Bris, mi deseada madre.
( Relatos Amor Filial )
BRIS, MI DESEADA MADRE-1
Quiero, por fin me atrevo, expresar las experiencias que tuve con mi mamá, aunque lo haré por partes : cuando era joven (18 años) en una ocasión estaba en la recámara de mis padres viendo la T.V. cuando llegaron ellos y me pidieron hacerme a un lado, mientras mi papá fue por algo a la sala mi mamá me dijo que mi papá le iba a poner un supositorio, entonces me paré para salir de la habitación y en eso llegó mi padre. Mi mamá me dijo "quédate" y yo muy sacado de onda me senté a un lado sin voltear a ver donde estaban. Escuché la fricción de la ropa cundo le subió el vestido y le bajó la pantaleta y el sonido de mi madre quejándose de la penetración. Mi padre me dijo "hijo, pásame el lubricande", y al voltear tuve una vista maravillosa de las nalgas desnudas de mi mamá, agarré el lubricante y se lo dí a mi papá pero me dijo "ábrelo y sostenlo", mi corazón latía a todo dar y vi cómo mi papá metió dos dedos en el frasco y los colocó después en el ano de mamá mientras con la otra mano jalaba un lado de la nalga para abrir el ano. Lo masajeó por un momento y escuchaba la respiración de mi mamá muy agitada y alcanzaba a ver su rostro colorado. Mi papá colocó el supositorio en el ano de mamá y suavemente lo metió y mi mamá le dijo "tiene que ser hasta dentro", y yo impresionado de lo que veía. Observé todo el dedo medio de la mano derecha de mi papá entrar todo y lo movió circularmente por un buen rato. Mi madre suspiraba agitadamente. Fue algo perverso y delicioso. Mi papá sacó su dedo del ano de mi mamá subió su pantaleta y mi madre se volteó con el rostro colorado con una expresión de satisfacción que solo pude entender hasta mis experiencias sexuales posteriores. Yo estaba embobado y me di cuenta de mi erección hasta cuando seguí la mirada de mi mamá hacia mi bragueta y con un movimiento de ojos que le hizo a mi papá para que me viera. Mi papá salió de la recámara y mi mamá se puso de rodillas para levantarse, bajó de la cama y quedó dándome sus espaldas, sentí cómo sus nalgas bajaron rosando mi pene. "Agárrame, no me vaya a caer" me dijo y la tomé por la cintura y por los nervios caímos girando sobre el colchón. Mi madre era la gloria, se movía sobre mi, entró mi padre y nos dijo "Qué hacen, canijos", "Es que nos caímos", respondió ella. "Pues sí “ dijo sonriendo mi papá. Mi padre dijo, "bueno hasta mañana", les dije buenas noches agarré la vaselina y me fui a mi recámara. Aún recuerdo aquella noche de viernes glorioso en que me masturbé siete veces usando la vaselina y una pantaleta de mamá.
Desde esa ocasión mi vida cambió, veía a mi madre diferente, no perdía oportunidad para voltear a verle las nalgas, la admiraba, LA DESEABA.
En la noche, otra vez estaba en su recámara y me pidieron ayuda. Traje la vaselina y la abrí. Quieres ponérselo? preguntó mi padre y yo no tenía otra respuesta. Papá le levantó la falda y yo bajé su pantaleta y pude sentir la deliciosa y preciosa piel suave de las nalgas de mi madre. Embarré los dedos de vaselina y los coloqué como lo había hecho mi padre antes, mi padre con una mano jaló una nalga y pude ver el delicioso ano y su vello púbico, mamá suspiraba y se reía nerviosamente, me dijo mete tu dedo para suavizar por dentro y lo hice y sentía cómo mamá apretaba el músculo anal, era una sensación maravillosa. "Ya mételo", dijo mi mamá y penetré su ano con el supositorio, "Hasta adentro, hijo" ,me ordenó. "Muévelo un poco" sugirió papá y yo disfrutaba lo que hacía. Mi madre estaba colorada y respiraba rápido y profundo. "Bueno ya fue todo por hoy" dijo mi papá.
