Me fijaría en tus pezones, detallaría como se endurecen cuando tu cuerpo se siente envestido. Ver como se arrugan me haría mojar tu vagina con mi liquido preseminal a borbotones. Comenzaría a bombearte con envestidas cada ves mas calculadas con el proposito de martirizar tu clítoris. Buscaría que gimieras hasta el cansancio, hasta que tu garganta enrojeciera. Luego la sanaría con semen.
Cuando vea tu cuerpo contorsionandose por los repetidos e intensos cirrientasos que genera tu cuerpo al copular, daría rienda suelta a mi apetito voras y trataría de metertela toda de manera que mi explosion llegara hasta tu garganta. Te vaciaría mi semen en tu vagina. Olerías a macho a kilómetros, durarías horas sintiendo como sale liquido luego de mi eyaculación. Si los hombres tuvieran olfato les daría asco acercarse del olor tan intenso a semen que tandrías.