Nora y su reencuentro
( Relatos Fantasias )


Una noche rumbo a un motel, tú vas sentada en la parte trasera del coche y vas con Javier. Tú llevas tu falda larga negra, una blusa blanca de cuello holanes. Ustedes se besan y sus manos recorren sus partes del cuerpo, él te agarra tus pechos sin desabrochar la camisa y los talla con su mano, tu agarras también su pecho pero bajas tu mano de vez en cuando a su paquete y le das masajes sin bajar el cierre. De repente el frota tus piernas con su mano y la pasa por debajo de tu falda sin alzarla, llegando a tus glúteos le da dos o tres pasadas y después frota tu monte, para que tu sutilmente abras las piernas y deposite sus dedos y palma en tus labios interiores. Él se ha dado cuenta que llevas puesto una tanga por lo que regresa a tus glúteos y juega con el hilo de atrás, el cual no ha visto pero corre por su imaginación. Veo a través del retrovisor del coche y veo tu cara de felicidad de como disfrutas cada caricia y beso que él te roba y de reojo vez mis ojos que te observan, por el espejo retrovisor y das una sonrisa picara, con lo cual asientas que lo disfrutas y te gusta que te vea.
Regreso la vista al camino y enfilo por la calle buscando la entrada de un motel, mientras tus te consumes en tu interior, con tus labios mojados por la pasión y la fantasía que estas cumpliendo.
De repente en el camino un letrero que señalaba el acceso al motel encontrado, el cual titiritaba indicándonos que por ahí iniciaría la aventura. En el acceso una persona de recepción nos indicaba el costo de la habitación y tipo de habitación. De reojo te volví a mirar, como te contoneabas por que seguías disfrutando sus caricias. Pague la habitación y me indico que era la numero 302, fui manejando lentamente, cada numero que pasábamos, veía como te ibas derritiendo de placer y solo susurrabas a través de tu boca, por donde dejabas escapar tu sentimiento y alboroto interior. Finalmente llegamos a la habitación 302, estacionamos el coche en su cochera y detrás de esto se cerro la puerta, baje y te abrí la puerta, para que bajaras el coche, primero retomaste tu posición inicial, medio acomodándote tu falda y blusa, para después deslizar tu pierna derecha fuera del coche y me diste tu mano para que la tomara y ayudara a bajar de él. La luz de la cochera te medio segaba pero dejaba ver tus ojos con una mirada vidriosa y tus pupilas dilatadas por el placer que habías logrado en el trayecto, peor que fue interrumpido. Mientras bajabas del coche, Javier tomo con su mano tu nalga izquierda y la acaricio, con una vez entrecortada dijo: “ha llegado el momento de encontrar y ver tu seña particular, la mancha que sobre sale de aquí”. Dio una palmadita y te empujo para que lo dejases bajar del coche.
Nos encaminamos los 3 hacia unas escaleras que conectaban a la recamara que estaba arriba de la cochera. Yo te tome de la mano y caminábamos juntos, mientras Javier venia atrás de nosotros. Tu y yo nos observábamos y cruzábamos miradas de complicidad, por lo que había pasado y lo que vendrá. Todo lo aceptábamos con una sonrisa y un guiño de ojos tuyo que aprobaba y me indicaba que todo lo que pasaba estabas de acuerdo y feliz.

De pronto con la llave abrimos la puerta de la habitación que seria nuestro cómplice y vimos su interior, me sonreíste y pasaste al interior mientras sostenía la puerta y detrás de ti Javier para que al final pasara yo y pusiese el seguro de donde no saldría nada de lo que ahí pasaría. Te paraste al pie de la cama y Javier se sentó en un taburete que se encontraba frente al espejo. Tu observabas la cabecera de la recamara y giraste en dirección al espejo que se encontraba al frente, viste tu imagen, tocaste tu pelo y después tus pechos acomodando tu sostén para posteriormente bajar tu mano extendiéndola para acomodar tu larga falda.