Me fui a mi cuarto y me volví a masturbar disfrutando mi dedo y usando la vaselina embarrada en mi pene jalándolo como desesperado. Fue algo de lujo. A media noche me levanté al baño y encontré dos preservativos usados en el inodoro. Se la pasaron cogiendo en la noche. En la mañana recuerdo que mi mamá me dijo "Dormiste bien verdad? mira qué ojerotas tienes", riendo picáramente.
El domingo en la noche estaba preparando mi material escolar cuando me llamaron a su recámara y mi mamá enseñándome el frasco de vaselina me dijo "Mira casi te acabas el frasco", "todavía tiene un poco", atiné a decir ruborizado, "Tu padre irá a traer otro frasco, pero ya le dije que la farmacia de la esquina no hay y tiene que ir a otra más lejana".
Mi padre salió y mamá dijo: "Vamos a usar la que hay, apúrate para que lo hagas o si prefieres esperar a tu padre". Entendí y ella se acostó boca abajo, le subí la falda y bajé sus pantaleta. Me sentía de lujo. Pude admirar en todo su esplendor las nalgas de mamá, las nalgas que tanto deseaba.
"Tienes que masajear antes y suavizar, anoche fuiste algo brusco, date tu tiempo, hijo", Me engolosiné, acaricié sus nalgas, las subía y bajaba, abría y cerraba, admiré su hermoso culo. "Ponme vaselina", se la embarré alrededor de su ano, "Por dentro, hijo", toda la que quedaba se la metí al ano con mi dedo, "Masajea por dentro, con cuidado, despacio".
Sentía cómo apretaba mi dedo, escuchaba sus suspiros y sus risitas nerviosas. "Mételo ya". Metí el supositorio lo más profundo que pude y ella suspiraba.
Saqué mi dedo y le dije "ya, mamá". "Ya tan rápido", me retó. "Quiere que le siga" pregunté, me dijo "Déjame acomodar", se volteó boca arriba y se quitó la pantaleta. Yo estaba impresionado con mi erección a reventar.
Dobló las rodillas y pude admirar su hermoso vello rizado, negro, brillante por lo mojada que estaba. Metí otra vez mi dedo lo más profundo. Ella con los ojos cerrados movía la cabeza de un lado a otro. "Ay hijo". Mi erección quería escapar de mi pantalón mientras rosaba su muslo, "Creo que lo tienes más grande que tu papá", me dijo, "¿Eh?, pregunté, "Nada hijo" me contestó, "¿Qué dijo?, le insistí", "Que tu dedote" y se rió nerviosamente.
Abrió los ojos y nuestras miradas se penetraron, "Mamá" le dije y ella me respondió "Oh hijo", cerró los ojos y apretó muy fuerte el ano, se llevó una mano sobre su pepa y emitió sonidos deliciosos de placer. Me dí cuenta de que la palma de mi mano estaba mojada de sus jugos. Era algo superior.
"Ya llegué", escuchamos y saqué mi dedo, mamá me jaló y me dio un beso en la mejilla, estiró las piernas y se volteó boca abajo. "Gracias, hijo". Papá entró a la habitación y se nos quedó viendo, miró mi erección, sonrió, mi mamá se volteó y le dijo "Ya te ganó, estoy lista mi amor."
Entendí y me salí. Llegué a mi cama sintiéndome el hombre, el hijo más afortunado del mundo. Me masturbé pensando en mi mamá pero no quería terminar, deseaba que esa experiencia se prolongara AT INFINITUM. Fui un ser único, elegido, el más feliz del mundo con la madre-mujer mas hermosa, maravillosa, deliciosa del mundo.
Me armé de valor y con mi erección me dirigí a la recámara de mis padres con la esperanza de lograr algo y escuché gemidos de placer de mi madre y mi padre le decía "¿Eso es lo que querías?, ¿Así te calientas? Gózalo...ella decía "Te amo mi amor...los amo ohhh!
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