Intentando ser cornudo I
( Relatos Confesiones )
Buenas, me llamo Gustavo, tengo 30 años, y estoy casado hace uno. Mi mujer, Marina, tiene 33. Ella es rubia, caderona, sin panza, y con buena delantera, nada exagerado, pero muy bien. Es blanca de piel, aunque siempre trata de estar bronceada, cuando sale un poco el sol. Mide 1,70, asique es dentro de todo alta.
Yo 1,78, con mis kilos de más, 95 kg. Blanco también tipo discreto, grandote de espalda y con panza.
Ambos somos empleados (en distintas empresas), aunque ella es el sostén general dado que esta hace rato en la misma empresa y muy bien tenida en cuenta.
Hace un tiempo me agarraron dudas sobre una posible aventura que podía estar teniendo con su jefe, la verdad que nunca pude comprobar nada, pero a su vez, me despertó una gran curiosidad y calentura imaginarme la posibilidad que me cornee. Siempre tuve un poco la tendencia a disfrutar sentirme humillado. Por ejemplo teniendo sexo, me excita mucho que me toque los pezones y/o las tetitas (mi sobrepeso se centra mas que nada en mi panza y pecho, asique tengo unas incipientes tetitas). De hecho ella ya sabe que cuando ando lento para tener una erección, directamente recurre a chuparme las tetas y morderme los pezones como si yo fuera una mina… sin decir nada al respecto, pero la imagen es esa. Otra anécdota que viene al caso es que una vez al regresar de una despedida de solteras con amigas, de esas en las que hay una sexóloga dando consejos, vino con cuentos sobre el sexo anal a las mujeres y también algún dedito para los hombres. Como se imaginaran, en la calentura de esa noche, el primero que termino recibiendo un dedito por el culo termine siendo yo. Acabé muy rápido esa vez… Algún otro día probé metiéndole alguno a ella, pero decía que la desconcentraba, que no le gustaba, asique hoy en día cuando se habla de jugar con el culito en la cama, siempre se habla del mío.
En lo que respecta al sexo oral, ella no lo practicaba muy bien, asique lo hacía muy cada tanto. En general yo lo practico mas seguido, a veces con buenos resultados.
A pesar de tener ambos (especialmente yo) algunos kilos de más, somos ambos muy sanos, hacemos deporte y no fumamos, de hecho, especialmente a mí me molesta mucho el olor a cigarrillo. Cuando vienen visitas fuman afuera, con la puerta cerrada.
Pasado un tiempo de tener esta idea en la cabeza que me excitaba de pensar a mi mujer con otro hombre, se me ocurrió la idea de buscarle algún candidato. Aunque la verdad que con muy poca esperanza, ya que ella es hiper discreta, casi sin fantasías extrañas (siempre que lo hablamos eran, hacerlo al aire libre en un camping, o en un cuarto lleno de velas…). Sin embargo, comencé a buscarle algún candidato por un portal de contactos en internet.
Después de hablar con muchos pajeros, encontré un tipo de 39 años, 1.86 de altura 90 kg, pelo negro entre cano, muy buen lomo, con apenas algo de panza muy discreta. Laburaba de genrente, muy buen nivel socio-cultural. Con la única contra que era fumador, pero independientemente de eso me parecía el tipo con mís chances de todos con los que había hablado. Su nombre era Marcos.
La idea para conocerla fue armar un encuentro en el aeropuerto. Ella viaja mucho por trabajo y a él le parecía un buen lugar.
Después de mucho hablar y hasta conocernos personalmente, el plan, consistía en que yo invente una excusa para no poder llevarla al aeropuerto y “llamarle un remis”, en realidad se trataba de un auto de la empresa de Marcos, que por casualidad, nos iba a ofrecer sumar un pasajero que también iba al aeropuerto en ese horario, por supuesto, a mitad de precio. Aceptamos sin mucho pensarlo.
Marcos ya sabía exactamente los vuelos de mi mujer. Asique tenia algo de conversación para hacer.
Ella se subió al auto no sin antes darme un beso de despedida. Marcos ya estaba en el auto esperándola, como si simplemente lo hubieran pasado a buscar a el primero. Se saludaron y los perdí de vista.