Acto seguido me volteas a ver y me acerco a ti para abrazarte, apretujándote a mi y darte un gran beso, yo paso mis manos por todo tu cuerpo sin desvestirte solo para tocar tus partes por encima. Me aprietas a ti y Javier nos observa, de repente se levanta del taburete y se pone tras de ti, apretando con su cuerpo tu espalda y tu quedas en medio de los dos, su pecho toca tu espalda y su parte baja se apachurran en tus glúteos, pero tu sigues besándome. El por impulso empieza a besuquear tu cabeza llegando a tus orejas, donde murmura algo, de ahí baja sus labios a tu cuello y tu solo contorsionas tu cuerpo en el espacio libre que te dejamos los dos., en un momento recuperas el aliento me sonríes y giras hacia Javier, a quien recibes con un beso en la boca y ahora yo aprieto con mi cuerpo tu espalda y glúteos, acaricio el contorno de tu cuerpo y el a su ve lo hace, lo sigues besando en la boca y giras tu cuerpo para que con cada mano explores mi pecho y el de él. Nos recorres y llegas a nuestras partes intimas las acaricias, en tu mano derecha la mía y en tu mano izquierda la de él, las recorres con tus palmas y dedos. De reojo veo que medio abres los ojos y lanzas suspiros en cada oportunidad que la lengua de él te lo permite. Con mi mano medio alza tu falda y toco tus piernas, la paso por tus glúteos y de repente por tu entre pierna, estas demasiado húmeda y suspiras nuevamente. Javier con su mano toca tus pechos sin desabrocharte la blusa, con su mano los moldea individualmente y veo tu cara llena de satisfacción. De repente observo que él te acapara mas, por lo que saco mi mano de tu falda, te doy un beso en el cuello y me alejo para observar la escena, me hago hacia atrás y me siento en el viejo taburete donde estaba Javier. Tu giras tu cuerpo y te pones frente a el sin dejar de besarlo y acariciarle su parte con mayor énfasis, el hace lo mismo con tu pecho. Tú subes tu mano a su pecho e inicias a desabotonar su camisa con una desesperación por tratar de que cada botón salga de su ojal y puedas trocar directamente su pecho. El hace lo mismo contigo, trata de desabotonar tu blusa, para que pueda observar de reojo tu sostén el cual queda al descubierto en su totalidad, pero ambos siguen besándose y van de la boca a sus cuellos, dejando que las manos tengan mayor contacto con sus pechos. Al pasar este primer juego de caricias, los sentimientos hacen que bajen mas las manos de Javier, hasta introducirlas por debajo de esa falda negra larga que no deja ver tus extremidades inferiores, veo que recorre tus partes con ambas manos y la falda sube y baja, pero no cae, veo que te gustan sus caricias, las disfrutas que imagino que por tu mente pasan las veces que lo hicieron hasta recordar tu primera vez con el. Tu mientras le quitas la camisa y con ambas manos desesperadas, quitas el cinturón de su pantalón, desabrochas el botón de ese pantalón de mezclilla y bajas el cierre los suficiente para que quede su bóxer al descubierto, el cual recorres con tu mano derecha y lo frotas justo en donde esta su parte que se encuentra erecta, con mañana introduces tu mano para trocarlo directamente ahí y cada vez lo empiezas a apretujar con tu mano. Ambos siguen besándose, sus labios bajan a cada cuello, pero ahora se van internando a sus pechos en lo que tu jugueteas o envuelves con tus dedos y mano su parte. El ya decidido saca la manos del interior de tu falda y te la quita, quedando al descubierto la diminuta tanga y admiro tu cuerpo a lo lejos entado en el taburete, tu figura ahora solo se esconde detrás de un sostén y una diminuta tanga de coordinado color rosa con gris, el sostén tiene tus grandes y fuertes pechos y tu tanga cubre tu monte peor de ella se parecía algunos pelos y de la parte de atrás recorres el hilo la división de tus glúteos, en el izquierdo esta la mancha que los tres conocemos y en algún momento volverá a ver Javier como antaño. Tú para no quedarte atrás, sacas tu mano su bulto que ya tocabas directamente de él y bajas como puedes con ambas manos el