La noche en que el vecino se cogio a mi esposa
( Relatos Confesiones )


Este relato aun me causa sentimientos encontrados a pesar del paso de los años.
En ese entonces mi esposa y yo viviamos en unos departamentos, por ese entonces llego un vecino nuevo, era un hombre un poco mayor que nosotros, unos 40 quiza, de cuerpo algo atletico y sonrisa agradable.
En los departamentos su llegada causo revuelo entre las vecinas, habiamos 4 parejas, nosotros eramos los mas jovenes, yo tenia 27 y mi esposa 23, las demas eran parejas de 40 hacia arriba.
La verdad mi esposa era la mujer mas bonita de esos departamentos, medianita de estatura, de cintura estrecha, caderas firmes y tetas medianitas, solia vestir con jeans ajustados y blusas de manga corta delgadas, sobre todo porque en esa epoca del año hacia mucho calor.
Mi esposa me decia que las vecinas estaban encantadas con el nuevo vecino ya que era bromista y algo apuesto, era divorciado y aunque trabajaba durante la mayor parte del dia, los fines de semana solia salir a correr temprano, se iba a un parque que estaba frente al edificio, desde nuestro departamento podiamos verlo, acostumbraba salir a correr con unas mallas y una camiseta corta y pegada que resaltaba la excelente figura que mantenia a sus cuarenta y tantos años, la verdad era que tenia buena nalga.
Mi esposa es cachonda, conmigo en la cama no tiene miramientos y gozamos de las mas vulgares fantasias que tenemos. En cuestion de sexo somos muy abiertos y podemos hablar las cosas sin problema alguno.
Como imaginaran yo le pregunte que le parecia el nuevo vecino, ella me decia que era un hombre "agradable". amable, de buena educacion y porque no decirlo agradable a la vista.
Yo no le tengo desconfianza a mi esposa, se que me ama y que lo nuestro es muy fuerte, asi que ese tipo de comentarios no me causaron problema alguno.
Pasaron los dias y la relacion con el vecino transcurrio de manera cordial, platicabamos, bromeabamos y nos ayudabamos en lo que podiamos, a veces cuando mi esposa llegaba del centro comercial y el estaba afuera le ayudaba a cargar las bolsas o le habria la puerta de la casa, como yo trabajo en casa, tengo mi oficina ahi, a veces lo oia entrar junto con ella riendo y bromeando de manera natural pero nada fuera de lo normal.
Un dia mi esposa se puso a lavar el patio, ese dia se puso unos shorts de mezclilla que usaba cuando saliamos al balneario, eran muy ajustados y resaltaban sus nalgas firmes y redondas ademas dejaban al descubierto sus piernas blancas y torneadas, tambien se puso una camiseta muy delgada y un top para sentirse mas comoda, el vecino llego de correr despues de un rato y al ver lo que hacia mi esposa le dijo que si necesitaba que moviera su auto para que no estorbara, ella le dijo que no era necesario que lo moviera y bromeando le dijo que ella se lo lavaba aprovechando que ya traia el jabon y la manguera.
El sonrio y le contesto que le parecia perfecta la idea, que lo lavara y le pagaria por ello, en eso yo sali y bromeando le dije a mi esposa ya ves amor ya te cayo tu primer cliente no lo dejes ir, ella sonrio y comenzo a echarle agua al auto, en eso recibi una llamada y fui a contestar el telefono de la sala, desde ahi podia observar a mi esposa enjabonando el auto ante la sonrisa picara del vecino, ella nunca habia lavado un auto y hacia esfuerzo por hacerlo bien, pero se estaba mojando la blusa al recargarse para lavar el toldo y el parabrisas, en ese momento la escena me parecia graciosa, pero la verdad es que mi esposa se veia sexy estirandose para alcanzar todas las areas del auto, cada que se estiraba paraba su culito y sus piernas se apreciaban en todo su esplendor.
