LA FIESTA DE FABRI
( Relatos Heterosexuales )
Conocí a Fabricia en el instituto, generalmente era muy alegre y gustaba de participar de todas las actividades, sin embargo el no mostrar muchas curvas en su cuerpo –era bajita, no tenía tetas, ni caderas y de carita andaba mal- la hacían pasar casi inadvertida para la mayoría de los hombres del campus hasta que una noche de rumba en el apartamento de Mauro el profesor de Idiomas todo cambió. Muy tarde ya, Quedábamos dos parejas acomodadas en la sala del recinto, Mauro quedó sin pareja y hacíamos bromas con el tema ya que era la primera vez que ocurría, me dirigí al lavado del cuarto de Mauro y para mi sorpresa encontré a Fabricia dormida de la borrachera en la cama principal, la rumba continuó hasta muy tarde, cuando desperté estaba solo en el sofá, busque por el apartamento y encontré una nota que indicaba que me esperaban en la piscina del edificio. Me sentía eufórico, mi pene estaba como una barra y la cabeza todavía me daba vueltas. Me dirigí al baño algo desubicado encontrando a Fabri aún dormida ahora bajo el cobertor. Un poco por picardía, cerré puerta de la alcoba, me desnudé completamente me di una ducha caliente y me introduje bajo la manta a las espaldas de Fabrí, la tomé por la cintura y la soldé a mi cuerpo, con mucha delicadeza subí su falda, acomodé su tanguita y coloque mi mástil entre sus pobres nalguitas esperando su reacción. Nada…, ni se inmutó, más bien mi aparato se puso más rígido y mis líquidos lubricantes brotaron a chorro. En unos minutos las nalguitas de Fabri estaban embadurnadas por mis líquidos, mi pene se movía casi solo entre ellas pidiendo un lugar para penetrar, entonces decido comerme su botoncito, con mi mano dirijo mi arma a su capullito y con mucho tacto logro introducir la enorme cabeza en la pequeña abertura. El grito me sorprendió.
– Qué ocurre Pepe, que me haces, - Por favor párala yaaaaa, - Duele mucho Pepe párala. Eran sus lamentos.
– No seas tonta Fabri, ya estamos aquí aprovecha el momento.
– Noooooo, duele mucho, haaaaay, Pepe no entiendes, nunca lo he hecho y mucho menos por ahí, déjame ya, que todos se van a enterar…
-No están…, salieron a la piscina muñeca y no creo poder parar ahora que te tengo así… -le dije introduciendo otro tanto de verga en su ano-
- Hayyyyyyy noooooo cuidadooooo…, Pepe esperaaaaaaaaaa…, esperaaaaaaaa…, está bien…, está bieeeeen…, hagámoslo pero… por favor ten un poco de cuidado, mira que parece que me rompiste el alma.
-Vale muñeca…, pero…, quítate la blusa para poder acariciarte toda…
Fabri no se hizo esperar de un solo movimiento saco la blusa dejándola en el piso. Pude apreciar sus pequeños senitos…, su conchita era apenas una rayita limpia de vellosidades coronada por un clítoris húmedo e igualmente pequeño, apenas se veían sus pezones erectos y rosados casi infantiles. Pase mi mano por todo su torso, cuando llegué a sus diminutas téticas un espasmo ataco a Fabri, se retorció de gusto y un “asiiii” se le escapó de su garganta. Esto me puso más cachondo, sin embargo cuando introduje mi dedo en su vaginita buscando su clítoris todo su cuerpo se arqueó primero hacia adelante como buscando mi dedo, después hacia atrás haciendo que mi barra se introdujera otro tramo dentro de sus intestinos arrancando un gemido de placer tan hermoso que no pude menos que repetir una y otra vez mi caricia hasta acabar de hundir totalmente mi pedazo entre las nalguitas de Fabri. Increíblemente mi barra atravesó completamente por el anillo anal de Fabri, sus intestinos aprisionaron mi pene en una forma tan deliciosa que parecía que lo succionaran y esto se repetía cada vez que tocaba su clítoris lo cual no repetí durante un rato mientras los gritos de Fabrí se hacían más sensuales.
-Colócate boca abajo muñeca… -le dije muy bajito al oído-
Fabri giró sobre su cuerpo mostrándome sus nalguitas atravesadas por mi bolillo, se abrazó a la almohada la cual mordía sin parar de gritar…, yo, poseído tome sus téticas y las pellizque un poco arrancando un sollozo de deseo de la garganta de mi victima.
- Así Pepe, asiiiiii, maaas, acaricia mis senos, mételo todo, reviéntame yaaaaa, -eran sus palabras mientras arañaba la superficie del tendido.
Fue demasiado…, introduje mi pene lo más profundo que pude y exploté lanzando mi semen a las entrañas de Fabri en tres oleadas de elixir las cuales fueron correspondidas por un suspiro grave seguido de un apretoncito de nalgas que me extrajo las últimas gotitas de semen.
-Ya estarás satisfecho –dice Fabri corriendo con su tanguita cubierta de semen hacia el baño mostrando las huellas de la faena en su traserito, las nalgas algo enrojecidas y una lagrima de semen le bajaba por una de sus nalgas-.