pantalón de mezclilla, él te ayuda con sus piernas hasta que queda tendido en el suelo, todo maltrecho por la rapidez para bajarlo. De reojo observas el bóxer pero sobre todo aquel bulto que ahora sobresalía de su bóxer, lo miras a Javier a los ojos y le dices “creo que veré nuevamente tu “chestercillo” después de tantos años. Él sonríe y te da un beso que los hace contorsionarse nuevamente, tocas con tu mano izquierda su glúteo y con la derecha vuelves a acariciar intempestivamente el bulto que descubrió hace años tu virginidad. El con sus manos trata de quitar en varios intentos tu sostén hasta que al fin lo logra. Quedan al descubierto tus grandes pechos con sus aureolas hermosas y tus pezones totalmente encendidos, que indican que tiene una gran excitación. De repente baja sus besos de tu boca recorre tu cuello y se detiene para observar los pechos. En ese momento yo solo observo y recuerdo lo que me platico en un mail sobre tus pechos, los cuales les gustaba mucho y algunas veces termino en ellos. Después de observarlos comenzó a besarlo, lamerlos, chuparlos y tu movías mucho tu cuerpo al sentir su lengua recorrerlos, con sus manos subía y baja tu espalda, hasta que poco a poco fue llegando a tus glúteos y pasaba los dedos por el hilo de tu tanga el cual sentía que ya estaba húmeda, subía los dedos y los olía y regresaba nuevamente estos ahí, en lo que besaba con mucha pasión tus pechos y recorría hasta tu cuello. Mientras el seguía con estas caricias que aumentaban de intensidad, tu tocabas su bulto y metías la mano por debajo del bóxer tipo escoces y jugabas con su “chertecillo2 a quien tu habías bautizado hace años. Ya ambos solo quedaban en su prenda íntima inferior, el en su boxer escoces rojo y tu en tu tanga rosa con gris. Yo solo observaba y me gustaba verte feliz disfrutarte de lejos veía y me imaginaba como si estuviese presente el día aquel que perdiste tu virginidad y entregaste a él con el gusto que veo en ti. Después de toda esta desenfrenada ola de caricias, besos y pasión para llegar a quedar semi desnudos, llego una mínima pausa en la que tu lo miraste a los ojos y entre tu respiración media cortada, le dijiste “es hora de volver a ver a “chestercillo”. Tu lo volviste a besar en la boca y con tus manos quitaste el bóxer escoces de donde emergió el “chestercillo2 como si tuviese un resorte y lo pusiera de pie inmediatamente, lo tomaste y frotaste entre tus manos y jalabas lentamente, pero subiendo de intensidad como si al fina lo quisieras arrancar. Separaste los labios de su boca y lentamente comenzaste a bajar besando su pecho, mientras se lo jalabas sin cesar. Besuqueaste su estomago hasta llegar arriba del “chestercillo2, lo miraste a Javier de reojo y sonrieron en lo que tus manos bajaban la intensidad del jaloneo. Besaste alrededor de él, su contorno desde arriba hasta abajo, con tu mano lo levantaste para que pudieras llegar con tus labios a la base inferior de “chestercillo”. Una vez besado sacaste tu lengua y la pasaste entre el “chestercillo” y sus bolas que lo acompañaban, Javier solo cerró los ojos y dejo que su cuerpo se aflojara, disfrutando el momento. Durante tu recorrido lingual en “chestercillo” una vez llegaste a la punta de él y rodeaste su casco, recordando lo que habías extrañado de él y a nadie mas se lo habías dado. No se si fue al tercer o cuarto intento pero después de lengüetear su casco, lo tomaste con ambas mano, abriste la boa e iniciaste un concierto de chupeteos el cual miraba y escuchaba a lo lejos. Recordé lo que alguna vez me dijo Él no se si en mail o en alguna charla, sobre que lo hacías de una forma maravillosa, la cual ante mi vista quedaba confirmada. Solo se escuchaba los suspiros de Javier y los sonidos de tu boca cuando entraba y pasabas la lengua sobre “chestercillo”, algunas veces lo cubrías todo, algunas veces sobresalía. Tú estabas en cuclillas chupeteándolo con gusto y veía que el hilo de la tanga entraba por tu rayita hermosa y vislumbro con tu lunar café o lunarcito loco como le llamo.
