Ella es una mujer un año mayor. Cuenta con 32 años. Aunque físicamente no la conozco por carecer de la vista, trataré de describirla según mi imaginación.
Ella es de mediana estatura, cabello largo hasta los hombros. Manos delgadas y brazos medianos. Color de ojos… Mmmmmmmmm… no sé. Nariz respingada, labios delgados y pequeños. Unos pechos medianos, pero bien firmes y redondos, coronados con unos grandes pezones. Complexión delgada, una cintura de aproximadamente 60CMTS. Un abdomen plano y unas nalgas bien proporcionadas. Su vagina coronada por poco vello púbico, unas piernas gruesas con una piel tersa de pies a cabeza.
Bueno, aquí comienza mi relato.
Resulta que fuimos a trabajar fuera de la ciudad. Al terminar nos hospedaron en un hotel y estábamos en la misma habitación, dado que el hotel estaba bastante lleno. Siempre acostumbro llevar mi laptop para entretenerme en ciertos días de estrés. En cuanto llegamos a la habitación ella se metió a ducharse. Yo mientras la esperaba me puse más cómodo. Saqué mi laptop para supuestamente jugar. Pero en eso me acordé de que ella estaba en la ducha y me dio por revisar la carta erótica que le había escrito desde hace tiempo y que nunca se la mandé por obbias razones, dado que siempre la he deseado y mil veces me he masturbado pensando en ella y en lo que les seguiré relatando.
Yo estaba algo avergonzado de que ella me pillara leyendo esa carta, pero a la vez excitado del momento en que me encontraba. Tan excitado estaba leyendo el documento que no me percaté de que había salido de la ducha. Hasta que de repente me dijo. –Oye, si gustas ya desocupé el baño para que te duches. –Claro que sí, muchas gracias.
Me apresuré a entrar al baño para ducharme. Una vez dentro, en plena ducha recordé que había dejado la computadora encendida y con la carta abierta a la vista de sus ojos. Sentí un gran temor de que todo fuese a salir mal con mi compañera, dado que ella es casada y yo me atreví a escribirle toda una escena sexual. Pero me reconforté y excité pensando en que la leería. Y así fue.
Detuve la ducha por un momento para saber qué ocurría afuera. Para mi sorpresa, escuché algunos jadeos que salían de su hermoso color de voz. Esto me empezó a poner a mil, dado que siempre había deseado escuchar eso de su voz. Rápidamente deduje que estaba leyendo la carta y comenzaba a excitarse. Ya tenía la sartén por el mango.
Al escuchar sus jadeos, comencé a masturbarme suavemente pensando en que ella se metería a la ducha conmigo, pero ella ya se había bañado, era totalmente ilógico. Yo estaba tan excitado que no me daba cuenta de nada. Hasta que escuché el click de una cámara que provenía de su cel. Entonces pensé: Cuantas fotos le ha de haber tomado a mi miembro y yo ni cuenta me daba. Eso lejos de avergonzarme me excitaba aún más. Pero ella es muy discreta y se retiró de la puerta sin reparo alguno como si no hubiese pasado nada.
Yo terminé de ducharme muy excitado, pero traté de no ser tan obbio para no arruinar las cosas. Salí del baño incluso vestido.
Entonces ella comenzó la conversación como queriendo convivir conmigo y conocerme más a fondo. Haciéndome preguntas acerca de mi vida como invidente. Mis respuestas le parecieron muy interesantes.
Al cabo de unos 20 minutos, empezó a tenerme más confianza y yo por supuesto logré esto con la seguridad que le estaba brindando. Dado que casi siempre nuestras conversaciones se tratan sobre el trabajo.
Empezó a preguntarme cosas como. –Oye: ¿Cómo es que me imaginas físicamente?. Le conté toda la descripción antes mencionada. Claro, solo describí sus partes más comunes. Entonces ella me dijo: -Aaaahh qué imaginación tienes!. Yo: -La verdad es que suelo no coincidir en las descripciones físicas jeje. Ella: -Bueno. Y como hombre que eres: ¿Cómo te imaginas mis partes de mujer?. Esta pregunta me dejó por dentro con la sensación de palpitaciones, dado que siempre quise que fuera el rumbo por ahí.
Entonces me controlé para poder describirla sin desbordar mi excitación antes de tiempo. Ahora sí la describí como ya mencioné anteriormente. Y en eso me preguntó: ¿Y quiénes han sido o son tus fantasías sexuales?. Le dije: -Siendo honesto. Una de mis fantasías más excitantes… Este… Disculpa si soy directo. Pero esa fantasía muy excitante eres tú. Ella: - Enserio?. Yo: -La verdad que sí. Ella: -Y qué es lo que te excita de mí. Yo: -Lo primero que me excitó de ti es tu color de voz hermoso y porque tiene algo de sensualidad.
