosa, para este humilde mortal que siente que te necesitara siempre> yo le sonreí, por respuesta tome la cubeta y me perdí en el baño, ahí me asie, y pude sentir lo dilatado que aun estaba mi ano y además de el escurría ese liquido espeso y blanquizco, que es la esencia de un hombre la curiosidad me hizo llevar mi mano a mi nariz, para oler me sorprendí por lo fuerte de su olor, eso me daba a entender que tenia meses de no hacer sexo Salí del baño y e fui a sentar, a esperar, que llegara el momento de volver a mi ciudad donde aplicarme alguna pomada que calmara el leve dolor que sentía en mi recto no fue mucho, de momento el tren jalo y avanzo retomando el camino de la sierra, a medida que avanzaba cruzaba lugres sin detenerse, ya casi para llegar a la estación apareció mi lindo y panzón garrotero se me acerco y me beso, y fue sorprendente lo que me pidió por respuesta sonreí y le di mi numero de cel. Al fin después de mucho llegamos a la estación al bajar me pidieron fuese a la oficina donde me pidieron disculpas y me ofrecieron reportar a mi empleo donde estaba Salí de ahí con rumbo a hospital de la secretaria de salubridad y asistencia para la cual trabajaba me acompaño el administrador el hablo con el doctor en jefe el cual se mostro amable y comprensivo diciéndole que ya sabia del accidente, a mi me envió al servicio medico para que me revisaran tenia miedo de que me trambucara la Dra., y se diera cuenta de que estaba bien cogida cosa que no ocurrió solo me miro y me extendió una incapacidad por 7 días Salí de ahí con rumbo a casa, iba en el camino cuando sonó mi cel., y sorpresa era mi lindo garrotero, así se inicio una historia de amor que aun continua ya tenemos 8 años unidos y siendo muy felices no cambiara por nada esos ocho años y deseo noche a noche ser la dama de ese enorme hombre que sigue a mi lado amándome como el lo hizo en vagón del ferrocarril.
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