EL PLAFON
( Relatos Heterosexuales )
Casi siempre recuerdo este momento, son momentos muy especiales, reconozco que mi vida ha estado llena de aventuras sexuales, solo con mujeres que en ese momento me robaron la pasión. Hoy les comparto una de esas aventuras que viví. Recuerdo que era el año de 1991, habia conocido una nena que me volvio loco, rubia, su piel blanca, mediana estatura, nalgoncita y tetona, justo lo que el médico nos recomienda. Llegaba a su casa casi todas las noches, recuerdo que para estar en la sala de su casa nos turnabamos con la hermana y su novio,pero cierta noche, despues de tantos calentones y rosarnos nuestros miembros, ella me llevo dentro y subimos una pequeña escalera que conducia a un techo de plafon donde ellas colgaban la ropa despues de lavarla. era de noche, nos alumbraba la luz de la luna y una lámpara que estaba en un poste de la calle, estabamos abrazados y excitados, nos tapaba la ropa colgada, comenzamos a tocarnos, mi locura son las tetas grandes, comenze a comermelas, no saben la pasion que desborda dentro de mi el tocar y besarlas, ella comenzo a gemir, nos quitamos la ropa, se pone de rodillas y comienza a mamarme el pene, a succionar, a morder, lo acariciaba tan fuerte, me masturbo tanto que solte mi leche de un sólo y pense que era el final, pero ella seguía en su afán, no me podía qiuedar atrás, la sente en la silla, abri sus piernas, vi su vagina limpia, sin ningun pelo, se veía rica, sabrosa, le dije " hoy te toca a tí " recuerdo ese aroma de su intimidad, era muy agradable, con mi lengua comenzé a lamer su clitoris, ella gemia a cada lengûetazo que le daba, con pequeños mordiscos la hacia extremecerse, apretaba mi cabeza con sus pierrnas, jalaba mi cabello tan fuerte que dolía, ella decia " sigue, quiero más, " movía su cadera llena de lujuria, llena de deseo, de pronto se puso de pie, se tumbo boca a abajo, paro sus nalgas hacia mi, exclamando " ahora cogeme por el culo, quiero sentir dentro de mi ese miembro que todas estas noches me ha hecho soñar despierta " era la petición más lujuriosa que me había hecho, ni lento ni perezoso le complací, ese momento era espectacular, veía esas nalgas clamandome, suplicandome, ponga mi pene a la orilla de su ano, no sabía como seguir, si con delicadesa ó de la forma más bruta y animal que todos los hombres llevamos dentro, pero me decidi por ser delicado, llegue hasta el tope, el sonido que hacia sus nalgas y mi pubis eran tremendos, el sudor comenzo a bajar por mi cuerpo y a mojar las nalgas de ella, ella trabajaba afanosamente por disfrutar mi pene, por venirse por segunda vez, yo solo veía su espalda, sus nalgas mojadas de sudor, tenía un paisaje hermoso, esas caderas bien formadas, ese vaivén de sus nalgas, adelante y atrás, perdímos la noción del tiempo, vino lo inesperado, volví a terminar. Las caricias volvieron a excitarnos, eramos dos locos, si esa silla hablara, contaria todo lo sucedido, las noches siguientes, Cada noche era una aventura, inventabamos posiciones, juegos, cada noche era especifica, desde solo sexo oral, hasta el anal, recuerdo que salia de su casa ya llegada la medianoche, aún al despedirnos ella buscaba mi miembro para acariciarlo, Loo que ella no me habia contado es que sus padres estaban preparando un viaje para todos ellos, se iban del país para siempre, se ve triste el final pero fue rico lo vivido.
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