Y me hace imaginar cosas que creo que ya leíste. Entonces me dijo: -Aaaaaahhhhh con razón como que tú me estabas ocultando algo verdad? Yo solo solté una risa algo ingenua pero mezclada con seguridad. En eso me hizo la más excitante invitación a tocarla, cosa que me excitó bastante. Y más aún que me lo dijo con voz sugestiva: -Te gustaría tocarme para que me conozcas mejor?. Yo: -¡Encantadísimo!. Comencé a tocar su cuerpo con atención, sintiendo cada parte y concentrándome en cada una de ellas para así memorizarlas. Entonces me dijo: -Ya tocaste mi exterior. Ahora si quieres conocerme bien, me quito el vestido para que sientas mi piel. Yo accedí gustoso y sin podérmelo creer. Toqué su piel tersa, sus hombros delgados y su espalda. Al tocar su piel, me la imaginaba cómo se sentiría en sus partes sexuales.
En eso se quitó el sostén para dejar al descubierto sus pechos que tanto he querido tocar y lamer. Entonces ella me dijo: -Sabes algo? Yo: -Qué cosa?. Ella: -La verdad es que siempre quise hacer el amor contigo. Esa carta que escribiste sobre mí, y esa escena sexual me excitó bastante. Tanto así que cuando te estabas duchando fui a espiarte. Y vi cómo te masturbabas mientras escuchabas mis jadeos. Por eso los di fuerte para que tú los oyeras. Y yo al igual que tú, me he masturbado pensando en ti y soñando también con este momento. Cómo veeeez?. Yo: -La verdad no me lo puedo creer que me digas todo esto que tanto he deseado escuchar de tu voz. Ella: -Toca mis tetas. Siéntelas, chúpamelas. Son todas tuyas. Yo: -Oye: ¿Y no se enterará tu esposo de que estás conmigo en estas circunstancias?. Ella: -Lo que hagamos aquí se queda sale?. Yo: -Por supuesto, prometo ser discreto y no contarlo a nadie. Ella: -Entonces tócameeeee, aaaaahh!!!.
Comencé a besarla con pasión. Ella abrió su boca para que mi lengua se encontrase con la suya. Proseguí tocando su piel algo descubierta, sintiéndola con tanto placer. Rodeando su espalda y sus pechos. Comencé a chuparlos para embriagarme con sus pezones. Tanto ella como yo lo estábamos disfrutando, dado que ella ya los tenía totalmente erguidos. Durante ese acto ella me decía con voz jadeante: -Asíííííí, chúpameeee, me encaaaanta.
Seguí chupando y lamiendo sus pechos, rodeando con mis manos sus enormes nalgas aún con su ropa interior. Después toqué su vagina sobre su calzón (dado que ella no usa bragas). Me percaté de que su calzón ya estaba empapado de sus jugos sexuales. Procedí a bajárselo para dejarla completamente desnuda. La acosté boca arriba. Acerqué mi cara a su vagina para aspirar su olor tan delicioso. Ella al ver mi aproximación me dijo: -Huélela, chúpame papi. Aaaaaahhh. Ella aprisionó mi cabeza contra su vagina para que la chupara profundamente. Qué olor desprendían sus jugos que emanaban de su manantial. Yo ebrio de placer me estaba deleitando con su sexo. Comencé a lamer su clítoris el cual ya se encontraba erecto. Después metí mi lengua en su rajita, mientras ella emitía sus preciosos jadeos y gemidos de placer. Hasta que su cuerpo empezó a vibrar con motivo de su primer orgasmo. Yo bebiéndome y bañando toda mi cara con sus jugos que salían de su vagina y lamiéndola sin dejar rastro alguno.
Después ella me empezó a tocar el miembro sobre mi pantalón, el cual ya estaba erecto. Me desprendió rápidamente el pantalón para tocarlo con más detalle. Al quitarme la trusa me dijo: -¡Qué grande lo tienes y qué grueso! ¡Mmmmmmmmm! ¿Puedo?. Yo: -Por supuesto. Chúpamelo, te lo suplico. Ella comenzó a recorrer mi verga con suavidad, deleitándose con su textura y yo disfrutando sus caricias que tanto he deseado con esas manos delgadas y temblorosas de excitación. Acercó su cara hacia mi miembro. Yo sentía su pelo largo rosar mis testículos. y comenzó a lamerme el glande que ya tenía líquido de lubricación y lo degustó todo. Recorría mi pito con su lengua de arriba abajo. Esto estaba haciendo correrme antes de tiempo, pero traté de concentrarme más en su lamida que era bastante deliciosa.
Hasta que se introdujo mi verga en su boquita. Me estaba haciendo una mamada espectacular y ardiente. Los chasquidos de su boca me ponían cada vez más a mil.
