JUGANDO CON FUEGO -1-
( Relatos Heterosexuales )
Eres una ninfómana de mierda y una zorra!!
Eso fue lo que me dijo Alberto ayer antes de dejarme.
Me llamo Paula, tengo 22 años soy morena, buen cuerpo y lo más importante un coñito insaciable, juguetón y que necesita mucha caña.
Perdí la virginidad con tan solo 13 años y desde ese momento el sexo ha pasado a ser algo esencial en mi vida, he tenido relaciones con hombres, mujeres, tríos, he hecho orgias y he estado con algunos tíos que ni tan siquiera me gustaban pero que por diferentes motivos de la vida, al final me los tiré simplemente por puro vicio.
Con Alberto llevaba 6 meses de relación y el pobre tenía más cuernos que una ganadería de toros bravos enterita, tengo que reconocer que este chico me gustaba mucho, si, esto suena raro cuando acabo de decir que le había sido infiel muchas veces, pero para mí eso es algo incontrolable…… nos llevábamos bien, teníamos cosas en común, era bueno en la cama, guapo y responsable, justo lo que yo necesitaba.
Hacia un par de meses que vivíamos juntos y nos iba genial, la verdad, si no hubiese sido tan tonta e inconsciente de llevarme a su mejor amigo a casa, probablemente él no se hubiese enterado nunca de la doble vida que llevaba a sus espaldas.
Por eso hoy no paro de darle vueltas a las palabras que me dijo ayer, ¿ninfómana? ¿zorra?....¿será verdad?
Supongo que tendré tiempo algún día de contaros mi curriculum follistico, pero hoy quiero centrarme en mi última historia, la que tuve con su mejor amigo, Alex.
Todo comenzó hace tres meses, estábamos todos los colegas en una discoteca pasándolo de muerte, la verdad es que somos una buena colla y esa noche seriamos 15 amigos más o menos entre chicos y chicas, a mí nunca se me había ocurrido tener nada con ningún amigo del grupo sobretodo porque temía que algo como lo que ha pasado finalmente, pudiera suceder, que Alberto se acabara enterando, en cambio sí que había tenido un par de encuentros con Laura, una amiga de la infancia que tampoco se queda corta en líos de cama, pero sin desviarnos del tema volvemos a esa noche.
Estábamos en la pista bailando y un poco pasados de vuelta, ya sabéis, mucho alcohol y alguna que otra rayita, yo no suelo drogarme mucho, sobre todo porque la coca tiene un efecto afrodisiaco en mi cabeza imposible de controlar, y eso fue justo lo que me paso.
Es imposible no fijarse en un tío como Alex, cuerpo musculado, guapo y un buen paquete que se le marca a través del pantalón. Por eso cuando lo vi alejarse dirección al baño, no pude contenerme y lo seguí.
Me lleve una sorpresa cuando se metió en un lavabo y no se quedó fuera en los orinales de tíos, supongo que quería meterse algo y por eso se escondía, yo estaba en la puerta controlando y antes de que se diera cuenta me cole y me encerré con él.
Su primera reacción cuando me vio allí dentro con él fue de desconcierto total, pero de repente se relajó y me pregunto..
-¿Qué pasa Paula? ¿Quieres una raya?
-Hola Alex, no, no quiero ninguna raya, mira, hace días que no puedo dejar de mirarte el paquete y no puedo negarte que me encantaría chuparte la polla- Le decía esto mientras mi mano se dirigía directamente allí, a su paquete.
-¿Estás loca o qué? Me dijo a la vez que me empujaba contra la puerta del baño.- Alberto es mi colega.
-Vamos Alex, él no tiene por qué enterarse, además, solo quiero chupártela y que te corras en mi boquita- su cara era un poema.
-¿Qué dices tía? ¿Quieres chupármela aquí, ahora?
Su expresión empezó a cambiar y pensé que tenía que hacer algo ya para convencerlo o me quedaría sin mi ración de polla diaria y tendría que buscarme a cualquier otro tío para que me follara.
Llevaba una minifalda muy cortita y me la remangue hasta la cintura, no llevaba bragas claro, me encanta estar dispuesta en cualquier momento para que Alberto me meta un dedito en cualquier sitio y a él le encanta que vaya con mi chochito al aire.
Siempre voy súper depilada, como una muñequita y eso pareció gustarle a Alex, note como su rabo empezaba a crecer y se le ponía dura por momentos, oohh parecía muy grande y yo cada vez estaba más cachonda.
Cogí su mano y la acerque hasta mi coñito, todavía estaba un poco reacio, pero en cuanto me puso la mano encima y noto mi humedad se disolvieron todas sus dudas, así son los tíos, tremendamente fáciles.