Yo tuve que entrar a la oficina a seguir con el trabajo y despues de algunos minutos ella entro a la casa, al verla me sonrei, se veia sexy, como la blusa se le habia mojado con el agua fria se translucian sus pezones paraditos.
Me le acerque bromeando y le pregunte si le habian pagado, ella me contesto que el vecino le dijo que ya nos compensaria por el favor en cuanto pudiera, la bese calidamente y dandole una nalgada la mande a cambiarse para que no se enfermara.
Transcurrieron algunos dias y todos continuamos nuestra rutina normal, pero un fin de semana el vecino toco a nuestra puerta, procedio a invitarnos a un fin de semana en una casa de descanso que tenia en Cuernavaca, nos dijo que era para pagarle a mi esposa el favor de ese dia y para agradecernos la amistad que le habiamos brindado.
Tenia un tiempo que planeabamos darnos una escapada del trabajo asi que aceptamos sin pensarlo.
La casa era muy bonita, un terreno de unos 800 mts cuadrados, con un huerto de arboles frutales, pasto y una casa hecha totalmente de piedra de cantera, las habitaciones eran de puertas de madera gruesa estilo colonial, yo quede asombrado del lugar ya que nunca imagine que el vecino tuviera capital para tener una casa asi.
Eso si, el calor era intenso, pero el aire puro refrescaba agradablemente. En cuanto llegamos nos instalo en una habitacion muy comoda, nos duchamos y vestimos comodamente, mi esposa se puso un vestido de tela delgada y un poco escotado, salimos al jardin donde habia unas mesas con techo de palmas y nos sentamos a relajarnos, despues de un rato de otra habitacion salio el vecino, se veia que tambien se habia duchado y traia puesto un short y una camiseta de manga corta delgada y ceñida al cuerpo,
cuando llego a nosotros se sento y despedia un aroma a locion fina, fuerte pero agradable, traia una botella de champange y tres copas, nos sirvio y brindamos por la amistad que habiamos formado.
Ya en confianza le pregunte a que se dedicaba, resulta que era empresario textil, tenia poco de divorciado, y lo que mas me intrigaba me lo resolvio al decirme que su estancia en los departamentos era debido a que como estaba arreglando unos asuntos en la ciudad habia tenido que recurrir a rentar un departamento, que le gustaba tener un lugar familiar a pesar de que ya vivia solo y que por eso no se habia hospedado en un hotel, entonces al calor de las copas nos dijo que nos agradecia el haber sido su familia en ese tiempo, que ya se iba a marchar de ahi pero que esperaba poder seguir contactando con nosotros.
Seguimos tomando, riendo y bromeando, la verdad que nunca habiamos tomado champange y a mi esposa y a mi ya nos estaban pasando factura los tragos, el se veia entero, supongo que estaba acostumbrado a esos lujos.
Cayo la noche y nos metimos a la estancia a seguir la fiesta, puso musica y comenzamos a bailar por turnos con mi esposa, a ella le encanta la musica colombiana, al bailar saca toda su sensualidad de hembra, me encanta como mueve las caderas al ritmo de la musica.
Yo no soy muy bueno para el baile pero le hago la lucha, en cambio el vecino si parecia hombre de ambiente, la bailaba muy bien y la hacia moverse muy sexy, ella se veia divertida y disfrutando la fiesta.
Seguimos asi bebiendo y bailando un buen rato, yo ya me sentia muy mareado y en una de esas en que mi mujer se fue al baño el vecino se acerco y me dijo: "En confianza y con todo el respeto que mujer tan bella es Nely amigo mio, eres un hombre muy afortunado, cuidala y dale lo mejor porque vale hasta el ultimo peso que tengas" yo le agradeci el comentario y sin pensarlo quiza porque siempre he hablado abiertamente con mi esposa y por el efecto del champange le comente que aparte de bella mi esposa era sexy, ardiente en la cama y una mujer que satisfaceria a cualquier hombre.
