A los 13 años fui violada en un callejón por dos pandilleros, ese día doloroso, perdí mi virginidad y la perdida de mi autoestima, que siempre va acompañada con estos actos.
En impacto psicológico que causó en mi fue devastador, fui una chica problema. Tuve varios novios después y con todos ellos tuve serios problemas de adaptación, lo cual se lograba solo por momentos. En fin era una chica con muchos prejuicios.
En mis vacaciones del año 2004, con 17 años, fui a pasarla con la hermana menor de mi madre, de nombre Rosario, quien era casada con un hombre de unos 32 años llamado Roberto, el cual siempre me pareció muy guapo, alto, robusto no gordo, cabello castaño y bien parecido. A mi en lo personal me gustaba Roberto.
Mi tía me tendría esa temporada alli con ella para ayudarme con mis problemas y para que mi madre descansara un poco de mi.
La tía Rosario siempre gozó de aceptación en la familia, debido a que era la que mejor le había ido de las hermanas de mi madre. Tenían mucha estabilidad económica, su matrimonio era casi perfecto y su pareja era muy apuesto.
Sin embargo, pasado un mes de estar con ellos, me pude dar cuenta que la perfección estaba muy lejana aún en ese hogar. La tía casi siempre se mantenía afuera en reuniones con amigas de “sociedad”, Roberto llegaba cansado de su trabajo y no había quien le sirviera o lo atendiera. Hubo varias discusiones fuertes por eso, mientras estuve con ellos.
Debido a que no tenía regularmente con quien hablar, Roberto me empezó a buscar para charlar, al principio yo me negaba a platicar, al menos por largo rato, pero más tarde vi que su intención no era mala, sino que tenía muy buena plática y que era de confiar. Asi nos volvimos muy amigos, mientras regresaba la tía Rosario, él en ocasiones, cuando sabía que mi tía iba a tardar, me invitaba a tomar un helado o incluso íbamos al cine, claro que se lo contábamos a la tía cuando regresaba y todo marchaba bien.
Con las semanas, yo estaba fascinada con Roberto, y parecía ser que él también conmigo, en varias ocasiones, por las mañanas, lo visitaba a su oficina y en aveces me invitaba a almorzar con él. Además de todo eso, me ayudó mucho con mi problema. Por fin creí que estaba saliendo de esa situación. Sin embargo, poco a poco me di cuenta que me estaba enamorando de Roberto. Llegué a dicha conclusión porque sentía un vacío cuando él no estaba conmigo y que quería todo el tiempo estar junto a él.
Yo no soy fea, soy blanquita finita con unas pocas pecas en la cara alrededor de la nariz, ojos café claro, bonita boca (me han dicho), piernas llenitas y busto en crecimiento con pezones rosaditos, mi culito es bien paradito con nalgas redondas. Y yo veía que Roberto también sentía una atracción por mi, aún cuando no lo decía; cuando no estábamos juntos me llamaba por teléfono preguntando que hacía y como estaba. Aclaro que yo estaba conciente que no era un hombre libre, sino el esposo de mi tía.
Cierta tarde, yo regresé de la calle y encontré sumidos en una gran discusión a la tía Rosario y a Roberto, por lo que pude oír, era por que la tía quería ir a una cena de sociedad con sus amigas, en su caso Roberto no quería ir y tampoco que fuera ella sola, proponía que pasaran el resto del día juntos. Finalmente de un portazo la tía se marchó sola.
Roberto se encerró en su habitación. En horas de la noche, fui a su habitación a decirle si quería algo de comer o tomar. Por la hora, yo iba vestida con mi camisón de noche, el cual me llegaba un poco arriba de las rodillas, flojo, de color rosado y abajo solamente mis calzones a media nalga, descalza, mis piecitos con las uñas bien pintaditas de rosado también. El estaba descansando solo en interiores y una camiseta por debajo de las sabanas. Cuando entré, pude ver que me comía con la mirada, realmente casi nunca me había visto así vestida. Le costó concentrase en las preguntas que yo le hacía por verme toda, realmente le impacté. Eso me gustó mucho y también me calentó un poco y tomé la iniciativa. – Puedo ver TV contigo?-, el aceptó sin objetar.
Me metí en las sabanas y rápidamente me abracé a él y el lo hizo conmigo, parecíamos un par de novios consolándose. Al rato puse mi cabeza en su torso cubierto solo por la camisetilla. El solo hecho de estar en esa posición abrazados hacía que nuestros corazones latieran a mil por hora. Además nuestras pieles se electrizaban una con otra, no sé era algo indescriptible y lindo, la atracción mutua era evidente.
