Cuando mi tía se quedó conmigo
( Relatos Amor Filial )
Salió el tema del cannabis, si estaba bien legalizarlo como está ocurriendo, cuando le dije que me parecía muy bien. Ella opinó lo mismo y dijo que fumaba. Nos reímos y le dije que no le creía. Me fui para adentro y traje unas flores, tijerita, hojillas y fuego. Riendo le dije que si era verdad que fumaba aceptaría unas caladas, en tal lugar con un día esplendido, ella rió y se sorprendió un poco aparentemente. Armé uno y prendí. Fumamos un rato mientras hablabamos de cosas sin importancia.
Entonces, ocurrió algo inesperado. Me puso la mano en la pierna y dijo que se quería hacer una paja. Yo quedé sin aliento. Al instante, se sentó más cerca, tocándome, y me dio un beso en la mejilla. Dijo "no aguanto mas las ganas", y se aflojó un poco el pantalón, metiéndose una mano por debajo de la bombacha, con la otra mano apoyada en mi pierna.
Yo estaba absolutamente sin habla, parecía haber perdido esa facultad (Es mi tía !!, pensaba). Segundos después, cuando recobré la facultad del habla le pregunté lo primero que se me ocurrió, por que no se iba al baño. "Quiero besuquearte y apretarte, por favor". Diciendo esto se subió encima de mi y me pidió porfavor que la besara, que estaba muerta por mi. Apenas me incliné y ella estaba ya besándome la boca apasionádamente.
Yo sentía el corazón latir tan fuerte que parecía salirme del pecho, a la vez que sentía como me venía un tremendo calor y excitación. No podía creer lo que estaba sucediendo.
Le bajé el swetter y le chupé las tetas. Ella me agarraba el pelo y me decía cosas. Mientras me acariciaba el estómago, se levantó y agachó. Me aflojó los pantalones y me masajeó el pene por encima del calzón. "Dejame chuparte y hacerte una paja, corazón", repetía. Le dije que si y ella me sacó el bicho y empezó a chupar. Lo hacía de una manera espectacular. Iba hasta el fondo y se quedaba allí, jugando con toda su lengua en todo el miembro. Cuando se la sacaba de la boca, me la agarraba desde bien desde la base y me pajeaba. Yo le ponía las manos en el pelo y apretaba fuerte mientras chupaba. A la vez, se metía una mano por abajo de la bombacha.
En un momento nos paramos y ella se puso detrás de mi. Puso ambas manos en la parte baja del estómago a la vez que me besaba una mejilla y la nuca por atrás. Yo me subí el pantalón y los calzones. Preguntó si no quería más y le dije, "no, es solo para que sea mas emocionante". Ella me metió la mano bajo el calzón y me empezó a pajear. Me bajo un poco el calzón y siguió pajándome un poco mas fuerte. Siempre, desde la base sin tocar la cabeza con los dedos, y acaricioándome las bolas con la otra mano, así, era deliciosa esa paja. Luego se puso adelante y me besaba la boca a la vez que me pajeaba desde arriba.
Entonces le dije que parara. La abrazé y le besé la mejilla muchas veces. La tomé de las manos, y la llevé para adentro de la casa, a mi cuarto. Ella daba risitas. Cuando se acostó boca arriba tenía descubiertas las tetas. Luego de abalanzarme y besárselas, sentí su corazón. Me quedé quieto con el oído izquierdo encima de su pecho izquierdo y sentí su corazón latiéndo de forma descomunal. Ella me acariciaba el estómago desde abajo, lo que me produjo un hormigueo más intenso y extremádamente agradable. Nos besamos las bocas mientras ella me acariciaba la espalda.
Entonces, le acaricié el estómago y empecé a bajar. Apreté mi mano por encima de su bombacha. Sentí su vagina caliente y peluda. Mientras le chupaba las tetas y bajaba, lamiendo su estómago, mi mano se fue a por abajo de la bombacha. Ahí sentí en verdad su calor y humedad, bajo su mata de pelos. Me fasinó sentir su vagina en mi mano, mientras ella gemía.
Se sentó en el borde de la cama y se bajó la bombacha hasta la rodilla, a la vez que se sacaba por completo el pantalón. "Dale, probame", decía. Me sumergí en su sexo y sentí su olor, su gusto. Me gustaba tener toda mi cara allí, apretada. Le daba lenguetazos y ella me correspondía con grititos de placer.