El se sonrio, en eso llego ella y pregunto de que hablabamos, a veces no mido lo que digo cuando tomo y le comente delante de el que le estaba diciendo al vecino lo sexy que ella era, lo ardiente que se ponia conmigo en la cama y que cualquier hombre daria todo por tenerla........ Ella se sonrojo, el vecino la observaba con un poco de malicia y una sonrisa picara, ella dijo ay amor que penas me haces pasar, que va a pensar el vecino, el la tomo sutilmente del brazo y le dijo no te preocupes estamos en confianza y tu esposo mejor que nadie debe saber el valor de la mujer que tiene a su lado, la saco a bailar nuevamente, esta vez la acercaba a su cuerpo en cuanto tenia la oportunidad, al darle las vueltas no perdia la ocasion para abrazarla por la espalda y pegar su cuerpo al suyo, mi esposa aun estaba sonrojada, quiza era una mezcla de alcohol y exitacion por saberse descubierta en su sensualidad ante ese apuesto hombre que la tocaba.
Yo ya solo bebia y los miraba, observaba como el le decia algunas cosas que no alcanzaba a escuchar pero ella sonreia un poco nerviosa y se sonrojaba mas, en mi embriaguez pude notar que con sus manos la tomaba de las caderas y su boca se pegaba a su oreja, en una vuelta que ella dio pude apreciar que sus pechos estaban erguidos, asi se le ponian cuando estaba exitada, yo ya no me movia de mi lugar y me servia solo las copas.
En un momento que me gano el cansancio y cerre los ojos (algunos instantes) al abrirlos note que la musica seguia pero ellos ya no estaban, me pare como pude y fui al baño, no habia nadie, busque en la recamara y tampoco habia nadie.
Como pude sali al jardin, no podia coordinar bien y caminaba tambaleante, entre a la otra recamara y me dirigi a una ventana que daba al huerto, la luz de la recamara estaba apagada pero las cortinas estaban abiertas, me asome y a escasos metros observe sus figuras a la luz de la luna, el la abrazaba por la espalda y ella se dejaba besar el cuello, no escuchaba mucho debido al vidrio pero por el silencio de la noche se escuchaban los grillos acompañados de un sutil jadeo.
La escena era por demas erotica, los amantes a la luz de la luna jugando el juego del placer prohibido, el pegado a sus nalgas sujetandola por la cintura y buscando exitarla, ella dudosa de lo que hacia queriendo soltarse y a la vez deseando que el avanzara.
El habidamente deslizo un tirante de su vestido, sin soltarla de la cintura como haciendole saber que no se iria dejandolo asi, beso su cuello y su hombro, ella apretaba casi arañando la mano que la sujetaba con firmesa, escapar o gozar el eterno dilema de la mujer y el deseo, el deslizo el otro tirante de su vestido y este cayo hasta su cintura, la luna iluminaba la blancura de su piel resaltada por el brasier de encaje negro que casi reventaba ante el deseo de su cuerpo.
El seguia besando su cuello y sus hombros, ella le acariciaba la nuca con una mano como pidiendo que la disfrutara, beso un poco su espalda y con la boca le solto el brasier, sus pechos firmes se encargaron de botar el sujetador descubriendo un poco las redondeces de los mismos, en un acto de aceptacion ella se saco el brasier y dandose la vuelta le ofrecio ese manjar que el tanto deseaba, el empezo a chupar, lamer y jugar con esas tetas incitadoras, ella ya gemia sin recato, de seguro ya estaba mojada, su aroma a hembra debio inundar el huerto, entonces el se separo para que el vestido se deslizara hasta el suelo, se quedo mirando esas caderas adornadas con la tanga de encaje negro que ella usaba, volvio al festin de sus tetas y bajo con su lengua hasta su vientre, ella le acariciaba los hombros y la nuca mirando al cielo, que hermosa luna los