Me adelante, al llegar al auto, senti como unos brazos me tomaban por sorpresa y me desvaneci.
Al despertar estaba amarrada de las manos en una cabecera, sin ropa, con los ojos y boca cubiertos, empece a luchar y forcejear. No cedian, entonces me paralizo esa voz.
-Deja de moverte!-grito, obediente lo hice, escuche un vaso con hielos el estaba disfrutando verme acorralada.
El tiempo parecia lento, hasta que senti su peso en la cama, me trepo y esta sentado en mi, sus manos eran suaves y tersas, quito el pañuelo de mi boca y me beso descaradamente, sentia excitacion y miedo, aquellos labios eran grandiosos.
-Veo que ahora tu libertad te importa poco... Te hare mia, eres muy hermosa-me dijo tan seductoramente al oido, me hizo gritar cuando estrujo mis pechos, lamió y me hizo retorcerme, rio y continuo hasta llegar a mi conchita, metio un dedo y luego otro, era una tortura.
-Estas muy humeda muñequita, me encanta que cooperen, amor.
No lo senti venir, y de repente me penetro, empece a gemir como loca y sentia morir, era cruel y tan sensual, lo oi bufar y estaba siendo rudo sacandome gritos al por mayor.
-Para, por favor, me vengo-grite jadeante, el me tiro una bofetada y continuo.
-No hasta que yo decida, mi hermosa zorrita, te estoy poseyendo y yo decido cuando te corrras-solto con furia y seguio mas duramente, me encajo las uñas, haciendome gritar.
Gemí y quería llorar, gasta que se detuvó, lamio mi sexo metiendo y su lengua, sentía desfallecer.
-Sigue gimiendo, hermosa... Ahora vas a conocer el cielo-dijo tan sensualmente, me posiciono otra vez y siguió, empece a llorar cuando me solto una bofetada tan fuerte que sentí mi rostro color carmín.
-no llores, es un juego hermoso, ahora como premio correté de doy el permiso-dijo lamiendo mis lagrimas que escurrían por el pañuelo.
Penetro con mas fuerza, duro, fuerte y sin sensibilidad y me vine gritando de placer exquisito, libero las ataduras y me abrazo atrayendome a su cuerpo, tan fuerte y varonil.
Siguió bombeando hasta que se vino dentro, desfallecí y quede dormida.
La luz del cuarto me desperto, no fue un sueño fue real, las vendas yacían a un lado, me acosté y lloré, oí entrar a alguien, el sonido de una bandeja sobre la madera.
-te arrepientes, haber sido dominada por un extraño-dijo la misma voz con burla, lo miré, era hermoso, alto de 1.72, guapo y poseedor de unos labios hermosos coronados por dos lunares.
Asentí y rió, me sentó y beso mis pechos, despues mi boca lascivamente.
-cual es tu nombre?-pregunte
- Jay y desde ahora tu amo, ok mi niña.
Soltó y ahora soy su sumisa...
Continuará...