"Les deseamos mucha suerte a nuestros nuevos líderes en este su viaje final, cuando vuelvan ya serán líderes propiamente dicho, así que a los más chicos les pido que ayuden a sus compañeros porque este viaje ya les tocará a ustedes, ahora despídanse de sus familias y a partir"
Así el grupo de unos cuarenta chicos scouts y los ocho nuevos líderes, cuatro mujeres y cuatro varones, van a despedirse.
-Hija, que hermoso, tantos años -dice una mujer abrazando a una rubia que estaba entre los nuevos líderes.
-Hace mucho que es scout? -Le pregunta otra señora que se despide de un chico que también es de los nuevos líderes.
-Sí, desde los cinco años, pasa que acá es nueva porque nos mudamos a esta ciudad este año pero Anita desde siempre "todos para uno y uno para todos"
-Ay! mamá! Eso es de los mosqueteros de Dumas! -Dice Ana, la rubia en cuestión, evidentemente molesta.
-Sí yo también me confundo y Pablito se enoja. -Dice la otra mujer y el hijo no puede disimular la risa, ni sacar los ojos de encima de la rubia que está muy buena y es muy provocativa, su ropa es más ajustada que la del resto de las chicas, la camisa está más abierta y los pantaloncitos son más cortos.
Suena la bocina del ómnibus y con sus silbatos los líderes ordenan a los más chicos subir y empieza el viaje entre vítores y aplausos de los familiares.
Entre todos se destaca Ana, rubia con el pelo hasta la cintura, 1,70 m, delgada pero con muy buenas formas y sobre todo una actitud provocativa en sus ojos, sus movimientos y esas sonrisitas llenas de picardía rozando la lujuria. Los chicos no podían sacarle los ojos de encima y para colmo los dos líderes mayores que iban para controlar todo pero no intervenían si no ocurría algo especial, estaban muy ocupados flirteando entre ellos y no veían nada.
Llegaron a la granja donde iban a pasar el fin de semana y se separaron las mujeres a una barraca y los varones a otra. Los mayores tenían lugar en la casa principal y la idea era que no intervinieran en nada para ver el desempeño de los nuevos líderes.
Hacía mucho calor así que para aflojar la tensión del viaje la primera actividad era un chapuzón en la pileta, cuando Ana salió de la barraca se quedaron los chicos con la boca abierta, todas las chicas iban con bikini, pero la de ella era ínfima y sabía como lucirla.
Mario, otro de los líderes nuevos le dice:
-Nos vas a matar a todos...
-Te gusta? -dice Ana dando una vuelta y sacudiendo el culo.
-Infernal... -dice Jorge, otro líder.
-Guau!! -dice Pablo.
Las otras chicas se ríen y la dicen
-Viste que son unos babosos. -más risas pero ya salían los demás chicos y se van todos a la pileta pero los chicos se siguen comiendo a Ana con los ojos.
El fin de semana pasó con los juegos y prácticas comunes a los scouts pero marcado por el coqueteo de Ana que histeriqueaba con los cuatro líderes. El domingo al anochecer después de cenar los chicos tenían jugos libres y los líderes fueron a recorrer para ver que no haya nada perdido o fuera de lugar, sólo unos se quedaron controlando a los más chicos.
-Ana, me ayudás con las sogas y las colchonetas que quedaron en la pérgola?
-Umm... Pablito...dónde me querrás llevar? -contesta Ana llena de malicia.
-Vamos... a trabajar.
La pérgola quedaba bastante lejos, al otro lado de la pileta y el quincho, ahí estaban la sogas con que habían estado practicando con los chicos los famosos nudos de scout, en un momento Pablo, jugando con los nudos, le ata una mano a Ana, pasa l soga por una viga de la pérgola y antes de que Ana reaccione, le ata la otra mano dejándola sin llegar a colgar pero con las manos bien sobre la cabeza y separadas como para que no llegue a soltarse.
-Epa... Pablito... A qué jugamos?
-Ya te vas a enterar... pero supongo que después de habernos calentado la cabeza y la entrepierna a todos el fin de semana entero... algo te imaginarás?
-No... así no... soltame!
-No, tuviste el control hasta ahora, de aquí en más la pelota cambió de lado de la cancha.
-Sabés cuanto hace que quiero hacer esto -dice Pablo agarrando los dos cachetes del culo de Ana.
