Un mes después conseguí un nuevo trabajo en el centro de la ciudad, no era buen remunerado pero me alcanzaba para subsistir y cubrir mis gastos personales. Aun así no podía sacarme a Mariela de la cabeza, día y noche pensaba en ella, imaginaba como se vería desnuda, sus carnosas nalgas, sus sabrosos senos, sus hermosas piernas. Un día me arme de valor y decidí llamarla, la invite a salir iríamos a comer a una parrilla y recordaríamos viejos tiempos, ella acepto alegre.
El sábado por la noche llegue a su casa me atendió su mama, me dijo que en un rato bajaba que estaba terminando de arreglarse, al rato salió ella, estaba espectacular con un vestido largo hasta las rodillas pero que delineaban a la perfección su hermoso cuerpo, sobre todo su trasero el cual se veía increíblemente apretujado por la sinuoso vestido.
Salimos y desde el momento que cruzamos su puerta decidí convertirme en un autentico caballero, la trate como la princesa que era, le abrí la puerta del taxi, le dije que era la mujer más hermosa con la que había salido y que estaba impresionado de su belleza. Al llegar al restaurant separe la silla para que se sentara cómoda y de nueva la bombardee con halagos incesantes.
La conversación estuvo de los más normal, en su mayoría hablamos de ella, de su rutina en el trabajo, de amistades en común, en fin trataba que ella se sintiera el centro del universo. Pedí una jarra de sangría para soltarnos un poco, pues creo que tanto ella como yo estábamos un poco tensos, debo de decir que ella se sentía también atraída por mí, pero los límites del trabajo y el saber que tenía enamorada hacían detenerse en su interés por mí. Al cabo de 10 min de terminado nuestra cena y un poco con los efectos relajantes de la sangría en nuestros cuerpos la invite a subir a la discoteca del local. Ella acepto nuevamente encantada, me dijo que hace tiempo que no bailaba pero que le encantaría hacerlo conmigo. Subimos, separamos una mesita para dos y pedí una bebidas. Cada vez nos sentíamos mas sueltos, mas en confianza, la saque a bailar una salsa, la acerque hacia mí y pude sentir su pecho impaciente junto al mío, nuestras respiraciones se cruzaban, yo le sonreía y ella a mí, y más la apretaba a mi cuerpo. Luego nos sentamos yo estaba atónito por lo que había pasado pero trataba de no demostrárselo. Me daba la impresión que éramos solo los dos en esa disco, yo no dejaba de mirarla fijamente a los ojos y ella a los míos, dos rayaos de pasión parecían salir de nuestras cabezas, y yo solo tenía ganas de hacerla mía, así que a la siguiente pieza que bailamos me abalance sobre ella y le di un intenso beso, nuestros labios ardían de pasión y yo no dejaba de saborear sus labios carnosos y tacarle esa estrecha cintura que emanaba fuego.