Yo muevo la cabeza hacia él, y me topo que él esta viéndome fijamente, sin decirme leo en sus ojos que me quiere dar un beso en ese momento. Ambos nos acercamos un poco y nuestros labios se juntan, en un primer instante fue un beso suave, un beso explorador, luego a los pocos segundos, nuestros labios se juntan y se restriegan con dulzura y finalmente nuestras lenguas se alcanzan una con otra, se retuercen, se friccionan. El me toma por la cintura y me sube sobre él, levanta mi camisón y busca mis senos, me chupa primero el pezón y luego lamé toda su circunferencia en forma lenta, me doy cuenta que su lengua esta muy caliente y ensaliva todo mi seno. Luego repite la misma dosis a mi otra tetita. Sigue succionando y mamando deliciosamente ambos senos, tomándose todo el tiempo para degustarlos. Sus manos buscan rápidamente mis nalgas blancas, las recorre la redondez con sus dedos y las aprieta en varias partes. Yo empiezo a gemir por el placer que me dan sus caricias. Vuelve a buscarme la boca y me chupa los labios, lame mi barbilla y mi cuello, yo estoy que me muero de excitación, por lo visto Roberto sabe como besar y acariciar a una mujer y yo la estoy pasando exquisito.
Sus manos ahora ingresan dentro de mis braguitas por atrás, acaricia mi rayita entre mis nalgas, la recorre con dos dedos y busca mi vagina, la cual se encuentra ya mojadita, juega con mis labios vaginales y desciende a mi panochita, enreda sus dedos en los pocos pelitos y busca la entradita a mi vagina. La recorre con sus dedos sin entrar, luego se dirige a mi clítoris y lo estimula con suaves caricias y toques. Yo estoy a punto de mojarme, sus caricias son tan expertas y bien dirigidas que me hacen tener a los pocos minutos un rico orgasmo. Jadeo para indicárselo, aunque él lo sabe de inmediato, ya que mis jugos íntimos mojan sus dedos mientras siguen acariciando mi bollito caliente.
A continuación el me quita de encima y me coloca boca arriba a su lado, me saca el camisón y luego mis calzones son lanzados fuera de mi cuerpo. Me dice tiernamente que soy muy linda y que desea hacerme suya. Toma mi pie izquierdo, lo levanta y lo lleva a su boca, lo lamé desde el tobillo hasta mis deditos, luego chupa con sus labios primero y luego con su lengua cada uno de mis deditos, mete su lengua dentro de ellos y los succiona. Nunca me imaginé lo delicioso y excitante que es una chupada de pies, nuevamente me estaba mojando por completo. Quería que me cogiera yá, pero quería seguir gozando sus caricias. Luego de darme esa riquísima mamada de pies, descendió por mis pantorillas, luego debajo de mis rodillas y siguió por mi entrepierna, para llegar finalmente a mi panochita.
Yo abrí mis piernas para recibirlo, con sus manos me sujetó los muslos internos y los besó apasionadamente, con la lengua acarició mis labios vaginales, luego los envolvió entre su boca y los chupó como si fuera la más deliciosa fruta. Luego con sus manos abrió los pliegues de mi vagina e introdujo la punta de su lengua en mi interior. En ese momento me estremecí, gemí fuertemente y le decía cosas como: -Asssi Roberto, assi!-, -qué rico, ayyy-
-Quiero que termines en mi boca!- me dijo con voz casi inaudible debido a que su cara estaba entre mis piernas. No lo hice esperar mucho tiempo, un nuevo torrente de jugos íntimos llenaron mi vagina, Roberto los recibió con su boca, luego levantó un poco su cara para que yo le pudiera ver sus labios llenos de mis juguitos. Luego de eso buscó otra vez mis senos y los mamó ahora con fuerza, prensando mis pezones entre sus labios y pasándoles la lengua por adentro de su boca. Sentí una corriente eléctrica atravesarme el cuerpo. Ya estaba lista desde hace rato para ser penetrada!.