Tu cabeza se movía intempestivamente hacia adelante y hacia atrás, tu con los ojos cerrados que de vez en cuando abrías para mirar hacia arriba y ver como lo complacías a él.
De repente el tomo tu cabeza con ambas manos y siguió el movimiento que hacías, hasta que te lo quito de la boca lentamente subió tu cabeza y te fuiste poniendo de pie mientras tu con tus manos seguiste jalando al “chestercillo” hasta quedar a la altura de tus pechos y ahí lo llevaste a el a ello y los frotaste alrededor de tus grandes senos, dibujaste tu aureola café con el como lápiz, lo oprimiste a tus pezones y lo pusiste en medio de tus senos con lo que lo arropaste unos minutos y con tus manos hiciste un sándwich de el entre tus pechos. Paso unos minutos y lo tuviste que soltar por que Javier te dio un beso el cual al finalizar el te sonrió y tomo tu cuerpo con ambas manos y las deslizo por toda tu forma hasta llegar a tus caderas, giro tu cuerpo y quedaste de espaldas frente a él y tu viendo la cabecera de la cama, lentamente te llevo a la orilla de la cama donde te pusiste de rodillas y tus brazos se apoyaron para queda en una posición donde dejaba ver tus tremendos glúteos, que ambos mirábamos. Dándote una pequeña nalgada te dijo: ”he vuelto a ver tu mancha”, para posteriormente darle una nalgada mas fuerte, tu sonreíste e hiciste un giño. Javier acaricio tus glúteos y jugueteo con el hilo de la tanga, la cual se veía supe humedecida. De repente con sus labios beso parte de tu tronco hasta dar el finalizar con tus glúteos, en ese momento te bajo tu tanga y quedaron atrapadas por ella tus piernas, en ese momento volvió a besar tu tronco pero con su lengua bajo por tu rayita, le dio vueltas antes de llegar a tus jugoso labios y cuando llego a ellos, tu dejaste salir de tu boca un gemido de satisfacción y trataste de cruzar tus piernas atrapadas entre tu tanga. Te veía con una lucha interna entre que si querías sentirlo pero te reprimías, gemías pero tratabas de cerrar tus labios cerrando los ojos y apretándolos de gusto. Así estuvieron algunos minutos y fue creciendo la intensidad, mencionabas su nombre en varios tonos, con suspiros y gritos a la vez, gemías y pedias mas cada vez, que no se si te diste cuenta que tenias su lengua dentro de tus labios vaginales y a su vez te introducía su dedo, causándote una gran placer, al grado de exigir mas. Tu tono de voz aumento y los gritos dejaban atrás tus susurros, hasta que tu batalla interna te obligo a decir: “Flaco, para para, ya lo quiero adentro!!!!!, no aguanto más”, él se apartó lentamente en lo que yo veía como mordías la almohada de placer y deslizo al “chestercillo”, por tu rayita, se detuvo unos segundos a la mitad pero tu dijiste: “no, ahí no, tu tienes tu lugar….”. Al escuchar esto continúo el recorrido de “chestercillo”, hasta llegar a tu zona húmeda. Redondeo el área de tus labios y lo deslizo por el centro de ellos, parece que estaba muy gordo y duro, por que conforme se deslizaba a tu interior, gemiste de dolor pero mezclado con satisfacción. Ya una vez dentro tu apretaste mas la almohada y él te tomo por las caderas y comenzaron un movimiento de vaivén, el cual fue aumentando de intensidad, así como tu voz que repetía “Javier…mmmmm Flaco…. maassssss” , conforme lo pedias, mas aumentaba el movimiento y te perdías la posición de 4 en la cama, gritabas y gritabas, tu cara tenia una satisfacción poco inusual. Se veía el gozo, tus pechos iban y venia de forma bruza, una nalgada complemento la acción como cual jinete le pide mas a su montura y que a veces con tus piernas apretabas para sentir el animal en que se convirtió el “chestercillo” dentro de ti.
