Un martes temprano había quedado en entregarle unos memorandos que él me solicitó para algunos empleados, llegué a su oficina temprano, cuando pasé por ahí él estaba sentado en su oficina hablando por su celular, así que con gesto me invitó a sentarme para que lo esperara. Entonces me senté y revisé algunos de los memos en lo que él terminaba. Al terminar me solicitó que se lo diera para el seguir chequeando (es decir para corregirlo) pero en lo que tenia mi cabeza hacia abajo revisando también noté que él no miraba los papeles si no a mi. Lo miré y me pude dar cuenta que miraba mis senos que se habían salido de mi blusa ya que ésta se desabrochó. Al ver que me di cuenta este se sonrojo mucho, así que para no asustarlo me sonreí (no vaya a ser que se me espantara el galán), y como para romper el hilo me invitó un trago, me brindó un whisky de un pequeño mini bar que tiene en su oficina, pensé que al servir volvería a su asiento de tras de el escritorio pero no fue así, se paró frente a mi delante de su escritorio y vi como se acariciaba la parte delantera de su pantalón donde se podía notar como crecía un pequeño bulto, así que tomé la iniciativa de lo que seria obvio. Me paré de mi silla me incline hacia él y lo besé. El me tomó de la cintura me levantó hacia su escritorio, podía sentir el palpitar de su pecho , pero él aseguró que no lastimaría.
Me arrebató la copa que aún sostenía en la mano, para así poderme acostar en su escritorio. Me lanzó ahí, me terminó de quitar la blusa y luego soltó mi sujetador, yo estaba tan caliente que sólo podía dar pequeños gemidos y a todo asistir con la cabeza, porque sólo quería que me tocara que me produjera placer como lo hacia. Con sus dedos tocaba mis pezones como un vil juego para desesperarme, y sostenía la copa vertiendo en mis pezones whisky el cual lamia con delicadeza. Eso me hizo emanar una gran cantidad de mi juguito, sentía como chorreaba mi tanga.
Ya casi no aguantaba, así que le dije que me penetrara, porque ya no podía aguantar más, iba a estallar si no me lo metía, así que se desabotonó el pantalón y lo saco de su boxer. Mis ojos se engrandecieron al ver lo enorme que era esa cosa y como lo sostenía, lo golpeó contra mi clítoris anchado como tres veces y lo inundó en mi jugo, así introduciéndolo de una sola envestida. Estaba tan dilatada que sentí como entraba y me gustó mucho, mis jugos hacían que sus movimientos sean mejores, era una de las tantas sensaciones ricas que he tenido en mi vida. Luego empezó el juego del entra y saca y él con su mano tapaba mi boca para que no pudieran escuchar los demás que estaban en la oficina ya que no me podía contener sólo reaccionaba como una loca, hasta que por fin exploté y sentí cómo su lechita se corría en mi, era calmante sentir que ya estaba totalmente relajada. jejeje
Así que me arreglé la blusa y la falda y como si nada hubiese pasado allí, claro que nerviosa sentía que alguien nos pudo haber escuchado. Fue así como empecé esta nueva aventura sexual con mi jefe. En un próximo relato les contaré cómo hicimos el amor él, su esposa y yo.
Un besito.