El se subió en mi, quedó entre mis piernas, su verga jugo un poco con mis labios vaginales friccionándolos contra ellos. Colocó su verga entre ellos y…
se retiró!!... Roberto se levantó de sobre mi, se sentó y me dijo que no podía hacerlo!, se imaginan eso?. Yo lo tomé por mal lado, me senté en la cama, recogí casi llorando mis ropitas y antes de salir me voltee llorando y le dije: -No soy muy buena para ti, verdad?, -No quieres tener nada con alguien como yo..verdad?- -Ojala me hubieran matado esos tipos!!- y Salí corriendo de allí, no me detuve a pesar que el me llamaba repitiendo mi nombre. Me lancé a la cama no sin antes echarle pasador a la puerta de mi habitación, y seguí llorando.
Con el llanto no me percaté que el salió detrás de mi, llegó a mi cuarto pero lo encontró con llave, fue corriendo a su cuarto por los duplicados, regresó entró, yo estaba boca abajo aún desnuda con la cara en la almohada. Se acercó y se sentó en la orilla de mi cama. –No seas tontita Betty, te deseo mucho, estoy loco por ti, pero no puedo ofrecerte nada y lo sabes, no quiero hacerte daño!-, yo seguía llorando..
Luego de decir esto, hubo una pausa…luego sentí que él me acariciaban las nalgas delicadamente, luego sentí sus labios lamiendo y chupando cada espacio de mis glúteos, se deslizó entre ellas y lamió mi culito virgen, lo olió y lo lamió lentamente, en ese momento cambie el llanto por los gemidos nuevamente, era delicioso lo que me estaba haciendo. Después que se lo comió todo, tomó y metió un cojín debajo de mi vientre para elevar mi trasero, luego metió otro, mi trasero estaba bien levantado, se colocó detrás de mi, nuevamente entre mis piernas, solo que ahora yo estaba boca abajo, su verga se abrió espacio entre mis labios vaginales y luego entre mi vagina separando sus húmedas paredes. Jadee cuando me sentí penetrada, nuevamente ya estaba muerta de excitación, le pedía entre sollozos que me la metiera toda, que quería ser suya. Eso hizo. La incrustó lentamente hasta el mismo fondo de mi intimidad, que pensé que me topó al final del camino. Luego con fuerza me bombeo su enorme y dura verga apoyándose de mis nalgas, sus movimientos eran profundos, se subió encima de mi sin rozarme, para tener mejor colocación y acelerar sus pistonazos y para obtener una mayor penetración en mi vagina. La cama se balanceaba mientras me cogia rico mi amado Roberto. Nuestros cuerpos se fusionaban y se volvía uno solo.
Sus movimientos de cintura arrancaban gemidos de mi boca, me sentía realmente llena y penetrada. Mientras se deslizaba dentro de mi sin cesar, me besaba la espalda y mi cuello, yo quería que esto no terminara nunca. Quería que se mantuviera todo el tiempo dentro de mí. Me tomó ahora de los hombros sujetándose de ellos mientras me embestía con golpes secos, ya a un ritmo salvaje. Su vientre topaba con mis nalgas produciendo un ruido seco en cada penetración. Alcancé mi tercer orgasmo de la noche. Mordí las sabanas de mi cama para no gritar. El al ver mi venida me folló más duro para que fuera más intenso el placer.
Después de un rato en esta posición, Roberto me la sacó y me pide que me voltee, ahora estoy boca arriba, se coloca sobre mi, lo recibo entre mis piernas abiertas, tal y como estuvimos en su habitación, dirige su verga hacia mi panochita y me la ensarta de nuevo, su verga esta muy erecta y es gruesa pero estoy lubricada en exceso y m coñito se la come sin problemas. Su miembro recorre todo el canal de mi vagina y se detiene cuando esta completamente adentro de mi. Yo me aferró a él, mis pechos se restriegan contra su torso y mis piernas le rodean la cintura para sentir su verga en lo más profundo de mi vagina. El se mueve frenéticamente y yo ayudo dando cintura, nuestros cuerpos se friccionan, en pocos minutos estamos transpirando y gotas de sudor se presentan en la frente de Roberto. Finalmente entre quejidos, siento que su verga me moja toda por dentro, su verga palpita como si fuera un corazón dentro de mi coñito, lo siento cuando expulsa esperma caliente. Roberto me da varios bombeos más, hasta que se detiene.
