MI VIEJA TIA
( Relatos Heterosexuales )
Yo tenía 15 años.Ya tenía alguna experiencia sexual, aunque de escaso valor.Alguna prostituta.Nunca había tenido ninguna aventura sexual resultado de una relación.Vivíamos en el campo. Una tía vieja nos visitaba por alguna temporada. Hermana de mi padre, y mayor que él. Hoy pienso que ella tendría más de 50 años. Era viuda, y sus hijos, mis primos hermanos, eran mayores que yo.Viajábamos una noche en el auto de mi padre hacia unos vecinos de campo, distantes unos 20 o 30 minutos, por caminos de tierra. Mi tía vieja y yo en el asiento trasero, mi padre manejaba. Yo vestía un jean y una camisa. El auto se traqueteaba por el mal camino, mi tía estaba muy cerca mío. Puso su mano sobre mi pierna, por sobre mi pantalón, y me hacía caricias en ella, mientras andábamos, todo de un tono cariñoso, y sin hablar nada. Mas bien conversaba con los mayores, que iban adelante. Por el movimiento, en algún momento la mano de mi tía se aproximó a mi pene, y, sin quererlo, se me paró y se me puso como de madera de duro. No sabía qué hacer. Pero ella continuaba con sus caricias, hasta que sentí -claramente- que tocaba mi pene endurecido. Ni un gesto, ni una palabra, pero, sorprendentemente, continuó sus caricias, esta vez acariciando mi duro miembro por sobre el pantalón. Yo me retorcía de angustia y placer. El movimiento del auto era constante y la mano de mi tía, más algun movimiento mío, hacían que sus caricias, que parecían tan inocentes, fueran para mi una torura de placer. Asi continuó un largo trecho, ella pasando su mano por sobre mi pantalón, yo con el miembro durísimo hasta que en un brusco movimiento del coche, ella se aferró a mi pene, tomándolo completamentey aun así, movía su mano. Yo no podía más, y a poco de andar así, terminé con una orgasmo pleno, eyaculando con tal fuerza -supongo, ya que no veía nada y era dentro del pantalón- que me mojé entero. Ella mantuvo su mano un rato más, con sus caricias, sin pronunciar ni una palabra, ni mirarme nunca. Fué una experiencia maravillosa. Aun hoy, cuando la recuerdo, se pone erecto mi pene y me he masturbado muchas veces pensando ese episodio.
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