Ambos sudaban pero disfrutaban el momento, cada vez él te daba unas nalgadas, que parecer que te gustaban por que pedias mas, llego un momento en que tu parecía que querías verlo de frente pero po la posición no podías voltear, hasta que Javier saco a su “chestercillo” quien se veía mas grande de cuando entro (parecía que dentro creció) y en un primer intento trataste de girar acostándote en la cama pro la tanga note dejo hacerlo libremente, por lo que Javier te ayudo al quitarte y aventar tu tanga a algún lado de la habitación, ya no importo donde cayo, solo que descánsate las piernas, para abrirlas y él se metiera entre tu ser nuevamente, los besos comenzaron a darse nuevamente ya en forma desordenada los gemidos se confundían en el vaivén de sus cuerpos, tu ahogabas y revivías el nombre de Javier entre tus labios y pedias mas, gritoneabas de placer, mordías su pecho, lo chupeteabas y lo besabas. Yo solo observaba la escena sentado, me pare para ver como de repente abrazabas con tus piernas su cuerpo, su tronco lo atrapabas y lo dejabas ir, sus bolas se estrellaban una y otra vez como si fueran aplausos en tus glúteos, la humedad se deslizaba por tu rayita y la intensidad creció mas cuando empezaste a gritar sin parar “me vengo…me vengo Flaco, mas hasta el fondo, me vengo!!!!!!!!” para finalizar con un gemido que escapo de tu boca y los ojos cerrados con forma oriental se quedaron pasmados, como detenidos en el tiempo y tu lengua dio recorrió tus labios como si hubieses saboreado un gran manjar, Javier cuando vio eso, saco su gran “chetercillo2 y lo dejo sobre tus pechos en donde los batió con sus “chestercillos”, y conforme salían fue perdiendo dureza el “chestercillo”. Se acoto a lado tuyo y exhaustos suspiraban con los ojos cerrados sobre el gran momento que pasaron juntos. Él puso su mano en tu vientre y tú en su pecho acariciándolo. Ambos cuerpos quedaron tendidos después de la gran batalla, la cual parecía que seria la final, pero solo fue un falso final. Yo contemplaba la escena de pie y veía como del interior de tu caverna, todavía emanaba jugos como cascada de tus fluidos, tus pechos estaban mojados, y poco a poca la consistencia lechosa con la que fueron bañados se volvía mas liquida y se perdía. y su “chestercillo” sin fortaleza recargado en su pierna pero ya sin la dureza que llego a tener.