Ella bañaba con saliva toda mi verga, agitando su cabeza disfrutándola hasta embriagarse de placer. En eso se acomodó en 69 y los dos nos chupábamos nuestro sexo totalmente excitados. Yo tocando sus nalgas que se encontraban encima de mi cara acariciándolas con toda atención y placer, mientras ella seguía mamándome y agitando su cabeza y yo sintiendo caer sus pechos sobre mi abdomen. Después, ella se puso de lado e hicimos el 69 ahora de costado. Ambos teníamos al alcance nuestras nalgas. Ella encerraba mi cara en su entrepierna para someterme con sus jugos sexuales y yo haciendo lo mismo por igual. Continuando con el sexo oral ella se cambió de posición sentándose sobre mi cara con su vagina frente a mi boca. ¡Qué delicioso se sentía su pubis en mi boca!.
En eso estábamos hasta que ella deseó ser penetrada y me dijo con voz entre cortada: -Méteme tu pito papiiiii. Hazme tuya. Quiero sentirte dentro de mí. Yo no sabía si estaba soñando o lo estaba viviendo. Todo era un encuentro sexual envidiable. La penetré con facilidad, dado que su lubricación permitió que mi pito se deslizara sin algún impedimento. Ella comenzó a decir: -Asíííí papiiii. Ahh, Ahh, aaah, aaahh,aaaaahhhh,. Al fin pude escuchar y embriagarme con su cuerpo y sus gemidos tan sugestivos que tantas veces imaginé.
Después me acomodé con la espalda recargada en la pared, sentado y con mis piernas extendidas. Y ella se sentó en mi pito el cual desapareció nuevamente en su cueva. Era toda una maestra cabalgando. Se sentía tan rico su cabalgar que yo estaba al borde de la excitación, escuchando cómo sus nalgas chocaban en mis muslos. ¡Qué delicia!. Ella volteó a ver mi cara de éxtasis y me preguntó: -¿Te gusta papiiiiihh?. Yo: -Me encanta. Eres como un sueño hecho realidad. Sigué asíííí siiiiiii, aaaaaahhhh!.
Ella se volteó para cabalgarme de frente. Yo tenía al alcance sus pechos que podía tocar con mis manos, dado que por el frenesí con que se movía, no los podía alcanzar con mi boca. Sus pechos se movían al compás de su cabalgar tan delicioso, a la vez que sus gemidos me excitaban cada vez más. Después bajé mis manos hacia sus grandes y hermosas nalgas para sentir el movimiento de sus contracciones.
Después de probar más y más posiciones, decidí penetrarla por el ano. La puse a gatas y ella inclinó su cabeza hacia la almohada para así mostrarme sus dos orificios y su culo en todo su esplendor. ¡Qué delicioso banquete me estaba dando!. Introduje un dedo en su ano para facilitar la penetración, mientras la penetraba en su vagina y sujetándome de su hermoso y majestuoso culo. Hasta que por fin pude penetrarla y ella comenzaba a gritar de placer diciéndome: -Aaaaaayyyyyhh papiiiiiiiiihhhh! ¡Qué rico está tu pitoooooohhh! ¡Aaaahhhh, aaaaaaaahhhh, aaaaahhhh, aaaaahhhhh.
Yo metía mis dedos en su vagina empapada jugando también con su clítoris para darle más placer. Y con mi otra mano le tocaba uno de sus pechos jugando con su erguido pezón. Hasta que no pude más y le dije: -¡No aguanto mááás! ¡Me voy a veniiirhh!. Ella: -¡Siiiiiiihhh papiiiihhh, quiero que te vengas en mi bocaaaaahhh!.
Me empecé a vaciar como nunca lo había hecho dentro de su boca acomodados en 69,terminando ambos con un delicioso orgasmo, completamente bañados con nuestros jugos sexuales. Ella degustando mi semen, el cual se impregnaba en su cara a la vez que lo degustaba. Y yo disfrutando de su delicioso néctar proveniente de su vagina, el cual se sentía pegajoso y caliente. Tenía un olor exquisito y un sabor fuerte pero delicioso. Así nos quedamos exhaustos dándonos un beso con toda complicidad.
Después de ese descanso, retomamos una vez más nuestro encuentro sexual. Así seguimos por horas hasta que nos quedamos completamente dormidos.
Ya no he vuelto a repetir desde esa noche el encuentro con ella. Pero fue tan excitante que me quedó marcado para recordarlo con mucho gusto y placer. Tan agradable y excitante fue ese momento, que sin que ella se diera cuenta, decidí capturarlo aunque sea en audio, ya que videos no puedo ver ni hacer. Ahora mi fantasía ya tiene algo mucho más en concreto. Aún no le dejo de hacer honores dedicándole varias de mis pajas. Si antes era la mujer que hacía más intensos mis orgasmos, ahora los hace todavía más.
Los relatos más fantasiosos son los más excitantes. Y precisamente eso fue este relato, una simple fantasía.