-Eres un guarra y una calientapollas y lo sabes- Decía mientras sus dedos hacían círculos encima de mi clítoris.
-Sí, lo sé, pero no pares de hacer eso.
De repente metió dos dedos en mi vagina y creí que me moría, hacía tiempo que una situación erótica no me ponía tan cachonda.
-Vamos arrodíllate y chúpamela como habías prometido- Yo en ese momento no quería que parara, me estaba encantando lo que hacía con sus deditos, pero el dejo de tocarme y me obligo a arrodillarme, en ese momento me di cuenta de que Alex era un tipo muy dominante en el sexo y que tendría que hacer lo que me dijera o si no no tendría ningún problema en agarrarme fuerte y obligarme, solo de pensarlo yo me ponía más cachonda todavía, me encanta que los tíos me dominen y me obliguen de vez en cuando a hacer cosas que yo no quiero.
Cuando cogí su polla con la mano flipe, aquello no era normal, tenía un pollon increíblemente largo, pero sobretodo muy gordo, demasiado.
-Vamos chúpala ya- Me la metí en la boca y empecé hacerle una mamada, su polla sabía bien, un tanto saladita, pero a mí me encanta el sabor a polla y no hace falta que estén recién duchados, si están un poco sucios incluso me gusta más.
Me cogió de la cabeza y empezó a follarme la boca sin control, fuerte y muy adentro y como su nabo era tan grande a veces me daban hasta arcadas.
-Más despacio Alex.
-Vamos Paula, no disimules ahora, Alberto nos ha explicado muchas veces a los colegas que eres insaciable en la cama, que te gusta hacer de todo y no pones pegas a nada, también dice que te encanta que te follen el culo ¿verdad?- En ese momento me ayuda a incorporarme, me da un morreo intenso, lleno de saliva y mordiscos, me gira contra la pared y me mete un dedo en el culo.
Oh,oh, empiezo a darme cuenta de sus intenciones y soy plenamente consciente de que si me folla el culo me va a reventar, no tenemos lubricante y su polla es gordísima, tengo que disuadirlo como sea.
-Déjame que te la siga chupando Alex, dejare que te corras en mi boca, sacare toda tu leche.
Me aprieta más fuerte contra la pared y me coge del cuello,- Me persigues hasta el baño me obligas a que te toque el coñito y ¿Ahora pretendes que no te folle el culo?-
- Se van a dar cuenta de que faltamos, tenemos que darnos prisa- Le digo en un tono de súplica.
-Haberlo pensado antes zorra- Ahora me mete tres dedos por el culo y noto como empieza a dilatarse.
-Si vuelves a rechistar te voy a hacer daño de verdad- Escupe en su mano y sigue lubricándome el culo que ya está un poco más dilatado, yo noto como mi ano va cediendo más y más, pero aún no está preparado para el grosor de esa polla.
-Métela en mi coñito, está muy calentito y jugoso- Le digo en un último intento.
De repente me tapa la boca para que no grite, su polla rozando mi culo, va a penetrarme y tiene miedo de que chille.
Noto como se abre paso dentro de mi culito estrecho y como me penetra hasta el fondo, menos mal que me estaba tapando la boca, porque pegue un grito de dolor que más bien parecía un alarido de animal, maldito hijo de puta, me la ha metido de golpe y está moviéndose fuerte, mi culo está ya muy dilatado y de repente empiezo a sentir un placer increíble, sí, me encanta que me follen y que me dominen y Alex tiene todos los números para que me lo folle muchas más veces.
Saca su verga y se sienta en el wáter, yo empiezo a ser consciente de que estamos tardando demasiado, pero ya estoy muy cachonda y me da igual todo.
-Ponte de espaldas, maldita perra- Yo me doy media vuelta y me siento en su polla, mi culo esta al máximo y lo único que quiere es que le den más caña, sigue penetrándome mientras yo me acaricio el clítoris deseosa de tener mi orgasmo, pero no me da tiempo, noto como su cuerpo se tensa, como me penetra más fuerte, hasta el fondo y de repente noto un líquido caliente que se derrama dentro de mí, me quedo sentada en su polla unos segundos y me doy cuenta de que no he tenido un orgasmo y eso me pone de muy mal humor.
Parece que esta vez las cosas no han sido como yo pensaba, yo solo quería chupársela y al final me han reventado el culo sin piedad, supongo que eso me pasa por meterme donde no debo, ¿no?
-¿Te ha gustado Paula?- Dice mientras se ríe de mí. –Ahora límpiamela bien con tu boca.