Así quedaron algunos minutos tendidos y se agradecieron mutuamente el regreso al pasado que tuvieron alguna vez, besaste sus labios y te sentaste a lado de la cama, me observaste y con tu mirada me pediste que me pusiera a tu lado. Me desvestiste lentamente dándome unos besos, yo parada y tu sentada, me desabrochaste el pantalón, con tu mano descubriste mi “chestercillo”, me dejaste con los pantalones abajo y bajaste mi bóxer, dejando que mi “chester” lo vieras firmemente. Tu lo vistes fijamente, no se si lo hacías por comparar con el de Javier o que paso por tu mente, pero en un momento lo empezaste a jalonear con tus manos. En un intento lo llevaste a tu boca, pero no fue por mucho tiempo. Nunca he llegado a comprender cual es la diferencia que sientes entre el de él y el mio (espero alguna vez me lo cuentes), pero no me importo por que te vi hacer realidad mi fantasía y lo estabas disfrutando. Después te apartaste poco a poco, besando mi estomago, pasando por mi pecho hasta que quedaste de pie, robándome un beso en la boca y de repente sentía tu mirada. Yo acariciaba tu cuerpo con mucha intensidad, pase mi mano por tu espalda , tus pechos que todavía estaba medio húmedos, baje por tu estomago, deposite mi dedo en tu ombligo, te hiciste a un lado, retome con mi mano derecha hasta llegar a tu monte, que estaba con sus pelos alborotados y aun más humedecido, recorrí con mis dedos tu raya de enfrente, la cual todavía escurría y con mi otra mano baje de tu espalda a tus glúteos hasta llegar con mis dedos a tu raya que estaba empapada. Javier recostado miraba la escena y veía tus glúteos y la mancha, no se si quería encontrar diferencia alguna de la que vio hace años a lo que veía en ese momento pero si la admiraba. Mientras tu y yo nos fundíamos en caricias y besos. Tus manos cada vez me jalaban más, que pensé que lo arrancarías. En determinado momento te voltee de espaldas y bese tu cuello deslice mis labios por tu espalda, empuñe al “chestercillo” deslizándose por tu espalda y te pusiste de nuevo en cuatro, cuando mi chester se deslizo por tu rayita, llego a tu primer hoyo, volteaste y me dijiste “gordooo, no quiero por ahí, mejor le pedimos a Javier que te preste el suyo…” volteaste tu cara hacia él y le preguntaste “Flaco, le prestas tu cuevita?”, el solo aino a sonreír y asentar con la cabeza. Enfile a mi “chester” hacia tu segunda cavidad, su caso se deslizo entre tus labios hasta entrar por el centro, y tu al sentirlo gemiste de una forma gozosa y yo sentí tu vagina que me cubría, muy húmeda pero calientita. Después te tome por la cintura con mis manos y comencé a mecerte, a hacer que mis bolas se estrellaran en tus glúteos, tu gemías pero de repente por alguna situación quedaste cerca del “chestercillo” de Javier, el cual derivado de lo que veía, volvía a tomar fuerza, en ese momento lo llevaste a tu boca y lo empezaste a mecer dentro de ella. Eso fue una escena inimaginable, a mi me prendía el tenerte el mio dentro de ti, pero ver que te comías el de el a la vez que nos mecíamos, nos excito a los tres. Cada vez aumentaban los movimientos, la cama casi golpeaba y sonaba a todo lo quedaba, tu no atinabas a gemir, gritabas “gordo…….. Flaco………….” Entre los chupeteos y exprimidas que le dabas y el sonido del aire de tu vagina que yo provocaba. De repente gritaste “esperaaaaaaaa” por lo que tuve que detenerme. Creo que también Javier se sorprendió por que fue tan repentino, yo llegue a ´pensar que lo habías mordido, pero no fue así, te separaste de mi y me aventaste a la cama. Quede boca arriba y sorprendido, me miraste a los ojos y me dijiste: “gordo, te quiero mucho, por eso lo hago y ahora te toca a ti” después te sentaste sobre mi “chestercillo”, pero la sorpresa fue mayor cuando lo tomaste y lo introdujiste poco a poco en tu cavidad trasera, yo sentí como costo un poco de trabajo pero entro y note la diferencia entre atrás y adelante, me encantaba mas ese, no se por qué, me iba a empezar a mover cuando dijiste “espera” en se momento llamaste a Javier y le dijiste “flaco, ven aquí adelante, métemelo tu por delante…. A ti te quiero y fuiste al primera persona quien me conoció íntimamente a quien le entregue mi primera vez y penetro mi vagina” conforme Javier iba deslizando su “chestercillo” en tu vagina, tu voz se iba ahogando, pero dentro de tus últimos susurros dijiste: “Ahora me entrego a las dos personas que quiero, a mi flaco que me enseño a amar por primera vez y a mi gordo quien me ha acompañado en la vida, por eso cada quien en su respectivo hoyito….”, después tus gemidos tomaron el espacio y entre ruidos te mecíamos, a veces sentía que por dentro me encontraba con el “chestercillo” de él, pero separados por algo interno tuyo. Tus gritos y suspiros, de repente me llamabas con mucha pasión “gordoooooooooo” en otros llamabas a Jveir “Flaccooooooooooooooo” y derepente como que perdías la razón y lo llamabas mas a el y a veces a mi, te mordías los labios y gemías de placer. No había un orden cada quien jalaba por su lado, Javier te comía a besos por tu boca, cara y pechos, yo solo atinaba besar tu espalda, cuando se podía tu frente y tu cuello. Así duramos mucho tiempo chocábamos con nuestros cuerpo el tuyo, sudabas entre los 2, a veces nuestras cosas se estrellaban, pero el placer que tenias era inimaginable te retorcías en medio de los dos, pedías mas, hasta que dijiste: ”me vengo flaco, Gordo… me vengo apachúrrenme…….” Durante esos gemidos y gritos te quedaste inmóvil en lo que Javier y yo nos movíamos, hasta que sentí que mi “chestercillo” lloro dentro de tu cavidad. Creo que Javier también hizo lo mismo por que sentí que perdió fuerza, pero todos tratamos de mantenernos juntos, dentro de ti. Hubo un momento en que jadeamos y respirábamos al mismo tiempo, después de la batalla que habíamos librado y quedamos satisfechos, primero Javier se levanto, un poco exhausto y fue a acostarse al otro lado de la cama, tu quedaste con las abiertas, flácidas y rendidas, de tu cavidad delantera emanaba tus fluidos tuyos mezclados con los de él. Te quedaste así unos largos minutos y yo sentía que todo escurría encima de mi, que mis fluido se mezclaban en mis piernas con los tuyo y los de él. Tu seguías descansando encima de mi, de repente cerraste las piernas y te paraste mi “chestercillo”, salió de tu cavidad trasera mas fácilmente que al entrar, ya estaba flácido y cuando te parabas vi que todavía escurrías de atrás y de adelante. Te fuiste a recostar a lado de Javier y lo abrazaste cerrando los ojos. Yo me reincorpore a tu lado izquierdo y te di un beso, cerré los ojos un poco cansado y creo que dormimos unos minutos los tres.
Entre dormitadas alcance a ver que te metiste a bañar con el, me acerque a ver por la rendija de la puerta del baño y tu tenias su “chestercillo” en tu boca, vi como lo jalabas, con que desesperación pasabas tu lengua entre el y chupeteabas, hasta que llego su clímax y tu te diste cuenta lo sacaste de tu boca y llenaste tus pechos con los fluidos de él. Después terminaste de enjuagarte y cuando vi que estabas a punto de salir me fui a la cama y me hice el dormido, cuando saliste me abrazaste y me diste un beso, en eso salió Javier y nos tomaste a cada uno de su “chestercillo”, los besabas alternativamente y jalabas a la vez. Así estuviste haciéndolo hasta que viste que íbamos a terminar y te abañamos juntos con los “chestercillos” de cada quien los cuales se iban mezclando conforme se deslizaban entre tu cuello y pechos. Así me tomaste de la mano y me metiste al baño donde juntos nos enjuagamos, para fundirnos en un fuerte abrazo bajo el chorro del agua caliente. Después te ayude a secarte y me secaste, cuando salimos Javier ya se estaba terminando de vestir. Tu buscaste tu ropa y trataste de vestirte, cuando de repente dijiste “mis calzones!!!!!!!” por lo mas que lo buscamos no los encontramos, por lo que te pusiste la falda y andabas con nada abajo. Bajamos por la escalera, le diste un beso a Javier y te subiste adelante a lado mío. Atrás subió Javier y salimos del motel, de repente Javier rompió el silencio diciendo “oye flaca quedaste igual que cuando fuimos a tejocotes, sin calzones debajo de la falda” solo me volteaste a ver y nos reímos todos, para enfilarnos hacia la terminal y dejarlo para que regresara Colima.


Foto 1 del Relato erotico: Nora y su reencuentro

Foto 3 del Relato erotico: Nora y su reencuentro

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2767

Categoria
Fantasias

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