La
( Relatos Heterosexuales )

Hola, mi nombre es Juan Gonzalez, antes que nada quiero describirles a mi esposa.
Es un morena de cuerpo espectacular, buenas nalgas, tetas firmes,
pelo negro, ojos cafe y un andar con su culito respingon que le quita el aliento a todos.
Todo se origina cuando por un comentario de una amiga surge el tema del estrenimiento, muy comun en las mujeres, y ella dise que tambien padece de este mal, a lo que la amiga comenta que esto puede ser danino a la salud y que puede crear cancer de colon.
Ella entra en panico e inmediatamente llama al centro de salud y hace una cita para hacerce el estudio correspondiente.
Le ponen fecha para una semana y le dan una lista de preparativos que debia seguir el dia antes de acudir a la cita.
La preparacion consistia en unos laxantes y dieta que ella siguio al pie de la letra.
Al dia siguiente, yo la acompano pues para hacerle el estudio deben cedarla y ella no podia conducir en estas condiciones.
Llegamos al centro subimos y nos sentamos en la sala de espera hasta que llegaron la secretaria y una enfermera, nos saludaron amablemente y al rato la mandaron a pasa para la preparacion antes del estudio.
En eso llega el medico, me saluda y me dice que si me parece puedo entrar para que acompane a mi esposa a lo que aprobe afirmativamente, me incorpore y acompane al doctor a ponerme la ropa de lugar para estos fines.
La enfermera le entrega una bata y le indica que se quite la ropa en su totalidad y se ponga esta, quedando con una abertura posterior que ensenaba su linda nalquita.
La ayuda a subirse a la mesa y le indica que se acueste de lado con las piernas encorvadas.
El medico que hasta tanto estaba preparando el equipose aserca a ella, le abre la parte posterior de la bata y deja al descubierto su culito, en eso ingresa otro medico, el anesteciologo, que al verle su linda nalquita no disimulo y se quedo por un momendo mirando con disimulo hasta que reacciono y se dedico a aplicarle una jeringa en el suero que previo habia puesto la enfermera en su mano derecha.
Yo miraba un poco sorprendido, un poco seloso, pero debia soportarlo pues eso era parte del proceso.
Luego de aplicarle el contenido de la geringa ella se duerme y el doctor le toma un cachete de la nalga a lo que la enfermera lo asiste ayudando a separarle las nalgas dejando conpletamente al decubierto su ano, toma un tubo de lubricante lo aplica en su dedo indice y procede a colocarlo en su entrada posterior, lo aplita con un movimiento circular y yo entiendo que es solo eso, pero oh sorpresa el dedo lentamente se esta perdiendo en su culito, pero no solo eso, lo mueve como buscando algo en el interior de su recto y aun mas le introduce un segundo dedo a lo que yo quedo sin aliento, en ese momento me inquieto un poco pero siento que mi pene esta creciento rapidamento, sigo de espectador y el doctor toma un largo tubo, la enfermera le abre las nalgas y este introduce lentamente el tubo, entra, saca, mueve mira la pantalla,lo introduce mas, lo retira un poco y en eso pasan unos minutos, el detecta unos puntos rojos, me lo muestra en la pantalla y acto seguido le pasa el aparato a la enfermera, toma el telefono y hace una llamada.
A los pocos minutos entra un tercer medico, este mira la pantalla toma el istrumento y tambien tambien procede a continuar taladrando el culo de mi linda esposa, le comenta algo a los otros doctores y de inmediato entra un cuarto medico que tambien realiza la misma tarea que los anteriores.
Ademas de ya tener un tubo dentro, introducen un segundo aparato en su culito para tomar una muestra de los puntos rojos, con los dos tubos y el intenso movimiento salen unas gotas de sangre que chorrean por sus nalgas, la enfermera con disimulo la limpia, el medico saca los tubos quedando su ano dilatado y chorreando sangre y lubricantes ante la curiosa mirada de cuatro hombres desconocidos.
Al los pocos minutos ella despierta se toca sus adoloridas lalgas, me pregunta que por que le duele tanto y yo con disimulo le digo que luego le comento sobre eso, se sienta con molestia, le ayudo a vestirse y nos retiramos a la casa.

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