En unos segundos se incorpora, nuestras bocas se unen en un húmedo beso, el sigue moviendo su cintura, siento que su verga aún está erguida dentro de mi intimidad. Finalmente se desprende de mi cuerpo y se coloca boca arriba en mi cama, me indica que me suba sobre él, mientras lo hago busco su boca y le pongo mis pequeños senos en ella, el las chupa casi mordiéndolas, yo me monto sobre su verga y dejo que se hunda dentro de mi coñito, no es necesario meter las manos ya que mi bollito está lubricado y muy dilatado. Luego de metérmelo todo, comienzo a galoparlo con movimientos suaves, siento su verga gruesa perderse hasta el fondo. Empiezo a sentir que me embarga la excitación otra vez, cuando me estoy moviendo encima de él. Roberto ayuda levantando su pelvis para ensartármelo todo, cada levantón me saca gemidos de pasión.
Seguimos cogiendo por varios minutos, cuando siento que estoy llegando a mi nuevo orgasmo, el se dá cuenta y acelera sus movimientos de pelvis, tratando de hacerme llegar y acelerar la llegada de su propio clímax. Los dos explotamos casi al unísono, nuevamente me llena mi bollito de leche, yo sigo moviéndome para exprimirle hasta lo último. Fue exquisito!.
Nos quedamos un rato abrazados en mi cama, luego se pone de pie, me da un besito en la boca y se retira. Antes de salir me dice que soy única!.
Aunque hubiera deseado repetir semejante encuentro, no tuvimos tiempo, ya que mis vacaciones se terminaron a los tres días de esto. Regresé a mi casa repuesta, pero triste por dejar a Roberto.
Las semanas siguientes nos seguimos comunicándo por teléfono o por correo electrónico. Yo no dejaba de decirle que me hacía falta y que lo extrañaba. El me decía lo mismo.
Pasaron cinco largos meses, yo ansiaba llegar a las vacaciones para poderme ir a la ciudad adonde la tía Rosario y a los brazos de Roberto. En mi cumpleaños número 18, Roberto y yo lloramos por teléfono. El me dijo que ya no sentía nada por mi tía y que yo era su amor, pero que me dejaba libre para elegir lo mejor para mi.
Ese día por la noche terminé en la discoteca con varios amigos. Pero no me sentía bien alli. Salí a tomar el aire, habían muchas parejas afuera, bebiendo o pasando un buen rato. De pronto que un vehículo se acerca a donde estoy, se detiene. El conductor baja el vidrio de mi lado y me dice: -Me la puedo robar un momento?-
Volteo rápido, la voz es conocida..es Roberto!!
Me subo rápido nos abrazamos y nos besamos efusivamente. Arranca y durante el camino me dice que se ha separado definitivamente de mi tía. Que hoy firmaron los papeles de separación, y se inició el trámite del divorcio. Yo muy feliz lo abrazó y casi lo ahogo con los brazos. Me lleva a un motel cercano y entramos.
El me dice que me quiere desvestir, le digo que soy suya. Esto es un sueño!. Me quita la ropa lentamente disfrutando cada pieza que me saca de mi cuerpo. Ya desnuda me lame todo el cuerpo, recreando aquel delicioso día. Se come mis pies, mis muslos, devora mi panochita completamente, ensalivándola y chupándola toda y luego, me penetra duro entre besos y caricias. Me embiste profundamente, yo jadeo y le pido que no acabe nunca. Sigue cogiendome con pasión y fuerza. Después de un rato me pide: -Quiero ser el primero en tu hoyito más pequeño!-, yo entiendo lo que me dice: -Es solo tuyo y quiero que seas el primero allí!- respondo.
Me voltea, me pone en cuatro, abre mis nalguitas coloca su verga y me coge por el culito sin piedad, siento su enorme verga desflorar mi ano y meterse hasta mis intestinos. Se mueve hacia adentro y afuera. A pesar del dolor siento rico su miembro dentro de mi, sobre todo cuando lo mueve adentro. Yo le digo entre gemidos, que no pare de cogerme por mi culito. El lo hace con fuerza, penetrándome hasta que sus cojones chocan con mis nalgas repetidamente. Mi agujerito es tan estrecho que en pocos minutos me echa su lechita adentro. Mi culito ya le pertenece también. No se cuanto tiempo estuvimos en el cuarto del motel, pero si sé que cogimos como nunca, difícilmente llegaremos a igualarlo. Por primera vez le mamé la verga y me gustó, además le pedí que terminara en mi boquita, su semen saladito fue tragado por mi garganta. Fue la primera vez de muchas más.
Ahora tengo 21 años, Roberto tiene casi 37, estamos muy felices juntos, él esta mi lado en este momento y me ayudó a escribir esta historia colocándole cosas que yo no me acordaba. El esta acariciando mi estomago, porque tengo un embarazo de seis meses..y esta muy orgulloso de ser el padre.