Decidimos salir, le dije si le gustaría ir un rato a mi habitación para tener más privacidad, ella acepto sin dejarme siquiera terminar la frase. Tomamos un taxi y llegamos. Era pequeña pero tenía todas las comodidades, baño, terma y demás servicios. Al entrar y cerrar la puerta todos nuestros más profundos deseos emanaron como la lava de un volcán. Ella me besaba intensamente yo aprovechaba para tocarla en todo lugar posible, sus pequeños pero firmes senos, su gran trasero, sus firmes muslos, mi sentía explotar. Comencé entonces a querer desvestirla desabrochando lentamente los bolsillos del vestido, ella me detuvo, me dijo que estaba loca de pasión por mí que quería que le haga el amor, pero primero quería ir al baño, accedí. Me pidió prestada uno de mis polos, comprendí lo que quería, se lo di y espere con ansias a que saliera del baño. Antes me quite la ropa y quede solo en bóxer eso si no podía detener la erección de mi pene, estaba completamente excitado. A los 10 minutos salió, estaba con el pelo suelto solo llevaba puesto mi polo prestado y su diminuto calzoncito de encaje, creí ver la gloria, ella se acerco hacia mí se tumbo a la cama y comenzamos a besarnos. La besaba dulcemente en los labios, luego en el cuello y sus orejitas, fui recorriéndola hasta su ombligo, baje su calzoncito y descubrí su hermoso tesoro, comencé a darle suaves besos a su vagina, primeros suaves besos y caricias luego más fuertes y continuas succiones a su clítoris, sentía como se retorcía de placer, me decía que no parara, que siguiera así, luego ingrese mi dedo medio en su cavidad vaginal, eso la hizo contraerse al principio pero después se dejo hacer, yo estaba que reventaba de excitado y sus gemidos de placer más me ponían, termine mi rutina y ella me pregunto si me gustaría que me la chupara yo asentí con ganas, me pidió que me arregostara boca arriba, me bajo el bóxer y comencé a sentir en mi pene el calor de sus labios, primero envolviéndolo de arriba abajo, luego succionándolo el placer que me daba era indescriptible, después se concentro en el glande, jugueteaba con su lengua mojada recorriendo todo la cabeza, daba pequeños e inocentes mordiscos mientras masajeaba mis testículos después bajo hacia ellos para saborearlos mientras con su mano me daba una paja de aquellas. Yo sentía explotar de placer, luego se detuvo, totalmente desnudos ella se sentó encima mío, metió mi pene en su vagina y comenzó a cabalgar, los largos saltos que daba lo ponía mas duro, movimientos de arriba y abajo, luego profundos como queriendo que mis bolas también la penetraran y finalmente movimientos circulares, cual licuadora humana hacia que nos retorciéramos de placer, yo estaba que no podía más a punto de correrme, ello se dio cuenta de mi intensión y paro, se salió de mi pene, y se acerco a besarme lo hicimos con una pasión que destilaba deseo por todos lados me pregunto qué más quieres hacerme, yo sin responder la obligue a ponerse en cuatro me puse detrás de ella y comencé a besar sus riquísimas y enormes nalgas, no deje espacio sin besar y los pequeños mordiscos que le daba la hacían estremecer, luego me dirigí a su vagina que en esa posición parecía una flor cerrada la lamí de arriba abajo y con mi lengua penetraba por su rajita intentando abrir aquella flor salvaje y por ultimo subí a su pequeñito ano, le daba suaves lamidas con mi lengua e introducía la punta de mi dedo, eso parecía asustarla al principio pero después entro en confianza y note lo muy mojada que estaba su cuquita, entonces baje hacia ella y comencé a lamer todo ese sagrado liquido, eso la hizo dar un grito de placer, luego se volteo hacia mí pero en la misma posición de rodillas me dio una mamada de que para que te cuento, succionaba cada vez mas fuerte como queriendo arrancar mi órgano luego me lamia y relamía mis huevos con igual tesón, yo le dije que ya no podía mas y comencé a eyacular, toda su cara quedo embarrada del viscoso liquido, toda fue directo a su rostro, creo que nunca antes había votado tanta leche, ella con todo gusto la recibía, después que acabe coloco mi pene en su boca y comenzó a repasar con su lengua todo rastro de semen, sentía como su lengua recorría mi glande y se tragaba el poco semen que quedaba. Poco a poco mi pene se encogía. Fue maravilloso, terminamos dormidos abrazados.
Una hora después me despertó, me dijo que tenía que irse, que su mama seguramente la estaba esperando, eran casi las 2 de la mañana, nos arreglamos para salir. Al llegar a su casa le dije que ha sido la mejor experiencia que había tenido en mi vida, que ojala que se repita, ella asintió diciéndome que el próximo sábado estaba disponible y que podíamos tener otro encuentro, le di un profundo e intenso beso y la despedí no sin antes agarrarle esas hermosas nalgas que horas antes habían sido mías y esperando que otra vez lo sean.
CONTINUARA…….