Hoy cocinamos
( Relatos Heterosexuales )
Apoyó sus manos grandes sobre sus suaves rodillas de princesa. Él, como todo un caballero, endureció y estiró la lengua tanto como pudo, lo suficiente como para darle una lamida de punta a punta a su excitada vagina que lloraba de placer, ella se estremecía ante el placer. Luego, él, como caballero que era, volvió a estirar y endurecer la lengua y la penetró con esta en la vagina e introdujo su dedo índice, por completo, en el ano de la señorita que gimió, gimió, y gimió. Luego, él se recostó en la cocina, sobre las hornallas, ella que estaba sobre la mesada, donde se dejan secar los platos, bajó a tierra y mirando a los ojos, le abrió el botón del jean, se arrodilló dejando de mirarle a los ojos, el pene ya se dejaba mostrar tras el jean, ella le bajó en cierre muy lentamente, bajó ese molesto pantalón hasta los talones, él se encargó de terminar de sacárselos, los pateo tan lejos como pudo, sus interiores mostraban la excitación, ella frotó con la palma de su mano esa super! ficie enorme, que, estirada para arriba, vencía los interiores y veía la luz. Ella sabia aprovechar los momentos. Pasó la lengua, mirándole a los ojos, sobre eso que se escapaba de los interiores, los ojos de él lloraban de pasión. Ella abrió la heladera… no había mucho, tomó el licor de chocolate con almendras, le dio un trago del pico, le convidó también a él, que luego de un buen sorbo, dejó caer licor en su pecho, ella a la vez pasaba su mano esparciendo el licor a cada centímetro de su cuerpo, ella se paró y lamió los pezones de él llenos de licor, lamió todo el torso, estiró la mano a través de sus abdominales, el ombligo, hasta meter la mano en lo mas profundo de su sexo, bajó sus interiores hasta las rodillas, él completó la tarea de tirarlos lejos, mas licor en las bocas, el pene estaba mas tieso que siempre, duro, erecto, parado, despierto. Ella tomó el licor y se lo esparció con la mano sobre el pene, acarició la puna llena de licor, él lloraba de placer, el! la volvió a arrodillarse, tomó en cuerpo del pene con la mano derecha y se lo metió en la boca, con la saliva y la lengua hizo un juego fantástico que hizo que él cayera en éxtasis, así estuvieron un rato, ella metiendo y sacando el pene de su boca, dejando jugar la lengua en esa punta, limpiando el dulce licor del miembro. Él la sentó en la hornalla y metió con prisa su pene en la vagina y aceleraron como pudieron. Ruidos, ruidos, no escucharon ruidos, era el otro, otro otro, que andaba por ahí, el otro llegó a la cocina y vio, ellos en éxtasis también lo vieron pero no dejaron de hacerlo, el otro se bajó solo los pantalones y lo interiores, se sacó la camisa, se arrodillo sobre la mesada y colocó su pene todavía flácido en la boca de ella, pronto este pene fue mas rígido que cualquier otro.
Minutos después ambos hombres eyaculaban con perfecta precisión en la boca de la beneficiaria del producto lácteo, el esperma salía como si fueran mangueras, la cantidad ya sobrepasaba la normal y no se detenía, ella debió abrir la boca, es que tenía demasiado semen en la garganta y no lo podía tragar mas, mientras los penes seguían eyaculando y eyaculando, pronto los hombres, a pesar del gran placer de no poder parar de eyacular, comenzaron a extrañarse, algo no andaba bien, no paraban de eyacular, mientras tanto ella exprimía sus penes bañándose de esa pastosa bebida, pero no paraban de eyacular, comenzó en los hombres de pronto el dolor, no paraban de eyacular, sus penes se tornearon violetas y sus testículos se endurecieron como rocas marrones, no paraban de eyacular y el semen se esparcía por el piso, ella se asustó comenzó a gritar, ellos lloraban de dolor, no paraban de eyacular, pero de pronto paró.
El semen había dejado de salir pero sus penes continuaban tiesos, ambos hombres se miraron, ella los miraba a los dos, ambos hombres miraron sus penes violetas que comenzaban a inflarse, no a erectarse, a inflarse, a inflarse, mas y mas inflados, ella volvió a los gritos, ellos también gritaban, gritos, gritos, hasta que sus penes estallaron en la cocina bañando todo de semen, sudor, y lagrimas.
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