-Pero si es eso lo querés es mejor si me soltás.
-No... tenemos ideas diferentes.
Pablo le suelta el pañuelo de scout que Ana llevaba al cuello, lo dobla y le tapa los ojos.
-No boludo, los ojos no!
-Shhh... ahora soy yo el que domina la situación.
Despacio va soltando los botones de la camisa, el cinturón, las zapatillas, baja el pantalón y lo saca.
-Que es lo qué querés? Coger? Soltame y cogemos.
Sin contestar Pablo acaricia las tetas por sobre el bikini, tira de los nudos y saca el corpiño, besa despacio, muy suave cada uno de los pezones que están duros, turgentes, la situación evidentemente a excitado a la turra de Ana.
Besando toda la panza de Ana, Pablo se agacha y saca la tanga del bikini, besa ese pubis depilado, sube y la besa en la boca y ella naturalmente responde con un beso riquísimo.
-Te gusta putita?
-Si me gusta... dale soltame.
Pablo se arrodilla y le come la conchita y ella enseguida jadea y gime, la lengua recorre toda la entrepierna, desde el único rulito rubio que Ana se dejaba sobre su conchita, hasta bien pasado el agujerito del culo.
-Ay! Sí... seguí.
Pablo se pasa a la espalda y corriendo el pelo de Ana baja lamiendo desde la nuca mojando toda la columna de Ana, al llegar al culo, mordisquea los cachetes duros y redondos, se concentra en la raya, con su lengua muy mojada gira en el agujero y ella chilla.
-Que rico lo haces... no pares.
La lengua se va abriendo paso hasta que ya no es una lamida... le está cogiendo el culo con la lengua y los gemidos de Ana son cada vez más fuertes.
-Si gritás te amordazo también.
-No por favor, no grito, seguí que me volviste loca.
Ahora cambia la lengua por un dedo, dos, con la otra mano pellizca suavemente el clítoris y al sentir que aumenta la humedad de la conchita de Ana, mete dos dedos y siente como se tensan las piernas de Ana, saca y vuelve a meter los dedos y Ana contiene un grito
-Ayyy!... Acabo la puta madre. Y se relajan sus músculos.
-Bien putita, me parece que la vamos a pasar muuuuyy pero muy caliente.
-Si, muy caliente, soltame y cogemos.
-Coger vamos a coger... pero soltarte no... Hay algunas sorpresas.
Pablo se va desnudando y Ana insiste con que la suelte y que pasa, que clase de sorpresa.
Ya desnudo se refriega contra el cuerpo de Ana.
-Hola chicos, veo que no pierden el tiempo.
-Quien es? Quien vino? Soltame Pablo!
-Shhh... tranquila, no es quien sino quienes, ahora estamos todos los que volviste locos de calentura todo el viaje.
-No! Basta...están locos, que quieren hacer. La respiración de Ana está muy agitada.
-Que queremos hacer?... una idea de tu mamá...
-Qué? De mi vieja, Que decís?
-Sí, ella dijo "todos para uno y uno para todos" y eso nos dio la idea: "Todos para Una y Una para todos"
Mientras dicen esto, manos y lenguas recorren todo el cuerpo de Ana de arriba a abajo. Ana quiere protestar pero justo siente una lengua que se clava en su concha y otra en su culo, en lugar de quejarse, suspira.
Pasado unos minutos, la bajan, le terminan de sacar la camisa y atan las manos a la espalda. Así la ponen de rodillas y Pablo, que está siempre primero en la lista por haber sido el que escuchó a la madre de Ana y tuvo la idea, se coloca enfrente.
-Bueno Anita... tu turno. -Y le pone la pija en la boca.
Ana está caliente al máximo así que se la chupa como una profesional.
-Soltame las manos y te lo hago mejor.
-No, a vos te gusta dominar... ahora la dominada sos vos.
Pasan los cuatro por la boca de Ana y se meten entre sus piernas a chupar la concha y el culo, Pablo le dedea el culo y como ya lo vio antes, siente que acaba pero con dos vergas en la boca no puede decir nada. La hace poner en cuatro como pueda, tiene las manos en la espalda, se acomoda y empieza a entrar e Ana, despacio, al llegar al fondo se oyen los gemidos de los dos.
-Cuánto hace que quería esto putita! Qué buena concha tenés!
-No la llenes de leche que queremos pasar todos por ahí.
