En cierta ocasión Camila una de mis hijas se fue a pasar el fin de semana en mi casa, ya que ellas viven con su madre, Diana mi otra hija estaba de viaje con sus abuelos. Pasamos el primer día normal compartiendo entre padre e hija, luego de un día agitado estábamos jugando cartas en mi habitación. Mi hija tenia puesta una pequeña blusa que le marcaba sus pechos y un pequeño short. Yo como era costumbre en casa tenía solo una pantaloneta. De repente note que mi hija miraba con insistencia mi entrepierna y me di cuenta que ella podía ver mis genitales, pues bajo la pantaloneta yo traía interiores amplios. No quise hacer sentir mal a mi hija y no le dije nada. Luego me fui a tomar una ducha y para poner a prueba a mi hija deje la puerta del baño entreabierta. Cuando me estaba duchando pude ver a mi hija espiándome y tocando su vagina por encima de su pantalón, esto me excito al punto de obtener una gran erección. Comencé a masturbarme sin permitir que Camila notara que yo la había visto. Ante mi masturbación ella se bajo sus pantalones y pantis y me permitió ver un lindo chocho afeitado. Luego de mi ducha Salí del baño como si nada y me dirigí a mi habitación no sin antes darle las buenas noches a mi niña. Luego de un rato fui a la cocina por un vaso con agua, al pasar frente a la habitación que ocupaba mi hija escuche gemidos. Abrí la puerta con mucho cuidado y oh sorpresa, el cuerpo de mi hija completamente desnudo estaba sobre la cama, mientras ella se acariciaba constantemente. Me quede un largo rato hasta que mi hija se puso su pijama y se metió entre las cobijas.
Al día siguiente le propuse ver películas en la noche en mi habitación, pero mis reales intenciones era probar a mi hija.
Esa noche compramos palomitas y refrescos y nos recostamos en mi cama a ver las películas, yo como siempre solo en pantaloneta, mi hija tenía una pequeña blusa blanca que tenia algo de transparencia y dejaba apreciar que no traía sostén, de igual manera traía puesta una pequeña falda que a ratos dejaba ver sus pantis rosas.
Luego de la primera peli fingí mucho sueño y le dije a mi hija que si quería podía ver otra de las peli que yo tenía y que podía dormir ahí conmigo. Ella se quedo en mi cama mientras yo fingía dormir. Mi hija comenzó a ver una película porno que estaba entre varias que yo tenía.
Luego de un rato sentí que ella me brazo por el pecho y me acariciaba suavemente y me llamaba: papá, papá… yo no respondía y seguía en mi actuación. De repente ella bajo sus manos hasta mi pantaloneta y con mucho tacto tocaba mi bulto, el cual fue reaccionando a medida que mi hija aumentaba sus caricias. Ella se atrevió a más e introdujo su mano entre mi pantaloneta tomando mi pene con sus manos y bajando cuidadosamente mi pantaloneta y bóxer. Sin pensarlo tome su mano con la mía y ella quedo paralizada del susto. Le dije que qué estaba haciendo, que yo era su padre, ella solo sonrió y se acerco a mi oído y me dijo: esta noche no quiero ser tu hija, quiero que me hagas mujer, quiero que mi primera vez sea contigo y practicar todo lo que he visto en videos porno, y sin dejarme responder me dio un beso suave y tierno al que yo respondí.
Ella se sentó sobre mi y se despojo de su blusa dejando al aire sus hermosas tetas, de inmediato las tome entre mis manos y acaricie fuertemente, ella se agacho quedando a un centímetro su boca de mi pene y antes de darme cuenta estaba lamiendo mi miembro. No podía creer que mi propia hija me estaba dando una gran mamada. Lo estoy haciendo bien, pregunto. Claro que si mi niña, muy bien. Dejo de masturbarme y se puso de pie en la cama y se despojo de la poca ropa que le quedaba, dejándome ver su lindo coño, se puso de rodillas frente a mi cara ofreciéndome el dulce aroma de su clítoris, mi lengua se introdujo en su lindo coño, provocando que salieran sus jugos vaginales. Luego de un rato ella me dijo: hazlo ya pá métemela toda, quiero ser tuya, tu mujer, tu amante.
La recosté en la cama y abrí sus piernas, con tacto comencé a introducir mi pene en su hoyito, mientras ella gemía suavemente, poco a poco metí todo mi miembro en la estrecha concha de mi hija y comencé a acelerar mis movimientos mientras sus gemidos de dolor se transformaban en placer.
Cuando estuve a punto de llegar saque mi verga de su chocho y ella dijo papi, en mi cara como en las películas. Llene su cara con mi leche y cuando salían las últimas gotas, Camila lo chupo de una manera deliciosa.
Me recosté a su lado y nos quedamos así largo rato hasta que ella se dirigió al baño a lavar su cara. Cuando volvió a mi cama yo estaba bajo las cobijas y sorprendentemente ella dijo: yo tengo ganas de más y si no me complaces le cuento a mamá.
La tome del brazo y hale hacia mi, la coloque boca abajo y le di unas nalgadas que nos excitaron de nuevo a ambos, ella me tumbo en la cama y comenzó a chupar mi verga de nuevo, luego se levanto y me dijo: ahora mando yo, y se sentó en mi vientre introduciendo de nuevo mi pene en su vulva, se movía de una manera que cualquier bailarina exótica envidiaría. De repente un gran chorro de leche estallo en las entrañas de mi hija llevándola al límite del placer.
Se recostó de nuevo a mi lado y me dijo que era su primera vez con un hombre pero que ya había tenido experiencias sexuales con su hermana y que ambas habían planeado estar conmigo.
En un próximo relato les contare como mis dos hijas y yo protagonizamos una gran orgía y se convirtieron en mis compañeras sexuales.
Para cuando la segunda parte? que linda fantasía con un par de mellizas!!
Uffff tremendo relato, muy excitante. me desnude y masturbe con el, adoptame y me haces lo mismo a mi, que rico un papi asi.