Comenzare diciéndoles que hace ya un tiempo había tenido algunos encuentros sexuales con una prima de mi esposa, la cual llamare Rosy, del último encuentro a la fecha ya había pasado un buen tiempo y yo pensé que jamás volvería a pasar. Todo comenzó cuando estaba solo en casa viendo la televisión cuando tocaron a la puerta y oh sorpresa, era Rosy que había ido a buscar a mi esposa, le comenté que no estaba y que no sabía si tardaría pero que pasara, ella accedió y como era lógico por mi mente pasaron los recuerdos, pero nunca pensé en aprovechar la situación ya que en verdad no sabía si mi esposa tardaría o no.
Comenzamos a platicar y a recordar lo vivido, con la plática mi pene estaba tan grande que podía notarse a través del pantalón, ella se dio cuenta y me lo hizo saber "qué te pasa, se te va a quebrar, será mejor que te calmes o lo saques de tu pantalón" esas palabras me excitaron aún más pero no estaba seguro de que fuera una buena opción sacarlo de su escondite. de un solo brinco Rosy estaba sentada junto de mí y no espero para empezar a acariciarme sobre el pantalón, la temperatura en mí había llegado al límite por lo cual accedí a sacarlo, cuando Rosy vio mi pene inmediatamente se lanzó sobre el dándome una rica mamada, déjenme decirle que es una experta con su boca, así estuvo por un buen rato hasta que sentí que no aguantaría más y la detuve. Comencé a quitarle su blusa y acariciar sus pequeñas pero lindas tetas, poco a poco mis manos fueron bajando hasta llegar a su nalgas redonditas y paradas, comencé a acariciarlas y a meterlas debajo de su falda, cuando toque su panochita estaba totalmente húmeda por lo cual sin pensarlo le di la vuelta poniéndola de a perrito y comencé a rozar la cabeza de mi pene con sus ricos labios vaginales, ella me pedía a gritos que la penetrara así que inmediatamente se lo metí de un solo golpe y empecé un rico mete y saca, ella solo gemía de placer y me pedía que no parara.
Estaba tan entretenido que no me percate cuando mi esposa entro a la casa, al verla parada a unos metros de nosotros no sabía que decir solo pude decir “Amor espera” ella inmediatamente me comenzó a gritar “que te pasa, porque en mi propia casa y con mi prima” yo no pude contestar nada, pero cuál fue mi sorpresa, ella seguía gritando “que tiene ella, acaso no te llena lo que tienes en tu casa” y mientras decía esto comenzó a quitarse su blusa y me mostraba sus enormes tetas, yo seguía sin saber que hacer pues no sabía con qué fin lo estaba haciendo, se acercó a mí y me jalo de la cabeza hacia sus tetas y me dijo “anda cómetelas, acábatelas, ya no te son suficientes”, en ese momento regreso a mi lo depravado y comencé a mamar esas ricas tetas de mi esposa, sus ricos pezones cafecitos parados como apuntando al cielo, Rosy al igual que yo estaba sorprendida y ni siquiera se movía de donde estaba sentada, comencé a quitarle las mallas deportivas que llevaba mi esposa dejándola solo con una diminuta tanga color negro, mi esposa acostumbra a usar a diario tangas, la recosté sobre el sillón y comencé a chuparle su rico clítoris hasta hacerla gemir y pedir mi verga, de pronto mi esposa le dijo a Rosy “y tú que piensas quedarte ahí sentada, acaso ya no quieres que esta rica verga te siga cogiendo”, Rosy se puso de pie y se acercó a nosotros, otra sorpresa más que llevaría ese día es que me quito de donde estaba y ella fue quien comenzó a chuparle su panochita a mi esposa, se colocó en usa posición donde me dejaba su redondo culito a mi disposición así que no espere más y comencé a cogerla nuevamente, era un concierto escucharlas gemir a las dos. Así estuvimos por un buen rato hasta que mi esposa se levantó y se puso de a perrito junto a Rosy y solo dijo “querías tener otro culo que picar pues aquí los tienes ahora satisfácelos y no me hagas quedar mal con las visitas”, era increíble tenía ese hermoso par de culos a mi entera disposición, quería que esto fuera épico así que fui a traer vaselina y comencé a untarles y picar sus anos, así estuve jugando un rato hasta que se dilataron, era la gran oportunidad, comencé el sexo anal con mi esposa mientras seguía masturbando a Rosy, a mi esposa no le agrada mucho el sexo anal pero esa tarde todo estaba permitido, no paso mucho tiempo cuando me decidí a cambiar de hoyito así estuve cogiéndome a mi esposa y a su prima por un buen rato, cambiando en los cuatro hoyos que tenía para mí.
Después de un rato ya mis piernas estaban cansadas así que decidí sentarme y dejar que ellas siguieran con la tarea, inmediatamente mi esposa se montó sobre de mi metiendo mi verga tiesa en su panochita y comenzó a cabalgar, mientras tanto Rosy se subió al sillón y me coloco su panocha en la cara para que mi lengua siguiera jugando.
Todo en la casa eran gritos de placer, las bocas de mis dos mujeres se juntaban y eso me excitaba aún más, llego el gran momento, estaba a punto de explotar así que me puse de pie y a ellas las puse de rodillas, siguieron chupando mi verga y huevos hasta que no aguante más y me corrí en sus bocas, tenía bastante leche guardada que alcanzo para que las dos se tomaran su ración.
Quedamos exhaustos, nos recostamos sobre el sillón y nos quedamos dormidos por un rato, la primera en despertar fue mi esposa quien inmediatamente nos despertó y le pidió a Rosy que se fuera y que nadie tenía que saber lo que había pasado, que si quería que se volviera a repetir que le tenía que avisar primero a ella, yo no pude decir nada solo vi a los ojos a mi esposa mientras acariciaba sus ricas nalgas.
A partir de ese momento la relación sexual con mi esposa a mejorado bastante, de hecho podría decir que tengo todo en casa.
Espero les guste mi experiencia y allá logrado trasmitir con palabras un poco del cálido momento que me toco vivir...
espero sus comentarios