Este excelente plan continuó y no solo en la casa de Sabrina, sino que cuando ella venía a mi casa cuidarnos a mí y mi hermanito yo podía hacer casi todo lo que quisiese, desde invitar amigas hasta volver tarde de mis salidas. Sin embargo un día este plan se tornaría en mi contra. Un sábado por la tarde salí a patinar con una amiga del barrio, nos estábamos divirtiendo y jugando carreras en el circuito de patinaje pero comencé a sentir que me faltaba la respiración, mi amiga se asusto y no supo que hacer ya que llamo a su madre y esta no respondía las llamadas, llamo a mi casa y hablo con Sabrina. Minutos después yo seguía sin poder respirar normalmente y fuimos en auto a mi casa. Ni bien llegamos comenzó la situación más incomoda hasta el momento
Sabrina- Tengo que sacarte la remera-
Yo- ¿Qué? ¿Por qué?
S- Tengo que revisarte, soy médica te acordas? Tenes dos opciones, te reviso yo o vamos a la guardia.-
No quería ir a la guardia, no me gustan los hospitales, los médicos ni anda que tenga que ver con ellos. ¡Tampoco quería que me viese sin remera!
Yo- Nono, ya estoy bien gracias - dije aunque no podía disimular mis esfuerzos por respirar normalmente
S- No seas tonta, además no te estoy preguntando, te la sacas o te la saco yo.-
Yo la mire y no emití sonido alguno, me dirigí a mi habitación y ella me detuvo agarrándome del brazo. Me sentía sin fuerzas para discutir o para seguir oponiéndome, ella tomo un estetoscopio de su mochila y me hizo sentar sobre mi cama. Sentí unas manos tomando mi remera, me pidió que levantara los brazos y tuve que hacerlo. Ella apoyo el estetoscopio helado sobre mi pecho, primero en el centro y luego más cerca de mi corpiño, me sentí totalmente invadida cuando me corrió un poco el corpiño y me rozo un pezón con su mano, piel con piel. En seguida quito su mano y siguió ocultándome la espalda, sin embargo el daño ya estaba hecho, de alguna manera este fue el primer indicio de que esta mujer me estaba acosando de algún modo, no encontraba normal que para escucharme respirar debiera verme semi desnuda y tocarme un pezón.
Creo que me gusto un poco que sus suaves manos me rocen un lugar íntimo como lo es un pecho, no podía dejar de pensar en ese momento. Vaya confusión no podía decidir si me había gustado o no, aunque estaba segura de que la situación había sido mala. Volviendo a mi problema de respiración ella dijo que quizás se debían a mis problemas emocionales, a mi ansiedad y la verdad no se que más dijo. Carolina se entero de esto y aunque ya le caía bien Sabrina, después de esto y de que me había ayudado tan rápido mi madre quedo encantada con ella.
Comencé a pensar en ella y a revivir los momentos en que ella me “toco” y cuando la vi semi desnuda en su habitación, no podía decidir porque me pasaba esto, quizás estaba obsesionada con ella, quería parecerme a ella, vestirme como ella lo hacía, tener un cuerpo de modelo como el de ella, tener las actitudes y formas de ella que ya era una adulta. Poco a poco en vez de odiarla me convertí en su fan o en su mascota, le hacía caso en todo, intentaba caerle bien, intentaba comportarme como una adulta. De todos modos esto no hizo que me sintiera menos intimidada ni tampoco me hizo sentirme su amiga, incluso seguía teniendo vergüenza de hablarle o de que ella me hablara.
Continuará…