Marina y yo tenemos muchas fantasias,a medida que podemos las vamos realizando.-
Nuestras fantasías generalmente son sobre el hecho de que ella coja con otro hombre delante mio.
Muchas veces habíamos comentado lo que ambos veíamos en el subte de la ciudad de Buenos Aires, donde sucedían cualquier cantidad de cosas. Un día ella aceptó ser el motivo de excitación de algunos hombres en el subte. Fue a mediodía cuando el subte se encuentra en horas pico, lo abordamos en la estación Catedral con dirección a Primera Junta,Marina llevaba un vestido blanco corto, con una abertura como la que tienen casi todos los vestidos en la parte baja de atrás, sólo que esta abertura era un poco mayor que las otras, llevaba también zapatillas blancas y toda su ropa interior del mismo color incluyendo el liguero. El vagón no iba demasiado lleno en un principio y ella se colocó delante de un hombre como de unos cincuenta años a una distancia bastante prudente y yo enfrente de ella, ya para la estación C.Pellegrini había subido una buena cantidad de gente, por lo que ella poco a poco fue quedando cada vez más cerca de aquel hombre y yo por mi parte me acercaba aún más a ella con la intención de que el contacto se produjera lo más pronto posible, lo que sucedió antes de llegar a la siguiente estación, ella me indicó con un gesto que sus nalgas ya habían hecho contacto con el hombre que se encontraba detrás de ella. Él se notaba un poco nervioso dado que sabía que ella iba conmigo. Al saber que ya había contacto, me pegué más a Marina con lo que inevitablemente sus nalgas ya empezaban a presionar la verga de aquel hombre, en un momento dado, ella abrió lo ojos en una forma que desmesurada y ahi comprendí que su posición en relación con él había empezado a surtir los efectos naturales en cualquier hombre, ella me confirmó que no sólo se le había parado la verga sino que también sentía cómo él mismo la movía como queriéndole dar unos golpesitos en las nalgas, esto me hizo que me calentara muchísimo, para completar el cuadro, el subte se detuvo en San Jose un buen rato y ahí estábamos, yo súper caliente acariciando discretamente la conchita de Marina sobre el vestido y un hombre completamente pegado a sus nalgas indicándole con los movimientos de su verga que lo tenía bien excitado. En eso estábamos cuando el subte reanudó la marcha, entonces empecé a ver que aquel hombre hacía discretos movimientos con su mano derecha más o menos en dirección donde estaban las nalgas de Marina, ella abrió nuevamente más los ojos cuando me dijo muy bajo: me está tocando con el dorso de su mano, a lo que sólo respondí con una sonrisa, en esos momentos la tomé de la cintura y discretamente le subí un poco el vestido, creo que en ese momento el hombre entendió que podía continuar sin ningún problema, debido a la abertura del vestido, pronto quedó franca la entrada a las partes íntimas de mi esposa por la parte posterior, en determinados momentos veía al hombre quien estaba súper excitado y como que no dando crédito que yo estuviera permitiendo que le metiera mano a ella, ahora él ya había metido su mano por la abertura del vestido y dado que el fondo que llevaba también estaba abierto de esa parte, lo que encontró de inmediato fueron sus piernas ya directamente sobre su piel ya que había rebasado la parte que cubren las medias, y sólo unos centímetros más arriba su bombachita que era de nylon con encaje en las orillas, después Marina me comentó que en esos momentos le estaba agarrando totalmente las nalgas con toda la mano y que efectivamente había notado el liguero metiendo de vez en cuando su mano por el tirante y también en ocasiones por las medias.
Lo que más me gustaba era que mi amiga estaba disfrutando de eso. Nuevamente el subte se volvió a detener ya no sé en qué estación y en ese momento noté que él quitó su mano de las nalgas de mi Marina para concentrarse en colocarle el tremendo bulto que ella sentía aún dentro de su pantalón exactamente en medio de sus nalgas, vi su mano a un lado de la cadera de mi amiga sujetándola y apretándola hacia él para que sintiera absolutamente toda su erección, yo facilité las cosas apretándome contra Marina y ahí estábamos los dos haciendo sentir a mi amiguita dos vergas súper dispuestas a satisfacerla en todo lo que ella quisiera.
En esa posición nos fuimos el resto del trayecto y al llegar a la estación Primera Junta, que es donde nos teníamos que bajar, le acomodé el vestido a Marina, y viendo él que íbamos a bajar, le dio un buen apretón de nalgas a mi amiga y se bajó en esa misma estación. Una vez fuera de ahí nos abordó y con mucha educación se presentó mencionando que estaba seguro que lo ocurrido no había pasado desapercibido por nosotros, y que era la primera vez que a él le pasaba algo semejante, que éramos una bonita pareja y que si ahí quedaba todo estaba muy bien pero que si más adelante podía contactar con nosotros le daría mucho gusto (claro cómo no iba a darle mucho gusto volver a agarrarle las nalgas a mi amiga y ponerle su verga y tal vez hasta llegársela a coger), me dio su tarjeta y quedamos de comunicarnos en posterior ocasión. Se despidió de mí con un fuerte apretón de manos y de mi esposa con un beso en la mano, que más bien creo hubiera querido dárselo en medio de las nalgas aunque fuera como la tuvo unos momentos antes: sobre su bombacha.
El que quiera vivir esta experiencia con Marina,escribanme.