En la Gran Sabana
( Relatos Gay )
Tomé vacaciones en noviembre, necesitaba relajarme, el día que las tomaba supe que Ramón, un obrero del lugar donde trabajo, también se iba de vacaciones. Le pregunté a donde iría y me dijo que se quedaría en su casa, pues acababa de separarse y no quería oír a su familia. Yo pasaba por una situación similar y le propuse que viniera conmigo a la Gran Sabana, allí no habría nadie y podríamos relajarnos. Me dijo que no tenía dinero suficiente para hoteles. Reí y le dije que solo gastaríamos lo que comieramos, y ya casi todo lo tenía. Accedió y a los dos días partimos.
Después de 20 horas de camino llegamos de noche y acampamos. Desperté temprano y fuí a bañarme, estaba bañnandome cuando lo vi casi desnudo. Noté que miraba mi trasero y me turbé y excité un poco al ver su sexo semi erecto, era grande y grueso. También noté que tenía un cuerpo viril y musculoso. Ramón era un magnífico especimen negro de 1.90 m de altura, y pensé que si fuera una mujer no me pelaría a un macho como él.
Después de secarme tomé mi ropa interior y Ramón me dijo que no me vistiera, "adornas este paisaje tan bello". Sentí que mi pene se erectaba y me sonrojaba, así que apuré mi vestida, y volví al campamento. Poco después el llegó totalmente desnudo y riendo me dijo que había olvidado su toalla. Empecé a preparar el desayuno y luego recogimos para ir a otro lugar. Ramón estaba fascinado con el paisaje. Acampamos en la orilla de un río grande, a poco más de un km de la vía principal. Ramón se desnudó para bañarse y volví a mirarlo, no podía dejar de mirar su pene y el lo notó invitandome a ir con el. Estaba turbado y avergonzado, pues sabía que lo había mirado. En el agua me dijo que no podía dejar de pensar en mi trasero desde la mañana. "tienes unas nalgas redonditas, paraditas, hermosas, me tienen loco, y se que te gusta mi huevo" Quedé mudo de verguenza y sentí que me sonrojaba, entonces me beso sorpresivamente. Traté de negarme, pero me inmobilizo. Aquel beso me agradó y después de un rato respondía a sus besos con lujuria. Las manos de Ramón empezaron a explorar mi espalda y sentí que moriría de placer, ya oscurecía y salimos del agua. Estaba muy asustado, avergonzado, y excitado. Ramón continuó besandome y me acostó sobre la roca plana que pisábamos, allí beso mi trasero y empezó a lamer mi ano introduciendome su lengua, luego, sin apuro, empezó a dilatarme para él. Cuando me creyó listo se montó sobre mi y deslizó su sexo en mi cuerpo, al ver que me dolía retrocedía y volvía a cargar suavemente. De pronto sentí que impulsaba su sexo en mi ano, sentí un dolor agudo y grité de dolor y placer, sintiendo como se metía aquel enorme sexo en mi ano hasta la base. Ramón empezó a cogerme con lujuria, gemía de dolor y placer, pues con su movimiento se fue borrando el dolor. De repente tuve un orgasmo increible, que no reprimí, y pocos instantes después el se vino derramando todo su semen en mis entrañas. Quedé temblando de placer, casi inconsiente, y sentía su respiración agitada en mi cuello y su corazón latiendo con fuerza en mi espalda. Poco a poco nos recuperamos volviendo a copular con deseo. Al terminar nos bañamos nuevamente, pero esta vez yo lo lavé a el y el a mi, al salir del río disfruté por promera vez en mi vida del sexo de un hombre con mi boca, aquello me fascinó, y más el olor y sabor de su semen.
Ramón depiló mi cuerpo varias veces allá, me vistió y maquilló para el, me hizo sentir amado y me dió mucho placer. Durante un mes fui completamente su hembra y su mujer, acostumbrandome a ello. Al volver nos hicimos pareja y lo deje afeminarme a su antojo. Ha pasado un año de eso, pronto volveremos a tomar vacaciones y volveremos a ese parque nacional mágico a pasar otro mes en total armonía con el Universo
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