Esa chiquilla que parecía tan desgarbada me tenía aún con la verga vertiendo fuego, aún quería más… La seguí hasta la ducha y bajo el chorro del agua tomé la esponja para dedicarme a frotar su cuerpo, me pegué a su espalda y pase la esponja con jabón por sus pechitos, su vientre y su vaginita… mientras ella con los ojos cerrados se entregaba a mis caricias. Fabri besaba ahora mi pecho mientras pasaba la esponja por sus nalguitas entonces me quita la esponja y se dedica ahora ella a acariciarme.
-Estoy muy apenada…, creo que me hice y te ensucie, déjame lavarte el pene.–dice muy bajito como para que nadie escuche-
-No seas bobita fue mi orgasmo lo que sentiste, además tu también debes haberte venido. –le contesté con el mismo tono-
- La verdad me vine cuando metiste el dedo en mi vagina, nunca había sentido nada así. –Dice la picarona tomándose de mi cuello y poniéndose de puntitas para tratar de meterse mi mástil en su cuquita-.
La tomo entre mis brazos y la llevo de nuevo al lecho donde me dejo caer boca arriba con mi carga. Ahora Fabri me monta como una amazona y muy seria dice que es su hora de vengarse, que ahora ella será la que me viole, toma mi lanza y trata de montar sobre ella fallando una y otra vez haciendo que mi pene se convierta de nuevo en un monstruo, el solo hecho de verla intentando empalarse era una escena excitante…, su diminuta vaginita resbaló un par de veces sobre la punta de mi falo pero a la tercera fue la vencida. La cabeza de mi pene se perdió dentro de la pequeña vagina dejando paralizada a Fabrí, me miró con sus ojitos llenos de lágrimas y deseo mientras trataba de mover sus caderitas alrededor de mi mástil. Intentó varias veces dejarse empalar completamente pero el dolor no la dejaba haciendo que se sacara la cabeza de mi miembro durante un momento sólo para volverla a meter…
-Déjame ayudarte –le dije lleno de la lujuria que me sobrevenía al ver esta escena tan divina.
-No, sólo estoy esperando a que mi vaginita se acostumbre a tu pene que está muy grande. –Contestó mordiendo sus labios-
Yo le hacía pequeños avances con mi pelvis pero ella los capeaba con movimientos de su cintura, hasta que al final blanqueo sus ojos, una convulsión ataco sus caderitas, apretó sus dientes y en medio de un grito contenido -Asiiiiiiiiii, Pepe, asiiiiii– se dejo empalar completamente por mi verga en medio de un –Haaaaaaaaaag... - . Fabri se quedo paralizada por un instante, sonreía y lloraba, sin dejar de mirarme se llevó las manos a su vaginita y me mostró sus dedos cubiertos de virginal sangre. La atraje hacia mi pecho y sentí sus pesoncitos duros y calientes, inicie un bamboleo suave, con mi pelvis que hacía que Fabri emitirá pequeños gemidos que me excitaron tanto que eyaculé casi inmediatamente.
Continuamos con nuestra labor ahora yo estaba arriba bombeaba eufóricamente entre las piernas de Fabri, ella gritaba y gemía al mismo tiempo, mi pene se veía enorme entrando como un poste en la pequeña pero profunda vagina de Fabri y no dudaba en llevarlo hasta el fondo cuando eyaculaba. Extrañamente mi pene permanecía como un ladrillo y ya había terminado cuatro veces, me un poco el glande y sentía inflamado el mástil pero quería apagar de una vez el fuego que traía adentro. Me duché y regresé a la cama, con un ademán invité a Fabri a que me lo mamara a lo cual ella accedió con cara de inocente, tomó mi falo con una manita, introdujo la cabeza en su boquita y empezó a pajearme muy suavemente, sacaba el pene de su boca solo para lamer mis huevos, cambiaba de mano cada vez que se cansaba, levanto su cara y me preguntó que si quería que se comiera el semen y le dije que si, continuó su faena durante un rato hasta que subió mi esperma hasta la garganta de Fabri, donde fue consumida en medio de mis gemidos de placer. Sólo en ese momento sentí que mi pene perdía su dureza, casi sin fuerzas vi como Fabri se vestía y me decía que se hacía tarde, que no demoraban en llegar nuestros amigos, me dio un beso y me dijo al oído que pronto lo repetiríamos marchándose casi corriendo.
Me vestí me dirigí a la salita justo cuando llegaron todos en medio de un gran escándalo, mi novia venía abrazada con Mauro el cual me dice en son de broma –Te comiste a Fabricia Pepe. –soltando una carcajada-. No dije nada pero quede aturdido hasta que mi novia me dice –No te hagas… crees que ella estaba accidentalmente en la pieza o que los dejamos solos inocentemente…? –dice mi novia sonriendo- , -Suficiente tuvimos que hacer para hacerte tragar las dos pastillas de Viagra cuando te quedaste dormido… -Gritó mi otro amigo desde el baño.
-Mejor cuéntanos como te fue porque a tu novia y a mí nos fue de maravilla, espero que no seas celoso. –Dice Mauro cínicamente-
-Bueno la verdad la pasé de perlas, fea o bonita me comí una virguita. –Dije antes de salir del apartamento, al atravesar la plaza distinguí una faldita que me era muy familiar y corrí para alcanzarla porque el efecto de la droga todavía no había pasado o de pronto la dueña de la faldita me producía una erección continua.
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