-No te preocupes, tengo todo el control, desde que la puta esta apareció con ese bikini me la pasé pajeándome.
-Si, como todos, creo que hasta el mayor, jajaja...
Fueron pasando por la concha de Ana y los que estaban ahí, se la daban a mamar.
Cuando Pablo la vuelve a coger le hace una seña a uno de sus compañeros para que mire, se moja bien el pulgar y lo apoya en el ojete de Ana, siente como ella se tensa, acelera el ritmo de la cogida y empuja el pulgar metiéndolo todo adentro, la sorpresa de todos fue que al entrar el dedo Ana tuvo otro orgasmo, no dijeron nada pero tomaron nota.
-Bueno, a tomar la leche. Pablo la pone de rodillas y en dos bombeadas le llena la boca de leche. La que se le sale por los labios la barre con la pija otra vez dentro de la boca.
-Hay que tomarla toda. -Ana, obediente, se toma todo. Todo de todos, los cuatro terminan en su boca.
-Bueno ya está... se sacaron las ganas, ahora suéltenme.
-Qué ya no querés más, nosotros si, por como estás de mojada creo que otro polvito te echarías.
Le sueltan las manos y sacan el pañuelo de los ojos.
-Como es eso de lo bien que lo haces sin ataduras, a poner estas vergas a trabajar otra vez, dale paja y chupá.
- Ya basta chicos, ya está bien.
-Te saqué el pañuelo para que me digas mirándome a los ojos que no querés más.
-Pero puede venir alguien, los mayores o las chicas.
-Los mayores están haciendo lo mismo que nosotros y las chicas... ellas no van a venir... no son tontas...
-Les dijeron lo que me iban a hacer?
-No, ellas nos preguntaron que esperábamos para cogerte y que dejes de histeriquear.
A esta altura ya funcionaban las vergas otra vez, ahora boca arriba, patitas al hombro, uno atrás del otro sin dejarla descansar... ella tampoco lo pidió, cada vez parecía más caliente.
Pablo la pone de costado, a caballo en una pierna y la otra en el hombro, en esa posición mientras le daba por la concha tenía el culo a su disposición y no lo desaprovechó, sacaba la chota y le refregaba la cabeza empapada en el culo, empujaba un poquito, metía un dedo, dos dedos bien ensalivados. Cuando Ana lo siente lo mira y le hace que no con la cabeza. Pablo se ríe y empuja otra vez con la cabeza de la verga, todos se percataron y dejaron de hacer para mirar. Para completar el morbo Pablo le acerca dos dedos a la boca y le dice:
-Escupilos.
-No...
-Escupí! -Ana escupe los dedos de Pablo que los pasa por el ojete que está muy mojado y trabajado. Otra vez los dedos frente a la boca.
-Escupí!
Pasa esa saliva por la cabeza de su verga y apunta al culito, apoya despacio, entra la cabeza, sabe que ella quiere más pero se queda quieto.
-Más? -Mirándola a los ojos. -No me mientas porque lo voy a saber
-Si...Más... Toda...
El llega hasta la mitad y vuelve a preguntar.
-Sí! Sí!... toda... toda... cogeme toda...
Ahí si la cogió toda, la pija en el culo y los dedos en la concha. La escena es tan caliente que los otros se quedan casi quietos, sólo se pajean despacio y claro... esperan su tuno... que les llega a todos.
A medida que invadían el culo de Ana, pasaban a su boca y la llenaban de leche nuevamente, cuando le llegó el turno a Pablo otra vez le dice
-En la boca no... ahora te quiero llenar la concha y que acabes conmigo.
-Si... cogeme... llename de leche caliente...
Se escuchó un sólo gemido interminable cuando llegaron juntos al orgasmo...
Ese año nos fuimos todos a la universidad y de a poco nos perdimos el rastro, estábamos en distintas ciudades y aunque yo hacía lo posible por saber de Ana, por varios años no tuve noticias, salvo que los dos estudiábamos medicina.
Hace dos años, ya recibidos los dos, nos encontramos en un congreso, nuestras especialidades tienen puntos en común, yo soy ginecólogo y Ana sexóloga. Salimos un par de veces y se darán cuenta que si a los veinte era una máquina lo que es ahora, ya toda una mujer y encima sexóloga.
Pero eso se merece otro relato... el de nuestro matrimonio...
Pablo.