A la hora, me llama mi mujer para contarme que aparentemente este tipo que viajo con ella al aeropuerto, también viajaba para Chile en su mismo vuelo. Yo realmente me sorprendí al enterarme que se había sacado hasta los vuelos. Y que aparentemente es un tipo que viajaba muchísimo y le sobraban las millas, asique le ofreció si quería un upgrade para viajar en ejecutiva, que sino nunca los iba a usar. Ella aceptó sin dudarlo, con mi consentimiento claro está.
Al rato recibo un llamado de Marcos! El simulaba charlar con alguien de la oficina. -…Ahora me estoy fumando un cigarrillo y en 10 minutos abordamos. Estas segura que no te molesta el humo? …- Le estaba hablando a mi mujer, a quien escuche responder de fondo que para nada… Eso realmente me éxito, ella se había encerrado con él en el cuarto de fumadores, aguantándose el humo para no dejarlo solo…
Mañana siguiente, 10 am, recibo un mail de Marcos diciendo:
“Gustavo querido, te comento que hacerte cornudo va a ser mucho mas simple de lo que me habías planteado. El viernes estamos volviendo a Argentina, asique vos ármate algo para el fin de semana y avisale ahora por mail a ella. Asi cuando yo la invite a casa, no tiene problemas en decir que si. Despues hablamos, saludos.”
Yo sinceramente no le creía del todo, pero sin embargo, le mande mail para avisarle que habíamos armado algo con los chicos para el fin de semana, si no se enojaba que pase el sábado a la noche en la quinta de un amigo. Ella no tuvo problemas.
A su regreso, el viernes a la noche, no tuvimos sexo, porque “yo me sentía mal” (por indicación de Marcos. Y el sábado me fui… me fui a la casa misma de Marcos. Vivía en un piso de puerto madero, enorme. Me instaló en un cuarto con un pequeño baño en suite, y computadora conectad a las cámaras de seguridad internas del departamento. Yo aun seguía ceyendo que aunque mi mujer fuera a comer algo (si es que iba), cuando él se le insunue, se iba a retirar inmediatamente.
Primer sorpresa, ella llegó a horario, vestida… mas provocativa de lo que hace mucho no la veía… Tenía tacos altos… No tengo recuerdos de haberla visto en tacos desde que salimos… decía que le molestaban mucho.
La cena transcurrió en paz, charlaron un poco de todo (se podía escuchar lo que decían) y cuando parecía que ella se paraba para irse, al saldarse, él le da un beso apasionante, dejándole poca libertad. Ella no se resistió siquiera. Le dice algo al oído, ella le contesta y se separan. Como imaginaba, ella no agarraba viaje. A continuación, el se sienta en el sofá, pero no tenia cara de resignado… al minuto, ella vuelve con sus cigarrillos encendedor y cenicero. Los deja en la mesa al lado del sofá y siguen besándose apasionadamente. Al minuto, el atina a prender un cigarrillo y con solo un gesto, la manda a arrodillarse a practicarle sexo oral… Marcos fumó no menos de 4 cigarrillos mientras ella seguía arrodillada… claro está que nunca me había practicado sexo oral por más de un par de minutos a mí. Luego la agarro de los brazos y la tiro al sillón, atinó a buscar los preservativos con la mirada, pero ella eufórica de lacentura le dice –Vení, vení, tomo pastillas…-
El la penetró inmediatamente. A prori, hubiera creido que no le entraba, y si le entraba que el largo le iba a molestar. De hacho a veces le molesta la mia (14*4) de largo. Pero no se inmuto, solamente se mordia los labios de placer. Creo haber contado 3 orgasmos suyos antes que Marcos la llenara… En general cada dos míos ella tiene uno… Terminaron, se quedaron acurrucados, mientras el fumaba otro cigarrillo al terminarlo, le llamó un taxi. Y la despidió con otro apasionado beso. Cuando ella se fue, el destrabó la puerta, y la abrió. Yo estaba incrédulo, me había masturbado 4 veces y estaba duro de vuelta.
-Te dije que iba a ser fácil – me dijo al abrir la puerta con cigarrillo en mano, tirando humo por la boca al hablar. –Ahora sos un cornudo de verdad. Va a manchar todo el asiento del taxi de leche tu mujer- El olor a tabaco y sexo que entraba a la habitación, era impresionante. –pasa la noche y mañana tempranito te vas-
Y así fue. Con mis nuevos cuernos empezaba una nueva etapa.
Continuará
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