Después de muchos años de estudios y de desenfreno colegial, a los 23 años me consideré que era el momento justo para tomar la vida más en serio. Me mude a la capital tuve que alquilar un departamento austero pero cómodo. Como estudie administración de empresas conseguí rápidamente trabajo como vendedor de seguros de vida, con lo cual no me iba mal pero tampoco me alcanzaba darme la gran vida.
Por esas fechas conocí a Remedios que es la típica chica que me gusta, bajita, pelo lacio, con un culito hermoso, una cinturita de tentación, una carita angelical, estaba fascinado y unas piernas de campeonato, ella tenía una forma de vestir siempre un poco conservadora que disimulaba muy bien su bien formado y torneado cuerpo, iba a cumplir 22 años y desde que nos conocimos nos empezamos a gustar y querer cada día más y hasta planes de boda ya teníamos en puerta, por esas fechas Lucy la amiga mi novia se embarazo por lo cual ya no podía continuar en su empleo por lo que, recomendó con su jefe para que mi novia se quedara en su puesto, tenía una semana en su nuevo trabajo como secretaria en un despacho, estaba en la etapa de adaptación, quedamos en que pasaría por ella el fin de semana para festejar su cumple 22 después de que saliera de su empleo la invite a dar un paseo al parque de Chapultepec.
Eran los meses de verano la temperatura exigía ropa más descubierta y provocativa, Reme, me quiso dar una sorpresa vistiendo unos mini shorts tipo licra bien cortitos que se le meten en ese culo hermoso, con un top blanco y unas sandalias blancas de tacón alto me quede boquiabierto, no resistí la tentación para capturar ese momento, saque mi celular, que por suerte tenia cámara, esto en el futuro fue un vicio que desencadeno en cosas que después os contare, apenas si se dejo mi chica que le tomara la foto pero después de tanto chulearla accedió, después de eso me dio una beso apasionado hasta me metió su lengua hasta la campanita, logre percibir que tenia mal aliento pero no le di importancia esta que se caía de buena.
Era una delicia para mí y para todo aquel que la viera. Era evidente que todos los hombres la miran fijamente, inclusive tipos que iban con sus parejas no perdían la oportunidad en desviar sus ojos a nuestro paso en el parque, a lo que ella me decía que le incomodaba mucho y que no volvería a vestirse así, pero por extraño que pareciera en cierta oportunidad cuando sentíamos que estábamos en un lugar privado alejado de la miradas indiscretas y de las aglomeraciones del parque, tuve la astucia de sobarle el culo a mi Reme.
Entre más nos besábamos, subíamos cada vez mas de tono del encuentro, la besaba lujuriosamente y así comenzaban las carisias cada vez mas intimas, le alcance a meter la mano de bajo de su rica licra, logrando llegar hasta su vello púbico, y no depare hasta llegar a su coño, lo cual note extremadamente mojado, entonces vi como ella disimuladamente desviaba su atención a un punto entre los árboles, volteé buscando lo que la distraía y sorprendí a un tipo que nos estaba espiando y no dejaba de mirar el trasero mi amor, como ya andaba a mil le pregunte si le gustaba que nos observaran, lo cual negó, preguntando quien nos estaba mirando, esto me dejo pensativo pero no le di mayor importancia, después de un rato vi que el tipo desapareció lo cual agradecí a mares.
Yo siempre la respete nunca baje las manos mas allá de la espalda, pero como ya andamos muy calientes, ya no aguantaba más, nunca le pregunte si era virgen o de sus experiencias pasadas, solo entendía que ese era el momento para llevarla a la cama, le dije, quiero sentir tu cuerpo junto al mío y hundirme en ti, el silencio nos rodeó, ni ella ni yo esperábamos que algo así sucediera, tomó mi mano y la llevo directo a su mojadísimo coño, me quede mudo y sin más palabras, busqué su boca, nos besamos tiernamente, con mis manos comencé a recorrer su cuerpo sobre su ropa, tenía sus pezones duros y al tocarlos causaba en ella algo, lo sentía en su forma de besarme, y en mi causaba una excitación tremenda, no me decidía a explorar más allá hasta que ella me susurro al oído, tócame!, hazlo! Y comenzó a bajar mi mano hacia su rajita, yo podía sentir el borde de su vagina, con delicadeza comenzó a besarme el cuello, y fue desabrochando uno a uno los botones de mi pantalón, mezclaba besos, caricias, yo le toque sus senos, , decidí que era tiempo de verla a ella sin ropa, introduje mis manos en su top y entre caricias logré levantarlo, los comencé a besar como un bebe, sus senos eran más grandes de lo que yo imaginaba, estaban duros listos para ser succionados, mi mano descendió poco a poco a su licra, metí mi mano, llegué hasta su entrepierna, pude sentir sus labios y su humedad al extremo, podía acariciar suavemente su clítoris, podía ver en ella el deseo de sentir más, ella bajó su licra, no importándole que estábamos en un parque y que cualquier persona podría vernos, el simple hecho de pensarlo a mi me excitaba más, ahí estaba ella dispuesta desnuda frente a mí.
Recorría poco a poco con mis labios, con mis manos cada parte de su cuerpo, su piel blanca, su olor a deseo y a placer, recorrí su cuerpo hasta llegar al paraíso, introduje mi lengua poco a poco una y otra vez, ella suspiraba ahhhhh, que delicia, se arqueaba cada vez que lograba tocar su clítoris que para esta hora estaba en su máximo, acosté su cuerpo con delicadeza poco a poco hasta quedar yo arriba de ella, la penetración fue subliminal, ella solo gemía ahhhh era el cielo mientras me besaba se movía como cogiéndome, esta fricción hizo que mi pene se pusiera más duro que nunca , yo no podía evitar por más que intentaba contener los sonidos que me causaba, parecía que ella estaba disfrutando como si fuera una perra en celo.
No podía abrir mis ojos estaba empalmado, en un momento de lucidez descubrí que ella tenía los ojos abiertos pero cuando se dio cuenta que la vi los cerro continuando con la follada de mi vida, yo estaba a punto de vaciar mi leche, la sentía extremadamente mojada, entonces pude percatarme que mi folla estaba llena de sangre y si mas ni mas mi Reme empezó a llorar como una magdalena, levantándose inmediatamente rompiendo todo el encanto no sabía qué hacer o decir ella solo saco un kleenex se lo puso en su tanga y me pidió que nos retiráramos, en el camino no dijimos nada, la lleve a su casa.
Después de despedirnos me sentí muy culpable, tenía una lluvia de sentimientos encontrados, por un lado me sentía victorioso, pues es algo que todo hombre desearía de una mujer ser el primero en estrenar un coñito, por otro lado tenía la incertidumbre que pasara después si quera seguir con lo nuestro.
(Continuara)