Sé que no debemos entretenernos mucho más tiempo, vuelvo a metérmela en la boca para limpiársela bien.
Cuando termino se sube los pantalones y me dice.
-Salgo yo primero, tú espérate aquí y sales dentro de un par de minutos, si me preguntan por ti diré que te vi salir a la calle porque no te encontrabas muy bien, ¿de acuerdo?
-De acuerdo- Le respondo.
Estoy sentada en el wáter con una sensación en mi culo extraña, ¿dolor? Este tío me ha reventado, pero estoy satisfecha.
-Te llamo esta semana, le debes una follada a mi coñito y una corrida a mi boquita- Le digo mientras me chupo un dedo.
-Pues claro, Paula, una zorra como tú no se encuentra todos los días- Sale del baño y se va.
Yo me quedo esperando ese par de minutos y me pongo a pensar en mi novio, yo no tengo la culpa de ser una viciosa y no puedo conformarme solo con un hombre, si algún día se entera de mis infidelidades creo que lo entenderá, oh dios, no entenderá nada, nunca se puede dar cuenta de cómo soy realmente, tendré que tener cuidado, hoy he sido muy idiota.
Estoy colocándome la ropa dispuesta a salir del baño, cuando un tipo feo y gordo se cuela en el mío y no me deja salir.
-¿Qué coño haces? Sal de aquí gilipollas.
-Creo que te va a encantar lo que tengo para ti nena.
Saca su móvil del bolsillo y me enseña tres fotos en las que se me ve follando con Alex, una chupándosela y otras dos mientras me follaba el culo.
-Habéis sido muy escandalosos, yo estaba en el baño de al lado y he tenido que hacerme una paja mientras os escuchaba, pero también me ha dado tiempo de echarte unas fotos desde arriba como puedes ver- Se ríe.
El tipo es asqueroso, además parece que no se haya duchado en un par de días.
-Déjame salir, o voy a gritar- Aunque le digo esto soy consciente de que tengo un problema y de los gordos.
-Mira, Paula, ¿verdad? Tienes dos opciones, o me das tu teléfono para que te llame y tengamos un encuentro sexual o de lo contrario pondré estas fotos en todas las webs del mundo habidas y por haber para que toda la gente vea lo zorrilla que eres.
Maldito cabronazo, hijo de puta.
-No te atreverás- Le digo, aunque en mi interior crece un miedo surreal.
-Sí, que lo hare, te obligaría ahora mismo a que me la chuparas pero como acabo de decirte me he hecho una paja y la tengo un poco muerta, así que, te llamare mañana y después quedaremos en mi casa para cobrarme la deuda, si no, pues ya sabes el riesgo que corres.
Empiezo a darme cuenta de que llevo demasiado tiempo en el baño y que seguramente Alberto me esté buscando
-Está bien lo hare, pero seré yo la que te llame-Así que saco mi móvil y apunto el teléfono de ese gordo imbécil , quedo en llamarlo al día siguiente, pensándolo fríamente prefiero tener sexo 10 minutos con ese idiota que arriesgarme a que mis fotos chupándosela al mejor amigo de mi novio circulen por las redes.
-Está bien te llamare mañana- Le digo y me dispongo a salir.
-Me llamo Mario, estaré esperando tu llamada impaciente- Me tiende la mano y yo se la rechazo, abro la puerta del baño cuando me coge del brazo y me dice,- No juegues conmigo putita, espero tu llamada.
Salgo del baño y me dirijo a la pista, para mi sorpresa Alex está hablando con Alberto y parece que está contándole algo gracioso, porque se parten de risa.
Me acerco a ellos y le digo a Alberto….
-No me encuentro muy bien, ¿podemos irnos a casa?-
-¿Dónde estabas Paula? Alex me ha dicho que te vio salir fuera, ¿estás bien?
-Necesitaba tomar el aire, nada más, ¿nos vamos?
-Claro cariño, tu mandas.
Nos despedimos de todos y vamos saliendo del local, Alex me guiña un ojo antes de salir y yo me estremezco recordando lo que acaba de pasar, aunque mi mente esta en otro sitio, sé que mañana tengo que cumplir con un asqueroso que me ha chantajeado y eso me pone de mal humor.
Cuando salimos por la puerta, alguien choca con nosotros y se disculpa en el acto.
-Lo siento ha sido sin querer- Es el tipo del baño, Mario
-No pasa nada hombre- Le dice Alberto.
Seguimos andando, pero yo me giro y veo a Mario mirándome y advirtiéndome con la mirada, no tengo escapatoria.
Continuará………
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