Nuestra 1ra experiencia Swinger
( Relatos Confesiones )
Mi esposa como ya les he comentado es una hembra imponente, con un cabello color fuego y unas tetas grandes y deliciosas, que junto a su culo firme, hacen la delicia de cualquier palo, es increíble lo sabroso que me masturba entre sus tetas, mientras me chupa la pingona.
Siempre mi esposa y yo hemos sido muy eróticos, mientras hacemos el amos hablamos vulgarmente y le contaba fantasías que parecían imposibles a su oído mientras jadeaba, esto la ponía a mil en un instante y sus orgasmos eran y son casi frenéticos, de lo fuerte que se excita. Una fantasía recurrente en mis historias, siempre era la de verla besándose con otra chica, o como otra le lamia el culo mientras yo la penetraba… Pero la que mas le gustaban siempre eran en las que había otro hombre mirándonos y masturbándose mientras lo hacíamos o chupar dos pingas y luego metérselas por el bollo…
Todo esto no eran mas que fantasías muy recurrentes y excitantes, hasta un día… Llegaron unos vecinos nuevos al barrio, contemporáneos nuestros y muy pronto congeniamos, el era pintor y le encantaba pintar desnudos y pronto descubrimos con morbo, que tenia la casa llena de cuadros con desnudos de su esposa. Comenzamos a compartir mas tiempo con ellos, sin malicia, pero poco a poco fuimos empezando a fantasear con ellos mientras templábamos, ya le poníamos rostro al hombre que la penetraba junto a mi y a la mujer que le lamia el bollo.
Una noche salimos a ver un show de modelos, y perdimos rápidamente la cuenta de la cantidad de cervezas que nos tomamos. Comenzamos a hablar sobre la libertad de la mujer, y de cómo debía de aprender a gozar el sexo sin tabúes, y de lo fuerte que es la pareja cuando no tiene ataduras. Al regresar a casa, inventamos cualquier excusa tonta, con tal de seguir la conversación, que ya a esa hora eran sobre las fantasías que teníamos, y si teníamos o no valor de hacerlas realidad. Cuando de improviso Julian, que asi se llama nuestro vecino le dijo a Lola, su esposa:
-Sácate el brasier y enséñanos tus tetas.
-Hay, papi- le dijo Lola.- estate tranquilo que vas a molestarlos.
- Eso te molesta? -le pregunto a mi esposa.
Inmediatamente nos miramos y conteste yo en su lugar:
-Enséñale tu tetona mami!
Mi mujer, sin mucho remilgo y con mucho morbo, se saco una sola por encima de la blusa, luego Lola hizo lo mismo y nosotros parecíamos un abanico, mirando atónitos de una a otra, ya puesta a enseñar, mi mujer saco la otra y comenzó a moverlas y a sobárselas con las manos mientras miraba descaradamente como Julian se sobaba la pinga por encima del pantalón. Luego continuamos conversando ya ellas con las tetas afuera y nosotros con las pinga en la mano masturbándonos.
Ellas se quitaron las bragas y con las piernas abiertas nos enseñaban su chocha empapada. Con miedo a continuar mas lejos, comenzamos a comernos cada uno el bollo de nuestras esposas allí en la sala, sin parar le lamiamos el bollo simultanéate, mirándonos y sin soltar la pinga y acariciándole las tetas con la otra mano pero sin tocar a nuestros vecinos, pero yo quería ver mejor, así que me levante:
-Chúpame la pinga, mi puta, chúpamela rico mientras miras como se la folla….
- Ayyy si papi, si, dámela- y comenzó a lamerme las bolsas desde abajo sin prisas, mirándolos y buscando que le miraran su culo que estaba levantado en pompa, su lengua subía y baja entre mi glande y las bolsa, repetidamente, hasta que me comenzó a chupar de costado la pinga, yo estaba gozando en la gloria y le apartaba el pelo, para que Julian y Lola la pudieran ver mejor. En eso mi vecino se desnudo completo y recostó a Lola de espalda contra la pared totalmente encuera. Mi mujer, no se quedo atrás, se acostó sobre la mesa y se abrió las piernas dejándoles ver su precioso bollo con pelos rojizos empapados, luego me halo y se metió su pingona, yo ni presto ni perezoso, la agarre por la cintura y comencé a follarla hasta lo profundo de su bollo, con fuerza y persistencia, haciéndola arquearse de placer y locura, su orgasmo llego rápido, y con fuerza, haciéndome escurrir al mismo tiempo mi leche en ella y cesar de gemir junto a su boca. Fue tan rico nuestro orgasmo que los vecinos se vinieron junto a nosotros oyéndonos.
Luego ella se paro de la mesa y escurriéndose la leche se la mostro a Julia, con las caras de ambas rojas de lujuria…
Bien hasta aquí esta historia real, que debería de haber sido la primera que publicara, luego les iré contando en otras como poco a poco fui volviendo mas PUTA a mi esposa, hasta convertirla en la Vorágine Masturbadora que es hoy, alternare esta trama principal, con los relatos que me hace todos los días de sus proezas con increíbles juguetes que inventa para llenarse el bollo mientras se masturba. Escriban sus comentarios, que mi mujer esta loca por oírlos, para ir agregándolos a sus fantasías masturbatorias, no dejen de comentar, luego subiremos algunas fotos reales de su linda panochita.
Las parejas swinger que quieran saber mas de nosotros, que nos escriban, si continúan leyéndonos, verán que aun no somos expertos, pero si muy aventureros y quisiéramos conocer a otras parejas que compartan experiencias reales iguales a las nuestras. Les esperamos.
Comentarios
La verdad es que me gustó mucho el relato, se ve que os va la marcha.
Me gustan las mujeres asi, sin miedo a masturbarse, a.la mayoria de las mujerrs que conozco, o no se masturban o no lo cuentan, pero la verdad es que conozco muy pocis casos de mujeres que se masturben por si solas
Muy buen relato... estaría bueno tener algunas fotos de tu hembra!!
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