iluminaba, ella fue deslizando suavemente su tanga para que el pudiera bajar mas hacia lo prohibido de su cuerpo, el levanto una pierna de ella pasandola sobre su hombro y empezo a saborear las mieles del placer, ella le arañaba la nuca y le despeinaba el pelo mientras disfrutaba de esa lengua que urgaba en su intimidad avida de deseo, asi estuvo un buen rato, ella se arqueo y gimio intenso, un orgasmo habia llegado, entonces el subio con su lengua por el camino de regreso, su vientre, sus tetas, su cuello, se acerco a su oido y le susuro mordisqueando, ella lo miro agradecida, y empezo a desnudarlo, la camisa, el short, al quedar al descubierto la tanga se apreciaba un bulto en su entrepierna, era obvio que su pene estaba dispuesto, su cuerpo atletico contrastaba con lo esbelto del de ella, era una mezcla perfecta, vigor y belleza, una combinacion excelente para un par de amantes.
Ella bajo con su lengua por ese abdomen fuerte, viril, masculino, hasta llegar al principio de la tanga, deslizo con deseo esa prenda que la privaba de ese manjar que ahi le esperaba, volteo a verlo a la cara, el estaba deseando que se comiera ese trozo de carne que le ofrecia, ella no dudo y comenzo a lenguetearlo, lo besaba, lo lamia de punta a base y visceversa, comenzo a chuparlo, se podia apreciar que se esforzaba por tragarselo entero, su mejilla se hinchaba llena de ese miembro, el miraba al cielo restregandole con sus manos el cabello, estuvo asi por un buen rato hasta que decidio emprender con su lengua el regreso, su abdomen, su pecho, su cuello, su oreja y susurrandole mientras le mordia con deseo.
El la tomo por la cadera y la alzo, ella se agarro a su cuello y entrelazo sus piernas a su cintura, se acomodo y se monto en ese trozo caliente de carne, sabiendo que no habia marcha atras, ese hombre apuesto se la cogeria a placer, se entregaba plenamente a el deseo prohibido.
Como era menudita el la cargaba sin mucho esfuerzo, ella brincaba una y otra vez ensartandose ese trozo de carne que a cada embestida la calentaba por dentro, el no perdia ocasion para comerle las tetas y el cuello, ella le arañaba la espalda con fuerza como si se cobrara la cogida que el le estaba dando, a la luz de la luna era una escena de erotismo pleno, fenomenal.
Es de reconocer que ese hombre sabia como cogerse a una mujer, la tuvo asi por bastante rato, era fuerte o quiza su fuerza venia del intenso deseo que sentia, ella nunca habia sido cogida de esa manera, montada en un macho viril y violento que la sangoloteaba apretandole las nalgas, sus musculos se tensaban mucho, las venas de el se apreciaban hinchadas, en eso ella gimio y se restrego a su cuello gritando, que orgasmo habra tenido que casi lloriqueaba, el comenzo a darle empujones lentos pero fuertes, uno, dos, tres...... con mucha virilidad, ella se pegaba besando su cuello, mordiendo, entonces despues de unos instantes de tregua el comenzo a sacudirla fuerte, cada vez mas rapido, le apretaba las nalgas casi rasguñando, ella se arqueaba como intentando resistir la embestida, gemia descontrolada, sudorosa, el siguio sacudiedola intensamente, hasta que por fin dandole un empujon intenso grito fuerte vaciandole sus jugos adentro, ella se volvio a repegar a su cuerpo satisfecha, plena y cansada, la habia llevado de mujer a hembra en esa bella noche, era algo para disfrutar sin pensar en nada......

Foto 1 del Relato erotico: La noche en que el vecino se cogio a mi esposa


Comentarios


Hermoso relato, me gustaria conocer que paso luego cuando estuviste a solas con ella, besos, Ana Maria
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Detalles



Nombre do Relato


Codigo do Relato
5278

Categoria
Confesiones

Fecha Envio


Votos
4