Sentí que de seguir así, terminaría metiéndole el miembo por la vajina, cojiéndomela y dejándole la leche adentro. Entonces, sentí un hormiguéo más fuerte y me paré. Comencé a pajearme pero ella se me dio unos besos, al levantarse, y me la agarró desde arriba, pajeándome despacio. Luego se puso atrás y comenzó la mejor paja que sentí en la vida, era perfecto como me la agarraba, pajeaba desde la base, con pasión y amor, a la vez que me decía cosas al oído. "Como te deseo", repetía. Yo estaba por largar la leche, pero le dije que parara. El hormigueo en el estómago se hacía mas fuerte cuando ella me apretaba desde atrás y me acariciaba. Cuando le dije que se detuviera, tuve un climax de hormigueo, a la vez que se me ocurría una idea súbita.
Con voz entrecortada por la excitación y el deseo absoluto, le dije: te quiero hacer la cola. Ella me rodeo por adelante y me besó la boca. Me metía su lengua por mi boca. Entonces, mientras estabamos abrazados, yo le palmeaba las nalgas. Se dio vuelta y quedó con las nalgas apretando la punta de la pija. El hormiguéo iba mas allá de toda proporción. Era una fantasía mía muy deseada. Tenía unas nalgas fuertes y bien formadas, grandes. Yo le apretaba el estómago con una mano; con la otra le acariciaba la peluda vajina, que me estaba volviendo loco; no aguanté y le metí media pija en la vajina. Ella dio un grito de placer. Sentí que no tenía caso cojérmela por la vajina; no era el momento para vaciarme así, pues acabaría adentro seguro. Entonces bajé y le chupé el culo. Lo tenía afeitado, eso me encantó. Me gustaba que se afeitara el culo y no la vajina. Preso de una exitación total y absoluta le metí un dedo en el culo; después dos y finalmente tres. Costaba pero entraron. Entonces fui corriendo hasta la cocina. Agarré una botella de aceite de cocina y lo traje, a toda velocidad.
Ella había sacado condones del bolsillo de su pantalón, que estaba sobre la cama. Me dijo que se había venido preparada pues estaba decidida a cojerme. Yo le dije que no quería metérsela por la vajina aunque me moría de ganas. Mientras hablaba ella se apretaba la vajina con una mano y se daba placer.
Busqué un nylon grande y lo puse en la cama. Acostate que te quiero culear, por favor, le dije. Ella se acostó boca abajo y me dejó con la hermosa vista de su culo grande. Le apoyé el pito el medio de las nalgas y se lo restregué por el culo. Con el pene sobre la raya del culo la abracé, mientras le besaba la nuca y acariciaba el estómago con una mano; con la otra, le metía los dedos en la boca. Yo estaba casi por echar la leche al restregarle la pija por la cola.
Luego me incorporé, sin sacarle la pija de las nalgas, y me la embadurné de aceite. Eché más aceite en los dedos y en el culo, a la vez que le metía los dedos. Ella se pasaba la mano por la vajina y empezó a gemir más; hasta que me di cuenta que ella había tenido un orgasmo.
Le metí la punta en el culo; entró fácil, pero me acordé de los condones. Agarré uno y me lo calzé, embadurné de aceite la zona nuevamente y se la metí. Yo tenía agarrada su cadera con las manos, lo que me daba una sensación de poder. Acostado encima de ella, me la cojí con un placer indescriptible. Luego paró el culo; se puso en cuatro patas. Allí entró mejor aún, hasta el fondo. Sentía la suavidad de su recto. Era absolutamente fasinante. Cuando se la sacaba se tiraba pedos. Al volvérsela a meter, costaba, pero una vez que pasaba, iba hasta el fondo. Le seguí dando un momento, hasta que mi pasión me obligó a sacarme el forro y se la enterré hasta el fondo, llenándole la cola de leche. Ella se acostó, aún con la pija adentro; yo estaba arriba de ella, abrazándola, mientras terminaba de bombear la leche que me quedaba. Quedó todo adentro. Sentía cuando ella apretaba el culo. Nos quedamos así un rato, sin hablar, hasta que se la saqué. Me acosté boca arriba y ella, poníendose encima de mi, me besó de una manera indescriptible. Allí mismo nos dormimos, o me dormí.
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