Tras el almuerzo, yo me fui a darme un baño en la piscina tranquilamente, pero se unió al baño Javier. Él seguía encaprichado conmigo, pero yo no le hacía ni caso, aunque la verdad me daba mucho morbo que fuera detrás de mi de esa manera.
Ambos jugábamos en la piscina, nadamos, nos hacíamos ahogadillas, saltábamos...Javier cada vez que podía me tocaba más y más. Su cuerpo no tenía nada que ver con el mio, el era alto y robusto, de brazos y piernas fuertes llenas de vello oscuro a igual que su torso, y su polla también estaba rodeada por buen monte de vello dejando ver su polla gordita. El juego fue a más, hasta el punto en que me tenía cogido por las piernas para que no me escapara y me arrastro hasta su cuerpo y pude notar su polla dura como un palo, cosa que me dio aun más morbo. Me gire y me abracé a él sobre sus hombre y cruce las piernas en su cuerpo, podía notar como su pequeña polla pero gorda buscaba mi culito, estaba muy cachondo. Agarre su verga y le dije: pequeña pero matona jeje. Me escape de él y corrí hacia el bordillo de la piscina, allí me senté exhibiendo mi polla algo morcillona y diciéndole a Javier que viniera y mamase. Sin dudarlo se acerco y empezó a mamar mi polla. Al momento note que alguien se acercaba, era Alfonso, es un chico bisexual, bastante masculino, algo musculoso y con una polla enorme. Se puso a mi lado y me dijo: para ti también hay polla. Sin dudarlo agarre su tronco y comencé a chupar su rica polla, enseguida alcanzo su tamaño real, eran unos 20 cm y con una cabeza enorme.
Alfonso agarraba mi cabeza con las dos manos y hacia que me tragase su polla hasta el punto de ahogarme, mientras Javier seguía disfrutando de mi polla. Alfonso me paro y se dirigió a Javier diciéndole que ahora era su turno conmigo. Me levanté y nos fuimos a su habitación, por el camino Alfonso jugaba con su mano en mu culito. En la habitación seguí chupando su enorme polla llena de venas. Alfonso me agarraba de los pelos muy bruscamente y me decía cosas como: traga puta! que hay mucho!. Me levanto y me tiró contra la cómoda de la habitación, me inclino la espalda hacía delante, con una mano me cogía por el hombro y con la otra mano apuntaba su verga hasta mi culo. Empujaba despacito, mi agujero se estaba resistiendo a esa polla, pero Alfonso sacó un bote de lubricante, se lo roció por su polla y después por mi culo. Volvió a intentar clavarme su polla y al final entró, yo solté un grito entre dolor y placer. Me agarro fuerte por la cintura y empezó a embestirme cada vez más fuerte, era todo una bestia. Notaba como sus grandes huevos chocaban en mis nalgas en cada embestida que me daba. Después, me giró y me cogió en brazos apoyándome en la pared, volvió a meterme su polla que entraba con facilidad y siguió follándome. Me tiró a la cama bocabajo se colocó encima mía de rodillas y siguió clavándome su verga, al rato saco su polla me gire y agarré nuestras pollas juntas pajeandolas a la vez hasta que nos corrimos a la par sobre mi cuerpo llenándome de leche desde la barriga hasta la boca.
Continuará...